Egalitarianismo

Egalitarianismo
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Concepto:Sostiene que “todos los creyentes, sin importar su género o clase étnica, deben ejercer sus dones y talentos con igual autoridad y responsabilidad en la Iglesia, el hogar y el mundo”.

Egalitarianismo: Defiende la posición general de la igualdad. Preserva la idea, que las personas, sin importar su raza, género, religión, etc, son todos iguales en su valor.

Dicha posición sostiene que la mujer cristiana posee igual estatus y responsabilidad que el hombre, en el hogar, en la iglesia, en la sociedad y en enseñar y guiar al pueblo de Dios, ya que plantea que para determinar los roles de las personas, debe ser sobre la base de los dones y talentos y no por el género de los mismos. El origen del egalitarianismo se le atribuye al movimiento feminista, que en estas últimas décadas ha cobrado mucha fuerza en América Latina.

Visión

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A través de la historia, siempre han existido mujeres que forman parte del ministerio de Dios, las cuales han sido y son llamadas, escogidas y empoderadas por Dios, para ayudar a su pueblo con los dones que él les ha concedido.

A pesar que muchos niegan la igualdad bíblica entre el hombre y la mujer, y por ende a lo largo de la historia y hasta el presente, se han opuesto a que las mujeres ejerzan el ministerio, siempre han existen valientes hermanas que bajo ningún concepto han perdido el tiempo en debates sin sentido, ni dejando que opaquen sus dones.

Por el contrario, ellas se han enfocado en aportar mucho más a las iglesias y a la extensión del Reino. Las mujeres que forman parte del reino de Dios, defienden y demuestran, que no solo son iguales desde el punto de vista de la dignidad. Por lo que la oposición de algunos jamás podrá destruir la convocatoria de las fieles hermanas, pues su llamado proviene de Dios, no del hombre que las critica por ejercerlo.

Esto hace que las mujeres prefieran plantearse y dejar en claro que es tiempo de renunciar a la polémica sobre si ellas deben o no, ejercer autoridad sobre el hombre en la Iglesia, ya que dejan muy en claro que si Dios les dio alas para formar parte importante de su ministerio, nadie va a cortárselas. En cambio, refieren que el hombre y la mujer como partes del pueblo de Dios pueden y deben trabajar en conjunto como un todo, para cumplir así los planes del Padre Celestial.

Egalitarianistas

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Los egalitarianistas entienden la existencia de las diferencias entre los hombres y las mujeres, pero plantean que las mismas no deben ser ni universales o indicadoras de jerarquía entre ellos. De ahí a que la reconciliación del hombre no puede ser solamente con Dios, sino con sus semejantes. Creen que para ser del agrado de Dios, la mujer no requiere asumir un rol tradicional de géneros. Los dones y las habilidades de ellas, se necesitan tanto como las de los hombres, apoyando la Iglesia del Padre. Igualmente, las mujeres se toparán con los mismos problemas que los hombres, pero la Iglesia no puede darse el lujo de levantar obstáculos adicionales que inhibirían su ministerio, que lo dañaran o colapsaran por el mero hecho de no dejarlas fluir libremente en los caminos de Señor.

Los mismos plantean, que los hombres y mujeres fueron creados para reflejar juntos la imagen de Dios. En la Iglesia del Señor, por ende, la cruz no solo significa perdón, sino también, reconciliación, por eso no debe existir la “batalla de los sexos”.

El dominio del hombre sobre la mujer debe quedar fuera de los estándares establecidos, pero los mismos están dados como respuestas en las Escrituras; donde se refleja que la mujer es igual en dignidad que el hombre pero con distintos roles y diseños. Esto despierta una lucha reñida por demostrar que no son inferiores, pero las Sagradas Escrituras de cierta forma afirman que el llamado no es el mismo, y romper con esto sería para los más fieles y fervientes creyentes, despojarse del amparo y las verdades de las Escrituras.

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Los egalitarianistas plantean, que hay que eliminar ese sentimiento nefasto que sienten las mujeres al ser oprimidas o humilladas, y así se relajaran un poco las tensiones en los debates respecto al tema y en su lugar, los deseos de la mujer de demostrar que vale tanto o más que los hombres, dejarán de ser una lucha constante para ellas, porque tendrán un lugar reconocido como semejantes.

Conclusiones

Tanto los hombres como las mujeres deben unirse para trabajar en favor del ministerio de la Iglesia siendo esta una tarea enorme y por ende muchas veces difícil. El logro del trabajo se verá cuando realmente dejen fluir y trabajar el Espíritu de Dios por medio de todo su pueblo, incluyendo por supuesto a las mujeres. Para los egalitarianistas, el modelo de ministerio deseado, debe reflejar el espíritu de servicio mostrado por Jesucristo, y no la lucha mundana por el poder y el estatus social. La lucha debe ser por la unidad, no por distanciarnos más sobre la base de las diferencias de género, ni las barreras étnicas y menos las socioeconómicas, porque estas han sido derribas por Cristo en la cruz.

Fuente