Congestión pélvica

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Congestión pélvica
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Es un disturbio de la circulación venosa del aparato genital, en el cual existe dilatación de esos vasos por dificultad en la salida de la sangre que le llega, y provoca hiperemia

El síndrome de Congestión Pélvica es un dolor recurrente, sordo, vago, en bajo vientre, con irradiación a la región dorsal y miembros inferiores, sin que tenga relación alguna con la menstruación, el embarazo o las relaciones sexuales. Esas manifestaciones se agravan al final del día fundamentalmente por mantenernos en posición de pie. La congestión pélvica es un disturbio de la circulación venosa del aparato genital, en el cual existe dilatación de esos vasos por dificultad en la salida de la sangre que le llega, y provoca hiperemia (léase abundancia extraordinaria de sangre en esa parte del cuerpo), edema (hinchazón por acumulación de líquido) y congestión, que sería la base del conjunto de signos y síntomas que conforman este trastorno, debido principalmente a una mala posición del útero en retroversoflexión (inclinado hacia atrás).

Causas

Numerosos estudios ecográficos han llevado a comprobar que la congestión pélvica es causada por la aparición de dilataciones varicosas en la zona de los genitales femeninos debido a la incapacidad de las venas ováricas de recuperar su tamaño normal tras el embarazo, ya que durante la gestación aumentan su diámetro hasta 60 veces por encima de lo habitual. Por ello, las molestias variables e inespecíficas manifestadas en los días premenstruales pueden prolongarse a lo largo de cada periodo, ya que en estos días se aprecia un mayor aumento del flujo sanguíneo venoso en la pelvis al coincidir con la ovulación.

En fases avanzadas esta inundación de sangre venosa puede provocar dilataciones varicosas en venas vulvares, hemorroides e incluso varices en las piernas, que serán muy difíciles de tratar, dada su elevada capacidad de reproducirse, si no son tratadas en su origen pélvico. Además tenemos debido a:

  • Endometriosis
  • Procesos inflamatorios pélvicos
  • síndrome adherencial
  • Congestión pélvica
  • Trastornos digestivos, sobre todo del colon
  • Trastornos urológicos, músculo esquelético, psíquico y otros.

Asimismo, el consumo de anticonceptivos e inflamaciones o infecciones en el área pélvica pueden estar también relacionados con esta patología; sin embargo, entre sus causas principales encontramos:

  • Mujeres con uno o más embarazos de entre 30 y 50 años de edad, ya que las incidencias entre esta población son más del 20%.
  • Cuestiones hereditarias.
  • Alteraciones hormonales, sobre todo en los cambios hormonales del ciclo ovárico.
  • El aumento del flujo venoso durante el embarazo o la ovulación hace que las venas del aparato genital femenino cambien.

Consecuencias

Congestión Pélvica

Entre las consecuencias que predominan en las mujeres aquejadas por la sintomatología de la congestión pélvica se encuentran las siguientes:

  • Dolor en el bajo abdomen, sobre todo desde la vulación hasta la menstruación.
  • Reglas dolorosas.
  • Dispareunia, dolor al mantener relaciones sexuales o dolor poscoital.
  • Dolor irradiado en la zona lumbar.
  • Desarrollo de hemorroides y varices en la vulva y las piernas.

Para evitar estas molestias es aconsejable llevar a cabo un control del desarrollo varicoso en los miembros inferiores y visitar al cirujano vascular.

Diagnóstico

El diagnóstico es clínico fundamentalmente y puede corroborarse con exámenes de sangre, sobre todo hemograma y eritro. A veces se recurre a la la paroscopía y la ecografía.

Tratamiento

Actualmente, este problema cuenta con una solución ambulatoria basada en el Método de la Oclusión Venosa, que consiste en bloquear el flujo venoso que transcurre patológicamente por las varices útero-ováricas introduciendo, a través de una punción en la ingle, un pequeño catéter en su interior. Este procedimiento, cuyo éxito asciende al 80%, hace que al cerrar las venas patológicas desde dentro, la presión que éstas soportan disminuya, resolviendo así el círculo vicioso de varices que crean y desarrollan otras nuevas.

Este método, en el que no hay ingreso del paciente y en el que no se realizan incisiones quirúrgicas, suturas ni cicatrices, puede poner fin al padecimiento de aquellas mujeres que viven con este dolor sin saber qué les ocurre realmente y sin un diagnóstico determinado.

Cuando se trata de una congestión pélvica por mala posición del útero es recomendable caminar en las mañanas y dormir en decubito ventral (bocabajo) con una almohada en las caderas. También favorece, antes del baño y durante unos minutos, ponerse de rodillas con el pecho pegado al piso, lo que es conocido en nuestro argot como actitud de plegaria mahometana.

Fuentes