Cueva de Montesinos

Cueva de Montesinos
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Fue escenario de uno de los más fantasiosos pasajes de El Quijote, donde se introdujo en busca de encantamientos.
UbicaciónOssa de Montiel, Bandera de España España
Clasificación espeleológicaCueva

Cueva de Montesinos. Es una pequeña cavidad kárstica de muy poca profundidad generada por los procesos de disolución que las aguas de lluvia han originado en el roquedo de la zona.

Ubicación

En el camino de Ossa de Montiel hacia las Lagunas de Ruidera, concretamente a una altitud de 920 metros sobre el nivel del mar, al Sureste y cerca del punto geodésico Cabeza de San Pedro (cota 948 m.). Dista la gruta 6 km. de Ossa de Montiel y 14 del pequeño pueblo de Ruidera. De titularidad privada, por estar incluida en la finca San Pedro Alto, fue cedida al Ayuntamiento de Ossa de Montiel, por su propietario Félix García en 1982.

Características

En su interior existe una pequeña charca y unos techos desprovistos de rocas estalactitas. Grandes bloques de piedra, obstruyen parcialmente la entrada quedando, no obstante, suficiente espacio para irse adentrando en el recinto subterráneo, prácticamente erguidos. Próxima al umbral, a la izquierda, está la oquedad portal, que en otros tiempos llamaban de los Arrieros, por guarecerse en ocasiones éstos, a su paso por los parajes, en circunstancias de inclemencias climatológicas. Es todavía por tanto, y pese a que en el suelo se van estratificando desperdicios y arrastres, un habitáculo natural suficientemente amplio como para dar cobijo a personas y caballerías.

Fauna

A partir de la mitad de la cavidad aparece la zona más amplia, conocida como la Gran Sala, de cuyo techo han sido encontrados, un centenar de murciélagos, ausentes en este medio durante años, ya que el ambiente de la cueva, por factores antrópicos no era el apropiado: el ser humano con sus visitas aglomeradas y descontroladas a la cueva, ocasiona entre otras perturbaciones, la alteración de la pureza y humedad ambiental fundamental para que a estos mamíferos no se les resequen las finísimas membranas de las alas ocasionándoles la muerte al no poder volar.

Arte rupestre

No existe en la cueva ni el más pequeño residuo, y si hubo actividad de este tipo en algún momento, ha sido borrada, no por las gentes, sino por la climatología subterránea, ya que la cavidad en períodos con índices pluviométricos medianamente copiosos, se constituye en una ducha continua por la infiltración de las aguas superficiales, creando unas condiciones ambientales con un elevado grado de humedad, inapropiado incluso para la habitabilidad.

Descubrimiento

Existen restos de útiles, que manifiestan la actividad humana desde tiempos remotos, como cuchillos y puntas de flecha de sílex (microlitos), relacionados con trozos de hachas pulimentadas, denominadas por las gentes como "piedras de rayo". Pertenecían a hombres del Neolítico final y de los inicios de la Edad de los Metales. Del mismo período, hay una fusayola en la sala de entrada a la cueva. La cerámica también se halla presente, en pequeños fragmentos. De metal aparecen sellos, sortijas, aretes y abalorios como pinzas; las monedas pertenecen al Alto Imperio, de Alejandro Severo, y también existen pequeños bronces del Bajo Imperio, de Magnencio y Constancio Galo. Esto demuestra que familias romanas o romanizadas, se asentaron hacia los primeros siglos de la era cristiana, aproximadamente, junto al lado de la caverna.También ha sido encontrada una moneda en cuyo anverso ofrece la inscripción de la cabeza desnuda del emperador Tiberio, y en el reverso consta el topónimo Segóbriga; esto da la idea de que se trata de una moneda del reinado de Tiberio, acuñada en Segóbriga (Cuenca), por los años 14 al 36 d.n.e.

Literatura

Miguel de Cervantes en su genial obra el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha situó en las profundidades de esta cueva el más famoso encantamiento de la historia de la literatura, convirtiendo a distintos personajes literarios – la dama Ruidera y sus hijas – en río y lagunas. Toda la historia transcurre en los capítulos XXII al XIV de la segunda parte del Quijote, que tratan de las admirables cosas que el valeroso caballero contó que había visto en su gran aventura en las profundidades de la gruta.

Véase también

Fuentes