Cruz (cristianismo)

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Cruz cristiana
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Concepto:Símbolo del cristianismo

La cruz es el principal símbolo del cristianismo, y uno de los pocos símbolos mundiales. Representa el instrumento de tortura en el que Jesucristo habría sido ejecutado por los romanos.

Historia

Según los cuatro Evangelios, Jesucristo fue fijado con clavos a un madero ―que posiblemente no tenía forma de cruz sino de poste― por los romanos.

Durante los tres primeros siglos de la era cristiana la cruz no se representaba como símbolo del sacrificio de Cristo debido a que era un instrumento de tortura que todavía los romanos utilizaban para ejecutar a los delincuentes. Los cristianos preferían las figuras del Buen Pastor, el pez, el ancla o la paloma.

En el siglo IV, tras el Concilio de Nicea, la cruz se convirtió, poco a poco, en el símbolo predilecto para representar a Cristo y su «misterio» de salvación.

El historiador Eusebio de Cesarea escribió que en el año 312, el sanguinario general Constantino ―hijo de la cristiana Elena, que era pagano pero respetaba a los cristianos―, después de vencer su ejército en la batalla del puente Milvio contra Majencio (líder militar de Roma), afirmó que la noche anterior a la batalla había tenido un sueño en el cual había visto una gigantesca cruz luminosa entre las nubes, y una voz masculina le había profetizado, en correcto latín: «In hoc signo vinces» (‘con esta señal vencerás’). Entonces Constantino afirmó que al empezar la batalla había mandado colocar la cruz en las banderas de los batallones y había exclamado: «Confío en el dios Cristo, en quien cree mi madre Elena». Constantino llegó a ser emperador y convirtió el cristianismo ―una ignota nueva secta― en la religión oficial del Estado.

Escritores antiguos como Rufino, Zozemeno, san Crisóstomo y san Ambrosio, cuentan que santa Elena, la madre del emperador Constantino, pidió permiso a su hijo para ir a buscar en Jerusalén la Vera Cruz (el madero en el cual habría muerto Jesucristo). Meses más tarde, la reina presentó una cruz de madera nueva (a pesar de que el madero original debía tener casi tres siglos, y que el madero en el que fue clavado Cristo no tenía forma de cruz sino de poste) y afirmó que la había encontrado después de muchas profundas excavaciones en toda Jerusalén. Explicó que en realidad había encontrado tres cruces. Y como no sabía distinguir la cruz de Jesús de las de los dos ladrones que lo rodeaban, llevó las tres cruces ante una mujer agonizante. Cuando la enferma tocó la primera cruz, su condición se agravó; cuando tocó la segunda cruz, la enferma quedó igual que como estaba antes. Pero al tocar la tercera cruz, la enferma recuperó instantáneamente la salud. Entonces santa Elena y el obispo de Jerusalén, Macario, y miles de devotos llevaron la cruz en piadosa procesión por las calles de Jerusalén. Por el camino se encontraron con una mujer viuda que llevaba a su hijo muerto a enterrar. Le acercaron la cruz de Cristo al muerto y este resucitó.

En el siglo siguiente (siglo V) comenzó a celebrarse todos los 14 de septiembre la fiesta de la «Exaltación de la Santa Cruz». En la ciudad de Roma comenzó a celebrarse al menos desde el un par de siglos después.

Las primeras representaciones pictóricas de la Cruz ofrecen a un Cristo glorioso, con larga túnica y con corona de rey: sostiene una cruz, pero es el Cristo resucitado, el vencedor sobre la muerte. Recién cuando se instaló la oscura espiritualidad de la Edad Media, se le representó de manera más morbosa, como un torturado clavado a la madera.

Cuando los cristianos alcanzaron el poder y se convirtieron en la religión del imperio, la cruz se convirtió en un símbolo repetidísimo, en sus variadas formas:

  • La cruz que preside la misa, sobre el altar o cerca de él,
  • La cruz procesional que encabeza el rito de entrada en las ocasiones más solemnes, y parece ser el origen de que luego el lugar de la celebracion este presidido por ella,
  • En cada casa se clavaba una cruz en cada pared, como protección supersticiosa contra los fantasmas.
  • Al enterrar a una persona (estaba prohibida la cremación) se clavaba una cruz en la tierra que la cubría.
  • Las cruces penitenciales que los «nazarenos» portan sobre sus espaldas en la procesiones de Semana Santa,
  • La cruz de oro o de plata como adorno (joya) que muchas personas llevan al cuello,
  • La «señal de la cruz» que los cristianos trazan sobre otras personas, sobre objetos o sobre sí mismos, a la manera de una bendición mágica.

La cruz como símbolo

La cruz cristiana resume toda la teología (el estudio sobre el dios Yahvé), sobre el misterio de la salvación en Cristo, sobre la vida cristiana. La Cruz es todo un discurso: nos presenta a un Dios trascendente pero cercano; un Dios que ha querido vencer el mal con su propio dolor; un Cristo que es Juez y Señor, pero a la vez Siervo, que ha querido llegar a la total entrega de sí mismo, como imagen plástica del amor y de la condescendencia de Dios; un Cristo que en su Pascua ―muerte y resurrección― ha dado al mundo la reconciliación y la Nueva Alianza entre la humanidad y Dios...

La Cruz como símbolo era un escándalo para los judíos (ya que representaba el instrumento con que los romanos torturaban y mataban a los independentistas israelitas) y ―según el judío Pablo de Tarso en la Primera carta a los corintios (1, 18-23)― para los griegos era una necedad.

La señal de la cruz

La señal de la cruz es un signo, un «sacramental», por el cual los cristianos manifestan su fe en que Cristo los redimió de sus pecados al sufrir en una cruz. Según los cristianos, el signo vale solamente si se hace como expresión auténtica del corazón. Para realizar el signo se dice la oración: «En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo». Mientras se pronuncia, se lleva la mano derecha a la frente y se la toca con los dedos (mientras se está diciendo la palabra «Padre»), después se lleva al esternón (mientras se dice «Hijo»), al hombro izquierdo (mientras se dice «Espíritu») y al hombro derecho (mientras se dice «Santo»), tardando un poco menos de un segundo en cada sitio.

Diferentes tipos de cruces cristianas.
El cristiano comienza su jornada, sus oraciones y sus acciones con la señal de la cruz, «en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén». El bautizado consagra la jornada a la gloria de Dios e invoca la gracia del Señor que le permite actuar en el Espíritu como hijo del Padre. La señal de la cruz nos fortalece en las tentaciones y en las dificultades.
Ítem n.º 2157 del Catecismo de la Iglesia católica

En el libro Gestos y símbolos, editado por el Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona, encontramos una explicación más extensa:

Los cristianos, con frecuencia hacemos con la mano la señal de la cruz sobre nuestras personas. O nos la hacen otros, como en el caso del bautismo o de las bendiciones.
Al principio parece que era costumbre hacerla solo sobre la frente (utilizando el borde externo [izquierdo] del pulgar de la mano derecha). Luego se extendió poco a poco a lo que hoy conocemos: hacer la gran cruz sobre nosotros mismos (desde la frente al pecho y desde el hombro izquierdo al derecho) o bien la triple cruz pequeña, en la frente, en la boca y el pecho, como en el caso de la proclamación del Evangelio («por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos, señor Dios nuestro»).
Gestos y símbolos, libro editado por el Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona

Los cristianos afirman que el primero que hizo la señal de la cruz fue el mismo Cristo, que «extendió sus brazos en la cruz y sus brazos extendidos dibujaron entre el cielo y la Tierra el signo imborrable de su alianza». En el Antiguo testamento se hablaba de los marcados por el signo de la letra «tau», que tiene forma de cruz (Libro de Ezequiel, 9: 4-6) y el Apocalipsis de san Juan también afirma que los «elegidos» llevan una marca en su piel.

Celebración

La Iglesia católica celebra dos fiestas relacionadas con la cruz:

  • 3 de mayo: la Invención de la Santa Cruz (cuando la emperatriz Elena presentó una cruz y afirmó que era la reliquia del madero en el que tres siglos antes había sido fijado el Crucifijo), y
  • 14 de septiembre: la Exaltación de la Santa Cruz.

Fuentes