Ernesto Díaz Barceló

Ernesto
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NombreErnesto Díaz Barceló
Nacimiento23 de septiembre de 1919
Ciudad de La Habana, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
Otros nombresEl Rey Badú
PremiosSellos de oro y plata por la FILA

Ernesto Díaz Barceló. Luchador profesional. Alcanzó popularidad en Latinoamérica y Europa. En 1953 fue proclamado el mejor luchador profesional de Europa.

Síntesis biográfica

Nació en La Habana el 23 de septiembre de 1919, primero probó suerte en el Atletismo, en específico en los 800, 1500 y 5000 metros, en los terrenos del antiguo Almendares Park y en el estadio La Tropical, pero sus registros no fueron nada sorprendentes.

Con una infancia muy pobre, pues procedía de un hogar sumamente humilde, donde doce infantes pugnaban por abrirse paso en la vida. Pronto se vió precisado a olvidarse del deporte y a buscar trabajo para ayudar a la apretada economía doméstica. Su primera faena fue la de cargar los instrumentos de la afamada orquesta de los Hermanos Castro.

Ni la estrecha ligazón con esta agrupación artística y su peculiar atracción y simpatía hacia la música, unidas a las dotes especiales de la idiosincracia antillana nunca consiguió aprender a tocar ni los tambores, mientras que su voz tampoco era la más apropiada para entonar las ricas melodías populares.

Por tal motivo optó por emprender viaje a México, un país hermano que se ha caracterizado en la historia por ser hospitalario, sobre todo para los cubanos. Luego de un tiempo de estancia sin empleo en la populosa Ciudad de los Palacios, un amigo le habló para que hiciera de “extra” en una película del entonces naciente cine azteca.

Éxitos Internacionales

El Rey Badú

Luego de actuar como tal en varios filmes, solicitaron la presencia de un negro joven, fuerte, que supiera luchar para otra filmación. De entrada lo aceptaron, aunque lo apremiaron en cuanto se refiere al deporte de las llaves y de los agarres. De inmediato aprendió la técnica elemental.

Diferentes profesionales, como Steve Morgan, Bobby Segura y Bobby Bonales, le enseñaron los secretos del llamado “pancracio” en los gimnasios locales. Al cabo del tiempo avizoró la posibilidad de asegurar su futuro en la lucha rentada, gracias a sus notables condiciones físicas. Así, el aspirante a corredor y músico veía modificarse bruscamente sus ideales de juventud.

Con 72 kilogramos (unas 160 libras) de peso, Badú pronto sobresalió por su felina agilidad y destreza en los cuadriláteros. Realizó giras por Colombia, Perú y Argentina. En 1941 se presentó en Chile, Estados Unidos y Canadá, con rutilantes éxitos. A cambio, su vida era de constante movimiento, de aquí para allá, como un soldado de fortuna.

En 1949, con 90 kilos de peso corporal, decidió ir a Europa, con residencia en París. Entonces le llovieron contratos en diversos países del viejo continente, de Africa del Norte y Asia. En estos tiempos prácticamente recorrió medio planeta. Su nombre aparecía con notoria asiduidad en los periódicos y revistas. Sus presentaciones eran esperadas con ansiedad por constituir la “sorpresa del Caribe”, la “sensación del ébano” en un mundo en que los blancos copaban por completo el profesionalismo. En 1953 fue proclamado el mejor luchador de Europa

Ernesto estaba deseoso de volver a Cuba, pero sus compromisos se lo impedían. Dentro del cargado programa de actuaciones, se las arregló para hacer una escala de de ocho semanas en La Habana, desempeñándose ante su querida afición, que solo lo conocía de nombre, en el desaparecido Palacio de los Deportes de Paseo y Mar.

En esta breve visita conquistó la faja nacional de la división (semipesada) frente al “Gallego”.

No fue hasta 1959 en que puede regresar a la Isla después de una década de ausencia. Pese a su empeño por permanecer entre los suyos, enseguida resultó requerido en Puerto Rico, Estados Unidos y Canadá. Por esa fecha se debatía en el problema de retirarse del deporte activo y volver definitivamente a la patria, a mantenerse por unas temporadas más en la modalidad.

Una nueva etapa

Ernesto Díaz Barceló

Varios golpes en la cabeza, traumatismos en el abdomen, en la rodilla derecha y en una mano, depararon a Ernesto Díaz Barceló los veintidós años en que se dedicó a la lucha libre profesional.

De los casi tres mil combates celebrados durante su larga carrera competitiva se impuso en 2600 que lo llenaron de satisfacciones personales

El 29 de mayo de 1961 colgó las zapatillas en el Madison Square Garden de Nueva York luego de participar en un carnaval de relevos donde hace oficial su retiro y emprende viaje hacia el verde caimán de las Antillas Mayores. El 2 de Junio arribó a la capital cubana.

A su llegada el Vicerrector del Instituto Superior de Cultura Física Comandante Manuel Fajardo, lo invitó a colaborar en el recién creado Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), en pro de hacer avanzar la especialidad de la lucha en la nación en su variante amateur.

Se inscribió en un curso de entrenadores e impartió lecciones en el gimnasio del Ministerio de Hacienda, en La Habana Vieja, Badú tuvo el alto honor de cooperar con el colectivo que preparó en los aspectos técnico- físicos al equipo que representaría los colores de Cuba en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Jamaica, 1962, considerados como el punto de partida en que se produjo el despegue del deporte revolucionario.

Graduado como profesor de Educación Física, guió a la escuadra de Becas al tercer lugar en 1964. Fundador del organismo rector del deporte, como Metodólogo de Lucha de la Comisión Nacional, tuvo la responsabilidad de fungir como jefe de varias delegaciones criollas que compitieron en Europa y México.

Galardones

Delegado de la selección cubana de Sambo que participó en el Torneo de la Amistad que se escenificó en Ulan Bator, República Popular de Mongolia, le fueron concedidos los sellos de oro y plata por la Federación Internacional de Lucha Amateur (FILA) en 1981 y 1975, junto a la distinción de Arbitro Internacional Vitalicio (Honorario) de dicha entidad, obtenida en 1982.

Obtuvo el diploma de veinte años de trabajo en el INDER, la orden Giraldo Córdova Cardín, medalla Mártires de Barbados, y la Rafael María de Mendive

Fuentes

  • Caminada, Jaime Baluarte del deporte En El Deporte derecho del pueblo (171)
  • Vega Morell, Gonzalo (2007)Orígenes de la lucha deportiva en Cuba Camagüey : Ed. Acana
  • Masjuán Salmon, Miguel Angel, Cuevas Toraya, Juan de las, Sala Santos, Gonzalo (2004) Diccionario de las personalidades del deporte en Cuba: Ed. Deportes