Cueva La Cidra

Cueva La Cidra
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Cuevacidra.jpg
Entrada cueva de La Cidra
UbicaciónSanto Domingo
Fecha de descubrimiento1915
Clasificación espeleológicaCueva

Cueva de La Cidra: Contiene la pictografía de un pájaro carpintero. Es conocida por su coincidencia con el mito de pané y las leyendas suramericanas del origen de las mujeres.

Ubicación geográfica

La cueva de La Cidra se encuentra ubicada en el Parque Nacional Nalga de Maco, en el extremo occidental de la Cordillera Central en República Dominicana. Nalga de Maco pertenece al Municipio de Pedro de Santana Elías Piña y fue declarado área protegida mediante el Decreto 221 de 30 de septiembre de 1995 y por la Ley 64 del 18 de agosto de 2000.

Esta parte de la Cordillera Central presenta paisajes de laderas y valles intramontanos, precipicios ondulantes, cañadas y depresiones. Las máximas elevaciones son Nalga de Maco con 1990 metros sobre el nivel del mar, y Monte Gallo con 840 m. Nalga de Maco es de topografía muy accidentada, lo que hace muy difícil su acceso. Sus rocas corresponden a calizas del cretáceo inferior hasta el oligoceno. Pueden encontrarse también rocas magmáticas (de origen ígneo) y una mezcla de rocas de origen tectónico.

En la zona se reportan 41 especies de plantas endémicas. De las estudiadas, los helechos (Pterophyta), las orquídeas (Orchidaceae) y las bromelias (Bromelia) son los grupos más abundantes. Musgos y líquenes cubren frecuentemente ramas de árboles y arbustos. Otras especies arbóreas relativamente comunes en el área son: Dendropanax arboreus (lengua de vaca), Brunelia comocladifolia (palo de cotorra), Schefflera tremula (palo de viento) y Schefflera morototoni (palo de sable).

Por otro lado 36% de los anfibios reportados en la Cordillera Central se encuentran presentes en el área y corresponden a los géneros Bufo, Eleutherodactylus, Hyla y Osteopylus. Se han reportado 12 especies de reptiles, entre ellas el lagarto Anolis ehteridgei.

En el área se han reportado 49 especies de aves, muchas de las cuales son endémicas en la isla y en amenazas de extinción o son migratorias. Entre las especies más frecuentes se observan el carpintero (Melanerpes striatus), el barrancolí (Todus angustirostris), la cigüita común (Coereba flaveola), el cuervo (Corvus leucognaphalus), el cao (Corvus palmarum), y los quirópetros Artibeus jamaicensis y Phyllops haitiensis que son las dos especies de murciélagos reportados en la zona.

Historia de su localización

En la primera visita realizada en marzo de 1998, nos acompañaban el espeleólogo francés Alain Gilbert y el práctico del poblado de Río Limpio, Teofilo Mora. Las primeras noticias de la cueva de La Cidra las obtuvimos del espeleólogo francés, quién la había visitado en 1997, con el Espeleogrupo de Santo Domingo (República Dominicana).

Luego de la visita de 1998 se han realizado varias excursiones a la cueva de La Cidra, entre las que cabe mencionar la del norteamericano Keith Christianson, biólogo especialista en murciélagos (Murciélago) en diciembre de2001, quien nos reporta la ubicación de otra cueva con arte rupestre a unos doscientos metros a la derecha de la cueva de La Cidra.

Una nueva visita a la cueva de La Cidra, en enero de 2002, nos permitió realizar observaciones más detalladas y un registro más minucioso, con cámaras y microscopios digitales y cámaras convencionales con películas de lata sensibilidad.

Tanto en esta ocasión como en la visita anterior no localizamos material arqueológico en superficie, no los moradores de las serranías, supieron darnos noticias de materiales arqueológicos en el área.

La cueva reportada por Keith Christianson fue efectivamente ubicada por nosotros y contamos con cuarenta y tres pictografías en color negro, con predominio de la figura humana, con complejos tocados frontales y aretes, entre otras particularidades; notamos la elección del emplazamiento de las pictografías, pues están realizadas en la zona clara de la cueva, en una colgadura, y los motivos están realizados en toda la formación caliza, tanto en la parte frontal como las trasera y las laterales, unidas entre sí por delicadas líneas; hay también en esta cueva otras pictografía, diseminadas por las paredes hacia en interior.

Pictografía en color blanco

Pictografía en blanco

La identificación del arte rupestre de la cueva de La Cidra constituye un valioso aporte a los estudios del arte parietal dominicano y de todo el Caribe. En 1998 dimos a conocer la existencia de treinta tres pictografías de color blanco en la entrada de la cueva de la Cidra, lado derecho (zona clara). En la República Dominicana sólo se conocían dos pictografías en color blanco, localizadas en la cueva Narciso Alberti Bosch, o cueva de José María, en el Parque Nacional del Este, provincia de Altagracia (Républica Dominicana).

Las pictografías en color blanco de La Cidra se distribuyen en una zona que va desde la entrada hasta veintitrés metros hacia el interior de la cueva, a alturas que varían entre diez centímetros y doce metros quince centímetros del nivel del suelo.

El pigmento es una pasta gruesa de color blanco, ligeramente azul; las pictografías parecen realizadas con espátulas, en líneas gruesas. Los motivos varían: en la zona cercana a la entrada son naturalistas, entre ellos hay una lechuza de alas extendidas encima de un árbol, recreados a partir de figuras geométricas; otra es un aculebra parcialmente oculta entre las sinuosidades de la roca de un diámetro de 2,70 m con un ancho que va de los 58 mm a los 26 mm en la parte más cercana a la cabeza. También identificamos una máscara y dos figuras antropomorfas; los restantes son motivos geométricos. A medida que se avanza hacia la zona oscura se evidencia un desprendimiento parcial o total de la capa original y en su lugar quedan unos trazos color naranja.

Principales características

Las pictografías blancas (33) representan el 19,1% de las registradas en la cueva de La Cidra (el total es de 172). A continuación relacionamos sus principales características:

  1. Técnica de elaboración: trazos gruesos, probablemente espatulados
  2. Materia prima: probablemente caolín
  3. Figuras naturalistas de tamaño normal
  4. Predominio de los motivos geométricos, con tendencia a la repetición para crear motivos nuevos; figuras triangulares, cuadradas, circulares y cruces
  5. Preferencia para la ejecución: entrada de la cueva (zona clara), lado derecho

Pictografías en color negro

Pictografía en negro

En el registro de las pictografías negras inventariamos 135 que representa el 78,4 % del total. La identificación de los motivos fue el siguiente: 61 pictografías corresponden a aves de diferentes tamaños y con diferentes técnicas de ejecución; 26 rayas y punteados; 6 fitomorfos; 5 antromorfos; 4 figuras indefinidas o no identificadas, y 3 diseños geométricos complejos. En un trabajo con los motivos ornitomorfos, separamos las 61 pictografías correspondientes a las aves y las dividimos atendiendo a las coincidencias en las técnicas de ejecución y/o en su diseño. Primeros clasificamos dos grupos: en uno registramos 22 pictografías orientadas hacia la derecha, la cabeza hacia el interior de la cueva; en el otro, contamos con 28 pictografías orientadas hacia la izquierda, la cabeza hacia la salida de la cueva. En el caso del Pájaro Carpintero, que se encuentra localizado en una formación en el centro de la cueva, su orientación es lateral derecha.

Principales características

  1. Técnica de elaboración: trazos finos; materia prima probablemente carbón
  2. Setenta a cine metros hacia el interior de la cueva (zona oscura), centro a pared izquierda
  3. Predominio de los diseños ornitomorfos (aves)
  4. Tendencia al mural; utilización
  5. Figuras complejas, tendencia a la creación de elementos complejos partiendo de la unión de elementos básicos; frecuencia de rayas y en zigzag

Otras pictografías

En otra parte de la cueva encontramos cuatro pictografías: dos de color rojo, una en color naranja y una en color verde.

Pictografía del pájaro carpintero

Pictografía del Pájaro carpintero

La pictografía del pájaro carpintero y la coincidencia con el mito de Pané y las leyendas suramericanas del origen de las mujeres. De las pictografías en color negro la más importante, es un impresionante panel pictográfico donde se destaca un pájaro carpintero que cava en un árbol; la pictografía está realizada en una gran columna que divide la cueva en dos galerías, y el panel fue realizado a una altura de 1,30 m del nivel del piso; el mural ocupa un área de 1 m de alto por 0,80 m de ancho (la parte visible), porque se advierte de manera difusa trazos en la parte inferior y en la parte superior lateral derecha. La figura central del pájaro carpintero ocupa treinta y tres centímetros, de los cuales la cabeza formada por círculos concéntricos (cinco en total) ocupa doce centímetros de largo por nueve de ancho; la figura está unida al árbol por las dos patas del ave y el pico, que toca directamente la parte del árbol donde ya está delimitado el círculo que describen los picotazos del ave. El árbol, que sobresale treinta y nueve centímetros por encima de la cabeza del ave, termina en cuatro ramas: dos hacia la derecha y dos hacia la izquierda, todas enroscadas hacia adentro en las dos ramas inferiores se describe otro círculo, que añade complejidad la mural. En la parte superior, lado derecho, y junto a la rama inferior se perciben trazos de otro elemento de difícil interpretación, pero que indefectiblemente forman parte del mural.; en esta parte (superior derecha) los trazos son tenues, casi borrados; en la parte inferior izquierda, aunque los trazos se aprecian fuertes y oscuros, una capa de liquen impide apreciarlos con claridad.

Tras la localización de la pictografía en cuestión intentamos una identificación del Ave. Anabel Dood en su Aves de la república Dominicana afirma que hasta la fecha se han identificado tres especies de pájaros carpinteros: el Nesomites micromegas (carpintero de sierra, carpintero bolo o carpinterito), Melanerpes striatus (carpintero) y Sphyrapicus varius (carpintero de paso). Es este último el que consideramos se corresponde con el pájaro de la pictografía, pero la cargas simbólica de l mural de la cueva de La Cidra va mas allá de la identificación de la imagen de un pájaro carpintero horadando el tronco, y tiene más sentido, si lo asociamos con el mito del origen de las mujeres.

Conclusiones

- La cueva de La Cidra es reportada en 1915 por Cayetano Armando Rodríguez, más tarde por Federico W. Lithgow Ceara el 28 de diciembre de 1954 y fue reubicada por Alain Giblert y el Espelogrupo de Santo Domingo en 1997; el autor de este texto reportó las pictografías en color blanco y detalles de su arte rupestre en el Boletín del Museo el Hombre Dominicano en 1998.

- En la cueva de La Cidra se estableció la presencia de dos estilos pictográficos claramente diferenciados y se cree que esta es consecuencia del desprendimiento de la capa de pintura blanca original, tal como se parecía en otras pictografías, con degradación parcial.

- Los aspectos geográficos, de localización, así como los aspectos morfológicos de la cueva, el difícil acceso, los estilos pictográficos diferentes y sus motivos zoomorfos, considerados como rituales o asociados con mitos y leyendas, tales como, lechuza, culebra y pájara carpintero nos hace suponer que la cueva tuvo uso ritual.

- En los mitos suramericanos la mujer es tallada en un árbol de jobo pero al hacerla no pueden darle el órgano reproductor, por lo que se ven en la necesidad de llamar al ave mítica para que realice esta labor.

- Creemos que el mural del pájara carpintero en la cueva de La Cidra es lo más cercano a una representación gráfica del mito del origen de las mujeres recogido por Pané; la carga simbólica de los elementos que lo conforman es indudable; existen además, otros símbolos asociados con el mural pero de difícil identificación dada la presencia de liquen.

- De todos modos, queda para el arte rupestre de la República Dominicana y del Caribe, enclavado en las distantes lomas de la Cordillera Central, en una cueva impresionante, esta pictografía de un pájara carpintero tallando un árbol en la noche de los tiempos, ajeno a las hipótesis y a las dudas.

Fuentes

  • Arrom, José Juan (1981): El murciélago y la lechuza en la cultura taína. Santo Domingo, Fundación García Arévalo.
  • José Gabriel Atiles. Arqueólogo dominicano
  • Atiles Bidó, José Gabriel (1999): "La cueva de La Cidra las más importante muestra de pictografías blancas en la República Dominicana" en Boletín del Museo del Hombre Dominicano No 30. Santo Domingo.
  • García Arevalo; Manuel (1989): El arte taíno de la República Dominicana. Barcelona. Editorial Pareja-Ediciones del Museo del Hombre Dominicano No 16. Santo Domingo.
  • El Caribe Arqueológico. Anuario Publicado por la Casa del Caribe como extensión de la revista del Caribe.