Emilia Teurbe Tolón

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Emilia Teurbe Tolón
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Patriota cubana
NombreEmilia Margarita Teurbe Tolón y Otero
Nacimiento9 de enero de 1828
ciudad de Matanzas,
provincia de Matanzas,
Capitanía General de Cuba,
Reino de España Bandera de España
Fallecimiento22 de agosto de 1902 (74 años)
ciudad de Madrid,
Reino de España Bandera de España
Nacionalidadcubana
Ciudadaníaespañola
CónyugeMiguel Teurbe Tolón
PadresIgnacio Francisco y María de los Dolores Otero y González de la Barrera

Emilia Margarita Teurbe Tolón y Otero (Matanzas, 9 de enero de 1828 - Madrid, 22 de agosto de 1902). Patriota cubana que bordó la Bandera de la Estrella Solitaria, la primera bandera cubana, que sería izada en Cárdenas por Narciso López.[1] Esposa del poeta cubano Miguel Teurbe Tolón. Ella desempeñaba disímiles tareas, atendía las labores de su casa, ayudaba a algunos exilados dándoles el alimento, hacía rifas y colectas, ayudada por otras señoras también emigradas, en beneficio de la causa. Por las noches trabajaba en la imprenta, ayudaba a distribuir el periódico, además atendía a los exilados que acudían a su casa, para acordar planes y tomar determinaciones en favor del más absoluto separatismo. En el hogar de los esposos Teurbe Tolón, siguiendo las inspiraciones de Narciso López, dibujó y coloreó el poeta matancero la que es hoy la enseña nacional cubana.

Síntesis biográfica

De opulenta y distinguida familia de la región yumurina, la bordadora de la bandera cubana era hija de Ignacio Francisco y la Dra. María de los Dolores Otero y González de la Barrera.

Era prima hermana y esposa al mismo tiempo del dulce e inspirado poeta Miguel Teurbe Tolón y de la Guardia (1820-1857), nacido también en esa ciudad el 29 de septiembre. Apasionado por las letras y de amplia cultura, estudió latín, francés, inglés e italiano.

El 10 de enero de 1844, recién cumplidos los 16 años y superados los obstáculos para su casamiento, Emilia contrajo nupcias con Miguel, en la Iglesia Parroquial de Matanzas (actual Catedral). Siempre estuvo al lado de su esposo brindándole sus palabras de aliento y ayudando de forma activa en las labores de la conspiración.

Emilia Teurbe Tolón, «la entusiasta y hermosa filibustera», como le llamó Cirilo Villaverde, trabajaba sin descanso por la libertad de su tierra natal. Habitaba el matrimonio por la época que queda reseñada en la calle de Manzano, esquina a Jovellanos, en la ciudad de Matanzas, en compañía de la señora Josefa Casado, emparentada a ellos por estar casada con Francisco Teurbe Tolón, sobrino del poeta.

Trayectoria revolucionaria

Miguel, comprometido con el movimiento anexionista, se embarcó hacia Estados Unidos. Emilia se quedó al cuidado de su enfermiza madre y pasaba temporadas en el ingenio San José, donde recibía la correspondencia de su esposo destinada en gran medida a divulgar los planes conspirativos que se desarrollaban en los Estados Unidos. Desde que llegó a Nueva York, Miguel entró en relación con el grupo de anexionistas unido en torno a Narciso López.

En junio de 1849, Narciso López le comenta a Cirilo Villaverde y a Miguel su idea sobre la necesidad de crear una bandera que fuera emblema y guía de la lucha contra el poder español en Cuba.

El 3 de marzo de 1850 la casa de Emilia fue registrada por el Sargento Mayor de la plaza de Matanzas. En la misiva encontrada, Miguel le comunicaba aspectos delicados respecto a la conspiración en la que él estaba implicado, lo que confirmaba los vínculos de Emilia con la causa anexionista.

El 21 de marzo de 1850 el capitán general Federico Roncali dictó el decreto de destierro contra Emilia, quien tuvo que abandonar la Isla. El 12 de abril de ese año llegó a Nueva York y se reunió con su esposo.

Desde su arribo, Emilia Margarita Teurbe Tolón compartió con su marido las labores propias de la conspiración. Ella desempeñaba disímiles tareas, atendía las labores de su casa, ayudaba a algunos exilados dándoles el alimento, hacía rifas y colectas, ayudada por otras señoras también emigradas, en beneficio de la causa. Por las noches trabajaba en la imprenta, ayudaba a distribuir el periódico, además atendía a los exilados que acudían a su casa, para acordar planes y tomar determinaciones en favor del más absoluto separatismo.

En el hogar de los esposos Teurbe Tolón, siguiendo las inspiraciones de Narciso López, dibujó y coloreó el poeta matancero la que es hoy la enseña nacional cubana.

En una de las reuniones de los anexionistas, Narciso López le pidió a Emilia que bordara la bandera, cuyo boceto había dibujado Miguel un año atrás.

La grácil y activa dama, entusiasta y filibustera como su marido y sus demás compatriotas (…), hizo la bandera con cintas de sedas blancas y azules, y con un retazo de tela roja. La estrella también era de seda y tenía un ribete del mismo género, blanco y trenzado. El azul era muy fuerte, lo mismo que el rojo. Medía 18 pulgadas de largo y 11 y media de ancho; cada lado del triángulo 11 pulgadas y de una punta de la estrella a la opuesta, 3 pulgadas.
Cirilo Villaverde, testigo de la escena

Terminada su labor, Emilia le entregó la bandera a López, la que sirvió de muestra a las jóvenes de Nueva Orleáns, quienes confeccionaron la que trajo a Cárdenas el caudillo Narciso López.

En la madrugada del 19 de mayo de 1850, se produjo el desembarco del vapor Créole por el litoral de la bahía de Cárdenas. El abanderado fue el matancero Juan Manuel Macías y Sardiñas, quien plantó en tierra cubana el pabellón de la estrella solitaria. La bandera desfiló con los combatientes y fue izada en el edificio del Gobierno de Cárdenas, donde permanecieron las tropas de Narciso López durante las horas en que esa ciudad estuvo en su poder.

Terminadas las dos expediciones del caudillo venezolano y agarrotado este vilmente en la Habana el primero de septiembre de 1851, con la convicción de que «su muerte no cambiaría los destinos de Cuba», Emilia Teurbe Tolón y su compañero, siguieron fuera de su patria luchando por la independencia. Ellos fueron los que organizaron en el 1852, al cumplirse el primer aniversario de la muerte Narciso López y sus valientes compañeros, solemnes honras fúnebres en la Catedral de San Patricio, en Nueva York. En esta ocasión los cubanos en número de 200, vistiendo riguroso luto, con banda de crespón negro al brazo izquierdo, de dos en dos, se trasladaron al salón de Broadway N° 600. En el tope del edificio flameaba a media asta una inmensa bandera cubana.

Primera bandera cubana

La bandera de Cuba que Emilia bordó, la regaló a Narciso López y este la depositó en poder de Cirilo Villaverde, quien al morir la dejó a su hijo. En 1942, Narciso Villaverde la donó al Fondo Cubano Americano de Socorro de los Aliados, institución creada para cooperar en el triunfo sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial. Dos años después se entregó al Palacio Presidencial, donde permaneció hasta el Triunfo de la Revolución, en el Salón de los Embajadores. Actualmente se conserva en el Museo de la Revolución.

La bandera fue obra exclusiva de Narciso López. En la primera semana de junio de 1849, fue diseñada y adoptada en reunión efectuada en la casa de Miguel Teurbe Tolón en Nueva York, Estados Unidos. López le pidió a Teurbe Tolón que trazara «su idea de bandera libre de Cuba».

Tres debían ser las franjas, en representación de los departamentos que constituían la isla de Cuba: Occidente, Centro y Oriente. Pero como también eran tres colores, azul, blanco y rojo que debían entrar en la composición de la bandera, y no creía conveniente distribuirlos en la forma empleada durante la otra conspiración, sino de modo que recordara la insignia norteria, decidió que las franjas fueran azules en fondo blanco. Con respecto al rojo, dudó en colocarlo en un cuadrado o en un cuadrilongo, optó por el triángulo equilátero rojo y la estrella blanca, pura y sola.

Trazado el diseño con lápices de colores por Miguel Teurbe Tolón, bajo el dictado del jefe militar, satisfizo a todos el modelo. Y deseoso de que cuanto antes fuera convertido el dibujo en bandera, el propio Narciso López hizo entrega del papel a la joven Emilia quien la confeccionó.

La bandera de Narciso López fue la oficial de todos los cubanos, según acuerdo de la Asamblea de Guáimaro de 11 de abril de 1869. Al cumplirse en 1950 el centenario de la bandera, el Congreso de la República proclamó oficialmente a Emilia como «Encarnación de la Mujer Cubana».

El valor de esta mujer está dado por haber sido la primera cubana deportada por causas políticas y por dos grandes acciones que sobresalen ante las formalidades y convencionalismos de la sociedad: haber tenido el honor de confeccionar el original de la bandera cubana y haber legado sus bienes a la Sociedad Económica de Amigos del País, en beneficio de la enseñanza gratuita en una República olvidada de los pobres.

La bandera que ella bordara para la causa anexionista encontró su verdadero simbolismo en manos de los independentistas cubanos que la proclamaron como su estandarte tras la Asamblea de Guáimaro.

Recuperación de sus restos

La tumba de la cubana que bordó la primera bandera cubana fue encontrada en 2010 en el cementerio de La Almudena, en Madrid.

La necrópolis iba a enviar a una fosa común los restos que no fueran reclamados. Fue un golpe de suerte, después de días tormentosos en busca de datos en 22 cementerios de la capital española, en la Biblioteca Nacional, en los servicios funerarios de Madrid y el Registro Civil Central de esa ciudad.

La investigadora Clara Emma Chávez Álvarez, biógrafa de Emilia Margarita Teurbe Tolón y Otero, influyó decisivamente en el descubrimiento del paradero de los restos de la bordadora de la bandera cubana, en el cementerio de Nuestra Señora de La Almudena, en Madrid.

Gracias al artista de la plástica Ernesto Martínez Pérez, quien ―a pedido de Clara Emma Chávez Álvarez― hizo grandes esfuerzos por encontrar la tumba, Cuba no perdió la osamenta y otros datos sobre tan peculiar mujer.[2]

Clara Emma [Chávez Álvarez] se puso en contacto conmigo para solicitarme información. Yo conocía a la señora Teurbe Tolón desde que estaba en la escuela primaria y me enseñaron a amarla porque fue la mujer que cosió la primera bandera cubana.
Ernesto Martínez Pérez[2]

Ver también

Fuentes

  • «Emilia Teurbe Tolón», artículo publicado en el sitio web del diario Juventud Rebelde (La Habana).
  • «Emilia Teurbe Tolón», artículo publicado en el sitio web Mujeres Cubaweb (La Habana).
  • Arias Borrego, Emilio (2003): El escudo de la palma real. La Habana: Editorial Gente Nueva, 2003. 30 págs.
  • Chávez Álvarez, Clara Emma: Emilia Teurbe Tolón: encarnación de la mujer cubana. Sin ciudad: sin editorial, sin fecha.
  • Gay Calbó, Enrique (1958): Los símbolos de la nación cubana: las banderas, los escudos, los himnos (págs. 159-163). La Habana: Sociedad Colombista Panamericana, 1958.
  • Normand Cabrera, Norma (2019): «Emilia, la mujer que bordó la primera bandera cubana», artículo publicado el 3 de julio de 2019 en el sitio web Desde Tu Trinchera.
  • Rodríguez de Cuesta, Vicentina Elsa: «Emilia Teurbe Tolón» en su libro Patriotas cubanas.
  • Salas Servando, Matilde: «Emilia Teurbe-Tolón, la patriota que bordó la bandera», artículo publicado presumiblemente después de 2010 en el sitio web Librínsula (La Habana). La autora omitió especificar la fecha de publicación de su artículo.