Enrique Casals Villarreal

Enrique Casals Villarreal
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NombreEnrique Casals Villarreal
Nacimiento15 de julio de 1902
ciudad de Manzanillo,
provincia de Oriente,
actual provincia de Granma,
Cuba Bandera de Cuba
Fallecimiento24 de diciembre de 1956 (54 años) 
villa de Jobabo,
provincia de Las Tunas,
Cuba Bandera de Cuba
Causa de la muertetortura
Nacionalidadcubana

Enrique Casals Villarreal. Participante de la lucha clandestina y miembro del Movimiento 26 de Julio. Dio la vida por la obra revolucionaria.

Síntesis biográfica

Nació en la ciudad de Manzanillo, el 15 de julio de 1902, hijo de Jesús Casals y Aurelia Villareal, familia de origen humilde, modesta y laboriosa. Desde pequeño se inclinó al estudio, tuvo que buscar otros medios para sostener su familia. Escoge el oficio de tabaquero, se destaca por su seriedad y cumplimiento, asiste de noche a clases (en la década del 20 se afilia al PSP).

Leía con avidez toda la literatura que caía en sus manos, sobre todo relacionado con el socialismo, fue cultivando en su mente estos principios, que le valieron para convertirse en un dirigente eficiente y activo. El marco de sus actividades en Manzanillo le iba siendo estrecho y luego de dejar encargado a dos hermanos en las labores del taller de tabaquería, se traslada a Santiago de Cuba, donde trabaja de operario de su oficio.

Actividades revolucionarias

En la ciudad indómita establece los contactos valiéndose de su militancia y desarrolla las tareas que le son encomendadas. Enterado de la estancia de uno de sus hermanos en Jobabo se traslada a esta localidad, trabajando en un taller de tabaquería, en el año 1927 y mediante nuevos contactos logra aprender el oficio de purgador de azúcar, labor que realiza por las noches logrando con su interés un dominio total de la tarea. Posteriormente ingresa en la dirección del sindicato y en este frente demuestra su calidad, su pericia y su formación laboral.

Se le asigna la responsabilidad local del periódico "Hoy" y la captación de suscriptores, labor en la que se pone de manifiesto su capacidad y tacto proselitista. Se le da la tarea de organizar el PSP junto a otro compañero. La multifacética labor de Enrique Casals permite que se balla perfilando en el medio que lo rodea ya que estaba circulando en la administración y en la autoridad locales.

Su labor sindical, el celo en sus actividades de proselitismo es como un toque de alerta en el patrono. No hay que perder de vista el comunista en potencia, que amenaza con ir sembrando la semilla que germina en un despertar de conciencias. Se conoce de su vinculación con los militantes de Manzanillo y Victoria de las Tunas.

Se le ve en constante labor por toda la provincia, se conoce de sus múltiples actividades, es vigilado extraordinariamente, se chequean sus más mínimos movimientos y se le coloca en la lista de los peligrosos, de los rebeldes, de los que no se adaptan a la sumisión, al entreguismo y comienzan las detenciones arbitrarias, el atropello y la agresión física.

Momentos hay en que se le ve salir del cuartel después de tres horas de encierro con el rostro desfigurado por la golpeadura brutal y cobarde, evidencia inequívoca de que no pudieron doblegar su espíritu de lucha y hacerlo claudicar en sus principios revolucionarios. Desde el machadato sangriento hasta la dictadura batistana, Enrique Casals fue sorteando con audacia la amenaza a que era sometido sin dejar de cumplir las rigurosas tareas que se le confiaban, afrontaba todos los peligros sin escatimar esfuerzos, conciente de la realización de un futuro más esperanzado para los de su clase.

Era un Marxista- Leninista nato. Estuvo en varias ocasiones detenido en el Cuartel de Jobabo, en una ocasión le rasparon la cabeza y le pintaron la hoz y el martillo ignorantes sus enemigos de que este signo él lo llevaba muy dentro de sus conformaciones proletarias y de su condición socialista.

Muerte

El 24 de diciembre de 1956 en víspera de Las Pascuas Sangrientas, Enrique Casals se encontraba en el Parque José Martí de Jobabo en compañía de varios amigos, ignoraba que lo estaban observando.

De regreso a las cuartelerías del central fue interceptado por un jeep cargado de soldados del ejército y al día siguiente el 25 de diciembre apareció su cadáver, bajo el puente del ferrocarril en el lugar conocido por las 27, horriblemente carbonizado y con visibles muestras de tortura por todo el cuerpo.

Fuentes

  • Yero Rosales, Esteban Felipe (2007): En el llano a toda costa". La Habana: Verde Olivo, 2007.
  • Yero Rosales, Esteban Felipe (2007): En el centro de mi memoria". San Lope, 2007.
  • Yero Rosales, Esteban Felipe: Apuntes para una epopeya rebelde.
  • Museo Municipal de Jobabo.