Desembarco del transportador militar estadounidense Florida por las costas de Banes

Desembarco del transportador militar estadounidense Florida por las costas de Banes
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Desembarco del Florida en Banes.jpg
Mapa de las batallas libradas en la zona de Banes (provincia de Holguín) entre 1869 y 1898
Fecha:26 de mayo de 1898
Lugar:Banes, Holguín,Bandera de Cuba Cuba
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba
Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Líderes:
José Lacret Morlot y Julio Sanguily por la representación cubana y el capitán Aureling Todd y el teniente Wycliffe B. Grafton por parte de las fuerzas estadounidenses

Desembarco del transportador militar estadounidense Florida por las costas de Banes. Aconteció por la bahía de Banes el 26 de mayo de 1898, en el periodo del final de la guerra necesaria (1895-1898) y el inicio de la guerra hispano-cubano-norteamericana.

Esta expedición fue la primera de carácter conjunto cubano-estadounidense, estuvo dirigida por el general José Lacret Morlot y el General Julio Sanguily, los acompaño Joaquín Castillo Duany.

Antecedentes de la expedición Florida

El fortalecimiento y los importantes triunfos alcanzados por los cubanos, evidenciaba en 1897, que España no podía sostener por un tiempo prolongado la guerra contra Cuba, situación que fue aprovechada por el gobierno norteamericano, para dar pasos con vistas a la intervención. Como parte de su política de la "fruta madura", aprueba la Resolución Conjunta, el 20 de abril de 1898, una verdadera declaración de hostilidades al gobierno español. Iniciaba así la guerra hispano-cubano-norteamericana.

A partir de ese momento se observan las buenas relaciones existentes entre el gobierno norteamericano y Tomás Estrada Palma, como Delegado del Partido Revolucionario Cubano; relaciones que se venían fomentando desde mucho antes, pues en la emigración fungía como antítesis de los verdaderos objetivos por los cuales se luchaba en Cuba. Es por eso que de inmediato le ofrece al presidente McKinley la cooperación del Ejército Libertador al norteamericano y subordina las tropas cubanas a las de Estados Unidos. Para materializar dicho ofrecimiento,

“el gobierno de la República en Armas, autorizó de manera oficial al General en Jefe Máximo Gómez y al Lugarteniente General Calixto García para que, con sus fuerzas, cooperen con las de mar y tierra del aliado norteamericano.”[1]
Transportador Militar Florida

El gobierno de Estados Unidos se hizo cargo de los suministros para el Ejército Libertador, convirtiendo al Departamento de Expediciones en auxiliar de la Marina estadounidense. De acuerdo con el proyecto intervencionista yanqui, en vez de enviar al mambisado a lo largo de toda la isla, suficiente armamento para dar el golpe final al Ejército Español, sus envíos trataron de fortalecer la zona oriental.

Para conocer las necesidades más apremiantes del Ejército Libertador y recabar su ayuda, el Teniente Rowan tuvo un encuentro con Calixto García. El día 1 de mayo de 1898, el enviado norteamericano llegó al cuartel de las tropas cubanas y se reunió con el Lugarteniente General, desconociendo al Consejo de gobierno y al General en Jefe, el objetivo era coordinar las futuras acciones de los ejércitos aliados. Después de la referida entrevista el jefe cubano envió a los Estados Unidos al General Enrique Collazo y al Teniente Coronel Carlos Hernández para reunirse con el Secretario de guerra norteamericanos e iniciar la colaboración entre los ejércitos aliados, con el objetivo de resolver la carencia de armas y alimentos para fortalecer la campaña militar.

Muy pronto las costas orientales recibirían la primera expedición de carácter conjunto cubano - norteamericano y quizás la más grande de las preparadas por los Estados Unidos. Esta fue aprobada por la Secretaría de guerra norteamericana.

Dirección de la expedición

Tripulantes de la Expedición Florida

La expedición estuvo dirigida por el General José Lacret Morlot, como jefe de tierra y el General Julio Sanguily, como jefe de mar; los acompañó Joaquín Castillo Duany y el contingente expedicionario integrado por 400 cubanos aproximadamente y una sección especial del Ejército norteamericano, mandada por el Capitán Aureling Todd y el Teniente Wycliffe B. Grafton.

Muchos investigadores se preguntan por qué si venían jefes de tanta experiencia como Sanguily y Castillo Duany, enviaron como jefe de tierra a Lacret, que no tenía buena reputación por indisciplinas cometidas en Matanzas. Quizás porque su presencia constituía un obstáculo por lo que había podido observar en la emigración ya que había sido enviado, desde enero de 1898, por el Consejo de Gobierno a los Estados Unidos para que trajera una expedición para fortalecer la lucha en Matanzas, por los conocimientos que tenía del lugar y este plan había sido estudiado por Antonio Maceo con ayuda del propio Lacret, desde 1896.

Preparativos y desembarco de la expedición

Los expedicionarios estuvieron acuartelados desde el 4 de mayo hasta el 17 de mayo, en el Céspedes Hall. El 21 de mayo salieron de Tampa con dirección hacia Cuba, a bordo del transportador militar Florida y custodiados por el buque de guerra Osceola, cruzaron próximos a las aguas de Bermudas, Nassau y Bahamas.

A pesar de que la misión del General Lacret iba a ser cumplida, él no estaba satisfecho, por la demora que había tenido la expedición. Motivo por el cual Emilio Nuñez le escribe a Tomás Estrada Palma, el 23 de mayo, comunicándole:

“(... ) en los últimos momentos del embarque vi al General Lacret y puedo asegurarle que no estaba en el estado que debía estar un hombre que emprendería la tarea de llevar a Cuba una expedición.”
Julio Sanguily con su Estado Mayor a bordo del Florida

Ya no sería Matanzas, sino Banes, el destino de la misión de Lacret, decisión que él conoció en alta mar, calificándola de engaño y protestó contra la actitud de Estrada Palma. No obstante, el desembarco se produjo el día 26 de mayo de 1898, por el puerto de Banes. Las protestas eran ya en vano, la zona de desembarco había cambiado porque también habían cambiado los intereses de la dirección del Partido Revolucionario Cubano. El objetivo principal era entonces fortalecer las tropas del Mayor General Calixto García, en Oriente, previendo la entrada de las tropas norteamericanas en el escenario bélico.

En cuanto arribaron a las costas cubanas, efectuaron el alijo de la carga y enviaron avisos al General Luis de Feria, comunicándole la llegada de la expedición. Al día siguiente recibieron el auxilio de las tropas del Comandante Bruno Mariño (practico de expediciones) y posteriormente de las fuerzas del General Feria, quienes se encargaron de la transportación de las armas y el parque hacia Bijarú.

Cuando se produjo el desembarco de la expedición, el Mayor General Calixto García se encontraba en el poblado de Jiguaní para salir en marcha hacia la zona de Banes. El 6 de junio llegaron a Bijarú, donde ya se encontraban acampadas las fuerzas expedicionarias y recibió parte del cargamento pues ya el General Lacret,

“de manera inconsulta había repartido entre las familias de la zona los mulos, los caballos y casi la totalidad de las raciones de comida, dejándole solo 10 000 raciones.”

Bibliografía pasiva

  • CARRILLO MORALES, Justo: Expediciones cubanas. T.II. Habana. Imprenta y papelería de Rambla, Bouza y Ca, 1930.
  • Correspondencia diplomática de la Delegación Cubana en Nueva Cork durante la Guerra de Independencia de 1895 – 1898. T V. La Habana. Impreso en los talleres del Archivo Nacional, 1946.
  • ESCALANTE BEATON, Anubal: Calixto García; su campaña en el 95. La Habana. Editorial Ciencias Sociales, 1978.
  • MARTÍNEZ ARANGO, Felipe: Cronología crítica de la guerra Hispano - cubano - americana. La Habana. Editorial Ciencias Sociales, 1960.
  • MIRANDA DE LA RUA, Luis Rodolfo: Diario de campaña del Comandante Luis Rodolfo Miranda. La Habana. Oficina del Historiador de la Ciudad, 1954.
  • PEREZ NAKAO, Yurisay: Las expediciones desembarcadas por Banes durante la guerra de 1895. La Habana. Casa editora Abril, 1998.
  • RODRÍGUEZ ALTANUGA, Rafael: El General Emilio Nuñez. La Habana, (S.C.E.), 1958.
  • VARONA PUPO, Ricardo: Banes (Crónicas). Santiago de Cuba. Imprenta Los Masó, 1930.

Referencias