Crescencio Nicomedes Galañena Hernández

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Crescencio Galañena Hernández, diplomático cubano asesinado en Buenos Aires por grupos terroristas bajo el auspicio de la Operación Cóndor
NombreCrescencio Nicomedes Galañena Hernández
Nacimiento14 de septiembre de 1949
Yaguajay, Sancti Spíritus, Bandera de Cuba Cuba
FallecimientoBuenos Aires, Bandera de Argentina Argentina
Causa de la muerteasesinato
Nacionalidadcubano
Ciudadaníacubana
OcupaciónDiplomático

Crescencio Nicomedes Galañena Hernández. Joven diplomático cubano que junto a Jesús Cejas Arias prestaba servicios en la Embajada de Cuba en Argentina, secuestrados ambos por la dictadura militar el 9 de agosto de 1976 en plena calle de Buenos Aires, sus restos fueron desaparecidos y encontrados en el 2012, transcurridos 35 años desde su vil asesinato.

Síntesis biográfica

Nace el 14 de septiembre de 1949 en las lomas de La Garita, a un costado de Yaguajay, hijo de Ricardo Galañena y Victoria Hernández, crece en medio de una pobreza rural que ayudó a curtir el carácter del muchacho.

Secuestro

El 9 de agosto de 1976 cuando se dirigían a sus viviendas fueron interceptados por un grupo de tarea argentino, sometidos no obstante a la tenaz resistencia que ofrecieron y llevados al centro clandestino de detención, tortura y exterminio de la Operación Cóndor en Buenos Aires, llamado Automotores Orletti.

Ocho días después, el 17 de agosto, en un intento por disimular el escándalo que representaba la desaparición de los diplomáticos, la dictadura argentina divulgó una nota ramplona y cínica en el diario La Opinión, en la que se afirmaba que la agencia de prensa AP había recibido un sobre con las credenciales de los cubanos y una comunicación que confirmaba su deserción del servicio exterior:

“Nosotros (Jesús Cejas Arias y Crescencio Galañena) ambos cubanos nos dirigimos a usted para que por este medio comunicar que hemos desertado de la embajada para gozar de la libertad del mundo occidental”, decía la acotación, sin firma a pie de página, ni aclaración de otro tipo.[1].

Su cuerpo fue colocado en un barril de metal de 55 galones, repleto de arena y cemento y perfectamente sellado, y lanzando posteriormente al fondo de un canal en las afueras de Buenos Aires.

Confirmados su secuestro y posterior asesinato, el paradero de Galañena Hernández y Cejas Arias constituyó, sin embargo, un verdadero misterio a lo largo de 36 años: que si sus cadáveres habían sido arrojados junto a los cimientos de un edificio en construcción en Buenos Aires, que si fueron tirados a un río, que si se encontraban enterrados en alguna losa.

Hallazgo en San Fernando

Según el diario argentino Página 12, fue un grupo de chicos que se entretenía cazando cuises y ratones, los que encontraron un barril de metal oxidado, ya roto, con huesos en su interior, en una zona ubicada frente al aeródromo de San Fernando, en las afueras de Buenos Aires.

Tras el aviso de los muchachos, la policía descubrió otros dos toneles con características similares, también con restos óseos, los cuales, según se determinó mediante rigurosos exámenes científicos realizados a posteriori, correspondían a Crescencio Galañena Hernández, María Rosa Clementi de Cancere, argentina, también empleada de la Embajada cubana y a Ricardo Manuel González, todos ellos secuestrados en agosto de 1976.

Condena

Por el secuestro y la desaparición de Galañena Hernández y Cejas Arias fueron condenados en Argentina el general retirado Rodolfo Cabanillas, quien se desempeñó como jefe de la División de la SIDE “Operaciones Tácticas 18” (que correspondía a Orletti) y los represores Raúl Guglielminetti, Eduardo Alfredo Ruffo y Honorio Carlos Martínez Ruiz.

Referencias

  1. La zozobra inacabable de la familia Galañena Hernández . Disponible en Periódico Escambray. Consultado el 2 de agosto de 2016

Fuentes