El Wad-Ras No. 50 en Mantua
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El Wad-Ras No. 50. Regimiento insigne de la corona española en Cuba. 1896-1898
Sumario
Historia
El Regimiento tiene sus orígenes en el año 1877 en España con la formación en la ciudad de Albacete del regimiento de infantería Wad-Ras No. 53 tomando como base los Batallones de reserva de Santander No. 18 y el Batallón llenera No. 63, los cuales jugaron un papel relevante bajo el mando del coronel D. Mateo Iturriaga y Caraballo en las Guerras Carlistas.
Desde su creación radicó en ciudades como: Madrid, Sevilla y Alcalá de Henares. Fue reorganizado por tres batallones en 1889, y no fue hasta el año 1893 que se le conoce como regimiento de Infantería Antillas No. 50. El regimiento poseía como distintivo un escudo de armas.
Envio a Cuba
En 1896 su primer batallón fue enviado a Cuba con el nombre de Regimiento de Infantería Wad-Ras No. 50 para reforzar las filas del cuerpo de ejercito de la 1ra División y la 1ra Brigada de Guanajay al mando del General Hernández, participando en acciones de la defensa de trochas, potreros y haciendas.
Presencia en Mantua
Con el recrudecimiento de los combates y el avance al occidente de las tropas mambisas, el regimiento al mando del Coronel Don Rafael del Álamo fue trasferido a tierras de vueltabajo para organizar sus defensas.
Lo que nunca imaginó el jefe español fue que se enfrentaría en tierras mantuanas con el Lugarteniente General Antonio Maceo y Grajales, que se encontraba en su segunda campaña en este territorio, esperando la expedición de Juan Rius Rivera.
Sobre este acontecimiento el historiador Emeterio Santovenia nos describe en su libro "Historia de Mantua":
Las armas libertadoras, entre tanto no se habían dado al reposo, las frecuentes escaramuzas provocadas por los insurrectos al mando de Manuel Lazo y Antonio Pozo y la hostilidad presentada a la columna de Was-Ras mientras protegían los trabajos de fortificación hacían imposible su movimiento...
Esto sería el preludio del encarnizado combate que se efectuaría el 6 de septiembre de 1896 en los Arroyos de Mantua y en el que Maceo asestaría otro duro golpe a las tropas españolas.
El Combate de Los Arroyos
Arroyos de Mantua, 8:00 a.m. 6 de septiembre de 1896:
Los corceles ansiosos percibían la proximidad del combate, a lo lejos el regimiento Wad-Ras No.50 cubría sus posiciones desplegando la artillería; el silencio reinaba, solo había que esperar la orden del General Antonio, la bandera fue desplegada, a una señal el corneta dejó escuchar en la campiña mantuana el toque de a degüello.
En las trincheras el desconcierto se apoderó de los españoles que presurosos calaban las bayonetas; para el señor Don Rafael del Álamo la toma del poblado de los Arroyos dependía de su resistencia, los fusileros efectuaron la primera andanada.
El ejército libertador, apenas con municiones y a pecho descubierto arremetió contra las defensas, el objetivo era concentrar el ataque por el centro, debilitar los francos y atacarlos por sorpresa.
El combate duró cinco cuartos de hora en los que Maceo, al frente de más de trescientos hombres asestaría un duro golpe a las tropas españolas al apoderarse, en lo más recio de la ofensiva, de todo el ganado destinado al racionamiento de la guarnición.
Parte de guerra español
Para el coronel Don Rafael del Álamo reconocer este hecho, implicaría poner en duda la operatividad y fortaleza moral de las tropas españolas en tierras de Vuelta abajo, que venían sufriendo el descalabro total ante el avance pujante de las tropas insurrectas desde el oriente cubano.
Un fragmento del parte de guerra emitido por los españoles y recogido por el brigadier Miró Argenter en sus "Crónicas de Guerra" expresa:
“El Coronel de Wad - Ras que mandaba todas las fuerzas, dispuso de que una vez cubierta, como lo había sido tan acertadamente, la defensa del poblado, la artillería hiciera gran destrozo al enemigo, se le veía caer lo mismo que caen los castillos de naipes.
La 3ra y quinta Compañía de Wad-Ras, fueron los encargados de hacer huir a todo correr a los que quedaron con vida ocasionándoles más de 60 muertos y heridos.
Por nuestra parte solo tuvimos que lamentar la pérdida de un soldado y un voluntario, dos artilleros heridos y dos soldados contusos. La tropa se portó admirablemente.
Las publicaciones de la época hacían alusión a este parte resaltando el valor y la firme resistencia del Regimiento Wad-Ras. Para los criollos era motivo de mofas, pues conocían del arrojo y la estirpe del ejército libertador para creer que los españoles ante una carga al machete al mando del general Antonio Maceo y Grajales pudieran salir ilesos.
Fuentes
- “Historia de Mantua” Tomo I Y II de Emeterio Santovenia
- “Crónicas de la Guerra” de Miro Argenter, Tomo I
- Información de los archivos de guerra de la época ofrecidos en Internet. y facilitados por el Sr. Oscar Martín, tataranieto de Don Rafael del Álamo.
