Combate de La Indiana

Combate de La Indiana
Información sobre la plantilla
Combate3.JPG
Ataque de Máximo Gómez a un campamento militar español.
Fecha:12 de agosto de 1871


Combate de La Indiana. El 12 de agosto de 1871, fuerzas de la División Cuba del Ejército Libertador, bajo el mando superior del mayor general Máximo Gómez, atacaron este cafetal fortificado, que servía como campamento militar del ejército español y en él se almacenaban pertrechos de todo tipo para las tropas que operaban en la zona. Esta acción se conoce también como Combate del cafetal La Indiana.

Localización

El cafetal La Indiana se encontraba a unos 27 km al sur-suroeste de Sagua de Tánamo, hoy cabecera del municipio del mismo nombre, provincia de Holguín, en la antes provincia de Oriente. Es una zona de relieve montañoso, en esa época cubierta de bosques y matorrales en los que se cultivaba fundamentalmente café.

Contexto

En esos momentos Máximo Gómez ocupaba la jefatura de la División Cuba, que abarcaba las jurisdicciones de Baracoa, Guantánamo, Santiago de Cuba y El Cobre. Ese año respondió a los anuncios de pacificación del gobierno colonial con numerosas acciones combativas. El 4 de enero de 1871 atacó a Guisa. En julio preparó la invasión y campaña de la zona de Guantánamo, el día 6 de ese mes libró el combate de Loma de la Galleta, el 12 el de La Estacada y el 12 de agosto la acción de La Indiana, entre otras. Esa campaña se extendió hasta mayo de 1872. Antonio Maceo y su hermano José eran los oficiales más destacados.

Desarrollo

Las fuerzas cubanas estaban compuestas por unidades de Cambute, el 6to Batallón bajo las órdenes del teniente coronel Juan Cintra, la infantería dirigida por el teniente coronel Francisco Borrero, y el 4to Batallón bajo las órdenes del teniente coronel Antonio Maceo.

La guarnición del cafetal estaba a cargo de unos 40 efectivos de las escuadras españolas de Guantánamo, apoyados por alrededor de 200 trabajadores y esclavos del cafetal. Las construcciones de la finca eran sólidas, rodeadas de fosos y alambradas, y el edificio principal, la casa de vivienda, lo componían dos plantas con muros dotados de aspilleras. Todo este conjunto constituía una fuerte posición defensiva.

Los insurrectos carecían de artillería y, al parecer, Máximo Gómez no tenía la información completa acerca de las características de la posición. Esto determinó que ordenara a Cintra el ataque y este entró al descubierto en la plaza que rodeaba la casa fuerte, dando tiempo al enemigo a ocupar sus puestos en la línea de trincheras avanzadas y en el piso alto de la vivienda. Ante esta situación, Gómez ordenó otro ataque encabezado por el teniente coronel José María Cortés, quien cayó muerto en el intento. No obstante, sus hombres desalojaron a los defensores de la primera línea de trincheras.

Por espacio de unas dos horas se mantuvo el fuego. Los cubanos ya tenían muchas bajas, pues las posiciones que ocupaban no ofrecían la suficiente protección y los defensores de la casa hacían blanco con bastante frecuencia, lo que determinó que Gómez ordenara a Maceo el asalto a la instalación, con unos 20 hombres. De este grupo solo ocho pudieron llegar al objetivo, pues los demás fueron muertos o heridos. Entre ellos estuvo José Maceo, que resultó gravemente herido y permaneció convaleciente hasta enero de 1872.

Al analizar la difícil situación, Gómez ordenó la retirada y Maceo le dijo que no iba a abandonar a José, porque no sabía siquiera si estaba muerto o herido. El dominicano le respondió que le autorizaba un nuevo asalto y que si él caía, personalmente se haría cargo de continuar la acción. Se inició el asalto general y lograron llegar a la casa, la cual fue incendiada. A las voces de los insurrectos conminando a los defensores a rendirse, estos se negaron. Uno de ellos saltó del segundo piso, en medio de las llamas, con su fusil en la mano y pudo escapar. Fue el único sobreviviente de la guarnición.

Los cubanos se apoderaron de armas, municiones y provisiones; pero a un precio muy elevado porque tuvieron 60 bajas, entre muertos y heridos. Esta victoria consolidó las posiciones de los patriotas en la zona debido al daño causado a la logística enemiga y el efecto psicológico que produjo en el mando español.

Fuentes

  • Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
  • Colectivo de autores. Mayor general Máximo Gómez. Sus campañas militares, La Habana, 1986. Tomo I. Págs. 52-55.
  • Gerardo Rodríguez Morejón. Maceo, La Habana, 1946. Pág. 186.
  • Manuel de la Cruz. Episodios de la revolución cubana, La Habana, 1981. Págs.142-149.
  • José Luciano Franco. Antonio Maceo. Apuntes para una historia de su vida, 3 t., La Habana, 1973. Tomo I. Págs. 59-60.