Esteban Taronjí

Esteban Taronjí
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Compositor
NombreEsteban Taronjí González
Nacimiento31 de diciembre de 1909
Arecibo, Bandera de Puerto Rico Puerto Rico
Fallecimiento16 de marzo de 1986
San Juan, Bandera de Puerto Rico Puerto Rico
ResidenciaPuerto Rico
NacionalidadPuertorriqueña

Esteban Taronjí. Constituye el típico ejemplo de que, tarde o temprano, la calidad se impone ante la cantidad. Porque este talentoso arecibeño no necesitó crear una obra vasta para merecer un sitial de honor, no sólo entre los grandes melodistas de su país, sino a nivel latinoamericano.

Síntesis biográfica

Nació el 31 de diciembre de 1909 en Arecibo, Puerto Rico. Era miembro de una familia acomodada, de cinco hermanos, cuyo padre, mallorquín, era un rico comerciante. Cursó sus grados académicos regulares en la Escuela Jefferson de su natal Arecibo. Durante su niñez evidenció talento musical, habiendo realizado sus primeras presentaciones artísticas en funciones estudiantiles a la edad de doce años. Pronto su agraciada voz de atrajo a empresarios de espectáculos, quienes muchas veces lo incluyeron “como relleno” en espectáculos encabezados por artistas famosos en los teatros de su pueblo, así como en Hatillo y Lares.

Sin embargo, creyendo entonces que su verdadera vocación era la religiosa, a los 14 ingresó al Seminario Conciliar San Ildefonso, en San Juan, con miras a convertirse en sacerdote. Durante los cuatro años (1924-1928) que pasó en aquel recinto aprovechó para estudiar Piano bajo la tutela del profesor Ramón Orlá y del Padre Gaude. Igualmente tomó clases de Canto, primero con un cura vasco apellidado Berrazategui, convirtiéndose luego en discípulo del eminente tenor Antonio Paoli. Jamás olvidaría que éste acostumbraba decirle: “tu voz es la más maravillosa que he escuchado... después de la mía”. Al cabo de aquel cuatrienio, comprendió que lo suyo no era el sacerdocio, ya que sentía una gran debilidad por las mujeres. Abandonó el Seminario y, de vuelta a Arecibo, se desempeñó en diversos oficios. Entre otros empleos, se desempeñó como supervisor del Departamento de Servicios Sociales. Paralelamente, reanudó sus andanzas musicales.

Trayectoria artística

A diferencia de la mayoría de los inmortales del cancionero popular puertorriqueño, Esteban Taronjí no fue un compositor prolífico. Su legado musical es un tanto reducido al ser comparado con los que aportaron Rafael Hernández, Pedro Flores, Bobby Capó, Tite Curet Alonso y otros nombres insignes del pentagrama nacional. Se estima en algunas 80 piezas, la mayoría boleros.

Su nombre estuvo muy vinculado al de Felipe Rodríguez «La Voz» – el cantante más exitoso en Puerto Rico y Nueva York durante la década de 1950 y primer lustro de 1960 –, a quien cedió buen número de selecciones que, no sólo serían determinantes en la consagración de éste, sino que se perpetuarían como clásicas.

Naturalmente, por consecuencia, Esteban Taronjí se convirtió en uno de los compositores cimeros del país durante aquel período, perteneciente a la considerada “época de oro” de la canción popular puertorriqueña. Basta recordar algunos títulos: “Los Reyes no llegaron” (1952); “Amor robado” (1953); “Beso borracho” y “Perderte y morir” (1954); “Me salvas o me hundes” (1955); “Te voy a hacer llorar” (1956); “Insaciable” (1957); “Debo y pagaré” (1959); “Marejada” (1961) y “Cataclismo” (1963). Claro que, también, compuso para muchos otros intérpretes estelares. Fernandito Álvarez y su Trío Vegabajeño le estrenaron, entre otras, “Y me haces pensar” (1951). El Trío San Juan fue el intérprete original de “Delirium tremens” (Verne, 1956) y la célebre mexicana Toña La Negra dio a conocer, a nivel continental, “De mujer a mujer” (RCA Víctor, 1960). Todas esas melodías han acumulado numerosas versiones discográficas a través de los años.

En 1934 se estrenó en la faceta autoral. Su primera obra – que se convertiría en su segundo éxito casi dos décadas más tarde – fue “Los Reyes no llegaron”, escrita especialmente para interpretarla en una actividad de la Iglesia Evangélica, entonces situada al lado de la Clínica Doctor Sulsoni, en Arecibo. Esta emotiva canción fue inspirada en una experiencia vivida en su propio hogar, cuando él contaba 13 años de edad. Inexplicablemente, luego de aquel acertado debut, no volvió a componer otra pieza durante los próximos 13 años. Vino a ser en 1947 cuando, acompañado por su primera esposa en el cabaret neoyorkino Club Cubanacán (ubicado entre la Calle 47 y la Avenida Broadway), escribió el bolero “De boca a boca”, inspirándose en la escena que se había suscitado entre la pareja que ocupaba la mesa contigua a la suya. Resulta que el hombre intentaba besar constantemente a su compañera, pero ella lo rechazaba por el fuerte olor a alcohol que despedía de su boca. Incluso, terminó dejándolo solo al no soportar su estado de embriaguez. Posteriormente, entregó esta obra a César Concepción, quien la llevaría al disco con el cantante Joe Valle, aunque bajo el título de “Beso borracho”.

Su vinculación a la carrera de Felipe Rodríguez «La Voz» en 1950 surgió gracias a la amistad que éste había entablado desde hacía algún tiempo con su hermano Jaime Taronjí González, también compositor y, a la sazón, ejecutivo de la compañía Discos Verne. Por tanto, Jaime sirvió de enlace entre ambos, dando paso a una de las sociedades artísticas más fructíferas que se recuerdan en la historia del cancionero popular boricua. Felipe se había incorporado al elenco artístico de Discos Mardi y, de inmediato, se interesó en sus composiciones. Sin embargo, antes de que estampara en el acetato “Los Reyes no llegaron” (1952) y “Amor robado” (1953), otro consagrado intérprete nacional le brindó el primer éxito autoral de su carrera registrando “Y me haces pensar” bajo la etiqueta Mar-Vela (1951).

Muerte

Falleció en San Juan, el 16 de marzo de 1986. Por alguna razón, le había hecho prometer – como última voluntad – a su cuarta esposa, familiares y allegados que no revelaran a los medios de comunicación la noticia de su muerte y que mantuvieran la misma en secreto. Sólo dejó inéditos los boleros “Adivínalo”, “Amor desesperado”, “Desajuste lírico”, “Despojo de amor”, “Devuélveme la vida”, “Lo mejor de la Navidad” y “Llanto de estrellas”. También la danza “Sueño de Dios” y el tango “7 x 7 x 3", cuyo título alude a las medidas de la fosa en que habría de ser sepultado. Varias de estas canciones se grabarían posteriormente. Sus restos reposan en el Cementerio Municipal de Arecibo. Su tumba, a pocos pasos de la del venerado cantante Cheíto González.

Fuente

[1]/ Fundación Nacional para la Cultura Popular, San Juan, Puerto Rico. Consultado el 22 de junio de 2013