Combate de arroyo del Infierno

Combate de Arroyo del Infierno.
Información sobre la plantilla
Fecha:22 de enero de 1957
Lugar:Palma Mocha.
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba
Líderes:
Fidel Alejandro Castro Ruz
Ejecutores o responsables del hecho:
Ejército Rebelde

El Combate de Arroyo del Infierno, dirigido por Fidel Alejandro Castro Ruz, fue librado en la Sierra Maestra por el Ejército Rebelde contra las tropas del connotado asesino, jefe de las fuerzas de la dictadura batistiana, Ángel Sánchez Mosquera, quien se encontraba operando en la zona.

Ubicación

Arroyo del Infierno es un pequeño riachuelo de escaso recorrido que desemboca en el río Palma Mocha, bordeado por las laderas de la montañas de la Sierra Maestra.

Previo al ataque

Fidel calculaba que el ejército vendría en su búsqueda y decidió preparar en esta región la emboscada que sirviera para atrapar a algunos soldados enemigos, consecuentemente con ello distribuyó la gente. Fidel constantemente vigilaba las líneas y daba recorridos para cerciorase de la eficacia de la defensa.

En la madrugada del día 22 se oyeron algunos disparos aislados por la zona del río Palma Mocha y esto incitó a mantener en mejores condiciones las líneas a cuidarse más y a esperar la inminente presencia de la tropa enemiga, se suponía que estaban los soldados cerca, no hubo desayuno ni almuerzo. Con el guajiro Crespo descubrieron un nido de gallinas y racionaron el uso que hacían de los huevos dejando uno, para que siguieran poniendo. Ese día en vista de los tiros escuchados por la noche, Crespo decidió comerse el último huevo y así lo hicieron. Los balazos oídos horas antes de la acción fueron disparos para asesinar a un pichón de haitiano, que se negó a conducir las tropas de Sánchez Mosquera hasta el escondite del Ejército Rebelde.

Enfrentamiento

Era medio día cuando observaron una figura humana en uno de los bohíos, pensaron que era algún compañero que había desobedecido la orden de no acercarse a las casas, pero no era así, uno de los soldados de la dictadura era el explorador del bohío, aparecieron después hasta seis, y luego se fueron, quedando tres a la vista, pudieron observar al soldado de guardia, tras mirar a todos lados, quitó unas hierbas, se las puso en las orejas en un intento de camuflaje y se sentó a la sombra, tranquilamente, sin aprensiones en su rostro claramente visible en la mirilla telescópica. El disparo de Fidel que abrió fuego, lo fulminó, pues solamente alcanzó a dar un grito, de “¡ay mi madre!” y cayó para no levantarse, generalizando el tiroteo y cayeron los dos compañeros del infortunado soldado. En otro de los bohíos había otro soldado que trataba de esconderse del fuego, se le veían solamente las piernas en el segundo disparo cayó dejando su fusil clavado en la tierra por la bayoneta; uno de los Rebeldes cubierto por el guajiro Crespo llegaron a observar el cadáver quitándole sus balas, su fusil y algunas otras pertenencias. El combate fue de una velocidad extraordinaria, y pronto huyeron cada uno por su lado, luego de logrados los objetivos propuestos.

Después del combate

Al hacer el recuento constataron que habían gastado 900 balas aproximadamente y que se recuperaron 70 de una canana llena y un fusil; ese fue el Garand que le correspondió Efigenio Ameijeiras, el que lo llevó durante buena parte de la guerra. Se contaron cuatro muertos del enemigo, pero meses después al detener un chivato, arrojó que fueron cinco las bajas. El teniente que comandaba la patrulla se llamaba Ángel Sánchez Mosquera y su nombre se hizo famoso en la Sierra Maestra debido a sus depredaciones. No era una victoria completa, pero tampoco una victoria pírrica, habían medido las fuerzas con el ejército en nuevas situaciones y habían superado la prueba. Esto mejoró el ánimo y permitió seguir durante todo el día trepando hacia los montes más inaccesibles para escapar de la a la persecución de grupos mayores del ejército enemigo. Muchos de los rebeldes llevaban dos fusiles, en esta situación no era fácil el camino, pero evidentemente era otra moral la que imperaba, diferente a la que imperaba después del desastre de Alegría de Pio.

Fuente