Dolor de un Santacruceño 1932

Dolor de un Santacruceño 1932
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Características


Dolor de un Santacruceño 1932. El día 10 de Noviembre de 1932.Rufo Hernández López de altos quilates que durante su vida dio a su pueblo todo cuanto de bueno había en su mente y en su corazón escribió en 1941 una importante obra titulada “Mártires Santa Cruz del Sur”, en la cual dio a conocer la gran verdad de aquellas horas dolorosas del 9 de Noviembre y el Vía Crucis del pueblo después de aquellos momentos.

Un día después del Huracán de 1932 en Santa Cruz del Sur

Se proyecto ante los ojos de los que supervivimos, el cuadro más horripilante y sombrío que la humanidad recuerda sobre los escombros de la que fue Santa Cruz del Sur, solo se contemplan cadáveres amontonados de seres queridos, heridos que desangran hasta morir, por falta de asistencia médica; madres]desesperadas que buscaban en los escombros, con llantos que partían el corazón a los hijos de sus entrañas; padres en estado de inconciencia, que no atinaban a comprender tanto daño, hermanos, tíos, amigos, todos formaban un cuadro tétrico con sus lamentos, que llenaban de dolor e incomprensión a cuantos supervivimos sin saber como. El tren de auxilio llego a las tres de la mañana, llevándose inmediatamente a cuantos heridos pudo recoger en medio de tanta confusión y espanto. El segundo tren de auxilio, llego tarde, reteniéndose en el desvastado Santa Cruz del Sur hasta por la tarde. Infinidad de personas que vivían distantes de la ciudad y que nada habían sufrido, durante el día se dedicaron a cargar cuanto encontraban, mientras nosotros permanecíamos desnudos y hambrientos. El transcurso del tiempo nos evidencio mas luego, que aquello era el comienzo de un inaudito festín. Como a las seis de la tarde llegó el segundo tren de auxilio quién nos recogió en el Paradero de Quesada.

A las tres de la mañana de esa noche mi señora dio a luz un varón en el carro de los ferrocarriles, a cuyo niño le puso mas luego Mariablanca Sabas Aloma, por nombre Moisés; mi señora fue asistida, a pesar de pasar por el hondo dolor de haber perdido varios familiares, por el Dr. Pedro Quevedo Viodo y la señora Paula Vidal, así como los amigos Ängel de la guardia y Francisco Castell, conocido después por el nombre de Guajiro Castell y muerto en la Capital de la República por sus luchas revolucionarias. Al paso del tren de heridos por Vertientes, las mujeres, hombres y niños acudieron a la estación, y en un rasgo de humanidad nos daban cuanto tenían. La ciudad de Camagüey, se había traslado en pleno a la estación de ferrocarril, dispensándonos humanitaria acogida.Todos los heridos eran trasladados al Hospital General, sin que se le permitiera ir a nadie a casa de sus familiares. El Hospital de Camagüey, viejo y abandonado resultó en todos los momentos inadecuado para albergar y curar a los heridos.

Auxilios a los supervivientes

Los auxilios a los supervivientes, fueron demorados y ello fue causa para que infinidad de heridos murieran por falta de asistencia médica y medicinas. En los cayos cercanos a Santa Cruz del Sur morían infinidad de familias de sed y de hambre, porque los obligados a socorrerlos se entregaban al saqueo de la ciudad. Los repartos de la ciudad de Camagüey, no se ajustaban a moral alguna, beneficiándose quienes nada habían perdido. Todas las Instituciones del Mundo, remitieron auxilios para los damnificados; todos los Gobiernos del Universo remitieron cantidades para mitigar nuestras necesidades; Cuba entera lloró piadosamente nuestro destino; pero muchos olvidando su condición de humanos se apropiaron de esos auxilios para manejarlos en beneficio propio. La destruida ciudad de Santa Cruz del Sur, había sido testigo de los más inaudito desmanes, la profanación llegó a un limite escandaloso. El robo y el pillaje se había ejercido con sarcasmo y muchos obligados a evitarlo, secundaron el ultraje y se aprovecharon a su antojo. Los supervivientes que acudían al lugar donde había estado su hogar, con la finalidad de recoger algo de lo poco que le había quedado, eran amenazados a muerte. Los lugares donde habían existido Joyerías fueron surcados profundamente y durante la noche eran estrechamente vigilados por los propios que habían venido a evitar esos saqueos. Barcos de la Marina de guerra, dieron varios viajes a los Puertos de Casilda y Cienfuegos, cargados extremadamente de cuanto habían encontrado en la devastada ciudad de Santa Cruz del Sur.

Cayos Adyacentes de Santa Cruz del Sur

Mientras todo esto ocurría, la familia Goyes perecía de hambre y sed en los cayos cercanos a Santa Cruz del Sur; José Cañete Acuña y su hijo se salvaron milagrosamente, después de permanecer varios días sin alimentos en los Cayos de Cuatro Reales; Francisco Fernández Silva y sus hijos fueron recogidos muchos días después de la tragedia apenas con vida; Salvador Cañete Izaguirre, se apareció Santa Cruz del Sur a los muchos días después del huracán, habiéndose salvado milagrosamente, después nadie fue auxiliar, pereciendo ahogados sus tres compañeros de pesquería, “Daniel Santiesteban López, que había salido dos días antes en unión de un tío mío llego a Santa Cruz del Sur a los ocho día solo”.

Memorias a un Santacruceño 1932

Rufo Hernández, muchas de sus aspiraciones a favor de su pueblo se están alcanzando y con ello creemos que le estamos recordando sinceramente y que su memoria será siempre para nosotros un culto reverente

Periodista: Gaspar A. Estévez Diciembre 1953

Fuente

  • Acogido a la Franquicia postal e Inscripto como correspondencia de 2da clase en la

Administración de Correo de Santa Cruz del Sur, Director: Manuel Pardo Casanova;Jefe Redacción Gaspar A. Estévez.- Enero de 1954.