Enéada


Enéada
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Concepto:Término usado para describir a un grupo de nueve dioses.

Enéada. Antigua denominación griega para el concepto egipcio pesedyet (psḏt), genéricamente usado para describir a un grupo de nueve dioses, unidos normalmente por lazos de parentesco y relacionados con el acto de la creación. Formada por las divinidades más antiguas del panteón egipcio. Aunque su transcripción deba entenderse como la reunión de nueve seres divinos diferentes y por lo tanto debiera emplearse solamente para los dioses de Heliópolis, este vocablo sirvió para designar agrupaciones de más o menos divinidades.

Concepto

Para los antiguos egipcios pesedyet era un concepto único, englobando en sí una pluralidad de deidades reunidas y fundidas en el dios creador (Atum en Heliópolis, por ejemplo) sin aludir directamente a una divinidad en particular. Esta congregación era considerada con personalidad propia y personalizada en conjunto mediante una deidad femenina en sí misma. En los textos religiosos se distinguen dos enéadas, como concepto dual femenino, especificando la existencia de una Pequeña y de la Gran Enéada.

En su sentido más simbólico, la enéada expresa no ya un grupo de nueve, sino un plural de plurales. En egipcio el tres (3) representa el plural, así, tres veces tres es el plural de plurales, simbolizando mitológicamente no nueve (9) divinidades, sino un conjunto plural representado en la unidad.

Evolución

La coexistencia predinástica de conjuntos mitológicos de análoga simbología provocaba la lucha de cada comunidad humana por la preponderancia de su dios local, colocándolo a la cabeza de su cosmogénesis, en agrupaciones familiares, ordenándolos en lo que ellos entendían que debían ser las sociedades divina y humana. El mecanismo reunió primero a las deidades en parejas, más tarde en tríadas o en grupos de cuatro o más dioses, hasta formar enéadas no siempre constituidas por nueve divinidades (algunas estaban compuestas por siete o quince dioses) relacionadas entre sí y variables según el período. Se han contabilizado hasta veintinueve descripciones de miembros de la enéada, aunque estas nominaciones parecen no influir en la formación de los componentes de la enéada canónica. De este modo, con el transcurso del tiempo, las creencias religiosas sufrieron una evolución pudiendo crecer y coexistir para expresar la diversidad de los componentes del orden cósmico, es decir, el plural de los plurales.

La Gran Enéada

Todas las cosmogonías locales estaban aceptadas en Egipto para entender y expresar la multiplicidad del poder creador divino, tomando como cánon a la más más primitiva y significante: la Enéada de Heliópolis, constituida por Atum (denominado "El Toro de la Enéada") y tres generaciones de su progenie: sus hijos Shu y Tefnut, sus nietos Gueb y Nut y sus bisnietos Osiris, Isis, Seth y Neftis. Estas nueve deidades participaron el el mito heliopolitano de la creación, en el que se relataba cómo el dios solar emergió de las aguas primigenias de Nun.

La Eneada de Hermópolis consistía en nueve cinocéfalos que representan a Thot y sus otras ocho divinidades (Ogdóada). En Menfis, el creador de la eneada fue Ptah, identificado con Tatenen, de cuya boca salieron Shu y Tefnut. En Karnak se formó otra eneada, con Montu a la cabeza, que tenía más de nueve dioses. En general, se subordinaba la vieja eneada heliopolitana al dios local y se mantenía al resto de los dioses sin cambios.

La Pequeña Enéada

La aparición de Horus en la teología heliopolitana resulta curiosamente particular, al mencionar dos dioses con el mismo nombre y diferente título: Horus el Viejo (ḥrw-wr) y Horus el Joven (ḥrw-zȝ-jst), dos aspectos de una única divinidad. Su posterior inclusión en la Gran Enéada como hijo póstumo de Osiris es el sustento para la creación del nexo entre esta agrupación y la Pequeña Enéada de Heliópolis. Esta estaba formada por Thot, Anubis, Maat, Heket, entre otros, todos bajo el mando de Horus.

En los textos religiosos, fundamentalmente los Textos de las Pirámides, la pequeña enéada heliopolitana intercambia a los dioses que la componen contínuamente. Con el paso del tiempo las variaciones resultan singulares, no obstante, la arqueología ha recuperado numerosas muestras donde la pequeña enéada aparece explícita o implícitamente representada. Ambas enéadas se muestran simbólicamente unidas en la iconografía habitualmente a través de la fórmula sema-taui, unidas por los geniecillos y las plantas heráldicas del Alto y Bajo Egipto.

Debido a la gran inestabilidad de su composición, el conjunto parece ser simplemente una justificación religiosa para agrupar aquellos dioses locales que no tuvieron un lugar para su legitimación, ya haya sido debido a un creciente y puntual poder de determinada deidad o bien dependiendo de la divinidad preeminente a la que convenga resaltar.

Fuentes

  • Castell, Elisa. La Cosmogonía y la Enéada Heliopolitana. BAEDE, nº 4-5.
  • Shaw, Ian; Nicholson, Paul [Ed.] The British Museum Dictionary of Ancient Egypt. El Cairo: The American University in Cairo Press, 2002.