Constructores en Madruga

Constructores en Madruga
Información sobre la plantilla

Constructores en Madruga. Las primeras referencias acerca de constructores en Madruga datan de las actividades de edificación de la iglesia en 1801, cuando imposibilitado de participar en estas, Don Luís de Bassecourt las encomendó a Don Martín de Arostegui.

Historia

Las primeras referencias acerca de constructores en Madruga datan de las actividades de edificación de la iglesia en 1801, cuando imposibilitado de participar en estas, Don Luís de Bassecourt las encomendó a Don Martín de Arostegui.

No se precisa si tal función se limitaba a la supervisión de las labores que se acometían o a la actividad constructiva, posibilidad que se fundamenta en el conocimiento que tenía algunos oficiales de elementos constructivos. Las características urbanísticas y arquitectónicas de la localidad no reclamaban de un especialista para estos menesteres, más cuando en Cuba hasta la década de 1860 no se había establecido reglamentaciones en cuanto al desarrollo urbanístico y aun no se había institucionalizado su enseñanza.

En la década de 1840 vivía en la localidad Don Tomás Donate Martíne, Maestro Albañil que llevó a cabo la construcción de los puentes de las calles San José y Salud que circundan el balneario La Paila, que en la actualidad se conservan, para esta fecha se relaciona el del Sr. José Martínez León perito constructor que consintió, por la precariedad en que se encontraba la iglesia la edificación de otra nueva.

Al iniciarse el 1 de abril de 1848 la construcción del nuevo templo católico, le cupo a Don Diego Illurramendi la tarea de su ejecución en las labores de albañilería y carpintería, este conciudadano cedió el solar para su consecución y era copropietario del taller de fundición donde se forjó la campana norte de la institución.

A partir de 1861 se hace un esfuerzo por reglamentar el desarrollo urbanístico cuya responsabilidad va a estar en manos del Ayuntamiento Municipal, a partir de entonces se exigía la certificación de constructor, avalado por la Escuela de Constructores para llevar a cabo estas acciones.

Título de constructor

En Madruga no existía ciudadano que portara la certificación de constructor por lo que en la reunión del Consistorio Municipal del 27 de marzo de 1892, se decidió autorizar a los carpinteros Don Florencio Ararás Piloto y Don Ignacio Caballero García, y los albañiles José Mena Álvarez y Don Ramón Valle y Valle como asesores de la Comisión de Obras Públicas en sus funciones. Para la década de 1920 habitaba en la localidad el Maestro de Obra Argelio Corzo, no se puede precisar si las labores que realizaban estaban avaladas por una certificación o si su dominio era empírico, lo que hay que destacar que para ese entonces había realizado algunas edificaciones y gozaba de un gran prestigio en la localidad.

Construcciones

Al tomar posesión de la alcaldía José A. Valera Hernández, como consecuencia de la influencia que ejerce en este entorno el progreso constructivo de la capital, se llevan a cabo un conjunto de obras, para lo cual hizo venir desde el central Lucía en Camagüey a Tomás Inguanzo que con Argelio Corzo llevaron a cabo la construcción en 1926 de la glorieta del parque, una de las obras maestra de la arquitectura local diseñada por Gerardo Velaz ,a este constructor se debe también la edificación de los locales donde se establecieron la Asociación Católica (hoy Escuela Primaria Luís Ramírez López) y el Colegio El Apostolado de las madres filipenses (actual policlínico Emilia Alfonso).

En la década de 1940, la compañía Campo Ideal de Madruga Sociedad Anónima, lleva a cabo la construcción de un centro de recreo en la finca Roca azul, conocido como El Sulfuroso, al parecer diseñada por el arquitecto Mario Romañach, cuya trascendencia no ha sido bien valorada. En 1947 se lleva a cabo la edificación de la Escuela Primaria Superior Ramiro Guerra de la que fue maestro de obra Eusebio López González, quien a partir de este momento se va a radicar en el pueblo para convertirse gracias a su entrega al trabajo y la sencillez que lo caracterizó en un hijo más.

En la segunda mitad del siglo existieron otros muchos constructores entre los que mencionamos a Maelio Barroso Vargas, dedicado fundamentalmente a la construcción doméstica, el triunfo de la revolución posibilitó que nuevas generaciones se graduaran de arquitectura en la Ciudad Universitaria José Antonio Echevarria en La Habana, los cuales han brindado su aporte en el municipio y en otros entornos.

Fuente

  • Lic. Carlos Miguel Suárez Sardiñas. Historiador del Museo de Madruga.