Enrique IV de Castilla

Enrique IV de Castilla
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Rey
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Enrique IV. Rey de Castilla y León
Reinado 1454-1474
Coronación 23 de julio de 1454
Otros títulos Príncipe de Asturias y Príncipe de Jaén
Nacimiento 25 de enero de 1425
Valladolid
Fallecimiento 11 de diciembre de 1474
Madrid
Entierro Real Monasterio de Santa María de Guadalupe
Predecesor Juan II
Sucesor Isabel I
Padre Juan II
Madre María de Aragón


Enrique IV de Castilla. Su prolongado reinado estuvo marcado por su falta de cualidades como monarca y por la gran oposición que encontró dentro de las filas de la nobleza más poderosa de su reino, lo cual provocó un período abierto de guerras civiles que contrastan claramente con el orden establecido por sus sucesores los Reyes Católicos.

Nacimiento

Nació el 25 de enero de 1425 en Valladolid, hijo de Juan II de Castilla y de María de Aragón, antes de acceder al trono ya intervino en la convulsa política castellana de la época, junto a su favorito Juan Pacheco.

Reinado

En 1440 se casa con Blanca de Navarra, separándose de ella en 1443 por impotencia. Un año más tarde accede al trono. Se casa de nuevo en 1455 con Juana de Portugal, para asegurar la cooperación entre ambos reinos. Su mandato transcurre sin grandes alteraciones hasta 1462. En este año, se renuevan los hostigamientos contra el reino nazarí de Granada, se intenta reconciliar con los Grandes de España huidos a Aragón y acepta el trono de Cataluña, ofrecido por los mismos catalanes, descontentos con Juan II de Aragón. Precisamente la cuestión catalana provoca, a partir de 1463, la caída en desgracia de los nobles más cercanos al rey; Juan Pacheco y Alfonso de Fonseca, por la pérdida de confianza en el Consejo, y el ascenso de nuevas figuras, como los Mendoza o Beltrán de la Cueva. Entre 1463 y 1468, los nobles desafectos emprenden una campaña contra el rey Enrique IV y elaboran el Manifiesto de Burgos 1464, en el que se critican aspectos diversos de la gestión del monarca, se incluyen las protestas de las ciudades y se critica la sucesión al trono en la persona de Juana, su hija, considerada fruto del adulterio de la reina Juana con Beltrán de la Cueva. La presión de los nobles obliga al rey a ceder y a reconocer como heredero a su hermano Alfonso, estableciéndose una comisión encargada de analizar la crisis y emitir un dictamen que procure la pacificación de Castilla. Este dictamen, la sentencia de Medina del Campo 1465, de signo desfavorable a los intereses de Enrique IV, empuja a éste a combatir a los sublevados, quienes responderán proclamando rey a Alfonso. Los combates se prolongarán durante tres años, hasta la muerte de Alfonso en 1468. La cuestión sucesoria aun no quedará resuelta. Los partidarios de Alfonso prestarán ahora su apoyo a la hermana del rey, Isabel, en contra de Juana la Beltraneja, hija del monarca. Isabel será reconocida como heredera mediante el tratado de los Toros de Guisando; sin embargo, la defensa de la causa monárquica de ésta hace que sus aliados partan de su lado y pasen a defender la candidatura de Juana, su antigua enemiga. Los tratados de Alcaçovas, 1479, dejarán a Isabel como única pretendiente al trono y reina de Castilla, por la muerte de su padre en 1474.

Curiosidad

Una vez en el trono, fue casado rápidamente para lograr un heredero, pero la cosa empezó a estancarse; el hijo tan ansiado no llegada y la corte se impacientaba. En esto, Enrique repudia a su esposa, la cual, ofendida, proclama que no ha sido por su culpa, sino por la de su marido, que no ha podido consumar el matrimonio. El escándalo estaba servido. ¿Era el rey impotente?. Se hicieron reconocimientos médicos a ambos, con el resultado de que su esposa todavía era virgen y que él tenía un miembro viril inservible para realizar el acto sexual. A pesar de este dictamen, los cortesanos no se dieron por vencidos y prepararon otro matrimonio. Mientras el rey continuaba su actividad cotidiana, guerreando contra el reino de Granada y subiendo los impuestos al sufrido pueblo llano. El tiempo pasaba y los rumores crecían. Se llegó a decir que el rey era homosexual, debido a su cercana relación con varios nobles que le auxiliaban en sus labores de gobierno. En estas circunstancias, cuando ya nadie lo esperaba, los reyes tuvieron una hija. Esta fue reconocida como heredera y todo correcto, hasta que por desavenencias entre sus ayudantes, uno de ellos propagó la noticia de que la hija del rey no era legítima, puesto que la había engendrado la reina y el auxiliar del rey, Don Beltrán de la Cueva.

Muerte

Enrique IV muere el 11 de diciembre, siendo enterrado en el Real Monasterio de Guadalupe. Su muerte nunca ha sido del todo aclarada, aunque, según el historiador Marañón, los trastornos descritos se asemejan más que a úlcera gástrica, a síntomas de envenenamiento, tal vez arsénico, el más usado en aquellos días.

Fuentes