Esquistosomiosis

Esquistosomiosis
Información sobre la plantilla
Clasificación:Es una enfermedad parasitaria, causada por trematodos del género Schistosoma, que por lo común depositan sus huevos en pequeños vasos de los intestinos y en la vejiga, pasando a las heces fecales y orina.

Esquistosomiosis. Es una enfermedad parasitaria, causada por trematodos del género Schistosoma, que por lo común depositan sus huevos en pequeños vasos de los intestinos y en la vejiga, pasando a las heces fecales y orina. Algunos huevos también penetran en la corriente sanguínea y pueden llegar al sistema nervioso central donde comienzan a ser encapsulados. Estas condiciones se han observado en el hombre y otros animales.

Agente biológico

Las principales especies de trematodos sanguíneos que inducen enfermedad en humanos son: Schistosoma mansoni, S. japonicum y S. haematobium.

Otras especies como: S. mattheei, S. Malayensis, S. mekongi y S. intercalatum pueden ser causa de infección, pero sólo tienen importancia en regiones limitadas. El hombre también, de modo ocasional, puede infectarse por especies de Schistosoma provenientes de animales.

Estos parásitos viven en el sistema vascular y son trematodos digenéticos, con sexos diferenciados en el huésped definitivo. El ciclo vital en las distintas especies es similar; sin embargo, difieren en sus huéspedes intermediarios (especies de caracoles) y en la ubicación final de los trematodos adultos en el sistema circulatorio.

Distribución

S. mansoni es el más ampliamente distribuido; se ha detectado en 52 países situados en América del Sur, Caribe, África y Mediterráneo Oriental. En las Américas esta es la única especie conocida.

La infección por S. mansoni se presenta en Suriname, Venezuela, Puerto Rico, República Dominicana, en grandes áreas del Brasil, varias islas de las Antillas Menores, países de África al sur del Sahara, delta del Nilo, Yemen y Arabia Saudita.

S. haematobium se encuentra en África y Medio Oriente. El parásito S. japonicum está distribuido en ocho países de Asia suboriental y del Pacífico Occidental.

Ocurrencia

La esquistosomiosis es endémica en Sudamérica, África Subsahariana, el Medio Oriente y algunas islas del Caribe. Los trastornos del hígado y tracto gastrointestinal son las manifestaciones clínicas más comunes. Usualmente no se afecta el sistema nervioso central. La manifestación neurológica más común es la mielitis transversa. En algunas circunstancias se hallan los huevos de S. mansoni en el cerebro, lo que provoca reacción inflamatoria. La prevalencia global es, significativamente, más alta en los varones en comparación con las hembras.

Desarrollo de la enfermedad

En los seres humanos difiere la gravedad de la enfermedad según la carga parasitaria. La mayoría de los infectados contiene pocos parásitos y se estima que son menos de 10 % los que poseen una carga parasitaria grande y padecen de una enfermedad crónica severa del tracto urinario y del hígado. Los grupos ocupacionales, como por ejemplo los pescadores y los niños en edad escolar, que están durante mucho tiempo y con frecuencia en el agua, adquieren infecciones más intensas por la acumulación de los parásitos. A menudo las infecciones leves son asintomáticas.

La sintomatología puede dividirse en cuatro fases, en dependencia de la evolución de la enfermedad: a) En la fase inicial ocurre la penetración de las cercarias, que se manifiesta por una dermatitis de intensidad variable de acuerdo con el número de cercarias que penetraron. La migración de estas larvas por la circulación y tejidos, desencadenan reacción alérgica con eosinofilia circulante.

b) En la segunda fase se produce la invasión del esquistosómulo, que puede ser silencioso y caracterizarse por tos y crisis asmatiformes debidos al pasaje del parásito por los capilares pulmonares. El parásito puede encontrarse en otras vísceras; las más afectadas son: bazo, colon, hígado, vejiga y pulmón.

c) En la tercera fase, aguda o toxémica, se realiza la maduración del parásito y el comienzo de la oviposición, se manifiesta por un cuadro febril, anorexia, diarrea, postración, alta eosinofilia y, en ocasiones, una discreta hepatoesplenomegalia.

d) En la cuarta fase, o crónica, ocurre la proliferación y la inflamación hística provocada por los huevos depositados en los diversos órganos. Los huevos depuestos por el parásito producen granulomas y nódulos que ocasionan diferentes trastornos de acuerdo con su número y ubicación.

La enfermedad aguda que causa S. mansoni se caracteriza por escalofrío, fiebre, debilidad general y diarrea. Puede acompañarse de leucocitosis y eosinofilia. A veces se presenta urticaria, hepatomegalia, esplenomegalia y síntomas pulmonares. Las principales lesiones se observan en la pared del intestino, que con el transcurso del tiempo se extienden al hígado y originan fibrosis interlobular e hipertensión portal, esplenomegalia y ascitis. En estado avanzado pueden aparecer lesiones pulmonares y síntomas respiratorios.

La enfermedad crónica se inicia progresivamente y en dependencia de los órganos más afectados. La forma crónica intestinal se manifiesta por dolor abdominal, diarrea sanguinolenta, anorexia y síntomas digestivos generales. La forma hepática presenta una marcada hepatomegalia nodular y franca esplenomegalia.

Estas lesiones producen cirrosis hepática que pueden dar origen a hematemesis, várices esofágicas y ascitis. La forma pulmonar obstructiva ocasiona disnea, dolor precordial, congestión pulmonar y cianosis. Este tipo de enfermedad termina en cor pulmonale.

Generalmente el sistema nervioso central no es afectado. La mielitis transversa es la manifestación neurológica más frecuente. En algunas ocasiones, en el cerebro se hallan los huevos de S. mansoni.

Fuente de infección y modo de transmisión

Esta enfermedad es una de las principales parasitosis humanas, ya que tiene gran repercusión en salud pública por su efecto debilitante en extensas regiones del mundo. Asimismo, en los países en vías de desarrollo, con el creciente ritmo de construcción de grandes represas, en ocasiones sin los debidos estudios ecológicos y epidemiológicos para establecer medidas de prevención, contribuyen a la extensión e intensificación de la parasitosis.

Las especies de caracoles pertenecientes a los géneros Boimphalaria y Bulinus, huéspedes intermediarios de S. mansoni y S. Haematobium, respectivamente, son moluscos acuáticos que se encuentran en lagunas, remansos de los ríos y pequeños receptáculos de agua y canales de irrigación. Oncomelania, el huésped intermediario de S. japonicum, es más anfibio y puede sobrevivir algunos meses en lugares relativamente seco, manteniendo los estadios larvales del parásito.

Los moluscos se infectan por la contaminación de las aguas con heces (u orina en el caso de S. haematobium) de los huéspedes definitivos, en especial el hombre. La esquistosomiosis es una trematodiosis que abunda, sobre todo, en zonas rurales. La infección por vía cutánea la contraen el hombre u otro huésped definitivo, cuando entra en el agua contaminada que contiene los moluscos adecuados, donde el parásito puede realizar su ciclo vital.

Los individuos que se infectan con más frecuencia son los niños y los adultos jóvenes (entre 5 y 25 años), los cuales soportan las más altas cargas parasitarias.

La esquistosomiosis en algunas áreas es en cierta medida una enfermedad de obreros agrarios de campos irrigados (arroz, caña de azúcar) y pescadores (estanques de cultivo de peces, ríos).

Las amas de casa constituyen otro grupo expuesto, ya que lavan la ropa o los utensilios en las orillas de los riachuelos o lagunas. También se puede adquirir la infección mediante la natación, juegos en el agua y baños.

Además del hombre, el reservorio en la infección por S. japonicum, lo componen múltiples especies de animales. Se ha señalado que el parásito del hombre puede ser fuente de infección para los animales y viceversa. Por otro lado, se han detectado en varias partes del Lejano Oriente diversos animales naturalmente infectados, como: bóvidos, équidos, gatos, perros, caprinos, cerdos, ovinos, monos, mustélidos, félidos, ratas y ratones.

Diagnóstico

El diagnóstico definitivo consiste en la demostración de la presencia de huevos en las heces de S. mansoni y S. japonicum, y en materias fecales y orina de S. haematobium, o en muestras para biopsia en las tres especies. Los huevos de S. mansoni son de color amarillo marrón, tienen de 110 a 180 micra de largo por 40 a 70 micra de ancho y una espina lateral muy característica. Los de S. haematobium miden, aproximadamente, el mismo tamaño, con una espina terminal bien pronunciada; sin embargo, los huevos de S. japonicum son más pequeños y tienen una espina subterminal rudimentaria.

En los casos crónicos avanzados pueden aparecer pocos huevos, difíciles de encontrar, por lo que en caso de exámenes coprológicos negativos, es necesario recurrir al método de extensión de Kato-Katz, concentración por formol-éter o ácido-éter, o al raspado rectal (S. mansoni y S. japonicum). La existencia de huevos del parásito es una prueba irrefutable de la infección y siempre debe de intentarse el examen de orina y materias fecales para el diagnóstico. Otra forma de detectar la infección es por medio del examen proctoscópico, el cual puede revelar pequeñas ulceraciones y nódulos.

Para el diagnóstico también se pueden usar pruebas inmunológicas como la de precipitina circumoval con huevos frescos de S. Mansoni, que ha resultado muy específica y sensible, las pruebas indirectas de anticuerpos inmuno fluorescentes y el método ELISA con el antígeno del huevo o el gusano adulto, o usando un anti cuerpo monoclonal para detectar antígenos circulantes.

Tratamiento

El tratamiento efectivo es con praziquantel contra todas las especies de Schistosoma humano. Otros fármacos que se pueden usar son la oxamniquin contra S. mansoni, el [[]] y el niridazol contra S. haematobium. Recientemen te se ha elaborado el oltipraz que es efectivo contra las especies de Schistosoma humano.

Control

Las medidas de prevención de la esquistosomiosis se basan en: a) Orientación a la población que vive en áreas endémicas de cómo se retransmite la enfermedad y los métodos de protección. b) Eliminación de las heces y de la orina, de manera que los huevos viables no alcancen masas de agua dulce donde viven los caracoles huéspedes intermediarios. c) Mejoramiento de las prácticas de riego y de agricultura; reducir los hábitat de los caracoles eliminando la vegetación, o por drenaje y relleno de las tierras pantanosas. d) Aplicación de molusquicidas en los criaderos de caracoles. En Cuba se realizó un estudio de la acción molusquicida del maquey (Agave legrelliana) sobre el molusco Biomphalaria havanensis, hospedero de esquistosomiosis, con resultados alentadores. e) No tener contacto con agua contaminada (por ejemplo, usando botas de caucho). Para disminuir al mínimo la penetración de cercarias después de contacto breve o accidental, las superficies cutáneas húmedas deben secarse con fuerza y de modo completo con una toalla, y aplicar de inmediato alcohol a 70 % a la piel para destruir las cercarias superficiales. f) Debe garantizarse un suministro de agua para beber, baños y lavado de ropa procedente de fuentes libres de cercarias o tratadas para destruir los parásitos. Una medida efectiva para inactivar las cercarias en el agua es el tratamiento con yodo o cloro o el uso de papel filtro. Otra eficaz es cuando se deja el agua en reposo de 48 a 72 h antes de utilizarla. g) En áreas endémicas se debe administrar tratamiento a los pacientes para detener la evolución de la enfermedad y reducir la transmisión al disminuir la transferencia de huevos. h) A los viajeros en zonas endémicas es necesario comunicarles los riesgos de adquirir esta infección, haciendo hincapié en las medidas preventivas. i) Con gran éxito se se han desarrollado experiencias en la inmunización de bovinos y ovinos contra S. bovis, de ovinos contra S. mattheei, y de bovinos contra S. japonicum con cercarias y esquistosomas homólogos irradiados, lo cual ha despertado mucho interés entre los investigadores porque permite entrever ciertas perspectivas para la inmunización humana.

Fuentes

  • Pelayo Ulacia, Santos. Zooantroponosis / Santos Pelayo Ulacia. La Habana: Editorial Ciencias Médicas, 2007. p.232.