Educación Comunitaria

Educación Comunitaria
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Concepto:Forma de educación realizada desde las organizaciones sociales

Educación comunitaria. Se ofrecen criterios derivados de experiencias obtenidas en la realización de trabajo comunitario.

Características del trabajo comunitario

En los últimos años se observa un incremento del trabajo comunitario, que en los barrios se recibe con gran interés y expectativa. Al planificar el trabajo comunitario se han de tener presentes las inquietudes de la comunidad en la que se pretende actuar. Sería un grave error actuar y tomar decisiones a espaldas de las personas para quien se pretende trabajar.

Son diversas las dificultades que se presentan en la comunidad, producidas fundamentalmente por carencias espirituales (bajo nivel cultural) o necesidades materiales no resueltas (bajo nivel de vida). Más que los problemas materiales- difíciles de resolver- están los espirituales cuya solución logra cambios apreciables y de gran valor, dirigidos fundamentalmente a la elevación del nivel sociocultural de la población, pues a través de los valores culturales se puede mejorar el estilo de vida.

En ambos casos es importante que el trabajo comunitario o en un sentido más amplio: educación comunitaria, contemple en su proyección, la inclusión al estímulo y la orientación adecuada de las personas que viven en el barrio, para así asegurar la continuidad de la labor realizada por los investigadores una vez retirados, garantizando además el protagonismo comunitario.

La educación comunitaria puede entonces realizarse, desde el centro mismo de la comunidad, trabajo comunitario interno o desde fuera hacia dentro, trabajo comunitario externo. En ambos casos el resultado final no debe ser solamente la transformación comunitaria, sino además la preparación y el entrenamiento de los comuneros, para así asegurar la continuidad y manutención de los cambios.

De hecho, la educación comunitaria, no se manifiesta con la simple reanimación de la comunidad, la cual en ocasiones se realiza sin vinculación a la cultura de barrio o peor aún, con desconocimiento total de las características o peculiaridades de las personas para las que se ejecuta.

Existe una diferencia sustancial entre uno y otro concepto no obstante, en ocasiones se confunde y personas e instituciones afirman hacerlo cuando realizan una actividad determinada y para ello movilizan a las personas hacia un lugar y les brindan un acto emotivo o placentero. Si la actividad que se desarrolla para recrear a los comuneros no incluye la instrucción, ya sea en la interpretación de lo que se observa o realiza o en el cómo y por qué, entonces no contribuirá a su desarrollo espiritual. Lo visto o hecho se aceptará o rechazará por afectividad no por su valor cultural, habrá entretenimiento pero además ausencia de aprendizaje.[1]

La reanimación comunitaria es una parte importante de la labor educativa a realizar, pues aglutina a las masas y facilita la influencia sobre ellas, permite la identificación de los investigadores con la comunidad y la valoración por estos últimos de los motivos, intereses y necesidades del objeto de estudio.

Factor comunitario

El factor comunitario pretende ensanchar la política social como reconocimiento del desarrollo social en su conjunto, tratando de generar las condiciones que hagan posible el desbloqueo de las políticas protectoras, y generando espacios alternativos en la satisfacción de las necesidades sociales, reconsiderando las garantías colectivas que permitan evitar la marginación de determinados colectivos, y la organización de una real concertación entre los distintos participantes de la intervención social hacia la comunidad.

Efecto educativo

El efecto educativo se presenta disperso e impreciso cuando se acometen trabajos aislados de reanimación comunitaria sin comprometimientos y objetivos concretos a lograr.

No se debe afirmar que se realiza algún trabajo comunitario si no se tiene diseñado este en un sistema de acciones, actividades o estrategia y se ejecute sistémica y sistemáticamente, previo conocimiento de los interesados.

Las carencias espirituales de la sociedad, son identificables por el modo de ser y actuar de cada individuo, esta situación es manifiesta en cada una de las pequeñas comunidades que la constituyen con mayor o menor intensidad.

Por ello, además de brindar actividades de participación para los comuneros, donde se esparzan, alegren y ocupen su tiempo libre de forma beneficiosa, debe reforzarse la labor educativa, potenciar la formación de la personalidad en los diferentes grupos etareos, llenar los espacios vacíos destinados al aprendizaje de la experiencia que ha acumulado la humanidad hasta el día de hoy y que contribuyen a hacerlos más sensibles a las diferentes manifestaciones de la cultura y a comprender mejor las constantes transformaciones del universo, incorporándose al desarrollo de la sociedad actual y así no desviar su atención hacia actividades que afectan al individuo en particular y ala sociedad en general.

Toda la sociedad en su conjunto se fortalece con los resultados obtenidos, se afianza, se enriquece. La comunidad crece en conocimientos, se une más, se educa, los investigadores aprenden, se perfeccionan y adquieren experiencias para proyectar el trabajo en otro campo.

En este accionar comunitario, resulta de relevante importancia, la actuación del gobierno, como agente aglutinador de los participantes y unificador además de acciones y personas.

Las actividades en el marco comunitario

Las actividades que se realicen en una comunidad determinada, deben ser variadas y organizadas, constituirse en sistema armónicamente definido y planificado, con un desarrollo sistemático, multifacético e integrado. Para su concepción deben tomarse como premisa los datos obtenidos del diagnóstico empírico y posteriormente en un trabajo más acabado, realizar el diagnóstico y caracterización de la misma.

El accionar requiere por tanto de un grupo, que aunque no sea especialista, pueda ejecutar actividades variadas, incluyendo las instructivas- educativas, dirigidas a fortalecer e incrementar el acervo cultural de los comuneros y vincularlas fundamentalmente al desarrollo histórico de la comunidad, para así fortalecer la identidad nacional y en particular la local.

La diversidad de actividades debe abarcar las realizaciones de: música, teatro, danza, cine, juego para diferentes edades, bailes tradicionales, históricas, de educación sexual y para la salud, ambiental, de literatura y otras necesidades que pudieran surgir de la caracterización o el diagnóstico y que cotribuyan a lograr una cultura integral.

La realización de actividades recreativas-educativas debe orientarse hacia dos fines fundamentales: lograr una cultura integral y mantener la cultura de barrio. Se debe legar a las sociedades futuras las tradiciones culturales que legaron las generaciones pasadas; resultan de vital importancia las memorias que enriquecen la rica historia de su desarrollo, donada fundamentalmente por los ancianos

Véase también

Trabajo Social Comunitario

Referencia

  1. Romero Ochoa, Cándida. Reflexiones sobre Educación Comunitaria. Guantánamo 2002. p.2

Fuente

  • Romero Ochoa, Cándida. Reflexiones sobre Educación Comunitaria. Guantánamo 2002.[1]