Diego Lugano

Diego Lugano
Información sobre la plantilla
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NombreDiego Alfredo Lugano Moreno
Nacimiento2 de noviembre de 1980
Canelones, Bandera de Uruguay Uruguay
NacionalidadUruguayo
CiudadaníaUruguayo
OcupaciónFutbolista
CónyugeKarina Roncio
HijosNicolás, Thiago y Bianca.
PadresAlfredo Lugano y Diana Moreno



Diego Lugano. Destacado futbolista uruguayo. Capitán de la selección de su país. Ha logrado grandes títulos en los clubes donde ha jugado y también con la Selección Uruguaya. Más conocido en tierras canarias como "Tota".

Síntesis biográfica

Nació el 2 de noviembre de 1980 en Las Violetas, una pequeña localidad en las afueras de la ciudad de Canelones, Uruguay. Hijo de Alfredo Lugano y Diana Moreno, fue hasta los 6 años el hermano menor de Rossana, la mayor de los Lugano, pero su segunda hermana Marianela se quedó con ese lugar y hoy Diego es el varón del medio. Rubio, inquieto e inteligente, evidenció su pasión por el fútbol desde que comenzó a dar sus primeros pasos; siempre pateando una pelota o lo que se le pareciera.

La herencia paterna

Con el espejo de su padre, zaguero, capitán y de gran temperamento del Club Libertad de Canelones y la Selección departamental, Diego empezó a forjar su destino como futbolista desde niño. Pero fue recién a los 18 años cuando se hizo realidad su sueño: salió Campeón de Primera División con la misma camiseta que su padre defendió durante 20 años. Con Libertad lo une un afecto especial.

Por la identificación con su progenitor y por ser el club que lo cobijó desde muy joven y lanzó al estrellato en el fútbol amateur del interior del país. Además de heredar de su padre la personalidad rebelde y aguerrida como futbolista, Diego adoptó el apodo: a Alfredo, su padre, por ser el único hermano varón entre 6 mujeres, siempre se lo conoció como “Tota”, al igual que Diego desde que comenzó a jugar.

Las actuaciones de Tota en Canelones trascendieron fronteras y fue el Nacional, el que lo fichó. Ya en el profesionalismo, volvió a destacarse como un zaguero de enorme técnica y mucho temperamento. Fuerte, aguerrido, con una presencia determinante en las dos áreas, no demoró en hacerse un lugar. Fue Campeón Uruguayo con Nacional en las temporadas 2000 y 2001, títulos que se sumaron al de Tercera División de los albos en 1999. Diego valora que el club tricolor le abrió las puertas al fútbol profesional.


Carrera

Nace el Capitán

En el 2002 Nacional prefirió contratar a figuras de renombre internacional para la temporada y decidió ceder a préstamo a Diego, al Plaza Colonia, para que no perdiera forma y adquiriera mayor experiencia en el fútbol de Primera División. El tiempo demostró que ese paso no fue un episodio más en su carrera.

Tuvo un año fantástico en el conjunto coloniense disputando la Liguilla Pre-Libertadores, siendo hasta hoy la mejor campaña del club en el fútbol profesional. “Seguro que fue en Plaza Colonia donde gané confianza y me consolidé como jugador. Con 20 años era capitán del equipo. El gran campeonato que hicimos en el 2002 fue fundamental para mi futuro como profesional", valora el Tota.

Un año más tarde, ya era renombrado en la Selección Uruguaya Sub 23 con la cual ganó la Copa Carlsberg en Hong Kong en 2003. De ahí a la Selección mayor fue sólo un paso. Otro sueño se había hecho realidad: jugar con la Celeste en el pecho. Participó en las Eliminatorias para el Mundial de Alemania 2006 y al mismo tiempo se vinculó al Sao Paulo de Brasil, uno de los clubes más poderosos del mundo, y no sólo del continente americano.

La gloria en Sao Paulo

Pocos imaginaron lo que él generaría. En pocos meses, se transformó en una de las figuras relevantes del equipo paulista, ídolo de la “torcida” y uno de los pilares más firmes de la defensa. Con el Sao Paulo obtuvo el Campeonato Paulista 2005, la Copa Libertadores de América 2005 y para redondear un gran año, Sao Paulo logró ser Campeón del primer Mundial de Clubes de la FIFA tras imponerse por uno a cero al Liverpool. En el 2006 obtuvo el Brasileirao y fue Vice campeón de la Copa Libertadores de América. Resulta natural que Diego guarde un recuerdo especial por Sao Paulo, por los éxitos individuales y colectivos que consiguió en los 184 partidos que defendió esa camiseta.


Paralelamente al éxito en Sao Paulo, era convocado por el nuevo entrenador de la Selección Uruguaya, Oscar Washington Tabárez, quien no sólo lo respaldó sino que le dio el brazalete de capitán: un premio reservado para líderes dentro y fuera de la cancha, que inciden en compañeros y rivales. Ese mismo brazalete lo llevaron dos leyendas del fútbol uruguayo: Obdulio Varela y José Nazzazi, campeones del mundo en 1930 y 1950; símbolos uruguayos de todos quienes dejan el alma en cada partido.

Por su liderazgo nato, Diego es heredero natural de ambas leyendas. Jugó y se destacó en la Copa América de Selecciones de Venezuela en 2007 y fue el estandarte de la Selección en la eliminatoria para el Mundial Sudáfrica 2010. De hecho, con un gol suyo, Uruguay ganó el repechaje ante Costa Rica y logró la última plaza mundialista.


En lo futbolístico Diego expresa su carácter de líder con un gran despliegue físico y capacidad para la marca que generan una gran entrega. No obstante, ese rigor profesional trasciende su carrera deportiva. La auto exigencia siempre fue una característica fuerte de su personalidad y le permitió, por ejemplo, ser un buen estudiante tanto en la escuela como en el liceo.

Fenerbahce de Turquía

Entre idas y vueltas, viajes, escalas y partidos, en el 2006 el Fenerbahce de Turquía tenía reservado un lugar para él. Con los Canarios Amarillos salió Campeón de la Liga Turca en las temporadas 2006-2007 y de la Súper Copa Turca 2007. Además, disputó los cuartos de final de la UEFA Champions League en 2008, siendo hasta hoy la mejor participación del club en torneos europeos.

En el 2009, luego de varias tratativas con algunos clubes importantes de Europa, Diego decide quedarse en Fenerbahce por cuatro años más. Hoy, disfruta del liderazgo con un equipo que lo cobijó desde el primer día que llegó. Al igual que en Libertad, Nacional, Plaza Colonia y Sao Paulo, Diego se transformó, por naturaleza propia, en uno de los referentes. En ídolo de la parcialidad.

Un 2010 brillante

El 16 de junio de 2010 Uruguay ganó un partido en un Mundial luego de 20 años. Fue tres a cero contra Sudáfrica, el local. La camiseta que vistió el capitán celeste en ese histórico partido terminó en las manos de Alfredo Lugano. El gesto define a Diego como persona y presenta a su padre, mentor de su carrera y hasta de su apodo.

La Copa del Mundo Sudáfrica 2010 tuvo a la Selección de Uruguay como una de sus principales protagonistas. Sin el apoyo de la prensa especializada ni ser considerada entre las favoritas, fue haciendo camino al andar. Uruguay clasificó primero en su grupo, y siguió avanzando hasta semifinales donde cayó con Holanda 3-2 y, con Alemania, en el encuentro por el tercer puesto, también por 3-2.


La campaña significó el regreso de la Celeste a la escena mundial, y como ha sido a lo largo de la historia, lo hizo de la mano de un gran capitán. Los celestes obtuvieron el cuarto puesto luego de 40 años. Diego vivió el Mundial a pleno. Y fue figura destacada por la prensa internacional. Se sintió un elegido. El haber sido uno de los pilares de la Celeste, fue un orgullo y un honor, que terminó reconociendo el propio presidente de la República, José Mujica.


Además, esa actuación le dio a los celestes la mejor recompensa que puede tener un deportista: el reconocimiento de todo un país, que luego de Sudáfrica se concretó con una multitudinaria caravana por la rambla de Montevideo y un posterior acto en el Palacio Legislativo. En el emocionante recibimiento, Diego tomó la palabra:

"Nos comentaban de la algarabía que había, pero nunca nos imaginamos esto que ustedes nos están regalando, que es mucho más de lo que nos merecemos. Hicimos lo que cualquier jugador de la Selección hace: dar la vida por la Celeste, por nuestra historia y por darle una alegría a la gente.


Fuimos a Sudáfrica con el sueño fundamentado en el trabajo y en las condiciones del grupo. El sueño de traer la Copa del Mundo, de venir con ese regalo. Acariciamos la gloria pero no se dio. Y al volver nos encontramos con una Copa que va mucho más allá de lo que pudimos imaginar, que es ver a todo el Uruguay unido, abrazado, exteriorizando el orgullo que todos llevamos de haber nacido en este país".


Con este discurso Diego agradeció el apoyo a todo el pueblo uruguayo en nombre de sus compañeros. El sueño del Mundial terminó, pero Tota permanece muy cómodo en Fenerbahce, donde el cariño que reciben él y su familia refuerzan el compromiso con el club: "Estoy hace más de cinco años aquí y no me deja de sorprender el fanatismo y lo seguidores que son los hinchas. El cariño y el respeto que el club y la gente brindan a mi familia y a mí, hace que me sienta muy cómodo y que cada día dé lo mejor en cada partido para retribuirlo con buenas actuaciones y títulos", asegura.


La Copa América 2011

Actualmente alcanzó junto a su equipo la Copa América 2011, dándole así el XV título del campeón de América a su país. Una vez más como capitán logra levantar la Copa y además es condecorado con la Copa del Juego Limpio, demostrando que su conjunto charrúa se crece, logrando convertirse en uno de los mejores equipos de fútbol de estos tiempos.

Vida personal

Paralelamente a su crecimiento futbolístico fue el de su vida personal. En el 2000 se casó con Karina Roncio con quien actualmente tiene tres hijos. Nicolás el mayor, le sigue Thiago y Bianca la más pequeña.

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