El origen de las especies

El origen de las especies
Información sobre la plantilla
EL ORIGEN DE LAS ESPECIES-Charles Darwin.jpg
El origen de las especies de Charles Darwin fue publicado el 24 de noviembre de 1859. Su título original es On the Origin of Species. Esta edición se agotó el día de aparición y, con las subsiguientes, fueron seis publicaciones en total las que se editaron en vida de Darwin.
Autor(a)(es)(as)Charles Darwin
Editorial:John Murray
GéneroCientífico
Edicióntraducida al idioma español en 1877 por Enrique Godínez Esteban y Antonio Zulueta
Primera edicióninglés (1859)
PaísLondres, Bandera de Inglaterra Inglaterra

El origen de las especies es un libro publicado en 1859 por el naturalista Charles Darwin (1809-1882) en el que dio a conocer su teoría de la evolución.

Su publicación provocó grandes controversias y se opusieron a él los pensadores religiosos porque echaba por tierra la teoría creacionista y quitaba al ser humano del centro de la Creación.

Este libro convenció a los científicos y al público educado de que las especies de seres vivos cambian con el tiempo.

El autor y su obra

Charles Darwin, el científico naturalista que más contribuyó a la historia de la biología, nació en Shrewsbury el 9 de febrero de 1809. Quinto hijo de Robert Darwin, un próspero médico rural, y de Susannah Potter, creció en el seno de una sofisticada familia inglesa. Luego de finalizar sus estudios en la escuela de Shrewsbury, ingresó en la Universidad de Edimburgo para cursar medicina. En 1827 abandonó la carrera y comenzó estudios de teología en la Facultad de Estudios Cristianos, en la Universidad de Cambridge, con el fin de convertirse en clérigo rural, como lo deseaba su padre. Allí inició una íntima amistad con John Stevens Henslow, cura y botánico, que lo llevó consigo en largas expediciones para recolectar plantas y lo recomendó al capitán Fitz Roy como tripulante del buque inglés Beagle.

Ya a fines del siglo XVIII, como en busca de un portavoz, la teoría de la evolución rondaba lentamente la atmósfera de los naturalistas. Pero lo que le otorgó a Darwin el crédito de descubrir la selección natural fue la publicación, el 24 de noviembre de 1859, de El origen de las especies. Esta edición se agotó el día de aparición y, con las subsiguientes, fueron seis publicaciones en total las que se editaron en vida de Darwin.

El origen de las especies fue el resultado de un exhaustivo y profundo trabajo de observación e investigación que Darwin comenzó desde muy joven, cuando se dedicó a estudiar historia natural y reanudó sus colecciones de minerales e insectos, que había comenzado en la escuela. Sin embargo, lo que realmente consagró los años de estudio y reflexión fue su labor como naturalista en la expedición alrededor del mundo, a bordo del Beagle. Tal como lo afirma en la autobiografía: "El viaje en el Beagle ha sido el acontecimiento más importante de mi vida y el que determinó toda mi carrera".

El origen de las especies fue el primer relato convincente y claro acerca de la teoría de la evolución y de la selección natural. La obra de Darwin estaba narrada en un lenguaje directo y coloquial, accesible a cualquier lector. En ella fue capaz de explicar en forma simple que las especies cambiaban como resultado de una necesidad nueva; que la lucha por la supervivencia eliminaba las variaciones desfavorables y sobrevivían las más aptas; que el número de individuos de cada especie permanecía más o menos constante; y explicó, por medio de descripciones minuciosas, cómo variaban en todos los aspectos las distintas especies según el entorno.

Una de las principales influencias en su teoría de la selección natural ha sido el clérigo y economista británico, Thomas Malthus (1766-1834), con su "Ensayo sobre el principio de la población" (1798). También se le atribuye gran importancia en la obra de Darwin al naturalista Alfred Russel Wallace (1823-1915), quien en su última expedición a las islas de Malasia formuló su hipótesis acerca de la selección natural. En 1858, a pesar de que no se conocían, Wallace le comunicó sus ideas a Darwin, quien ya poseía una teoría similar. Unos meses antes de la publicación de El origen de las especies, ambos científicos habían realizado una publicación conjunta de extractos de los manuscritos.

Darwin narró en su Diario de viaje algunas vivencias que lo llevaron al comienzo de una crisis religiosa; llegó a escribir: "...De hecho casi no puedo comprender cómo haya nadie que pueda desear que la doctrina cristiana sea cierta". No encontraba compatible la esclavitud, sustento de la economía de la burguesía, a la que pertenecía, con la doctrina cristiana. Varios años después escribió con cierto tono irónico:"Considerando la ferocidad con que he sido tratado por los ortodoxos, parece cómico que alguna vez pensara ser clérigo". Luego de cinco años de expedición redactó, sobre la base de los apuntes tomados a bordo, el Diario de viaje.

En 1842, después de realizar una travesía por el norte de Gales con el fin de observar los glaciares, la mala salud de Darwin se acentuó. Siempre había sido hipocondríaco, pero los males comenzaban a hacerse reales. Renunció al cargo de Secretario de la Sociedad Geológica y buscó, junto a su prima, Emma Wedgwood -con la que se había casado en enero de 1839- un lugar retirado, en los alrededores de Londres. Halló una casa en Down House, en las afueras de Seven Oaks, que fue su último hogar. Entonces mantuvo una vida apartada de los compromisos sociales y dedicó unas horas por día a ampliar aspectos de su teoría. Murió el 19 de abril de 1882 de lo que luego se conoció como mal de Chagas. Aunque algunos médicos, contrariando a los familiares, sostuvieron que, en realidad, la causa de su muerte fue la constante angustia.

Darwin vaticinó la inmortalidad de su obra y fue, sin duda, quien echó más luz sobre las tres áreas principales que cultivó: la geología, la botánica y "el misterio de los misterios", como se llamaba por esos años a los problemas de la evolución y de la selección natural.

Reflexiones

Carátula original del libro, en inglés.
Viajábamos a bordo del Beagle, buque de guerra inglés, en calidad de naturalistas, cuando nos impresionaron mucho ciertos hechos observados en la distribución de los seres orgánicos que habitan América del Sur, y en las relaciones geológicas existentes entre los actuales habitantes de aquel continente y sus antecesores. Estos hechos parecían arrojar luz sobre el origen de las especies. De vuelta a nuestra patria en 1837, se nos ocurrió que quizás algo podría sacarse en limpio de esta cuestión, acumulando con paciencia, para reflexionar sobre ellos, toda clase de hechos que pudieran tener alguna relación o conexión con el problema. Después de un trabajo de cinco años, nos permitimos especular sobre el asunto, y formamos algunas cortas notas que ampliamos en 1844.

Al considerar el origen de las especies se concibe perfectamente que el naturalista que reflexiona sobre las mutuas afinidades de los seres orgánicos, sobre sus relaciones embriológicas, su distribución geográfica y otros hechos semejantes, puede llegar a deducir que las especies no han sido creadas independientemente, sino que han descendido como variedades de otras especies. A pesar de todo, tal conclusión, aun estando bien fundada, no sería satisfactoria hasta poder demostrarse cómo han sido modificadas las innumerables especies que habitan este mundo, hasta adquirir esa perfección de estructura y coadaptación que con justicia excita nuestra admiración. Continuamente los naturalistas la atribuyen a condiciones externas, clima, alimento, etc., como única causa posible de variación, y aunque en sentido limitado, todavía consideramos absurdo atribuir a meras condiciones externas la estructura, por ejemplo, del muérdago, que toma su alimento de ciertos árboles, que posee semillas que necesitan ser transportadas por ciertos pájaros y que ofrece flores de sexos separados que requieren absolutamente la acción de ciertos insectos para llevar el polen de una flor a otra. Es igualmente, a nuestro entender, absurdo querer explicar la estructura de este parásito y sus relaciones con los varios seres orgánicos distintos, por los efectos de condiciones externas o de hábito, o por voluntad de la misma planta.

Es de la mayor importancia llegar a la clara percepción de los medios de modificación y coadaptación, por lo cual desde el principio de nuestras observaciones nos parecía probable que el cuidadoso estudio de los animales domésticos y de las plantas cultivadas ofrecería más probabilidades para aclarar tan oscuro problema.

Nadie se sorprenderá de lo mucho que todavía queda por explicar con respecto al origen de las especies y variedades, si se tiene en cuenta nuestra profunda ignorancia acerca de muchos de los seres que viven en nuestro derredor. ¿Quién puede explicar por qué una especie extiende en todas direcciones sus numerosos individuos, mientras que otra aliada a la primera domina en espacio pequeño y apenas se la encuentra? No obstante, son de mucha importancia estas relaciones, porque determinan el bienestar actual, y a nuestro modo de ver, se dirigen al futuro logro y modificación de cada uno de los habitantes de este mundo. Todavía sabemos menos de las mutuas relaciones existentes entre los innumerables habitantes que han existido durante las muchas épocas geológicas que cuenta la historia, y aunque hay muchos misterios que durante mucho tiempo permanecerán tales, sin embargo, después del estudio más deliberado y del más desapasionado juicio de que somos capaces, no dudamos que la opinión hasta ahora sostenida por la mayor parte de los naturalistas y antes por nosotros, al afirmar que cada especie ha sido creada independientemente, es errónea.

Principales argumentos

La teoría de la evolución que postuló Darwin tuvo un enorme impacto en el pensamiento europeo de la segunda mitad del siglo XIX. Los principales argumentos de El origen de las especies, que se publicó en 1859, son:

  • Los tipos biológicos o especies no tienen una existencia fija ni estática sino que se encuentran en cambio constante.
  • La vida se manifiesta como una lucha constante por la existencia y la supervivencia.
  • La lucha por la supervivencia provoca que los organismos que menos se adaptan a un medio natural específico desaparezcan y permite que los mejores adaptados se reproduzcan, a este proceso se le llama "selección natural".
  • La selección natural, el desarrollo y la evolución requieren de un enorme período de tiempo, tan largo que en una vida humana no se pueden apreciar estos fenómenos.
  • Las variaciones genéticas que producen el incremento de probabilidades de supervivencia son azarosas y no son provocadas ni por Dios (como pensaban los religiosos) ni por la tendencia de los organismos a buscar la perfección (como proponía Lamarck).

La obra de Charles Darwin sentó las bases de la biología evolutiva moderna. Y aunque actualmente se sabe que las especies han evolucionado a lo largo del tiempo, aún no está muy claro cómo ha sucedido esto.

Reconocimiento

El Origen fue inmediatamente reconocido como un éxito científico. En uno de los episodios más caprichosos de la historia de la ciencia, esta era la segunda vez que Darwin publicaba su explicación de la evolución. Un año antes, Darwin supo que otro naturalista, Alfred Russell Wallace, también había entendido la evolución como una selección natural. Juntos escribieron un trabajo sobre el tema para compartir el honor de la publicación. Pero el trabajo Darwin-Wallace no se comparaba con el Origen de las especies, que incluía ejemplos y razonamientos que Darwin había desarrollado durante un periodo de veinte años. El libro de Darwin era mucho más que una declaración sobre la controversial idea de la evolución, pues postulaba un sistema nuevo de pensamiento, otra manera de preguntar cuestiones científicas, juntando evidencia científica y probando hipótesis científicamente.

Algunas personas no estaban satisfechas con la publicación del libro, ya que la idea central del mismo era que la evolución es una ley de la naturaleza constante, imparable y fundamental. Así, el Origen, se convirtió en algo enojoso para aquellos a los que les importaba menos la historia biológica de los animales y plantas, que las más profundas implicaciones de la gran idea que representaba - a mediados de los años 1800s - que había maneras de ver la vida basada en evidencia nueva y lógica, y que desafiaba las maneras religiosas de pensar que habían sido amplia-mente aceptadas durante siglos.

Fuentes