Especificidad teatral

Especificidad teatral
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Concepto:Se utiliza esta expresión (y la de lenguaje teatral, de escritura escénica o de teatralidad) para desmarcar el teatro de la literatura y de las otras artes (arquitectura, pintura, danza, etc.)

Especificidad teatral. Buscar la especificidad teatral es un tanto metafísica desde el momento en que se pretende aislar una sustancia capaz de poseer todas las propiedades de todos los teatros. Se utiliza esta expresión (y la de lenguaje teatral, de escritura escénica o de teatralidad) para desmarcar el teatro de la literatura y de las otras artes (arquitectura, pintura, danza, etc.)

La semiología también se plantea la cuestión de saber si existe un signo teatral y un conjunto de códigos propios del teatro, o si los códigos utilizados en el escenario son tomados de otros sistemas artísticos. Se interroga sobre la esencia del teatro en términos de funcionamiento de los sistemas significantes.

Un signo teatral

Especificidad teatral implicaría que lo icónico del escenario (lo visual) y lo simbólico del texto puedan fundirse en un conjunto indisoluble y propiamente dramático. Ahora bien, tanto los signos lingüísticos como los visuales siempre conservan su autonomía, incluso si su combinatoria y su alianza producen un significado que ya no quede vinculado en un único sistema escénico. El signo teatral nunca es la mezcla de los distintos códigos (en el sentido en que un color es la mezcla de dos colores básicos). La única especificidad posible es el hecho de utilizar y reagrupar, en un mismo lugar y tiempo, diferentes materiales escénicos. Pero esta técnica también existe en otras artes de la representación.

Combinación específica de los signos

La segunda cuestión consiste en preguntarse si la representación teatral mantiene la autonomía de los distintos materiales o crea con ellos una síntesis que pueda ser considerada específicamente teatral. De hecho, la respuesta que aporta toda puesta en escena a este dilema resulta de una opción estética e ideológica. La puesta en escena tan pronto busca la armonía y las correspondencias entre sus materiales (como en la ópera, especialmente la wagneriana), como aísla cada sistema manteniendo la armonía, llegando a oponerse a cada uno de los restantes materiales para evitar la creación de la ilusión y de una totalidad que no pueda ser descompuesta.

Otras especificidades

  1. La voz
    Lo icónico escénico y lo simbólico textual, lo figural y lo discursivo corresponden a los dos polos de la representación: la interpretación corporal del actor y su discurso. Es la voz del actor, que participa al mismo tiempo del cuerpo y del lenguaje articulado, la que hace realidad una tensión que está muy lejos de resolverse en una síntesis absoluta.[1].
  2. La acción y la movilidad del signo teatral
    A partir de la Poética de Aristóteles, la acción aparece muy a menudo como parte indispensable del teatro. Ello se debe a la facultad de la narrativa para pasar indiferente de un sistema a otro en la medida en que todos los sistemas se integran en un proyecto global (dinámica de la narratividad). Esta función unificadora de la acción también ha sido subrayada por la semiología del Círculo de Praga:
    La acción - esencia misma del arte dramático- hace que se fusionen la palabra, el actor, el vestuario el decorado y la música en el sentido que los reconocemos como conductores de una corriente única que los atraviesa pasando de uno a otro o por varios a la vez. [2]
    También se habla de vectorización de la puesta en escena, de su modo de combinar los motivos y los materiales del espectáculo (semiología).
  3. Dinámica de los signos
    La especificidad última de los signos teatrales reside tal vez en su facultad de utilizar las tres funciones posibles de los signos: icónicamente (miméticamente), indicialmente (en situación de enunciación), simbólicamente (como sistema semiológico sobre el modo ficcional). En efecto, el teatro, visualiza y concreta las fuentes de la palabra, indica y encarna un mundo ficticio por medio de signos de tal modo que al término del proceso de significación y de simbolización, el espectador ha reconstituido un modelo teórico y estético que explica el universo dramático representado ante sus ojos.
  4. Fin de la especificidad
    Confrontado -le guste o no- a los nuevos medios de comunicación, el teatro o bien pierde en ellos su esencia o bien encuentra una nueva especificidad a través de nuevos intercambios. Esta mediatización del teatro se traduce en intercambios cada día más dramaturgo, teóricamente ausente del universo dramático, de hecho interviene en el desarrollo de los conflictos y en la singularización de los personajes principales, subordinado el resto a los elementos focalizados. La focalización influye en los puntos de vista de los personajes y, de trueque, en los del autor y del espectador. En escena, la focalización a menudo tiene lugar concretamente utilizando un foco concentrado sobre un personaje o un lugar para llamar la atención con un efecto de primer plano. Sin embargo, este primer plano -técnica tomada del cine- no se obtiene necesariamente con efectos de iluminación. El juego de miradas de los actores sobre otro actor, o un elemento escénico, o cualquier efecto de evidenciación también lo producen. Lo que asegura la potenciación (el encuadre) de un momento o lugar de la representación es la enunciación de la puesta en escena.

Citas y referencias

  1. Veltrusky, 1976, págs. 94-117; Bernard, 1976
  2. Honzl, 1971, pág. 18

Fuente