Cumbre de las Américas

Cumbre de las Américas
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Cumbres de las americas.jpg
TipoCumbre presidencial
ÁmbitoAsuntos multilaterales
SucesoReflexionar y debatir sobre aspectos políticos compartidos, afirmar valores comunes y comprometerse a acciones concertadas a nivel nacional y regional con el fin de hacer frente a desafíos presentes y futuros que enfrentan los países de las Américas.
FrecuenciaTrianual
ParticipantesPresidentes de los países de América Latina y Estados Unidos

Cumbre de las Américas. Reunión de Jefes de Estado y de Gobierno del Hemisferio occidental para debatir sobre políticas comunes, búsqueda de soluciones y desarrollo de una visión compartida, y comprometerse a acciones concertadas a nivel nacional y regional con el fin de hacer frente a desafíos presentes y futuros que enfrentan los países de las Américas en las áreas económicas, sociales y políticas.

El proceso es guiado por principios políticos compartidos y por mecanismos institucionales establecidos. Los principios políticos del proceso dictaron que éste debía incluir a 34 naciones de las Américas excluyendo a Cuba durante las seis primeras Cumbres. A partir de la VII Cumbre, celebrada en Panamá, participan los 35 países del continente, incluida Cuba, que lo hizo por primera vez en la historia como resultado del sólido y unánime consenso de la América Latina y el Caribe, que demandaron el fin de su exclusión del concierto continental impuesto por Estados Unidos. La participación de Cuba representó una auténtica revolución para el foro.

El cónclave, que se realiza cada tres años, ofrece la oportunidad a los países de definir conjuntamente una agenda hemisférica al más alto nivel que aborda los desafíos urgentes de la región.

Antecedentes

A fines del siglo XIX, durante la Primera Conferencia Internacional Americana, los gobiernos decidieron establecer la Oficina Comercial de las Repúblicas Americanas, predecesora de la “Unión Panamericana” y que luego, el año 1948, daría paso a la Organización de Estados Americanos. Desde esa Primera Conferencia hasta los primeros años del siglo XXI, sucesivos cambios y rupturas en el sistema internacional, desde las dos guerras mundiales hasta el mundo bipolar y posteriormente el fenómeno de la globalización, condicionaron la ideología y la práctica del multilateralismo en la región[1].

En una primera etapa, las conferencias interamericanas impulsaron la evolución del Derecho Interamericano, a través de la suscripción de convenciones y acuerdos en temas tan diversos como comercio, aguas internacionales, derecho de asilo, arbitraje, adopción de tratados sobre principios, prácticas y procedimientos de derecho internacional privado y público, Convención de Correos, Convención Consular e incluso, pusieron en vigencia un Código de Derecho Internacional Privado[2]. Esa primera fase del multilateralismo, caracterizado por el desarrollo del Derecho Internacional Interamericano, duró hasta los primeros años después de la Segunda Guerra Mundial.

En una segunda etapa, la agenda regional fue profundamente influenciada por la confrontación ideológica de los años de la Guerra Fría y el sistema interamericano subordinó los principios y valores políticos de la democracia a intereses de seguridad regional.

En este período fueron celebradas dos Cumbres Presidenciales. La primera, en julio de 1956, reunió a 19 líderes de distintos países en la Cuidad de Panamá, Panamá con el auspicio de la Organización de Estados Americanos. Se esperaba que la Cumbre fortaleciera a la OEA como fuerza guiadora para el desarrollo económico y social de las Américas. Los representantes reunidos en Panamá emprendieron las siguientes acciones:

  • Se establecieron comités para estudiar los problemas críticos en el Hemisferio.
  • Se adoptó la Declaración de Panamá, la cual instaba a un esfuerzo cooperativo para promover la libertad humana y aumentar el nivel de vida.
  • La reunión ayudó a establecer las bases para la creación del Banco Interamericano de Desarrollo (el acuerdo que establece al BID), y los elementos de la Alianza para el Progreso.

La segunda Cumbre, celebrada en Punta del Este, Uruguay en abril de 1967 también reunió a 19 líderes del hemisferio, además de un representante de Haití.

Su objetivo era fortalecer la Alianza para el Progreso. Ésta fue una iniciativa del Presidente Kennedy para promover el desarrollo y las relaciones pacíficas en las Américas. Los líderes estaban motivados por las críticas condiciones sociales y económicas que amenazaban con crear inestabilidad en muchas partes del Hemisferio. A pesar de que los Estados Unidos celebró reuniones para desarrollar la agenda de las Cumbres, la OEA llevó a cabo el proceso de consultas y co-auspició el evento junto con Uruguay.

La Conferencia dio origen a la Declaración de los Presidentes de América, la cual fue firmada por 19 de los 20 países participantes. La Declaración estableció numerosos objetivos, incluyendo la creación del Mercado Común Latinoamericano para el año 1980, así como proyectos de cooperación multilateral en desarrollo de infraestructura, agricultura, control de armas y educación, en el marco de la “Alianza para el Progreso”. Muchas de esas metas nunca se cumplieron, restando credibilidad a la efectividad de las Cumbres como instrumento de cambio y progreso en la región.

En 1967 no se logró una visión de libre comercio al sur de los Estados Unidos en el Hemisferio y el plan de desarrollo nunca se implementó en su totalidad.

Entre 1967 y 1994 el clima político, económico y social de las Américas experimentó un cambio. De la desconfianza y la confrontación que caracterizó el período de la Guerra Fría, la región pasó a construir una nueva agenda basada en tres consensos fundamentales: democracia, libre mercado y la necesidad de fortalecer el multilateralismo en la región, como respuesta al fenómeno de la globalización. La existencia de esas referencias políticas y económicas comunes abrieron paso a un vasto proyecto de cooperación política e integración económica en el Hemisferio.

Para 1994 (veintisiete años después), en Miami, existían supuestas condiciones históricas favorables para que los gobiernos de las Américas se volvieran a reunir una vez más. El fin de la Guerra Fría trajo consigo una nueva era de consenso y entendimiento en un momento en el cual los pueblos del continente seguían enfrentando problemas importantes.

Es por ello que en enero de 1994 el entonces Presidente William Clinton propuso organizar una Cumbre Presidencial en los Estados Unidos con el fin de discutir los siguientes temas:

  • Principios y valores democráticos; fortalecimiento de las instituciones.
  • Estrategias comunes para la consolidación de la democracia, la expansión del comercio y una mayor integración.
  • Mecanismos que aseguraran los beneficios de la democracia y reforma económica.
  • Nuevas relaciones para superar los obstáculos al desarrollo.
  • Integración y fortalecimiento de instituciones hemisféricas existentes.

En marzo de ese mismo año, el vicepresidente norteamericano Al Gore, en una visita a México, anunció el deseo del Presidente Clinton de auspiciar una Cumbre en Miami en diciembre de 1994. Los siguientes temas fueron expuestos para su discusión en Miami:

  • Consolidación de la democracia, procedimientos efectivos y asuntos relacionados como la lucha contra el tráfico de drogas.
  • Crecimiento y prosperidad – crecimiento del comercio, beneficios mutuos, mejores condiciones de trabajo y protección del medio ambiente.
  • Asuntos sociales: pobreza, salud, educación y la creación de fuentes de trabajo.

Durante el primer semestre de 1994, los Estados Unidos llevó a cabo consultas bilaterales con el fin de desarrollar una Declaración y un Plan de Acción para la Cumbre. Durante los meses siguientes, se llevaron a cabo varias reuniones intergubernamentales y muchas organizaciones internacionales contribuyeron con documentos y sugerencias que fueron consideradas por los organizadores y participantes de la Cumbre. En el caso de la OEA, el Consejo Permanente junto con el Secretario General, preparó un documento delineando las posibles contribuciones de la OEA a la Cumbre de las Américas.

Mientras continuaban las consultas intergubernamentales en preparación de la Cumbre, el Grupo de Río se reunió en octubre de 1994. Los miembros del Grupo acordaron presentar una propuesta multilateral, lograda por consenso, para el Plan de Acción de Miami. Esto llevó a los coordinadores de los 34 países miembros de la OEA a reunirse a fines de noviembre, en Airlie House, Virginia, con el fin de aprobar los documentos finales. Esta reunión fue de suma importancia ya que fue la primera vez en la preparación de la Cumbre que los representantes de los 34 países se sentaron en la misma mesa para discutir y negociar, bajo las mismas condiciones, los compromisos del Plan de Acción que sería aprobado por todos los países participantes de la Cumbre.

La Cumbre

Proceso de las Cumbres

Uno de los objetivos fundamentales del Proceso de Cumbres moderno que se inició en Miami, en 1994, fue reorganizar las relaciones Interamericanas adaptando las discusiones y los procedimientos a las nuevas condiciones políticas, económicas y sociales del mundo y de la región.

Los Jefes de Estado y de Gobierno de las Américas, los arquitectos de este nuevo sistema, decidieron reunirse periódicamente con el fin de definir los preceptos fundamentales de la nueva agenda Hemisférica. La decisión de institucionalizar las reuniones resultó en el concepto de un "Proceso de Cumbres", donde se acumulan experiencias, se forja un lenguaje común y se programan mandatos para la acción colectiva sistematizando las nuevas referencias teóricas y prácticas en las relaciones hemisféricas. Esta institucionalización había estado ausente durante las cumbres de la Guerra Fría, las cuales eran organizadas ad hoc.

Desde el inicio del Proceso de Cumbres, los Jefes de Estado y de Gobierno han establecido una variedad de preferencias que abordan las prioridades y las necesidades de los pueblos del Hemisferio. La democracia siempre ha sido un tema central en las Cumbres a pesar de la heterogeneidad de los temas que en ella se abordan, estos han sido tratados de acuerdo a las necesidades y preocupaciones de los Estados miembros, incluida la construcción de una comunidad hemisférica democrática, la preservación y el fortalecimiento del sistema democrático, la buena gobernanza, y la interrelación entre la democracia y las cuestiones socioeconómicas[3].

Con el objetivo de buscar mecanismos para mejorar el proceso de las Cumbres, y con el propósito de proponer soluciones concretas y viables, la Secretaría de Cumbres de las Américas trabaja conjuntamente con la Secretaria General y los Estados Miembros y preparó un Sistema de Seguimiento de los Mandatos de las Cumbres de las Américas.

El Proceso de Cumbres busca de una forma multidimensional fortalecer la democracia y la gobernabilidad, contribuyendo a reducir la pobreza y a incrementar las oportunidades en las Américas.

En este sentido, la gestión de mandatos orientada en resultados juega un papel importante en la generación de información para la toma de decisión de los gobiernos, particularmente en lo relacionado a la continuidad de sus políticas y la designación de recursos necesarios para la implementación de las mismas. Mediante una mayor eficiencia en el procesamiento de información y de sistematización de los resultados, el SISCA comprende una herramienta útil en la promoción de una mayor transparencia y eficacia en el proceso de seguimiento de los compromisos asumidos en las Cumbres de las Américas.

Secretaría de Cumbres

La Secretaría de Cumbres de las Américas forma parte de los mecanismos institucionales del proceso de Cumbres de las Américas, y realiza tareas de apoyo en la planeación, implementación, difusión y seguimiento de los mandatos[4].

El papel de la OEA en el Proceso de Cumbres se ha venido transformando, en la I Cumbre de las Américas, realizada en la ciudad de Miami en 1994, diversas organizaciones internacionales contribuyeron con documentos y sugerencias que fueron consideradas por los organizadores y participantes de la Cumbre. En el caso de la OEA, el Consejo Permanente junto con el Secretario General, prepararon un documento que delineaba las posibles contribuciones de la OEA a la Cumbre de las Américas. El entonces Secretario General, César Gaviria, asistió a la Cumbre y habló sobre la importancia de este evento para las relaciones interamericanas y para la construcción de la confianza entre los países, y las instituciones del Sistema Interamericano.

Este fue el punto de partida del proceso de Cumbres que fue institucionalizado en el marco de las relaciones hemisféricas y que busca acumular experiencias, forjar un lenguaje común y acordar mandatos para la acción colectiva en temas de interés regional.

Posteriormente, la OEA tuvo un rol esencial en la preparación y celebración de la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible que se realizó en Santa Cruz de la Sierra en Bolivia en 1996. Las principales negociaciones de la Declaración y el Plan de Acción de la Cumbre se realizaron en la sede de la OEA, con el apoyo de este organismo como secretaría técnica. Allí, se encomendó a la OEA a realizar importantes tareas en el seguimiento de los mandatos.

La OEA participó en el trabajo preparatorio de la II Cumbre de las Américas, que tuvo lugar en Santiago de Chile, Chile, en 1998, brindando ayuda técnica y organizando reuniones preparatorias en distintas áreas como educación, ciencia y tecnología, participación pública, y drogas, entre otras. El Plan de Acción de la Cumbre de Santiago encomendó a la OEA la implementación de gran parte de los mandatos, y en particular, le asignó la responsabilidad de mantener “la memoria institucional del Proceso de Cumbres y de proveer apoyo técnico al Grupo de Revisión de la Implementación de las Cumbres (GRIC)".

Como resultado de este mandato el Secretario General creó, en julio de 1998, la Oficina de Seguimiento de Cumbres de la OEA (OSFU), establecida como memoria institucional y secretaría del Proceso de Cumbres, seguimiento a la implementación de los mandatos y respaldo al GRIC y a la Presidencia del mismo.

La III Cumbre de las Américas que tuvo lugar en la ciudad de Québec, Canadá, en el 2001, reconoció la función central que la OEA cumple en apoyo del Proceso de Cumbres, y la labor de la Comisión Especial de Gestión de Cumbres Interamericanas (CEGCI) de coordinar los esfuerzos de la OEA en esta materia y como foro para que la sociedad civil contribuya al proceso de Cumbres de las Américas.

En preparación para Québec, la Oficina de Seguimiento de Cumbres, se encargó del manejo de los documentos de negociación en el sitio Web, y organizó las reuniones de negociación junto con el gobierno de Canadá. En esta oportunidad, los Jefes de Estado y de Gobierno designaron a la Oficina de Seguimiento de Cumbres, como la Secretaría del Proceso de Cumbres, encomendaron a la OEA la implementación de varios de los mandatos en distintas áreas y le encargaron coordinar el trabajo de los organismos internacionales con relación a dichos mandatos.

Para formalizar los compromisos adquiridos en Québec, el Secretario General de la OEA firmó la Orden Ejecutiva No. 02–03, el 31 de mayo de 2002, en la cual se fortalecieron las responsabilidades de la Oficina de Seguimiento de Cumbres y se le cambia el nombre a Secretaría del Proceso de Cumbres. La orden estipuló también la responsabilidad de la Secretaría de coordinar las actividades sobre la participación de la sociedad civil en el Proceso de Cumbres y presidir el Grupo de Trabajo Conjunto de Cumbres (GTCC), conformado actualmente por la Secretaría General de la OEA, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Banco Mundial, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Banco Centroamericano para la Integración Económica (BCIE), la Corporación Andina de Fomento (CAF), el Banco de Desarrollo del Caribe (CDB), la Organización Mundial para las Migraciones (OIM), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

La Secretaría del Proceso de Cumbres fue llamada a formular sugerencias para la participación de las organizaciones de la sociedad civil en las actividades de la OEA, de conformidad con las directrices que para este fin fueron creadas; a trabajar en la vinculación de las reuniones ministeriales y otras reuniones sectoriales al Proceso de Cumbres, a distribuir la información que emane de éstas a los mecanismos de seguimiento del proceso de Cumbres y a desarrollar actividades específicas para evaluar la implementación.

Dicha Orden Ejecutiva fue reformada mediante Orden Ejecutiva No 05–13 Rev. 3 del 30 de marzo de 2007, la cual reestructura la Secretaría General y precisa la función ante la Secretaría de Cumbres de las Américas frente a los actores gubernamentales, sociales, académicos e institucionales que participan en el Proceso de Cumbres.

En la Cumbre Extraordinaria de las Américas, que tuvo lugar en Monterrey, México en enero de 2004, los gobiernos suscribieron la Declaración de Nuevo León, en la que manifiestan su agradecimiento con la OEA y su Secretaría General, en particular con la Secretaría del Proceso de Cumbres de las Américas y con el Grupo de Trabajo Conjunto de Cumbres, por su labor de seguimiento e implementación de los mandatos. Hicieron un llamado a que las organizaciones del Sistema Interamericano profundizaran su apoyo y prestaran asistencia en los preparativos para la IV Cumbre de las Américas.

La Secretaría de Cumbres de las Américas tuvo un papel fundamental en los preparativos para la IV Cumbre de las Américas, celebrada en Mar del Plata, Argentina en noviembre de 2005. En dicha Cumbre, los Jefes de Estado y de Gobierno se reunieron para discutir el tema: «Crear Trabajo para Enfrentar la Pobreza y Fortalecer la Gobernabilidad Democrática». La Declaración y Plan de Acción de Mar del Plata instruyeron a la Secretaría General a que continuara ejerciendo las funciones de secretaría técnica, brindara apoyo a las reuniones del Grupo de Revisión de la Implementación de Cumbres (GRIC), y a las reuniones ministeriales y conferencias especializadas, coordinar la participación de la sociedad civil y asegurar la divulgación de información sobre el Proceso de Cumbres y los compromisos asumidos por los Estados. En el Plan de Acción de Mar del Plata, las organizaciones del GTCC fueron llamadas a realizar tareas específicas para el logro de los objetivos de crecimiento y gobernabilidad democrática en la región.

La V Cumbre de las Américas, celebrada en Trinidad y Tobago del 17 al 19 de abril de 2009, fue un encuentro en el que los Jefes de Estado y de Gobierno marcaron una nueva era en las relaciones interamericanas. Asimismo se puso de relieve un proceso que se había iniciado 15 años atrás. Ahora, más que nunca, con el renovado compromiso hacia el Proceso de Cumbres, se evidenció la utilidad de contar con un sistema de seguimiento de mandatos que permitiera a los Estados Miembros de la OEA abordar, de manera integral, los compromisos colectivos asumidos en las diferentes Cumbres de las Américas.

La V Cumbre de las Américas estableció un nuevo tono en las relaciones hemisféricas, armonizando el desarrollo de iniciativas de colaboración multilateral en espera de que produzcan resultados a largo plazo.

La Secretaría también maneja el sitio Web llamado “Sistema de Información de las Cumbres de las Américas”, un recurso para la interacción con los actores del proceso, los gobiernos, y la sociedad civil en general.

La Secretaría de Cumbres de las Américas continúa su labor de seguimiento, memoria institucional y apoyo al GRIC, a la Comisión sobre Gestión de Cumbres Interamericanas y Participación de la Sociedad Civil en las Actividades de la OEA (CISC) y a la presidencia del Proceso, trabajo que ha sido complementado con actividades de difusión, creación de incentivos para la participación de la sociedad civil, colaboración en reuniones ministeriales, presentación de reportes, investigaciones y organización de otros eventos relacionados con los compromisos adquiridos en las declaraciones y en los temas propuestos para futuras Cumbres.

Seguimiento e implementación

Con el objetivo de buscar elementos para mejorar el mecanismo de Cumbres, y con el propósito de proponer soluciones concretas y viables, la Secretaría de Cumbres de las Américas ha trabajado activa y conjuntamente con la Secretaria General y los Estados Miembros y ha preparado el Sistema de Seguimiento de las Cumbres de las Américas. El sistema de seguimiento es un mecanismo que provee a los Estados Miembros las herramientas necesarias para facilitar el logro de las metas establecidas en los mandatos, con miras a que éstas sean medibles a largo y mediano plazo mediante una gestión orientada en resultados. A su vez, se pretende implementar una nueva metodología de seguimiento de los Mandatos con el propósito de modernizar y optimizar los procesos que involucran a todos los actores de las Cumbres de las Américas.

Progresivamente los resultados de las Cumbres de las Américas han adquirido un carácter orientador para los Estados. Los gobiernos ven en esos resultados una guía estratégica que puede encauzar muchas de sus acciones durante un período significativo de tiempo.

El Proceso de las Cumbres de las Américas trae consigo una creciente responsabilidad al impulsar a actuar en ellas con un gran dinamismo para ser capaces de mantenernos al día con los nuevos desafíos y con las nuevas necesidades que afectan los pueblos del hemisferio.

Sistema de seguimiento

El sistema de seguimiento de las Cumbres de las Américas es una herramienta de trabajo interinstitucional disponible en línea tanto para la incorporación de información por parte de las entidades vinculadas al sistema como para consulta de la ciudadanía. Es además, un espacio virtual de interacción, donde las entidades de los gobiernos registran las metas y avances asociadas a los mandatos provenientes de las Cumbres. Adicionalmente, es un espacio que permite registrar información cualitativa, como políticas, estrategias, restricciones enfrentadas y pasaos a seguir para el adecuado cumplimiento de las metas asociadas a los Mandatos[5].

Cumplir con los compromisos de las Cumbres de las Américas requiere un esfuerzo colectivo con los gobiernos, la sociedad, el sector privado, e instituciones. En particular, las doce instituciones parte del Grupo de Trabajo Conjunto de Cumbres (GTCC), el cual es presidido por la OEA, colaboran en un compromiso integral en un esfuerzo global creando mayor sinergia al ayudar a implementar los mandatos y brindando asistencia técnica a los Estados Miembros.

El sistema de seguimiento de las Cumbres de las Américas procura facilitar el esfuerzo para renovar compromisos hacia acciones colectivas, en identificar e intercambiar buenas prácticas, y compartir lecciones aprendidas para poder mejorar la eficiencia y eficacia de acciones a nivel nacional e internacional en un espíritu de asociación genuina.

En este sentido, la gestión de mandatos orientada en resultados juega un papel importante en la generación de información para la toma de decisión de los gobiernos, particularmente en lo relacionado a la continuidad de sus políticas y la designación de recursos necesarios para la implementación de las mismas.

Mediante una mayor eficiencia en el procesamiento de información y de sistematización de los resultados, el sistema de seguimiento comprende una herramienta útil en la promoción de una mayor eficacia en el proceso de seguimiento de los compromisos asumidos en la Cumbres de las Américas.

Organizaciones Internacionales

El Plan de Acción de Santiago estableció que las Organizaciones Internacionales, de acuerdo a las decisiones de la Cumbre, tendrían responsabilidades en la implementación de los mandatos del proceso, como corresponda. Además de la OEA, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Banco Interamerica no de Desarrollo (BID), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Banco Mundial (BM) fueron consideradas como las principales organizaciones multilaterales involucradas en la implementación de temas específicos de la Cumbre. La OEA tendría la responsabilidad de operar como mecanismo de registro, "memoria institucional del Proceso de Cumbres y de proveer apoyo técnico al GRIC".

Durante la Tercera Cumbre de las Américas, estas instituciones (OEA, CEPAL, BID, OPS y BM) presentaron un informe hemisférico conjunto de actividades realizadas en cumplimiento a los mandatos de la Cumbre de Santiago.

El rol de las instituciones pasó a ser aún más relevante después de la Cumbre de Québec, cuyo Plan de Acción instó a los organismos internacionales a coordinar su trabajo e involucrarse en todas las etapas del Proceso de Cumbres. En respuesta a este mandato, los organismos internacionales (OEA, BID, OPS, CEPAL) firmaron el 21 de junio de 2001 una Carta de Entendimiento con el objeto de lograr una mayor coordinación en el apoyo a la implementación y seguimiento de los mandatos de las Cumbres de las Américas. Mediante esta Carta de Entendimiento se estableció el Grupo de Trabajo Conjunto.

Posteriormente, también se invitó al Banco Mundial, al Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), a la Corporación Andina de Fomento (CAF), al Banco Caribeño de Desarrollo (BCD) y al Banco Centroamérica para la Integración Económica (BCIE) a participar de esta instancia de coordinación. Durante el 2004, la Organización Internacional de Migraciones (OIM) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) solicitaron participar en las actividades del Grupo de Trabajo Conjunto. Igualmente, durante el 2005, el Instituto para la Conectividad en las Américas (ICA) solicitó participar en dichas actividades.

El Grupo de Trabajo Conjunto se reúne periódicamente para realizar la planificación de actividades conjuntas e intercambiar información sobre programas, proyectos y actividades relacionadas al cumplimiento de mandatos de la Cumbre de Québec. La Secretaría de Cumbres de la OEA preside y coordina las actividades de este Grupo de Trabajo.

Grupo de Revisión de la Implementación de Cumbres

El Grupo de Revisión de la Implementación de Cumbres (GRIC), es el órgano ejecutor principal del Proceso de Cumbres y está compuesto por los 34 gobiernos del Hemisferio los cuales están representados en el GRIC a través de Coordinadores Nacionales designados por sus gobiernos[6].

Fue creado en 1995 y es presidido por el Presidente del Proceso de Cumbres de las Américas.

El GRIC se reúne un promedio de tres veces al año y celebra por lo menos una reunión a nivel ministerial. Es responsable de informar anualmente a los Ministros de Relaciones Exteriores sobre el progreso logrado en cumplimiento de los Mandatos de las Cumbres. Esta información es revisada por los Ministros en ocasión del período ordinario de sesiones de la Asamblea General de la OEA.

Al principio, el GRIC estaba compuesto por miembros que representaban las diferentes subregiones del Hemisferio. Luego estuvo conformado por representantes de todos los países del Hemisferio. A raíz de la Cumbre de Quebec en 2001, se le encomendó al GRIC y al Consejo Ejecutivo la responsabilidad de realizar el seguimiento de los mandatos de las Cumbres con el apoyo de la Oficina de la OEA para el Seguimiento de Cumbres, la cual se convirtió luego en la Secretaría de Cumbres de las Américas.

La coordinación de la Cumbre cuenta con dos órganos asesores:

  • El Consejo Directivo está compuesto por países anfitriones de las anteriores y futuras Cumbres. Su papel es asistir a la Presidencia a preparar las reuniones del GRIC así como apoyar en los preparativos de futuras Cumbres.
  • El Consejo Ejecutivo del GRIC fue creado por el Plan de Acción de la Tercera Cumbre en la ciudad de Quebec, como un órgano representativo regional cuyo papel es evaluar, fortalecer y apoyar el seguimiento de las iniciativas de la Cumbre. Los miembros del Consejo Ejecutivo son los Estados Unidos, Bolivia, Chile, Canadá, México, Argentina, Trinidad y Tobago, Brasil, y los países designados en nombre de CARICOM, la Comunidad Andina, Centroamérica y el Grupo de Río.

Las instituciones del Grupo de Trabajo Conjunto de Cumbres, la OEA, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), la Corporación Andina de Fomento (CAF), el Banco Mundial, el Banco de Desarrollo del Caribe (CDB), la Organización Internacional de Migraciones (OIM), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) proporcionan apoyo técnico al GRIC.

Grupo de Trabajo Conjunto de Cumbres

El Grupo de Trabajo Conjunto de Cumbres (GTCC) coordina el apoyo que le brindan doce instituciones interamericanas e internacionales al Proceso de Cumbres. Estas instituciones proveen orientación técnica a países para la identificación y negociación de temas tratados en el Proceso de Cumbres. El GTCC también planea y desempeña proyectos e iniciativas para la implementación de compromisos de Cumbre y apoya a las Reuniones Ministeriales y sus vínculos al Proceso de Cumbres. Además, el grupo participa en diálogos sobre políticas de Cumbres para intercambiar ideas con respecto a enfoques de política en el Proceso de Cumbres. La Secretaria de Cumbres de las Américas de la OEA preside el GTCC[7].

Durante la Tercera Cumbre de las Américas, celebrada en la Ciudad de Québec, Canadá, en 2001, las instituciones asociadas al Proceso de Cumbres (la Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Banco Mundial, bajo la coordinación de la Organización de los Estados Americanos (OEA), presentaron su primer informe hemisférico conjunto, resumiendo las actividades realizadas para el cumplimiento de los mandatos de la Segunda Cumbre de las Américas, celebrada en Santiago de Chile, en 1998.

Como resultado de la Tercera Cumbre de las Américas, el rol de estas instituciones pasó a ser aún más relevante, ya que el Plan de Acción de la Ciudad de Québec subraya la necesidad de una coordinación permanente dentro del sistema interamericano y acoge con beneplácito el involucramiento de los organismos internacionales en todas las etapas del Proceso de Cumbres.

En seguimiento a este mandato, las instituciones susodichas firmaron en 2001, una Carta de Entendimiento, mediante la cual se creó el Grupo de Trabajo Conjunto de Cumbres (GTCC). Este Grupo tiene como objetivo lograr una mayor coordinación en la implementación y seguimiento de mandatos. Posteriormente, el Grupo invitó al Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), a la Corporación Andina de Fomento (CAF), al Banco de Desarrollo del Caribe (BDC) y al Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), a participar en sus actividades.

La participación de estas instituciones fue fundamental durante los preparativos para la Cumbre Extraordinaria de las Américas, celebrada en 2004, en Monterrey, México. El GTCC estuvo presente en las sesiones de negociación de la Declaración de Nuevo León y prestó apoyo técnico a los Gobiernos cuando éstos lo solicitaron. También en 2004, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se unieron al Grupo de Trabajo Conjunto de Cumbres. En la Declaración de Mar del Plata de la Cuarta Cumbre de las Américas de 2005, los Jefes de Estado y de Gobierno de las Américas delegaron a las instituciones asociadas del GTCC a continuar apoyando, por medio de sus respectivas actividades y programas, a dar seguimiento y a la implementación de las Declaraciones de Planes de Acción de las Cumbres de las Américas y a brindar asistencia en los preparativos de futuras Cumbres.

En 2009, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) solicitó su participación en las actividades del GTCC, lo cual llevo el número de instituciones a doce. Durante el mismo año, el Grupo de Trabajo Conjunto de Cumbres (GTCC) brindó apoyo clave para la Quinta Cumbre de las Américas a través de su participación activa en numerosos eventos antes y durante la reunión de Jefes de Estado en Puerto España, Trinidad y Tobago. Muchas de las instituciones fueron llamadas a desempeñar un papel importante al brindar sus conocimientos especializados y para facilitar el diálogo entre la sociedad civil, los jóvenes, el sector privado, los trabajadores, entre otros grupos interesados, durante los diversos foros celebrados en los días previos a la Cumbre.

El GTCC presentó a estos foros, así como a delegaciones de Estados Miembros, su más reciente informe sobre la labor individual y colectiva para implementar los mandatos de la Cumbre y los compromisos titulado "Logros de las Cumbres de las Américas: Desde Mar del Plata a Puerto España". Esta publicación presenta los esfuerzos del GTCC para apoyar los mandatos de la Cuarta Cumbre, así como una visión general de las estrategias y acciones para contribuir a los compromisos asumidos en la Quinta Cumbre.

Así como el proceso de Cumbres ha proporcionado el marco para los Estados Miembros de la OEA para colaborar y coordinar sus programas de desarrollo al más alto nivel político, el GTCC proporciona a las instituciones multilaterales interamericanas y otros organismos, un mecanismo para coordinar y sincronizar su apoyo a los países en la formulación e implementación de compromisos y prioridades de las Cumbres. Es responsabilidad de la Secretaría de Cumbres de las Américas aprovechar el importante apoyo técnico y recursos del GTCC en el proceso de Cumbres para el beneficio de todos los actores interesados, incluyendo el País Anfitrión de la Cumbre, los Estados Miembros de la OEA, los actores sociales, y otras instituciones asociadas del GTCC.

Actores sociales

La participación de la sociedad civil en el proceso comenzó en la II Cumbre en Santiago de Chile y se institucionalizó posteriormente en la Tercera Cumbre en la Ciudad de Quebec. Desde entonces, las Organizaciones de la Sociedad Civil, los Pueblos Indígenas, la Juventud, el Sector Privado, los Sindicatos de Trabajadores y otros actores sociales juegan un papel muy importante en el Proceso de Cumbres presentando recomendaciones a los Estados Miembros, en preparación para las Cumbres futuras y asistiendo en la implementación de iniciativas para el desarrollo de la agenda hemisferica.

El Proceso de Cumbres ha incentivado la participación de los actores sociales en el Hemisferio. En as Cumbres, los Jefes de Estado y de Gobierno han reconocido la importancia de incluir a los diversos actores de la sociedad y alentaron a los gobiernos a que cooperaran con ellos en la formulación e implementación de políticas y programas de desarrollo.

La Secretaría de Cumbres de las Américas (SCA) promueve la participación de los actores sociales en el Proceso de Cumbres y trabaja para crear nuevos espacios de participación y transmisión de sus contribuciones en las distintas etapas del proceso. A través de esta relación, los intercambios entre los actores sociales y los Estados miembros en el marco de las Cumbres se han convertido en una parte integral del diálogo político en el hemisferio.

La Secretaría de Cumbres de las Américas, en cooperación con otras áreas de la OEA, ha desarrollado una serie de iniciativas y oportunidades de participación que incluyen:

  • Foros / diálogos regionales sobre los temas en la agenda de las Cumbres así como la presentación de sus resultados a los Estados Miembros;
  • Movilización de recursos para financiar proyectos de los actores sociales en apoyo a la implementación de mandatos;
  • Establecimiento de redes estratégicas de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSCs), los gobiernos y las comisiones interamericanas y organizaciones internacionales;
  • Diálogo entre los actores sociales y funcionarios gubernamentales de alto nivel para intercambiar puntos de vista sobre los temas de la Cumbre y la implementación y cumplimiento de sus mandatos;
  • Foros virtuales y grupos de debate en la Comunidad Virtual de Cumbres.

Negociaciones del ALCA

Una de las iniciativas más controvertidas que surgieron de la Cumbre de Miami fue el acuerdo para trabajar en la creación de un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), un "remake" de la Alianza para el Progreso en tiempos del neoliberalismo[8].

El ALCA proveería un supuesto libre acceso al mercado de bienes y servicios para todo el continente. Se decidió que las negociaciones para el ALCA no deberían concluir pasado el año 2005. A fin de poder llevar a cabo ese ambicioso acuerdo de comercio se creó un Comité Tripartito, formado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, para proveer ayuda técnica para el proceso de negociaciones.

El engendro introducido en la I Cumbre, enfilado a extender a todo el continente el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA) integrado por Estados Unidos, Canadá y México tenía las pretensiones de poner por esa vía en manos de Washington el territorio comprendido "Desde el puerto de Anchorage hasta la Tierra del Fuego", como se vaticinó por aquellos años.

Empero, los nuevos vientos que soplaban desde el Sur pusieron en crisis esos planes, siendo el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien puso objeciones a referencias específicas sobre ese tema impulsados en la tercera cita continental en 2001 mediante la Declaración de Quebec.

El documento reflejaba el apresuramiento de Washington al establecer:

" Instruimos a nuestros Ministros que aseguren que las negociaciones del Acuerdo ALCA concluyan, a más tardar, en enero de 2005, para tratar de lograr su entrada en vigencia lo antes posible, y no más allá de diciembre de 2005"

La posición venezolana se argumentó:

"en virtud de las consultas que se llevan a cabo entre los diversos sectores del Gobierno nacional en función de nuestra legislación interna, para dar cumplimiento a los compromisos que se derivarían de la entrada en vigor del ALCA en el año 2005"

Ese breve y crucial párrafo constituyó una piedra en la bota imperial que en la IV Cumbre celebrada en Argentina se convertiría en lo que se denominó "el entierro del ALCA".

Presencia de Cuba

Washington se había opuesto tradicionalmente a la presencia de Cuba en el foro regional del que fue excluida en las seis cumbres anteriores. Las cumbres son celebradas desde 1994 bajo el patrocinio de la Organización de Estados Americanos (OEA), de donde Cuba fue expulsada en 1962 por iniciativa de Estados Unidos, después de que Fidel Castro, líder histórico, declarara el carácter socialista de la revolución cubana. En el año 2009, el organismo levantó la sanción, pero el gobierno revolucionario ha rechazado su reincorporación al considerarlo un instrumento de dominación de Washington en la región[9].

A partir de 1998 con el triunfo electoral del fallecido presidente Hugo Chávez en Venezuela y la llegada de gobiernos progresistas a otras naciones de la región el foro tomó otro giro. Desde ese momento, los representantes de esos gobiernos iniciaron la batalla por el retorno de Cuba[10].

En la V Cumbre celebrada en Trinidad y Tobago en 2009, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama enfrentó un fuerte desafío a la hegemonía estadounidense y debió abordar la necesidad de una nueva política de su país hacia América Latina y el Caribe y se vio obligado a escuchar una andanada de exigencias a la presencia de Cuba, excluida de esos foros desde su primera convocatoria en Miami.

Este clamor se volvió ensordecedor en la VI Cumbre celebrada en Cartagena de Indias, Colombia, en 2012, en cuyo plenario Washington quedó aislado en ese tema por las declaraciones de varios participantes de que no habría una próxima Cumbre sin la incorporación de Cuba.

El gobierno de Panamá, país sede de la VII Cumbre, cursó invitación al presidente de la Isla, Raúl Castro, quien la aceptó y participó por primera vez en la historia, como resultado del sólido y unánime consenso de la América Latina y el Caribe. La participación de Cuba representó una auténtica revolución para el foro [11].

Cumbres

Las Cumbres
Logo de la Cumbre
Cumbre
País sede
Fecha
Tema
Declaración final
I cumbre de las americas.JPG
I Cumbre de las Américas Miami, Florida, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos 9 al 11 de diciembre de 1994 Pacto para el Desarrollo y la Prosperidad: Democracia, Libre Comercio y Desarrollo Sostenible en las Américas .
Cumbre americas desarrollo sostenible.jpg
Cumbre de las Américas sobre Desarrollo Sostenible Santa Cruz de la Sierra, Bandera de Bolivia Bolivia 7 al 8 de diciembre de 1996 Desarrollo Sostenible
II cumbre de las americas.JPG
II Cumbre de las Américas Santiago de Chile, Bandera de Chile Chile 18 al 19 de abril de 1998 Educación; Preservación y Fortalecimiento de la Democracia; Integración Económica y Libre Comercio, y Erradicación de la Pobreza y la Discriminación
III cumbre de las americas.JPG
III Cumbre de las Américas Ciudad de Quebec, Bandera de Canadá Canadá 20 al 22 de abril de 2001 La Cumbre puso énfasis en 18 temas:
  • Hacia una Democracia Más Eficaz
  • Derechos Humanos y Libertades Fundamentales
  • Justicia, Estado de Derecho y Seguridad de las Personas
  • Seguridad Hemisférica
  • Sociedad Civil
  • Comercio, Inversión y Estabilidad Financiera
  • Infraestructura y Ambiente Normativo
  • Manejo de Desastres
  • Base Ambiental Para el Desarrollo Sostenible
  • Gestión Agrícola y Desarrollo Rural
  • Trabajo y Empleo
  • Crecimiento con Equidad
  • Educación
  • Salud
  • Igualdad de Género
  • Pueblos Indígenas
  • Diversidad Cultural
  • Infancia y Juventud

Cumbre extrordinara americas.jpg
Cumbre Extraordinaria de las Américas Monterrey, Bandera de los Estados Unidos Mexicanos México 12 al 13 de enero de 2004 Implementación de medidas para combatir la pobreza, promover el desarrollo social, lograr el crecimiento económico con equidad y fortalecer la gobernabilidad
Iv cumbre de las americas.jpg
Cuarta Cumbre de las Américas Mar del Plata, Bandera de Argentina Argentina 4 al 5 de noviembre de 2005 La Cumbre adoptó un enfoque más concentrado en los principales desafíos que enfrentaba la región, en materia de creación de empleos y fortalecimiento de la gobernabilidad democrática.
V cumbre-de-las-americas.jpg
V Cumbre de las Américas Puerto España, Bandera de Trinidad y Tobago Trinidad y Tobago 17 al 19 de abril de 2009 Asegurar el futuro de los ciudadanos mediante la promoción de la prosperidad humana, la seguridad energética y la sostenibilidad ambiental Declaración de Compromiso de Puerto España
VI Cumbre de las Americas - logo.png
VI Cumbre de las Américas Cartagena de Indias, Bandera de Colombia Colombia 9 y el 15 de abril del 2012 Pobreza e inequidad, la seguridad ciudadana, el enfrentamiento a desastres naturales, el acceso y utilización de tecnologías así como la integración física de las Américas. Sin Declaración Final
Vii cumbre americas.jpg
VII Cumbre de las Américas Ciudad de Panamá, Bandera de Panamá Panamá 10 al 11 de abril de 2015 Prosperidad con Equidad: El Desafío de la Cooperación en las Américas Sin Declaración Final

Enlaces externos

  • Resultados del Proceso de Cumbres de las Américas: Resumen de relevantes iniciativas, programas regionales y compromisos políticos importantes, llevados a cabo por los Estados y las instituciones del Grupo de Trabajo Conjunto de Cumbres (GTCC) que han contribuido a hacer frente a los desafíos de la región desde 1994 al 2014.

Referencias