Ellen White

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Ellen White
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Cristiana estadounidense creadora de la secta cristiana Adventistas del Séptimo Día
NombreGould Harmon White, Ellen
Nacimiento26 de noviembre de 1827
ciudad de Gorham,
estado de Maine,
Estados Unidos Bandera de los Estados Unidos de América
Fallecimiento16 de julio de 1915 (87 años)
ciudad de Elmshaven,
condado de Santa Helena,
estado de California,
Estados Unidos Bandera de los Estados Unidos de América
Nacionalidadestadounidense
Ciudadaníaestadounidense
Conocido porElena G. de White
CónyugeJames Springer White
HijosHenry Nichols White, James Edson, William Clarence, John Herbert.
PadresRoberto y Eunice Harmon.

Ellen White (estado de Maine, 26 de noviembre de 1827 - estado de California, 16 de julio de 1915) fue una predicadora y escritora estadounidense, creadora de la secta cristiana Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Los adeptos de esta iglesia la consideran además como la profetisa para los tiempos modernos.

Síntesis biográfica

Nació en la familia de Robert y Eunice Harmon. Ella, junto con su hermana melliza Elizabeth, eran las menores de un grupo de ocho hermanos. Comenzaba su adolescencia, ella y su familia, aceptaron las interpretaciones bíblicas de un granjero que se volvió predicador bautista, William Miller, creador de la secta cristiana millerista.

En su vejez, Elena afirmaba que en diciembre de 1844 había tenido la primera de sus charlas personales con el dios Yajvéj. En agosto, 1846, se casó con Jaime White, un ministro adventista de 25 que compartió la convicción que ella tenía de que Dios la había llamado para que haga la obra de una profetisa. Poco después de que se casaron, Jaime y Elena comenzaron a guardar el sábado como séptimo día, conforme al cuarto mandamiento. Madre de cuatro varones, Elena experimentó el dolor de perder a dos de sus hijos: Herbert (que murió a las pocas semanas de nacer) y Henry (a los 16 años). Sus otros dos hijos, Edson y William, llegaron a ser ministros adventistas.

Ellen G. White promovió el vegetarianismo, así como la evangelización y difusión del adventismo en diferentes lugares del mundo. Durante su vida escribió más de 5000 artículos de periódicos y 40 libros; actualmente, incluyendo las compilaciones de sus 50 000 páginas de manuscritos se han publicado cerca de 100 libros, los cuales han sido traducidos a los principales idiomas del mundo. Algunos de los más populares son: El deseado de todas las gentes y El conflicto de los siglos.

Estableció en sus libros mucha información acerca de la salud en los que los adventistas denominan «reforma prosalud», dicha reforma estableció los principios básicos de los adventistas con respecto a la salud y el cuidado del cuerpo, como lo es la abstinencia de sustancias como el alcohol, el café, el , entre otras cosas.

Escritos y obra

Comenzando en 1851, cuando publicó su primer libro, se extiende con un caudal de artículos, libros y folletos. Entre ellos, algunos son puramente devocionales, mientras que otros son selecciones de muchas de sus cartas personales con consejos, escritas en el transcurso de los años. Otros son históricos y delinean la continua batalla entre Cristo y Satán por el control de los individuos y las naciones. También publicó libros sobre educación, salud, y otros temas de especial importancia para la iglesia. Después de su muerte se han publicado cerca de 50 compilaciones, en su mayoría de materiales que no se habían publicado con anterioridad. Es autora de varios miles de artículos que fueron publicados, con el correr de los años, en las revistas Review and Herald, Signs of the Times, y otros periódicos adventistas del séptimo día.

Elena G. de White recibió instrucción sobre cuestiones relacionadas con la salud, como el uso de drogas, tabaco, café, , comidas con carne, y sobre la importancia del ejercicio, la luz del sol, el aire fresco, y el autocontrol en la dieta. Leía mucho, se dio cuenta que la lectura de otros autores le ayudaba en su propia redacción mientras presentaba las verdades que se le revelaban en visión. También el Espíritu Santo le impresionaba para que a veces incluyera en sus propios artículos y libros gemas literarias de las obras de otros. No pretendió ser infalible ni que sus escritos fueran tratados en igual forma que las Escrituras, aunque creyó firmemente que sus visiones eran de origen divino, y que sus artículos y libros eran producidos bajo la conducción del Espíritu de Dios. Básicamente una evangelista, su preocupación principal en la vida era la salvación de almas.

Persona generosa que por años guardaba retazos de tela a mano pues si veía a una mujer que necesitaba un vestido, podía proveer asistencia. En Battle Creek asistía a remates, compraba muebles usados, y los guardaba; entonces si la casa de alguien se incendiaba o cualquier otra calamidad afectaba a una familia, estaba preparada para ayudar. Antes que la iglesia implementara un plan de jubilación, si sabía de algún ministro anciano que estaba con problemas financieros, le enviaba un poco de dinero para ayudarlo a enfrentar sus necesidades más urgentes.

Muerte

Elena de White murió el 16 de julio de 1915. Durante 70 años escribió mensajes que ella afirmaba que provenían directamente de sus charlas con Dios. Nunca fue elegida para ocupar un cargo en la iglesia, aunque los líderes de la iglesia siempre buscaban su consejo. Asistió a la escuela sólo hasta los 9 años, pero sus mensajes pusieron en marcha las fuerzas que dieron a luz el sistema educativo mundial de la Iglesia Adventista, desde guarderías hasta universidades. Aunque no tenía ningún entrenamiento médico, el fruto de su ministerio puede verse en la red de hospitales, clínicas y dispensarios adventistas que se encuentran alrededor del mundo. Y aunque no fue formalmente ordenada como ministro del evangelio, provocó un impacto espiritual casi sin paralelo en las vidas de millones, desde un extremo de la tierra hasta el otro.

Los libros de Elena de White continúan hasta el presente ayudando a las personas a encontrar a Jesucristo, a aceptar el perdón de sus pecados, a compartir esta bendición con otros, y a vivir en la esperanza de la promesa de su pronto regreso.

Consejos de Elena de White

Muchos de los consejos han sido corroborados por la ciencia en temas como por ejemplo: contaminación ambiental, efectos benéficos de la luz solar, la relación entre un régimen deficiente y la pobreza intelectual, el efecto del café, el y ciertas enfermedades inexplicables, las grasas y las enfermedades cardiovasculares, el azúcar y la enfermedad, el ejercicio y la circulación sanguínea, el uso de la sal, el cáncer y sus causas, el tabaco, el cáncer de pulmón y otras enfermedades mortales, el alcohol, el cerebro y la vida, las drogas.

Declaraciones de Elena de White

Las citas que figuran a continuación presentan sólo parcialmente el pensamiento y consejo de Elena de White. Muchos de sus consejos han sido corroborados por la ciencia en temas como por ejemplo: contaminación ambiental, efectos benéficos de la luz solar, la relación entre un régimen deficiente y la pobreza intelectual, el efecto del café, el té y ciertas enfermedades inexplicables, las grasas y las enfermedades cardiovasculares, el azúcar y la enfermedad, el ejercicio y la circulación sanguínea, el uso de la sal, el cáncer y sus causas, el tabaco, el cáncer de pulmón y otras enfermedades mortales, el alcohol, el cerebro y la vida, las drogas y los defectos congénitos, la actividad física para enfermos y convalecientes, la relación entre la mente y el cuerpo, corrientes eléctricas del cerebro y el sistema nervioso, influencia prenatal, los primeros años de la vida del niño, la forma correcta de comer para vivir más. Entre sus temas favoritos se encuentran los siguientes:

1. El amor de Dios 2. El gran conflicto entre el bien y el mal desde su comienzo hasta su terminación. Declaraciones de Elena de White 3. Jesús, la cruz y la salvación mediante él. 4. La autoridad de la Biblia. 5. La segunda venida de Cristo. 6. El triple mensaje angélico de Apocalipsis 14 y la misión mundial del pueblo remanente. 7. El cristianismo práctico y el desarrollo del carácter cristiano.

Salud y alimentación

Remedios naturales. El aire puro, el sol, la abstinencia, el descanso, el ejercicio, un régimen alimentario conveniente, el agua y la confianza en el poder divino son los verdaderos remedios. Todos debieran conocer los agentes que la naturaleza provee como remedios, y saber aplicarlos. Es de suma importancia darse cuenta exacta de los principios implicados en el tratamiento de los enfermos, y recibir una instrucción práctica que le habilite a uno para hacer uso correcto de estos conocimientos. (Consejos sobre salud, págs. 89, 90) - año 1905.

Los cereales, las frutas carnosas, los frutos oleaginosos, las legumbres y las hortalizas constituyen el alimento escogido para nosotros por el Creador. Preparados del modo más sencillo y natural posible, son los comestibles más sanos y nutritivos. Comunican una fuerza, una resistencia y un vigor intelectual que no pueden obtenerse de un régimen alimenticio más complejo y estimulante. (Consejos sobre el régimen alimenticio, pág. 95) - año 1905.

Afin de lograr una digestión saludable, el alimento debe comerse lentamente. (Consejos sobre el régimen alimenticio, pág. 127) - año 1890.

Otro mal grave es el de comer a deshoras, como por ejemplo después de un ejercicio violento y excesivo, o cuando se siente uno extenuado o acalorado. Inmediatamente después de haber comido, el organismo gasta un gran caudal de energía nerviosa; y cuando la mente o el cuerpo están muy recargados inmediatamente antes o después de la comida, la digestión queda entorpecida.... Hay una estrecha relación entre el cerebro y el estómago, y cuando éste se enferma se sustrae fuerza nerviosa del cerebro para auxiliar a los órganos digestivos debilitados. (Consejos sobre el régimen alimenticio, pág. 129) - año 1905.

Familia y hogar

La educación comienza en el hogar. En el hogar es donde ha de empezar la educación del niño. Allí está su primera escuela. Allí, con sus padres como maestros, debe aprender las lecciones que han de guiarlo a través de la vida: lecciones de respeto, obediencia, reverencia, dominio propio. Las influencias educativas del hogar son un poder decidido para el bien o el mal. Son, en muchos respectos, silenciosas y graduales, pero si se ejercen de la debida manera, llegan a ser un poder abarcante para la verdad y la justicia. Si no se instruye correctamente al niño en el hogar, Satanás lo educará por instrumentos elegidos por él. ¡Cuán importante es, pues, la escuela del hogar! (Consejos para los maestros, pág. 103). - año 1913.

Los padres y las madres deben comprender su responsabilidad. El mundo está lleno de trampas para los jóvenes. Muchísimos son atraídos por una vida de placeres egoístas y sensuales. No pueden discernir los peligros ocultos o el fin temible de la senda que a ellos les parece camino de la felicidad.

Enseñad con bondad y afecto. Padres y madres, tenéis una obra solemne que realizar. La salvación eterna de vuestros hijos depende de vuestra conducta. ¿Cómo educaréis con éxito a vuestros hijos? No reprendiéndolos, porque no hará ningún bien. Hablad a vuestros hijos como si tuvierais confianza en su inteligencia. Tratadlos con bondad, ternura y amor. Decidles lo que Dios espera que hagan. Decidles que Dios desea que se eduquen y se preparen para ser obreros con él. Cuando hagáis vuestra parte, podéis confiar que el Señor hará su parte. (Conducción del niño, pág. 31). - año 1897.

Enseñad a vuestros hijos desde la cuna a practicar la abnegación y el dominio propio. Enseñadles a disfrutar de las bellezas de la naturaleza, y a ejercitar en un empleo útil todas las facultades de la mente y del cuerpo. Criadlos de tal manera que tengan constituciones sanas y buena moralidad, a tener disposiciones y genios alegres. Enseñadles que ceder a la tentación es débil y perverso; que resistir es noble y viril. (Consejos para los maestros, pág.121) - año 1913.

Fuente