Desposorios místicos de Santa Catalina (Juan de Valdés Leal)

Desposorios místicos de Santa Catalina (Juan de Valdés Leal)
Información sobre la plantilla
Desposorios de Sta Catalina Juan D Valdes.jpg
Datos Generales
Autor(es):Juan de Valdés Leal
Año:1680-85
País:Bandera de España España
Estilo pictórico:Barroco español
Técnica:Óleo sobre lienzo
Dimensiones:127 X 100 cm
Localización:Museo de Bellas Artes de Sevilla, Bandera de España España

Desposorios místicos de Santa Catalina (Juan de Valdés Leal). Óleo sobre lienzo del pintor sevillano Juan de Valdés Leal.

Historia

Según se narra en la "Leyenda Dorada" santa Catalina era de estirpe real y su conversión al cristianismo le valió la persecución del emperador Majencio, tras intentar éste que 50 filósofos la obligaran en vano a abdicar de su nueva fe. En sueños a la santa se le apareció la Virgen con el Niño en brazos, que se negó a tomarla a su servicio por no ser suficientemente bella; ella interpretó el sueño y se retiró al desierto para continuar con su aprendizaje, haciéndose bautizar.

En una segunda aparición se convirtió en la esposa celeste de Cristo, momento que recoge este lienzo.

La obra

Algunos especialistas consideran que esta obra podría ser de Lucas, el hijo de Valdés Leal que continuó con el taller pero no con la calidad y maestría de su progenitor. Por eso la mayoría de los expertos se inclinan por pensar que se trata de una obra original del pintor sevillano.

En el centro de la composición aparece la Virgen con el Niño en su regazo, sentada en un aparatoso trono con dosel. A los pies del Niño se encuentra santa Catalina recibiendo el anillo que simboliza el matrimonio místico y portando la espada de su martirio. A sus pies se observa la rueda, alegórica también del martirio, custodiada por angelitos. En la izquierda de la escena se sitúan santa Ana, san Joaquín y san Juan Bautista niño con el cordero mientras que en la derecha un grupo de ángeles sostiene el manto de la santa, al tiempo que tocan música y portan flores.

La escena está inundada por una luz cálida que armoniza con el cromatismo de azules, blancos y rojos. La pincelada suelta empleada crea un sensacional efecto atmosférico reforzado por la luz.La composición está organizada por un triángulo cuyo vértice es la cabeza de María, integrándose en él una serie de diagonales que aportan mayor ritmo al conjunto, configurando una escena absolutamente barroca.

Fuente