Enfermedad de Carrión

Bartoneliasis

Bartoneliasis
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La bartoneliasis o enfermedad de Carrión, es una infección que ocurre en dos fases clínica y temporalmente diferentes: una fase hemolítica y febril aguda (fiebre de Oroya) y más tarde, la fase cutánea (verruga peruana). Esta única propiedad de que un microorganismo provoque dos enfermedades aparentemente no relacionadas en su clínica, quedó trágicamente establecida por Daniel Carrión, un estudiante de medicina peruano que se autoinyectó con material procedente de piel infectada, con el fin de estudiar la verruga peruana e, inadvertidamente, contrajo la fiebre de Oroya. En conmemoración del mortal experimento de Carrión, la enfermedad lleva su nombre.

Medio de Infección

La Bartonella bacilliformis es un bacilo gramnegativo pequeño que se mueve mediante un cepillo de 10 ó más flagelos unipolares.
La Bartonella se transmite al hombre a través de la picadura del simulio (mosquito sin trompetilla) infectado, del género Phlebotomus. Este vector nocturno está limitado en su hábitat a los valles situados en la Cordillera Andina de Perú, Ecuador y Colombia. Por eso la bartoneliasis es una de las infecciones humanas más restringidas geográficamente.
El hombre es el único reservorio demostrado de la enfermedad. Toda vez que la Bartonella persiste en la sangre de las personas infectadas durante largos períodos de tiempo después de adquirir la enfermedad, existen amplias oportunidades para la inoculación del insecto vector.
Después de la inoculación, la Bartonella penetra en las células endoteliales de los vasos sanguíneos y prolifera en el interior del citoplasma de dichas células durante 2-3 semanas siguientes. A continuación, vuelve a penetrar en la circulación sanguínea para parasitar los eritrocitos. La destrucción de los eritrocitos infectados provoca la característica anemia hemolítica.

Signos y Síntomas

En algunos pacientes se producen síntomas prodrómicos de fiebre, mialgia, artralgia y dolor en los huesos. En los individuos menos frecuentes infectados, estos síntomas, tipo gripe constituyen la única evidencia de la enfermedad. A menudo, la enfermedad o comienza o bien progresa rápidamente hasta adquirir un estado tóxico caracterizado por escalofríos, fiebre alta, dolor de cabeza y delirio. Mientras se va desarrollando la característica anemia hemolítica, el paciente se vuelve apático, pálido e ictérico.
Después de la recuperación de la fase febril y hemolítica, algunos pacientes experimentan dolores en los huesos, músculos o articulaciones. Estos síntomas van seguidos pronto de erupción nodular general de la verruga peruana. Esta fase cutánea puede producirse en pacientes que han experimentado un período subclínico de fiebre de Oroya o que nunca han sufrido bartoneliasis sistémica.

Tratamiento

En la mayoría de los casos de la fiebre de Oroya, la administración de cloramfenicol (40 mg/kg/día, por vía oral, en 4 partes iguales, cada 6 horas, durante 10 días) es eficaz en la gran mayoría de los casos. Los pacientes graves pueden requerir la terapéutica por vía parenteral, con el derivado succinato, en la misma dosis por inyección intravenosa. Por otra parte, las transfusiones sanguíneas son útiles cuando la anemia es profunda y, si es posible, la sangre debería obtenerse de pacientes que recientemente han sobrevivido a un proceso de bartoneliasis, ya que los eritrocitos procedentes de tales donantes pueden ser más resistentes al parasitismo. Aunque no existe tratamiento específico para las verrugas cutáneas de la verruga peruana, es posible que la tetraciclina (30 mg/kg/día, por vía oral, en 4 partes iguales, cada 6 horas, durante 10-14 días) pueda contribuir a la curación del paciente. Las lesiones extensas que sufren abrasión y, por tanto, están sujetas a infección secundaria, pueden ser extirpadas.

Fuentes

  • Cuadra, M. C. (1956): «Salmonellosis complication in human bartonellosis», artículo en inglés publicado en la revista Tex Rep Biol Med, 14: págs. 97-113; 1956.
  • Hoeprich, Paul D. (1983): Tratado de enfermedades infecciosas (volumen 2). Sin lugar de edición: sin editorial, 1983
  • Ricktts, W. E. (1949): «Clinical manifestations of Carrion's disease», artículo en inglés publicado en la revista Archives of Internal Medicine, 84: págs. 751-781; 1949.