Echinococcus granulosus

Echinococcus granulosus
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Clasificación Científica
Reino:Animalia
Filo:Platelmintos
Clase:Cestoda
Orden:Cyclophyllidea
Familia:Taeniidae

Echinococcus granulosus. Tenia del perro y otros cánidos (zorros, lobos, coyotes, etc.) que son sus hospedadores finales. Pero las larvas de Echinococcus granulosus también infectan al ganado bovino, ovino, caprino, porcino y equino y a otros animales domésticos y salvajes produciendo los llamados quistes hidatídicos. Todos actúan como hospedadores intermediarios. Los seres humanos también pueden infectarse.

Descripción

Es un gusano de la hidátide. Es un cestodo que parásita el intestino delgado de cánidos en su forma adulta, y del ganado ovino en su fase larvaria, aunque de forma secundaria o accidental ésta también parásita otros muchos animales, incluyendo al ganado caprino, bovino, equino, porcino, algunos roedores, ciervos, alces, marsupiales, y otros, así como a los primates y al hombre, produciendo la hidatidosis, en lo cual radica su importancia como agente patógeno.

La lombriz adulta es una de las tenias más pequeñas, ya que su estróbila (cuerpo del parásito) mide unos 5 milímetros de largo (de 2 a 6 mm) y posee 3 a 5 proglótidos (segmentos). El Echinococcus granulosus tiene cuatro ventosas en su escólex (cabeza), como todos los ciclofilídeos, y posee, distintivamente, un rostellum con usualmente 30 a 36 ganchos (28 a 50), en doble hilera.

Los adultos de Echinococcus granulosus son pequeños, de ordinario no más largos que 7 mm. Tiene sólo 4 segmentos, el último de los cuales preñado y el más grande con diferencia: representa cerca de la mitad de todo el cuerpo. El escólex tiene 4 ventosas y muchos ganchos. Los huevos son ligeramente ovoides y miden unas 30 por 35 micras con un envoltorio estriado de forma radial.

Los quistes hidatídicos en el hospedador intermediario son ovales o esféricos y crecen paulatinamente. Ocho semanas tras ser ingerido su diámetro puede alcanzar unos 2,5 mm, tres meses después unos 20 mm. Los quistes que se detectan en matadero pueden alcanzar el tamaño de una naranja (de 5 a 10 cm). Los órganos infectados pueden tener docenas de quistes. Cada quiste está lleno de líquido y contiene varias cabezas del parásito.

Infestación en cánidos

En cánido, el Echinococcus granulosus causa la infestación típica de las tenias (llamadas genéricamente lombriz solitaria), con síntomas difusos y poco relevantes. Los huéspedes intermedios ingieren alimentos contaminados con las heces de los perros, lobos, coyotes y otros carnívoros infestados, donde se encuentran los huevos eliminados con los segmentos maduros del parásito. En estos hospedadores intermedios, los huevos liberan oncosferas ('embriones') que viajan con la sangre, se alojan en los tejidos y crecen generando metacestodos (formas intermedias o larvales del parásito) llamados hidátides o quistes hidatídicos, en los órganos internos del anfitrión, principalmente en el hígado, luego en los pulmones y otros órganos, como el cerebro y los huesos.

Estos quistes, llamados vesículas prolígeras, en consonancia con la resistencia que les oponen los tejidos, crecen indefinidamente llegando a tener el tamaño de un balón, y pueden contener varias vesículas más pequeñas, llamadas hijas, dentro del quiste principal (vesículas endógenas) o hacia afuera de éste (vesículas exógenas); a su vez, dentro de las vesículas hijas pueden formarse otras, llamadas nietas. Si las vesículas se rompen, se liberan las más pequeñas de su interior, las que pueden tomar otra localización en el cuerpo del hospedador.

Cada vesícula contiene muchos protoescólex (gusanos 'juveniles'), de los que se desarrolla la forma adulta, tras ser ingeridos por los cánidos hospedadores al comer vísceras de animales parasitados y fijarse en su intestino; aunque no todos los quistes son fértiles, es decir que contienen "embriones" viables, los hay estériles o infértiles, en cuyo caso se denominan acéfaloquistes.

En el porcino el 100% de los quistes son fértiles, en el ovino de un 40 a un 50 % y en el vacuno sólo un 20%. Como contrapartida, el ser humano se considera huésped final del parásito en su forma larval, no sólo por la dificultad de que un cánido ingiera vísceras humanas, sino porque el 100% de los hidátides del hombre son acéfaloquistes.

Prevalencia en regiones

Echinococcus granulosus se da en todo el mundo, pero con notables diferencias de prevalencia según las regiones más frecuente en zonas rurales con abundancia de ganado y hospedadores salvajes, y con condiciones higiénicas insuficientes.

Enfermedad causadas

La enfermedad causada por las infecciones con este cestodo se conocen como equinococosis o hidatidosis (quiste hidatídico, en los hospedadores intermediarios).

Afectaciones

Echinococcus multilocularis, una especie próxima, afecta a perros y gatos, pero no al ganado.

Localización

El órgano predilecto en los perros es el intestino delgado.

Los quistes hidatídicos aparecen sobre todo en el hígado y los pulmones de los hospedadores intermediarios, pero pueden afectar a otros órganos.

Daños, síntomas y diagnóstico

Los perros y otros hospedadores finales apenas sufren daño ni muestran síntomas clínicos, salvo en casos de infestaciones masivas, que son muy poco frecuentes.

El ganado tampoco suele verse afectado negativamente por los quistes hidatídicos, pero los órganos contaminados acaban decomisados en matadero. En casos de infecciones masivas puede haber perturbaciones digestivas, o tos y disnea si están afectados los pulmones en el ganado infectado.

Para los seres humanos, los quistes hidatídicos pueden ser un problema grave, a menudo porque se descubren demasiado tarde, cuando el daño sufrido por órganos esenciales (corazón, cerebro) es ya irreparable, pues el desarrollo de síntomas tras la infección puede durar muchos años. Si bien las infecciones de seres humanos son cada vez menos frecuentes por la mejora general de las condiciones higiénicas, cuando se dan, no son raras las muertes.

El diagnóstico en perros se hace por detección de huevos en las heces, pero es muy difícil de diferenciarlos de los de Taenia spp., mucho más frecuentes.

El diagnóstico en el ganado sólo suele detectarse tras el sacrificio. Se van haciendo progresos en el desarrollo de tests inmunológicos de detección.

Fuentes