El Tabaco en Artemisa

El Tabaco en Artemisa
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Concepto:El cultivo del tabaco ha sido una actividad económica que ha tenido su historia en el municipio Artemisa

El tabaco en Artemisa. En el municipio Artemisa, provincia Artemisa, Cuba, el cultivo del tabaco ha sido una actividad económica que ha tenido su historia ya que hasta los primeros años del Siglo XX se podían observar en algunas fincas de la región las extensas áreas cubiertas del cultivo. La primera fábrica se estableció como una sucursal de la mundialmente famosa "Romeo y Julieta".

Fincas

Referencias en la prensa local nos dicen que en lo que fue conocido más tarde como el reparto "Galatea", hoy "La Matilde", se encontraban las fincas "El Desguazo" y "San Antonio", donde se daba un magnífico tabaco y que las tierras que van desde la calle Colón hasta la calle Masó y desde la calle Gómez hasta el límite de la finca "Abreu" estuvo sembrado de tabaco hasta los primeros años del Siglo XX.

Fábricas

En 1855, uno de los pioneros de esta industria en el poblado fue Don Felipe Llerena Calle, quien primero se estableció en la rama de la cigarrería, con una marca llamada "La Veloz" el cual llegó a instalar con esta denominación una verdadera fábrica de cigarros y tabacos, que llevaba en su envoltura estampada la figura de una locomotora. Los cigarros eran elaborados inicialmente a mano, con implementos muy rudimentarios.

La primera gran fábrica, con cerca de doscientos torcedores y cuarenta despalilladores, se estableció el 6 de febrero de 1907, era esta una sucursal de la mundialmente famosa "Romeo y Julieta", de Ciudad de la Habana, dependencia.

A su vez, del consorcio "HENRY CLAY BOCK LTD.". Fue instalada en los altos de un local de dos pisos conocido como la "Casa Santibáñez", que existía en la esquina de las calle Maceo y República, hoy Mario Eugenio Echavarría López Hermanos Saínz. Esta zona fue desvastada años más tarde por un voraz incendio, por lo que la sucursal, ampliada ya hasta casi cuatrocientos trabajadores, fue trasladada hasta la casona de las calle República y Agramonte (hoy Despalillo) que desde entonces han venido ocupando centros relacionados con la producción tabacalera.

  • En 1914 Don Ciriaco Pereda, vecino de arraigo y significación en esta villa, fundó la fábrica "La Cierna" la cual, después de su fallecimiento en 1920, pasó a poder de la entidad "Pereda y Co." sociedad formada por su progenitor Braulio Pereda y Benito Antelo.
  • En la década del 20 apareció en Artemisa otra gran fábrica "La Joja Selecta", de Crispín Quintana, que en los años 1928-1929 anunciaba sus tabacos en los periódicos locales bajo la firma "Hermanos Quintana".

Experimentaron fluctuaciones en sus primeros tiempos, sobre todo a causa de la inestabilidad de los puestos de trabajo pero a fines de esta década ya contaba con cuatrocientas plazas fijas. Durante el año 1932 trabajaban en el taller de la sucursal artemiseña de "Romeo y Julieta" 276 trabajadores, pertenecientes todos a la "Federación Bi-Provincial La Habana-Pinar del Río".

  • El 14 de octubre de 1943 abrieron las puertas de los talleres de la conocida fábrica "VILLAMIL, SANTALLA Y CIA.,LTDA." en Artemisa, para su ubicación se empleó el local que ocupaba la fábrica de tabacos "LA PROVINCIANA", que dirigía o administraba Ricardo González García "Ricardito" en realidad, este ya le fabricaba tabacos a Don Antonio Villamil y este le ponía su sello a la producción ya terminada . La empresa comenzó con 89 operarios.

Talleres

En los locales donde se establecieron los primeros Talleres de Escogida de tabaco en Rama, se elaboraba la hoja hasta prepararla envuelta en yaguas para su envío a las industrias de Pinar del Río. En esta manipulación encontraban trabajo buen número de obreros, principalmente mujeres, que se especializaron en las distintas labores del beneficio de las hojas, las cuales se clasificaban en grupos de acuerdo a su calidad y al uso al que estaba destinada. El primer Taller de Escogida en Artemisa colonial funcionó en la antigua "Casa Sierra", hoy Tienda TRD.

En el taller de la fábrica sucursal de la "ROMEO Y JULIETA" trabajaban 70 despalilladoras, las cuales ganaban de seis a siete pesos semanales, sus condiciones de trabajo eran misérimas, como puede verse, pero este empleo constituía su única forma de atender a sus necesidades de vida. La situación se hizo aún más apremiante ese año, cuando incluso el despalillo del Sr. Smith amenazó con cerrar. Su dueño, no obstante, consiguió mantenerlo abierto pero a cambio de establecer pagos ínfimos por el trabajo. Aún así, los aceptaban y siguieron trabajando allí más de 200 despalilladoras.

Asociaciones tabacaleras

  • En 1938 se calculó que habían en Artemisa 600 despalilladoras, 450 torcedores y 1100 escogedores de Tabaco en rama, amén del personal eventual, que casi duplicaba estas cifras.
  • El 25 de abril de 1900 se constituyó la primera agrupación obrera de Artemisa, bajo el nombre de "Gremio de Trabajadores de Tabaco en Rama" (Escogedores). Esta fundación se llevó a cabo en un local de la calle Maceo esquina a Colón, cumpliendo las disposiciones legales de la época, su Reglamento, fue aprobado por la Alcaldía municipal.

Referencias históricas

En su primera visita a Cuba en 1492 el Almirante Don Cristóbal Colón envió a uno de sus subordinados, Rodrigo de Jérez, a explorar la tierra, en busca de alguna de las áureas ciudades del Reino del Gran Khan. De esta visita: "Los enviados del Almirante volvieron al puerto el 6 de noviembre después de cuatro días de ausencia.

Dos días de marcha les habían bastado para llegar a una aldea compuesta de unas cincuenta chozas... Entre otros pormenores de las costumbres de aquellos habitantes, refirieron que los hombres y mujeres fumaban tabaco por medio de un tubo bifurcado, aspirando el humo por las narices".

Sin traer, por tanto, otro tesoro que algunos mazos de tabaco que los aborígenes le habían regalado, de acuerdo con su costumbre de emplear esta planta en sus ceremonias de propiciación. Colón no parece haber estimado este obsequio en su justo valor. De igual modo, un siglo después, otro colonizador, John Smith, consideró haber fracasado en su exploración del continente norteamericano al regresar de sus correrías con el bote cargado de tabaco en rama y no de oro.

En todo caso, los colonizadores y sus servidores africanos no tardaron en familiarizarse con su uso, convirtiéndose así en un artículo de primera necesidad. Se consumía en rama, en masa, en líquido, en polvos molidos y, lo mismo que hoy día, en humo aspirado por la nariz y la boca. Se le empleaba en los ritos mágico-religiosos, en las ceremonias, como medicamento y también, por que no, como alimento.

A finales del Siglo XVI el tabaco gozaba de gran demanda en Europa y el de más fama, sin duda, era el tabaco cubano. Había comenzado el comercio de esta planta y antes de que terminara el Siglo XVII el hábito de fumar o mascar la planta había invadido, prácticamente, todos los continentes, incluso Asia y África, donde se incorporaron casi de inmediato a las necesidades y costumbres de la población.

La vida del tabaquero cubano desde los primeros tiempos estuvo muy relacionada en todo momento con la situación económica y política imperante en el país. Un grave problema de la fuerza laboral de este sector era el carácter cíclico de esta industria. Algunos de los talleres de despalillo más modestos cerraban su

Fuentes

  • Museo Municipal Artemisa "Manuel Isidro Méndez".
  • Sitio Web Municipal Joven Club de Computación y Electrónica de Artemisa