Isabel I de Inglaterra

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Isabel I
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NombreIsabel I de Inglaterra
Nacimiento7 de septiembre de 1533
Greenwich (Londres), Bandera de Inglaterra Inglaterra
Fallecimiento23 de marzo de 1603
Londres, Bandera de Inglaterra Inglaterra
Ocupaciónreina
PadresEnrique VIII
Ana Bolena

Isabel I. Reina de Inglaterra e Irlanda, el último miembro de la Dinastía Tudor que ocupó el trono.

Reina de Inglaterra

Reina de Inglaterra e Irlanda (1558-1603), hija de Enrique VIII, rey de Inglaterra, y de su segunda esposa, Ana Bolena. Fue el último miembro de la casa Tudor en ascender al trono de Inglaterra.

Nace en Greenwich (Londres) el 7 de septiembre de 1533. Pasa su infancia alejada de la corte y recibie una sólida formación clásica de eruditos como Roger Ascham, que ejerció sobre ella una gran influencia. La sexta esposa de Enrique, Catalina Parr, se encariñó con la joven Isabel y la llevó de nuevo a la corte. Permaneció al cuidado de Catalina a la muerte de Enrique VIII y no tomó parte en las intrigas políticas que siguieron a la coronación de su hermano Eduardo VI.

Cuando éste murió, Isabel se convirtió en partidaria de su hermana María, negándose a apoyar la rebelión encabezada por el militar y conspirador inglés, Sir Thomas Wyatt. A María I, católica devota, le preocupaba el Protestantismo de Isabel y la amenaza que suponía como posible heredera al trono. En 1554, Isabel fue encarcelada bajo la falsa acusación de estar implicada en la conspiración de Wyatt. Más tarde fue liberada, aparentando profesar el catolicismo, y recuperó el favor de María.

A la muerte de María I en 1558, Isabel se convierte en reina. Son años de grandes divisiones en Inglaterra motivados por el enfrentamiento religioso, económicamente inestable y e inmersa en una terrible guerra con Francia. Isabel se rodea para combatir estos problemas de consejeros hábiles y sabios, entre los que destacaron sir Francis Walsingham y William Cecil, primer barón de Burghley.

Mandato

El primer problema de Isabel como reina fue el religioso. Se convierte al protestantismo inmediatamente después de la muerte de María, y su primer Parlamento (1559) tuvo mayoría protestante. Entre 1559 y 1563, este Parlamento aprobó la legislación

Isabel I cuando era princesa c.1546

religiosa que más tarde se convertiría en la base doctrinal de la Iglesia de Inglaterra.

Por el Acta de Supremacía (1559), la Iglesia anglicana de Inglaterra se somete a la autoridad de la reina "gobernador supremo del reino tanto en lo espiritual como en lo temporal". En 1563 se aprueban los 39 Artículos, que definen los dogmas de la Iglesia anglicana, muy próximos al Catolicismo. Durante todo el reinado de Isabel I, católicos y puritanos fueron perseguidos. Al resolver Isabel, los asuntos religiosos, y después de finalizar la guerra con Francia, por la Paz de Cateau-Cambrésis (1559).

Desarrollo industrial y económico

Bajo el reinado de Isabel I, Inglaterra inicia su desarrollo industrial y económico que aumentó después de la derrota de la Armada Invencible española. El gobierno comenzó a regular el comercio y la industria nacional. Inglaterra llega a ser una gran potencia marítima, gracias a la labor de marinos como sir Francis Drake y sir Martin Frobisher.

Se implementa un nuevo Sistema monetario se estabilizan y se restablece la confianza en la moneda inglesa.

El Comercio exterior, fomentado por el gobierno, se desarrolla siguiendo criterios capitalistas. Se inaugura la Bolsa Real de Londres en 1566, y la Cámara de Comercio, que más tarde se convertiría en la Compañía de las Indias Orientales, fue constituida en 1600. Detrás de todas estas actividades se encontraba la figura de Isabel I.

Estado civil

Siempre, el estado civil de Isabel fue objeto de preocupación política, porque no había herederos ingleses al trono. El Parlamento le rogaba con insistencia que se casara, pero ella alegó su intención de permanecer soltera. Su declaración no le impidió jugar de forma constante con la idea del matrimonio.

Fue acosada por pretendientes monárquicos, a los que ella entregaba su favor sólo cuando le interesaba políticamente. Sin embargo, otorgó su afecto a una sucesión de favoritos, entre los que destacan Robert Dudley, primer conde de Leicester, sir Walter Raleigh y Robert Devereux, segundo conde de Essex.

Problema político

Retrato de Isabel I (de autor anónimo, hacia 1589), conmemorando la derrota de la armada española (representada en el fondo). Obsérvese el globo terráqueo bajo la mano derecha de la reina, símbolo de su poder mundial.

El gran problema político de Isabel fue su prima católica, María Estuardo, Reina de Escocia. María solicitó refugio en Inglaterra tras ser derrotada en combate por su hermanastro, Jacobo Estuardo, conde de Moray. Isabel encarceló inmediatamente a María, porque los monarcas católicos de Europa y sus propios súbditos católicos consideraban que Isabel no estaba legitimada para ostentar el trono y creían que María era la legítima Reina de Inglaterra.

Isabel pensó que María era el centro de la conspiración, por lo que la mantuvo en cautividad durante años, provocando muchas intrigas entre los católicos ingleses que querían su liberación.

Cuando en 1586 Walsingham, por entonces secretario de Estado, descubrió una intriga para asesinar a Isabel y entronizar a María en su lugar, Isabel accedió con disgusto a que María Estuardo fuera decapitada en 1587. La ejecución tuvo graves consecuencias.

Consecuencias

Felipe II de España, viudo de María I Tudor, se había visto afectado, durante años, por los ataques de Corsarios ingleses a sus posesiones coloniales.Debido a su profundo catolicismo, la muerte de María Estuardo le proporcionó un motivo más para continuar la guerra con Inglaterra, que había dado comienzo en 1585 y se había manifestado abiertamente en Francia, inmersa en una guerra civil, y en la sublevación de los Países Bajos; Felipe II envió una flota para invadir la Islas Británicas en 1588.

Sin embargo, la Armada Invencible, nombre con el que la reconoce la Historiografía, sufrió una gran derrota, e Inglaterra pasó a ocupar el lugar de España como potencia marítima. Además, con la derrota de la España católica, Inglaterra favoreció que el protestantismo fuera una importante fuerza política internacional.

Final del reinado

Ya al final de su reinado la popularidad de Isabel I disminuyó debido a sus grandes gastos y a su abuso del poder real. Igualmente, sus últimos ministros no fueron tan hábiles como Cecil o Walsingham. Sus últimos años se vieron perturbado por una rebelión en Irlanda, encabezada por Hugh O'Neill. Robert Devereux, segundo conde de Essex y favorito de Isabel, comandó, sin éxito, un ejército contra los irlandeses.

Cuando regresó a Inglaterra, encabezó una rebelión en contra de la reina y fue ejecutado en 1601. Después de la muerte de Devereux, Isabel quedó desconsolada. Pasó los últimos años de su vida triste y sola, después de haber vivido una época gloriosa, el inicio de lo que iba a ser la Inglaterra moderna. Murió el 23 de marzo de 1603 en Londres.

Triunfos políticos, grandes intrigas palaciegas, pasiones y amores, y un florecimiento de la Literatura inglesa, marcaron el reinado de esta mujer: Edmund Spenser, Christopher Marlowe y William Shakespeare, fueron algunas figuras de toda una serie de escritores que crearon sus grandes obras durante el reinado de Isabel I. La dramática personalidad de Isabel se convirtió en el tema principal de una abundante literatura.

Fuentes