El Tajín (sitio arqueológico en México)

(Redirigido desde «El Tajín»)
El Tajín
Información sobre la plantilla
Sitio Arqueológico de México
Mapa de El Tajín
Mapa de El Tajín
EntidadSitio Arqueológico
 • PaísBandera de los Estados Unidos Mexicanos México
 • Fundación300 n.e
Tajin VistaGe.jpg
Vista General del sitio arqueólogico

El Tajín. Sitio arqueológico de la zona geográfica de Veracruz, en el México central a tan sólo 30 kilómetros del mar. Esta zona es identificada por su famosa Pirámide de los Nichos, una de las tantas pirámides – templos mesoamericanos, pero que de por sí es identificador de la cultura Totonaca.

Considerada como única y a la vez emula con la Pirámide de Kukulkán en Chichén Itzá, dado que el número de sus nichos suma 365 (los días del año) y que recibe una iluminación de luces y sombras particularizada según el día. Además, el sitio es considerado como el Olimpia de los juegos de pelota, por ser la ciudad con más restos de ellos.

Ubicación y fundación

Vista general de la Pirámide de los Nichos y otras en la plaza

Ubicada a 30 kilómetros del mar en el departamento de Veracruz de Ignacio de Llave, en el Veracruz central de México, entre las actuales poblaciones de Coatzintla y Papantla de Olarte. En la misma carretera 180 entre México D.F y Veracruz. Esta antigua urbe fue construida en la parte inferior de los abanicos pluviales de la sierra Papanteca.

Desde el año 2001 el gobierno federal de México emitió una declaratoria de zona protegida del INAH que comprende 1 221 hectáreas con distintos vestigios prehispánicos. Hasta el 2003 solo estaban investigados el 10% del sitio, es decir 52 de las 260 estructuras inventariadas.

Su fundación ocurrió en el año 300 n.e., y aunque tuvo su mayor auge entre los años 600 y 900 n.e., a fines del Período Clásico, para decaer inexplicablemente hacia el 1150 de nuestra era. Durante este tiempo aparentemente mantuvo relaciones comerciales con Teotihaucán, en el altiplano central y otras ciudades cercanas, pues sus principales actividades parecen haber sido la agricultura y este tipo de comercio de intercambio. Aunque debió de haber sido primordialmente como un centro religioso y “deportivo”.

El Tajín significa “Trueno”, en la lengua de los totonacas, por lo que el sitio también es conocido como el “lugar donde se venera al Dios del Trueno”. Sin embargo, el caso del Dios del Trueno aquí se asocia con Quetzalcóatl y Taltoc, pero también con los gemelos Tlahizcalpantecutli y Xólotl que por lo general son identificados con Quetzalcóatl.

La ciudad era un centro administrativo de las manifestaciones religiosas y políticas regionales. Es debido a esto que la figura política (posible rey – sacerdote) era la reencarnación de Quetzacóalt, como Dios principal de El Tajín. Lo que justifica su representación simbólica y figurativa en tantas repeticiones en la escultura, pintura y arquitectura del sitio.

La ciudad estaba dedicada a la deidad del mismo nombre, el dios del rayo y de la lluvia. El centro ceremonial se compone de una serie de edificios dispuestos en plataformas escalonadas y explanadas artificiales, rodeadas de una fértil selva tropical que ha contribuido, junto con el abandono de siglos, a su estado actual de conservación. Las primeras noticias de estos monumentos las proporcionó Diego Ruiz, y fueron publicadas por la Gaceta de México en 1875. En 1992, los restos arqueológicos de la antigua ciudad fueron declarados Patrimonio de la Humanidad.

Monumentos

La zona ahora abierta al público puede dividirse en cinco partes que corresponden, al mismo tiempo, a niveles altimétricos diferentes. El Tajín presenta grandes y avanzadas construcciones de tipo piramidal y cuyos conjuntos pertenecen a diferentes épocas pero su apogeo se alcanzó en la transición del periodo clásico al posclásico, momentos en que se edificaron La Pirámide de los Nichos y el Edificio 5.

También este otro grupo de monumentos llamados el Tajín Chico Jürgen Brüggemann (19422004), arqueólogo alemán quien fuera uno de los principales investigadores y restauradores del sitio, sin duda, sintetiza de manera excelente la trascendencia de El Tajín dentro de la arquitectura mesoamericana al sostener que: {Sistema:cita| “La arquitectura de El Tajín es de especial interés para toda Mesoamérica, no sólo por el elemento formal y tal vez estructural de los nichos, sino también por el juego de las proporciones entre los taludes de los diversos cuerpos superpuestos de los basamentos de los edificios y los diferentes sistemas constructivos empleados en la edificación”.}

Pirámide de los nichos

Diego Ruiz es el que da la primera información sobre el sitio y su famosa pirámide en 1875. La pirámide está compuesta por siete plataformas superpuestas de manera escalonada y una escalinata en el lado norte para la ascensión a la cúspide. La decoración de esta plataformas en sus fachada esta compuesta por hornacinas o nichos, esto comprenden un total de 365. Asumidos como un reflejo de los 365 días de los años trópicos.

La escalera que se encuentra en la cara norte esta flanqueada por unas balaustradas pero que también posee algunos nichos que la dividen en dos por algunos sitios. Son 5 estructuras saledizas cada con tres nichos por lo cual se podría también interpretar como los 20 días del mes mesoamericano. La ancha balaustrada tiene un adorno en la cara superior en forma de grecas, aunque pudiera ser una alusión a los remolinos del viento.

A su vez la misma fue levantada sobre otra plataforma cuyos bordes o talud son rectos y con forma una plaza cuyo terreno rodea dicha pirámide pero dejando espacio entre la primera plataforma de la pirámide y el borde de la “plataforma de la plaza”.

En las esquinas de esta primera plataforma o plaza existen unas piedras más grandes y talladas en la confluencia de las esquinas representando a este Dios del Trueno. La pirámide en sí es de una base de 35 metros y con una altura de 18 metros. Otra singularidad de esta pirámide y que es casi una característica del sito, son los remates superiores de sus paredes. Esta presentan una cornisa en saledizo o saliente puede estar compuesto por tres o seis hileras de lajas o bloques, donde la superior sobresale de la inferior. Esta es una constante en casi todas sus edificaciones salvo las paredes o taludes que conforman las plazas usadas para nivelar las edificaciones (pirámides).

Vista de la Pirámide de los Nichos y áreas de la plaza

La Pirámide de los Nichos se convirtió en el símbolo religioso y político del Tajín; algunos investigadores sostiene la hipótesis de que en las noches se colocaban velas en los nichos que servían como un gran calendario, de ser cierto esto el espectáculo de iluminación debió haber sido maravilloso. Sin embargo, los nichos no son el único adorno de esta estructura, pues sus frisos y tableros decorados se hallan en el museo del sitio.

Los mismos son una muestra de la grandeza que tenían sus gobernantes y en especial de una máximo líder totonaca, 13 Conejo, quien supuestamente se le debe acreditar la grandeza del sitio. Esta Pirámide aún todavía tiene, además de su gran fuerza física duradera, la esencia de lo sagrado. Hoy en día la gente suele acercarse a la pirámide para poner velas o ramos de flores en señal de ofrenda.

Los nichos de este edificio están construidos de la siguiente manera: se tiene una tapia en talud, recubierta en piedra, en la que se levanta una pared vertical, revestido también en piedra y el que conforma el fondo del nicho; pequeños apoyos de piedras sobrepuestas van formando bordes hasta llegar al tamaño del claro que configura el mismo nicho; sostienen enormes losas que aparecen como ladradas pero que en realidad tienen este aspecto ya que se provienen de una formación sedimentaria cercana a la zona arqueológica.

Otras lajas, que se colocan una sobre otra, van dando forma a los que es el armazón de la cornisa; las cornisas tuvieron una apariencia de un plano inclinado y el cual se obtiene gracias a un grueso aplanado. Se puede ver, en distintas partes de la pirámide, que ésta estuvo aplanada.

Gracias a las investigaciones realizadas en la pirámide, se pudo descubrir que ésta se encuentra construida encima de otra más antigua. Esto se constató cuando, al hacer un túnel en el lado poniente de la estructura, los arqueólogos se toparon con varios taludes y lajas superpuestas que daban como resultado que la subestructura se constituía de un sólo cuerpo.

Juegos de pelota

Vista de la zona del Juego de Pelota sur, uno de los 17 de la ciudad

En este sitio los juegos de pelota (Pok a’ Tok, en náhuatl) tienen una gran importancia. La cantidad de ellos (17) excesivamente grande para toda el área mesoamericana. Hay sitios que no sobrepasan las 5 “canchas de juegos”. Se hace necesario recordar que este juego de pelota reviste un carácter religioso y donde los perdedores eran sacrificados a los dioses.

De todos estos, la cancha de juego de pelota sur, puede ser considerada la de mayor importancia. En ella utilizando figuras en relieves se da una explicación de la cosmovisión totonaca, casi común a todos estos pueblos del área. Las imágenes centrales muestran la realización del sacrificio de un jugador de pelota mientras es sujetado por otros jugadores, mientras el sacerdote levanta el cuchillo de sacrificio en una mano.

Tajín Chico

Durante el periodo de máximo apogeo sobre el año 600 de n.e, en el sitio se comenzó la construcción de un grupo que se ha llamado Tajín Chico. Aquí se caracteriza porque las edificaciones comienzan con un basamento con más elaboración, amplísimos espacios interiores y fachadas decoradas con motivos geométricos.

Esta zona esta ubicada en la parte norte y en un área más elevada que el resto del sitio. Supuestamente debió de haber sido el centro administrativo y residencial del mismo. En el sobresalen los edificios: el IV al norte de la plaza; el edificio II en el extremo sur; el edificio V; además del edificio I.

Es en éste último edificio que se puede interpretar la religión prehispánica, donde con murales de pinturas policromadas se muestran a los míticos personajes zoomorfos en representación de las principales deidades del lugar. El sistema constructivo del edificio consiste en un núcleo desde el que arranca cada cuerpo de la base, en su interior hay un tiro de 14 metros de longitud. Este edificio debe su existencia a una razón político-religiosa muy fuerte y por tales motivos ha sido el único que ha perdurado durante siglos sin derrumbarse totalmente.

Al mismo tiempo se manifiesta el esplendor del asentamiento prehispánico, posiblemente durante el reinado de 13 Conejo, conocido por los relieves de El Tajín. Los tableros y frisos del templo de este edificio se encuentran actualmente en el museo de sitio. Por otro lado destacan también los distintos conjuntos o áreas palaciegas donde por sorpresa se advierte la presencia de ventanas, elementos no comunes en Mesoamérica.

Su posible uso puede haber sido para refrescar estas habitaciones con la brisa vespertina, a través de un ingenioso sistema con una trayectoria libre al paso de ella. En el edificio II aparece el uso de las columnas que es un estilo o un elemento poco común en el área, especialmente cuando son redondeadas. En este caso casi siempre se interpreta como una influencia tolteca.

Otro es el Chicacoluhiqui, que esta compuesto por muros que conforman grecas en espiral, con tableros con nichos. Algunos investigadores, como Jorge Villanueva, consideran que por su estructura arquitectónica, El Tajín podría tener relación con Yohualicha, un área ubicada en la Sierra Norte de Puebla.

Se considera que El Tajín vivió tres épocas: la primera es identificada porque sus edificios están construidos con 17 a 20 grados de desviación hacia el norte. Una segunda etapa se identifica por la construcción de edificios aledaños a la zona monumental, ya que se registró un crecimiento. Finalmente, la tercera etapa está constituida, para los especialistas, como la desocupación de la zona prehispánica.

Otras formas de arte

Los totonacas al igual que todos los pueblos o culturas mesoamericanas cultivaban distintas artes, y en las cuales se hace casi imposible establecer un criterio imparcial sobre cual era mejor. Cada cual, se identificó con un tipo de talla, o determinado motivo para pintarlo, o un formato alfarero. De tal forma que hay que mirar cada cultura con una visión holística dentro de su propio contexto.

Pintura mural

En El Tajín existe gran cantidad de pinturas murales, que es de desconocimiento público. Las pinturas están elaboradas con pigmentos de origen mineral, que contenían fijadores como goma de nopal, orquídeas; también usaron agua decantada ya que la técnica usada fue la del "fresco".

Para pintar esas gamas de colores, usaron brochas y pinceles de pelo o pluma. Los murales debía ser planeados de antemano, por la simetría que guardan algunos de ellos y que sólo podía obtenerse a través de un diseño previo. Los colores que ellos muestran son: rojo, naranja, rosa, azul, verde, café, ocre, negro y blanco. La temática que presentan es sumamente diversa y no comprende sólo el tipo religioso.

Cerámica

Algunas muestras de la cerámica Totonaca

La alfarería totonaca del horizonte clásico es altamente conocida, no sólo en México, sino a nivel internacional, pues las cerámicas más representativas son las famosas "caritas sonrientes". Estas figurillas son la personificación de distintas personas, tanto de cuerpo completo como sólo su rostro, pero que tienen como rasgos en común el hecho de que sonrían de manera exagerada.

Existen también otro tipo de figurillas, casi todas antropomorfas, pero son muy escasas. Toda esta cerámica esta elaborada con un sólo tipo de barro, el cual es de color rojizo. El Tajín, un sitio mágico, místico que casi se perdió en la oscuridad de los tiempos, un lugar que si bien no contó con la grandeza militar y comercial de otras metrópolis de Mesoamérica, si supo trascender por la exquisitez en su arquitectura y lo magnifico de su ingeniería.

Escultura

La escultura en El Tajín es prolija y una de las mejor conservadas en Mesoamérica. La mayoría de los edificios tienen sus muros ladrados con sin número de figuras; sobresalen los muros de los juegos de pelota. Contrariamente a lo que se pensaría, existen gran parte de las piedras labradas del templo que ocupaba la parte alta de la Pirámide de los Nichos, contándose más de 150 de ellas.

Los relieves de El Tajín, por lo regular, se componen de tres partes: una inferior, ricamente decorada con motivos entrelazados, con la representación del cuerpo de la serpiente de la Tierra; la intermedia en la que se desarrolla la escena libre, y la última representa a la faja celeste.

Destacan tres tipos de esculturas que son típicas de esta zona: las palmas, los yugos y las hachas votivas. De las primeras, podemos decir que son unas figuras que asemejan a la palma, teniendo tres o cuatro tallos y que tienen ornatos muy sui generis, como serían el caso de los collares de manos cortadas rostros humanos descarnados.

Los "yugos" de piedra fueron unos implementos mortuorios y se decoraban con bajos relieves que representaban al "monstruo de la Tierra", un ser fantástico que era la combinación entre un tigre y una rana, el cual, en sus fauces, llevaba un rostro humano. Las hachas votivas son unas singulares retratos, que casi es seguro, se esculpían en honor a algún guerrero distinguido. Estos retratos no son mas que cabezas planas cuyos ángulos tienen todos los grados de abertura; desde los más abiertos hasta los más cerrados. Casi todas estas esculturas fueron hechas en piedra basáltica.

Enlaces externos

Fuentes

  • Montejo, Victor; Garay, Luis (1999) "Popol Vuj, libro sagrado de los mayas" Editorial Artes de México; ISBN 968-6533-85-0
  • Morley, Sylvanus G. La Civilización Maya. Fondo de Cultura Económica. 6ta.ed. México, 1961
  • Rivera Dorado, Miguel. Popol Vuh: relato maya sobre el origen del mundo. Madrid: Editorial. Trotta, 2008.
  • Enigmas sobre la Cultura Totonaca