Diego de Saavedra Fajardo

Diego de Saavedra Fajardo
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Escritor y Político Español
NombreDiego de Saavedra Fajardo
Nacimiento6 de mayo de 1584
Algezares (Murcia), Bandera de España España
Fallecimiento24 de agosto de 1648.
Madrid, Bandera de España España
NacionalidadEspañola
CiudadaníaEspañola
OcupaciónEscritor y Político

Diego de Saavedra Fajardo. Es un escritor y político español. Caballero de la orden de Santiago, fue secretario particular del cardenal Gaspar Borja (1606) y embajador de España en los Estados Pontificios, y asistió a los cónclaves que eligieron a Gregorio XV (1621) y Urbano VIII (1623). Posteriormente fue embajador en Roma (1631), en Alemania (1632) y en Ratisbona (1636), y representante de España en las conferencias de Münster (1643).

Síntesis biográfica

Nacimiento

Nació el 6 de mayo de 1584, en Algezares (Murcia), España. Aunque murciano de nacimiento, su familia provenía de un antiguo linaje gallego.

Trayectoria política

Don Diego Saavedra Fajardo es uno de los políticos y diplomáticos más importantes de la España del Siglo de Oro. Inauguró el siglo XVII ingresando en la Universidad de Salamanca, para cursar la carrera de Derecho. Estudia en esta universidad desde 1600 hasta 1606, año en que finaliza sus estudios y se gradúa como bachiller en Cánones y Leyes. Comenzó a trabajar como pasante en la misma ciudad y en poco tiempo obtuvo el título de licenciado.

En 1608 inició su carrera diplomática. En 1610 se convirtió en letrado del cardenal Don Gaspar de Borja y Velasco en Roma. En 1617 consiguió una canonjía en la Metropolitana de Santiago de Compostela, pero nunca llegó a ocuparla, debido precisamente a sus obligaciones diplomáticas. Entre 1616 y 1619 fue Secretario de la Embajada y de Cifra en Roma, mientras el cardenal Borja era el embajador interino.

Cuando Borja se convirtió en Virrey de Nápoles, Saavedra le acompañó para desempeñar el cargo de Secretario de Estado y de Guerra. En 1621 participó en el cónclave en el que se eligió Papa a Gregorio XV y en 1623 participó también en la elección de Urbano VIII. Después de esa fecha recorrió Europa en misiones diplomáticas. En 1632 ingresó de nuevo en la embajada de la Corona, en Italia, para trabajar nuevamente con el cardenal Borja.

Labor como embajador

De ahí en adelante abandonará temporalmente Italia e inicia su periplo centroeuropeo, debido a la Guerra de los Treinta Años. En Munich inicia su etapa germánica como embajador, en la corte del Duque de Baviera. Desde allí desempeñó misiones por todo el territorio europeo: por ejemplo, en Mantua, en los cantones esguízaros (hoy Suiza), en el Franco Condado, etc.

El 13 de septiembre de 1640 fue nombrado embajador plenipotenciario del Rey Felipe IV, por el Círculo de Borgoña, para la Dieta de Ratisbona. En octubre del mismo año obtuvo el grado de Caballero de la Orden de Santiago, y en 1643 adquirió la plaza de Consejero de Indias, cargo para el que había sido nombrado en 1635.

El 11 de marzo de 1643 fue nombrado, una vez más, embajador plenipotenciario para negociar la paz de Westfalia en Munster. Sin duda, esta última misión fue la más difícil y lo deprimió profundamente. En 1646 regresa a Madrid y, sin haber conseguido la ansiada paz, se convierte en Introductor de Embajadores. En 1647 ocupó una plaza vacante en el Consejo de la Cámara, órgano perteneciente al Consejo de Indias.

Muerte

Fallece en la villa de Madrid, España; el 24 de agosto de 1648.

Intelectualidad

Al margen de su carrera de diplomático, Diego Saavedra Fajardo fue un gran pensador, ensayista y literato. Su obra escrita es amplia y llena de éxitos. En ella el autor expone sus ideas sobre la situación en la que vive la Corona y las tensiones existentes en la política internacional de la época. Además de ello, intenta desarrollar un manual titulado Empresas políticas, con el que pretende educar a los futuros príncipes españoles, para que hagan un buen gobierno.

Saavedra es hijo de su tiempo y eso hace que nuestro hombre sufra una constante transición ideológica, acorde con la época que le toca vivir. En su educación se siente la influencia escolástica y salmantina, que dominaba el mundo académico de la época. En sus viajes, su experiencia, sus vivencias como diplomático por Europa, Saavedra descubrió la fuerza del absolutismo: la capacidad que ese proceso de centralización y concentración del poder tiene para desarrollar políticas a nivel internacional.

Las obras que le ayudan a modelar su pensamiento son muchas, pero se podría destacar la Biblia, los autores de la antigüedad clásica —Platón, Aristóteles, Séneca, Tácito, Salustio, Tito Livio—, Santo Tomás —al que con seguridad estudió, pero al que no cita—, ciertos autores españoles como San Isidoro, Alfonso X el Sabio, Morales, Mariana, etc. Es inevitable, además, tomar en cuenta la influencia que los escolásticos salmantinos ejercieron en la visión saavedriana sobre el hombre, Europa y la misma política.

Pensamiento político

Saavedra fue un gran defensor del orden natural. Probablemente su concepción del adecuado gobierno emanaba de las enseñanzas escolásticas, de las clases que había recibido en sus años de estudiante en Salamanca. De ahí que defendiese una visión moral y espiritual de la política, alejada de la visión maquiavélica. También creía firmemente en la sabiduría y en la vida social emanadas de la costumbre. Consideraba a ésta como “una especie de libertad”. Fruto de este conjunto de ideas políticas, nuestro diplomático creía que el mejor gobierno era el que respetaba las leyes y los fueros del reino, leyes con las que el pueblo limitaba la potestad estatal.

En cuanto a su pensamiento económico, es éste una extensión de su visión política. Saavedra es duro cuando habla de la moneda; apunta que la misma no debe de ser corrompida; defiende una política transparente por parte del Estado. Cree que de hecho esta política representa una especie de seguro frente a las crisis. Considera que el Gobierno tiene un límite en todo lo relativo a la manipulación del valor de la moneda, y estima dicha práctica como contraria al Derecho de Gentes.

Otra idea interesante que relaciona directamente a este autor con la Escuela de Salamanca es el conocimiento de la teoría cuantitativista del dinero. Probablemente don Diego hubiese oído hablar de las clases de Martín de Azpilcueta y tenido noticias de sus reflexiones sobre el dinero. Junto a este paquete de medidas, fue siempre un gran defensor del control presupuestario (Juan de Mariana), de la austeridad del Gobierno y de mantener un bajo nivel de impuestos, para no hacer sufrir a la sociedad. Su frase era “Poda, no corta”.

Obras

  • La república literaria. Según Francisco Javier Díaz de Revenga, el manuscrito más antiguo es del año 1612. Fue publicada como obra póstuma en 1655.
  • En 1631 aparece su Introducción a la política y razón de Estado del rey católico don Fernando, obra dedicada al Conde-Duque de Olivares.
  • En 1640 concluye Empresas políticas.
  • En 1643-1644 Locuras de Europa.
  • En 1645 termina Corona gótica.

Fuentes