Competencia metalingüística profesional

Competencia metalingüística profesional
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Concepto:Capacidad del individuo para evaluar, planificar y regular su propio aprendizaje del idioma, mediante la autovaloración de las propias competencias y la autodirección en la consecución de las mismas.

Competencia metalingüística profesional La competencia metalingüística se inscribe en los procesos metacognitivos, los cuales consisten en la reflexión y el control sobre aquellos del propio pensamiento, como resultado de una conciencia creciente acerca de la naturaleza de las funciones cognitivas.

Consideraciones generales

En el aprendizaje de lenguas, la actividad metalingüística, entendida como una reflexión explícita y consciente sobre el idioma (Degache, s/a), es un componente esencial, y mucho más imprescindible para aquellos que se forman como profesores de un idioma extranjero. Su finalidad es la reflexión sobre las posibilidades que ofrece el código lingüístico para la comunicación en situaciones y marcos sociales diferentes mediante géneros de textos que presentan determinadas características lingüísticas.

Por ello, es necesario el desarrollo en los educandos de la competencia metalingüística, es decir, de la capacidad para tomar la lengua como algo que puede ser observado con el fin de apropiarse de los instrumentos conceptuales y verbales que le permitan explicitarla. Esto implica la descripción y/o análisis de los hechos lingüísticos observados recurriendo a una terminología elaborada.

El conocimiento derivado de esa reflexión, en el caso de los futuros maestros del idioma, debe relacionarse con su quehacer profesional y sustentarlo. De allí la necesidad de extender ese concepto a competencia metalingüística profesional.

El desarrollo de una competencia metalingüística profesional (Rodríguez Díaz, 2008) en torno al sistema gramatical del lenguaje en el futuro profesor, lo pondrá en una posición ventajosa para conducir a sus estudiantes, durante su labor como profesor de inglés, hacia la asimilación, en primer lugar, de la forma de una estructura determinada, de su significado estructural, y del uso de la misma en relación con el propósito o función comunicativa que se quiera realizar.

Un profesor con competencia metalingüística profesional estará en una posición ventajosa para acometer varias tareas: preparar clases, adaptar y escribir materiales, entender, interpretar o diseñar programas, evaluar la actuación o desempeño de los estudiantes, y contribuir, de manera integral, a la enseñanza-aprendizaje del idioma extranjero.

Antecedentes

La competencia metalingüística se inscribe en los procesos metacognitivos, los cuales consisten en la reflexión y el control sobre aquellos del propio pensamiento, como resultado de una conciencia creciente acerca de la naturaleza de las funciones cognitivas. Es decir, dichos procesos le posibilitan al alumno evaluar, planificar y regular su propio aprendizaje, mediante la autovaloración de las propias competencias y la autodirección en la consecución de las mismas. (Trillo Alonso, 1989)

Es oportuno destacar que el concepto de competencia metalingüística se distingue del de competencia lingüística por cuanto esta última no exige de la conciencia de la misma intensidad que la primera. N. Chomsky aborda el término competence en su obra Aspects of the theory of sintax(Radford, 1988)refiriéndose a aquellas habilidades lingüísticas de los nativos de una lengua que les permiten hablar y comprender dicha lengua de forma fluida; en otras palabras, el conocimiento fluido del hablante nativo del idioma. Por ello, él considera a la gramática de una lengua un modelo de la competencia lingüística del hablante nativo de ese idioma.

Dentro de la competencia lingüística N. Chomsky distingue dos tipos de competencia: gramatical y pragmática (Radford, 1988). La primera él la inserta dentro de la Teoría de la Estructura del Lenguaje (Theory of Language Structure), la cual se centra en el análisis de las propiedades estructurales de las lenguas naturales (relacionado estrictamente con la gramática); la última la inserta dentro de la Teoría del Uso del Lenguaje (Theory of Language Use), la cual estudia cómo el conocimiento lingüístico y extralingüístico interactúan en la comprensión y producción del habla. (Radford, 1988)

Esta última concepción se acerca a una noción más actual de competencia, la cual, según Ileana Domínguez, se refiere a la suma de todas sus posibilidades lingüísticas, el espectro completo de lo que es susceptible de producir e interpretar. A esta competencia se añaden otras paralingüísticas que se refieren a la mímica o a los gestos que acompañan a los enunciados verbales en la comunicación oral, y otras no lingüísticas que devienen del conjunto de conocimientos que el sujeto posee sobre el mundo. (Domínguez, Ileana, 1998)

Por otra parte, la misma autora define la competencia lingüística como “el conocimiento de la lengua en sus niveles fonológico, morfosintáctico, semántico y lógico y las leyes que rigen en cada uno de ellos”. (Domínguez, Ileana, 1998)

Una definición muy similar es dada por J. Alfredo Noguez como competencia gramatical y añade entre paréntesis (lingüística). Él plantea: “Es la habilidad de reconocer los aspectos léxicos, morfológicos, sintácticos y fonológicos del lenguaje. Es la habilidad de manipular estos aspectos lingüísticos para crear palabras y oraciónes”.(Noguez, 1997)

En análisis más recientes sobre la concepción de competencia, se puede apreciar como esta se ha vinculado al concepto de actividad en su sentido más amplio y a la expresión de su aspecto psicológico. V. González Maura la define como “una configuración psicológica compleja que integra en su estructura y funcionamiento formaciones motivacionales, cognitivas y recursos personológicos que se manifiestan en la calidad de la actuación profesional del sujeto, y que garantizan un desempeño profesional responsable y eficiente”. (González Maura, 2002)

La misma autora define la competencia profesional como “una configuración psicológica compleja en tanto incluye en su estructura componentes de orden motivacional e intelectual que se integran en diferentes niveles de desarrollo funcional en la regulación de la actuación profesional del sujeto” (González Maura, 2002). Por ello, en su estructura participan formaciones psicológicas cognitivas, motivacionales, y afectivas, que de forma integrada, regulan la actuación profesional del sujeto.

Para el desarrollo de la competencia profesional de los futuros profesores de lenguas extranjeras es imprescindible una eficiente competencia comunicativa en el idioma foráneo. Tradicionalmente, la competencia comunicativa se ha desarrollado sobre la base de otras cuatro: la lingüística, la sociolingüística, la discursiva y la estratégica. Actualmente, desde una perspectiva dialéctica, se ha reconocido la intervención de otros componentes que tributan a la competencia comunicativa, como el cognitivo, el sociocultural, y la competencia de aprendizaje. (Pulido Díaz, 2005)

La competencia lingüística, como dimensión de la comunicativa, se refiere esencialmente a la habilidad del sujeto de manipular los recursos lexicales, gramaticales y fonológicos del lenguaje para comprender y producir enunciados. Se puede, entonces, plantear que el estudiante lingüísticamente competente en un idioma tiene la habilidad de manipular con efectividad los elementos lingüísticos del lenguaje para principalmente interpretar y producir enunciados, pero esto no garantiza que el estudiante sea capaz de interiorizar el metalenguaje, construir conceptos o describir conscientemente las principales regularidades lingüísticas que operan dentro del idioma en cuestión. (Rodríguez Díaz, 2008)

Características

El proceso de desarrollo de la competencia metalingüística es gradual, por lo que esta se relaciona en mayor grado con el resultado actitudinal que con el producto en sí mismo. Los resultados se asocian con cambios de actitud, mayor acercamiento, y las bases para futuras acciones a emprender. El trabajo dirigido a desarrollar la competencia metalingüística requiere una metodología con la cual explorar tanto el lenguaje como su uso, y sus conexiones e implicaciones para la práctica educativa.

El desarrollo de la competencia metalingüística profesional sobre los elementos morfosintácticos del lenguaje, por ejemplo, debe estar orientada a la apropiación por parte del profesional en formación de una gramática pedagógica, la cual le es útil para enseñar a otras personas a usar el idioma, sobre la base de su conocimiento sólido de las regularidades morfo-sintácticas de la lengua que enseña, por lo que el aprendizaje de la gramática por parte de los educandos no solo se concibe como un medio para lograr un fin (la comunicación), sino un fin en sí mismo.

La actividad metalingüística, como toda actividad metacognitiva, supone la reflexión (Labarrere Sarduy, 1996), por lo que el diseño de ellas, orientadas hacia la competencia metalingüística, debe permitirle al educando convertirse en mejor receptor de los fenómenos lingüísticos, hacer preguntas más profundas e incluir algunas de las siguientes características (o todas) en el trabajo del aula en cuanto a:

  • Actitud (del hablante / escritor)
  • Sentimientos (del oyente / lector)
  • Ideas preconcebidas sobre el lenguaje
  • La relación entre forma y significado
  • Selección del hablante / escritor sobre el discurso (la estructura gramatical a utilizar o utilizada, por ejemplo)
  • Trabajo comparativo (entre los dos idiomas)
  • Mitos y falsas concepciones (expuestas en reglas gramaticales o referencias para estilo y uso)
  • Gestos, expresiones y lenguaje corporal.
  • Formas de estimular a los estudiantes para involucrarse con el lenguaje.

El desarrollo de la competencia metalingüística en el estudiante de inglés como lengua extranjera, en general, puede potenciar su capacidad analítica sobre las regularidades lingüísticas que operan en ese idioma, y sus estrategias metalingüísticas, las cuales implican tanto una terminología específica como el recurso al lenguaje cotidiano para reflexionar acerca del lenguaje y de una ciencia en particular. Sin embargo, ello no le garantiza que se desarrolle como instructor del idioma, lo que requiere que el educando desarrolle otras habilidades y tipos de conocimiento.

Tomando en cuenta todo lo apuntado, se define como competencia metalingüística profesional la acción del estudiante de tomar la lengua y la actividad verbal como objetos de observación y como referentes del discurso para apropiarse de los instrumentos conceptuales y verbales del sistema lingüístico del idioma extranjero a partir de la integración de formaciones cognitivas, metacognitivas, y motivacionales desarrolladas mediante su actividad, que regulan la formación y el desempeño profesional del sujeto. Este concepto integra lo lingüístico, lo metalingüístico, y lo metodológico, y queda conformado por los componentes cognitivo, metacognitivo, lingüístico y profesional. (Rodríguez Díaz, 2008)

Bibliografía

  • Degache, C. (s/a). www.galanet.eu/publication/fichiers/dc1995.pdf. Recuperado el 3 de octubre de2006
  • Domínguez, Ileana. (1998). Con luz propia, 33-40.
  • González Maura, V. (2002). ¿Qué significa ser un profesional competente? Reflexiones desde una perspectiva psicológica. Revista Cubana de Educación Superior, 45-53.
  • Labarrere Sarduy, A. (1996). Pensamiento: análisis y autoregulación de la actividad cognoscitiva de los alumnos. Ciudad de la Habana: Editorial Pueblo y Educación.
  • Noguez, A. (1997). Enfoque comunicativo: implicaciones de una propuesta. Desafío escolar , 35-39.
  • Pulido Díaz, A. (2005). Propuesta de estrategia didáctica desarrolladora, para concebir el proceso de enseñanza-aprendizaje de la competencia comunicativa integral de la lengua inglesa, en alumnos de 6to. grado de la escuela primaria en Pinar del Río. Tesis doctoral inédita. Pinar del Río.
  • Radford, A. (1988). Transformational grammar: a first course. Cambridge: University Press.
  • Rodríguez Díaz, O. (2008). Metodología Integradora para el Desarrollo de la Competencia

Metalingüística en los Estudiantes de la Carrera Licenciatura en Educación, Especialidad Lengua Inglesa . Camagüey: (Tesis de doctorado).

  • Trillo Alonso, F. (1989). Metacognición y enseñanza. Enseñanza, 105-118.

Fuentes

  • Rodríguez Díaz, O. (2008). Metodología Integradora para el Desarrollo de la Competencia

Metalingüística en los Estudiantes de la Carrera Licenciatura en Educación, Especialidad Lengua Inglesa . Camagüey: (Tesis de doctorado).