Competencia y habilidades sociales

Competencia y habilidades sociales
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Información general

La competencia social, vista como la capacidad o habilidad del sujeto para interactuar de manera exitosa con su ambiente y lograr la satisfacción legítima de sus necesidades, al ejercer determinada influencia sobre sus semejantes (en el sentido de ser tenido en cuenta), es una cualidad muy relacionada con la salud, el ajuste emocional y el bienestar de los individuos. Saber comunicarse adecuadamente, poder atraer la atención y la consideración de los semejantes y mantener con estos relaciones armoniosas; saber tomar decisiones acertadas, hacer un uso provechoso del tiempo, poder determinar adecuadamente nuestras metas y llevarlas a cabo siguiendo un plan previamente trazado; la capacidad para aprender, etc. constituyen habilidades sociales básicas que nos hacen competentes para alcanzar un adecuado ajuste psicosocial. Un individuo con déficit en sus habilidades sociales básicas, tiene mayores probabilidades de confrontar problemas emocionales y dificultades en su competencia social. Ello lo hace más vulnerable por las frustraciones de necesidades como seguridad, aceptación, realización, y por provocar que la persona obtenga menos reforzamiento social en general, lo que además de afectar la satisfacción de necesidades como las anteriormente señaladas, también daña su autoestima (la disminuye) y su sentimiento de identidad. El tipo de vínculos que los padres establecen con sus hijos, incidirá en buena medida en que estos puedan o no convertirse en adultos competentes y ciudadanos productivos. Los padres que desarrollan un estilo de relación en el cual se compensa adecuadamente el cariño y la atención con el control y la exigencia a sus hijos, crean condiciones favorables para que estos últimos se sientan seguros y desarrollen las habilidades y competencias sociales pertinentes. Al hablar de competencia social, nos referimos a un patrón efectivo de adaptación al ambiente definido en términos de éxitos razonables, en el enfrentamiento de tareas del desarrollo, esperados para personas de una edad y un género determinado, en el contexto de una cultura, sociedad y época dada. Las tareas del desarrollo constituyen actividades que de alguna manera reflejan los criterios y expectativas de padres, maestros y en definitiva de un grupo comunitario, en relación con el desempeño que un sujeto debe alcanzar en una etapa determinada de su vida, ante ciertas actividades: estudios, deporte, relaciones interpersonales, etc. (Masten, 1998). Diversos programas se han concebido para el desarrollo de las habilidades sociales y la competencia en los sujetos, que buscan con esto disminuir el riesgo de disfuncionalidad y la promoción de la salud mental y el bienestar psicológico en estos. Los programas han seguido las tres líneas siguientes: Centrados en el riesgo (tratan de prevenir o disminuir el riesgo de disfuncionalidad) Centrados en los recursos (tratan de hacer accesibles los recursos a la vida del sujeto) Centrados en el proceso (se trazan estrategias centradas en el desarrollo de competencias y habilidades sociales) Sobre los centrados en el proceso, a continuación, presentaremos un ejemplo de la manera que lo estructuramos en la práctica.

Cómo estructurar las estrategias en la práctica

El programa para el entrenamiento y desarrollo de habilidades sociales que proponemos, consta de los elementos siguientes: Diagnóstico de la situación de la competencia del sujeto y habilidades correspondientes Determinación de los objetivos capacitadores Diseño del plan de entrenamiento y pre-entrenamiento Desarrollo del plan de pre-entrenamiento Evaluación de los resultados del pre-entrenamiento Desarrollo del programa de entrenamiento Evaluación de los resultados del programa de entrenamiento Seguimiento Durante el primer paso, se llevará a cabo la evaluación y diagnóstico de la competencia social del individuo en un campo determinado, se toman en consideración las habilidades sociales que soportan dicha competencia (comunicación, tomar decisiones, etc.). Para este diagnóstico y evaluación se podrán utilizar distintas estrategias: observación, juego de roles, test, entrevista y análisis de autobiografía. Se pueden contemplar aspectos como los siguientes: Tareas de desarrollo que el sujeto debe cumplir Motivación: motivación de logros, etc. Autoestima y autopercepción, por ejemplo percepción de las propias capacidades o competencia para determinadas realizaciones Autodominio y control emocional, sobre todo de las emociones negativas, control de la atención Desarrollo de habilidades: para la solución de problemas y elección de alternativas, para la comunicación y las relaciones con las demás personas, empleo del lenguaje, habilidades manuales (desarrollo del lenguaje y de las habilidades manuales Características del ambiente o contexto dentro del cual el sujeto va a desarrollar sus relaciones y ejecuciones Características de la historia personal del sujeto que puedan resultar importantes como antecedentes: relaciones afectivas con los padres relaciones con los pares resultados escolares situaciones traumáticas o extremas de vida: muerte de alguno de los padres, violencia paterna, violación, abandono La determinación de los objetivos capacitadores, constituye un paso de gran importancia, ya que su clara y precisa definición es uno de los requisitos indispensables para el desarrollo de cualquier programa de entrenamiento y desarrollo de habilidades sociales. Estos objetivos cumplen una importante función en tanto sirven para derivar los procedimientos, el contenido y los métodos para el desarrollo del programa de entrenamiento. La correcta redacción de los objetivos capacitadores, debe contemplar los aspectos siguientes: Descripción del comportamiento final deseado (que el sujeto deberá exhibir) Condiciones bajo las cuales dicho comportamiento ha de ocurrir Elementos que permitan valorar el grado de cumplimiento del objetivo en cuestión Cada objetivo capacitador, ha de ser derivado de los distintos elementos que constituyen o están presentes en la habilidad que se desea desarrollar, por ejemplo si vamos a desarrollar la comunicación, implica tener en cuenta los distintos elementos de esta (fluidez, tono, distancia, contacto ocular, etc.) y redactar uno o varios objetivos capacitadores que le den respuesta. En el siguiente paso, se lleva a cabo el diseño del plan de pre-entrenamiento y entrenamiento. El objetivo básico del plan de pre-entrenamiento, es el de familiarizar al o los sujetos participantes en el programa, con la filosofía general de este, y también con las habilidades y comportamientos a través de los que estas se expresan. En este paso, se pueden emplear manuales confeccionados al efecto y diversas ayudas didácticas tales como: descripciones, vídeos, bibliografía sobre la temática en cuestión, presentación de casos, discusión grupal de casos, etc. Al finalizar el período de pre-entrenamiento, se han de evaluar los resultados en función de los objetivos planteados.

El diseño del programa de entrenamiento, debe contemplar los elementos siguientes:

Habilidad a entrenar Objetivos del programa Contenidos (descripción de contenido, en función del objetivo capacitador en cuestión Procedimientos (descripción del procedimiento a emplear durante el desarrollo del programa) Método (se explica la estrategia y técnica de entrenamiento que se llevará a cabo). El procedimiento a emplear en este caso implica los pasos siguientes, para cada objetivo capacitador en cuestión y para el conjunto de elementos de la habilidad que se entrena: Explicación y descripción Demostración Ensayo conductual Retroalimentación (- y +) con explicación y demostración Consolidación Generalización. Se emplean además las tareas para el hogar Encargos conductuales Automonitoreo (auto-observación y autorregistro del propio comportamiento) Evaluación (se describen las técnicas y el procedimiento que será empleado para la valoración de los resultados del programa en sus distintas etapas) Seguimiento (se describe el procedimiento según el cual se dispondrá el seguimiento del o de los sujetos). El desarrollo del programa de entrenamiento se realiza de acuerdo con la planificación establecida, pero con la suficiente flexibilidad como para introducir cualquier cambio que la propia práctica sugiera. Se realizan las evaluaciones según lo programado y una evaluación integral del programa en cuestión que implique el grado en que se lograron los objetivos del mismo. Se disponen las condiciones para llevar a cabo el seguimiento de los casos. El entrenamiento en habilidades sociales, constituye un poderoso instrumento para elevar los recursos personales y la competencia social de los sujetos; lo que mejora sus posibilidades para una vida creativa y con bienestar.

Fuentes