Emboscada en Sabana de Bayatabo

Emboscada en Sabana de Bayatabo
Información sobre la plantilla
Parte de Guerra de los Diez Años
Fecha 27 de octubre de 1869
Lugar Sabana de Bayatabo
Beligerantes
Ejército Libertador Ejército Español
Comandantes
Thomas Yordan
Fuerzas en combate
30 hombres 200 hombres de infantería y 30 o 40 de caballería
Bajas
? Entre 12 y 14

Emboscada en Sabana de Bayatabo. Emboscada realizada a un grupo de infantería español que trasladaban gran cantidad de cabezas de ganado.

Emboscada

El 27 de octubre de 1869, en este sitio ubicado a unos cinco kilómetros al SE del poblado de Minas, Camaguey, un destacamento de unos 30 hombres de caballería del Ejército Libertador, bajo el mando del Mayor General Thomas Yordan, que cumplían una misión de exploración, por orden del General en jefe Manuel de Quesada prepararon una emboscada a una tropa compuesta por unos 200 hombres de infantería y 30 o 40 de caballería, que conducían gran cantidad de cabezas de ganado.

El enemigo se percató a tiempo de la emboscada, pues los escasos guanales donde ésta se había preparado no ocultaban totalmente a los insurrectos. Ello permitió a los españoles flanquear la posición y atacar por la retaguardia a los cubanos, quienes aguantaron la acometida hasta que el Mayor General Ignacio Agramonte, de acuerdo con Yordan, ordenó el ataque por el frente, encabezándolo personalmente.

Despliegue de la infantería española

Los españoles desplegaron su infantería en línea, por lo cual los jefes cubanos, que no contaban con esa arma, decidieron tratar de separar a la caballería enemiga de su infantería ordenando una falsa retirada que engañó al adversario, pues su caballería se lanzó en persecución de los insurrectos y estos, en el momento propicio, hicieron frente a los jinetes enemigos causándoles algunas bajas con su fuego.

La maniobra se repitió en tres ocasiones por lo que la infantería española quedó prácticamente al margen de la acción, limitándose a abrir fuego contra los cubanos cuando estos se acercaban al alcance de sus fusiles. Todo el ganado conducido por los soldados españoles fue dispersado en estas cargas. Después de la tercera ocasión en que se realizó la maniobra, el jefe cubano consideró que la proximidad del poblado de Minas hacía muy probable la llegada de refuerzos al enemigo, por lo que era necesario retirarse y así se hizo en forma ordenada.

Bajas españolas

Las bajas del enemigo se calcularon en unas 12 o 14, entre muertos y heridos; en el parte del Mayor General Jordan, el experimentado militar norteamericano hizo una alta valoración de la valentía de los cubanos, del ejemplo de sus jefes, así como del valor y aptitudes militares de Agramonte

Fuente

  • Colectivo de autores. Diccionario Enciclopédico de la Historia Militar de Cuba Tomo II. Ediciones Verde Olivo: Ciudad de La Habana, 2004.