Exorcismo

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Concepto:El exorcismo es una antigua y particular forma de oración que la Iglesia emplea contra el poder del diablo.

Exorcismo. Es una antigua y particular forma de oración que hace un ministro ordenado de la Iglesia, en nombre de Jesucristo y por el poder que Jesucristo ha otorgado a su Iglesia para liberar del poder de Satanás, demonio. Por lo tanto no es oración personal sino de la Iglesia. El exorcismo se ha llevado al cine, en películas como El Exorcista (William Friedkin, 1973), basada en la novela homónima de William Peter Blatty o Constantine (Francis Lawrence, 2008), basada en el cómicHellblazer, de Jamie Delano y Garth Ennis. Otra película es El exorcismo de Emily Rose basada en un caso real del exorcismo de una joven supuestamente poseída, en el cual ésta acaba falleciendo, siendo sus padres y curas participantes juzgados y condenados por negligencia médica; The Rite, estrenada a principios de 2011, es otra película que gira en torno a esta actividad, está basada en las investigaciones del periodista Matt Baglio.

Sus inicios

Esta práctica era común en las sociedades antiguas y tenía su origen en la magia. En la antigua Babilonia (hoy Irak), los sacerdotes rompían una imagen de arcilla o de cera que simbolizaba al diablo, con el fin de destruir al demonio real. Los griegos y los egipcios realizaban ritos similares. Muchas religiones siguen hoy practicando el exorcismo en todo el mundo.

En La Biblia encontramos diversas referencias al demonio y el exorcismo. El Nuevo Testamento relata cómo Jesús expulsaba a los espíritus malignos a través de la oración y de su autoridad. Los sacerdotes de la Iglesia Católica necesitan un permiso especial para practicar el exorcismo.

La expulsión de espíritus malignos o problemáticos, fantasmas, demonios u otras identidades no físicas. Los ritos de exorcismo existen en todo el mundo y su uso es común en aquellas sociedades donde se cree que los espíritus interfieren frecuentemente en los asuntos terrenales ocasionando enfermedad, mala suerte y desastres. Los exorcismos son realizados por individuos apropiadamente entrenados, generalmente un dignatario religioso o un adepto del ocultismo o la magia.

Algunos psiquiatras y psicólogos occidentales realizan una especie de exorcismo en el tratamiento de pacientes que manifiestan estar poseídos por seres extraños y personalidades ajenas. La palabra "exorcismo" se deriva del griego exousia, que significa "juramento°, y se refiere a "poner al espíritu o demonio bajo juramento" o invocar una autoridad más alta para obligar a la entidad a actuar de manera contraria a sus deseos.

Tipos de ritos

Los ritos varían desde simples invitaciones a retirarse hasta ceremonias elaboradas, algunas de las cuales incluyen bailes y trance donde se le pide a los dioses que ayuden a expulsar al ente ofensivo. Dichas ceremonias incluyen la oración, la producción de malos olores, quemar incienso, pronunciar vituperios y el uso de sustancias sagradas como hierbas, agua bendita o sal.

El cristianismo asocia el exorcismo con la posesión demoníaca ‑que se cree es causada por Satán‑ y es considerado como una batalla por el alma de la víctima. Sólo los católicos romanos ofrecen un rito formal de exorcismo, el Rituale Romanum, que data de 1614. Antes de que el rito pueda llevarse a cabo, deben manifestarse ciertos síntomas como la levitación, la manifestación de una fuerza sobrehumana, la clarividencia, el perjuro de palabras o frases religiosas o "hablar en lenguas". El rito se caracteriza por la violencia: la víctima sufre dolores, contorsiones extraordinarias, desagradables ruidos corporales, diarrea, escupitajos, vómitos y pronuncia malas palabras. La temperatura del cuarto puede variar alternadamente de fría a caliente y los objetos pueden volar en derredor.

Algunos protestantes también realizan exorcismos. Los pentecostalcs y otros carismáticos practican el "ministerio de la entrega", en el cual las personas dotadas arrojan demonios y curan mediante la imposición de las manos.

En el judaísmo, la literatura rabínica del siglo I se refiere a rituales de exorcismo. Quizás el rito más conocido concierne al dybbuk, un espíritu maligno o alma errante que toma posesión del alma de la víctima y le causa enfermedades mentales y un cambio de la personalidad. El dybbuk es expulsado a través del dedo meñique del pie de la víctima y puede ser redimido o bien enviado al infierno.En el hinduismo, budismo, islamismo, shintoísmo y muchas otras religiones, se culpa constantemente a los espíritus y fantasmas por toda suerte de males y se les arroja fuera de lugares y personas. La mayoría de tales aflicciones no son consideradas batallas campales por las almas. Las técnicas usuales de exorcismo hindú, por ejemplo, incluyen soplar humo de estiércol de vaca, apretar una piedra de sal entre los dedos, quemar estiércol de cerdos, golpear a la víctima o jalarle del cabello, usar monedas de cobre como ofrenda, recitar oraciones o mantras y ofrecer regalos de dulces u otros presentes. En algunas tradiciones shamánicas se cree que los demonios o espíritus causan enfermedades y desgracias robándose las almas. El shamán entra entonces en un trance extático para buscar y recuperar el alma y expulsar al demonio.

Algunos psiquiatras y psicólogos occidentales realizan una especie de exorcismo en el tratamiento de pacientes que manifiestan estar poseídos por seres extraños y personalidades ajenas. La palabra "exorcismo" se deriva del griego exousia, que significa "juramento°, y se refiere a "poner al espíritu o demonio bajo juramento" o invocar una autoridad más alta para obligar a la entidad a actuar de manera contraria a sus deseos.

Tipos de exorcismos

Los exorcismos pueden ser simples o solemnes. El exorcismo simple se reza en el rito del bautismo. El exorcismo solemne es un sacramental que sólo puede ser válidamente celebrado por un sacerdote con el permiso del Ordinario (obispo) del lugar. El obispo da permiso al sacerdote para cada caso o puede, con el permiso de la Santa Sede, formalmente otorgar a un sacerdote el oficio de exorcista. En ese caso el sacerdote está facultado para exorcizar y no necesita un permiso particular para cada caso.

Solo el exorcista con la debida licencia puede verificar la verdadera posesión diabólica. Es un proceso difícil en el que se deben descartar causas naturales.

Según el Padre Amorth, exorcista de Roma, el poder de expulsar demonios que Jesús confirió a todos los creyentes conserva toda validez. Es un poder general basado en la fe y en la oración, y puede ser ejercido por individuos o comunidades sin ninguna autorización. Sin embargo, en este caso, se trata de plegarias de liberación, y no se deben llamar exorcismos. Sólo al sacerdote autorizado, además de al obispo exorcizante, corresponde el nombre de exorcista. "Habla un Exorcista", Planeta + Testimonio, pag. 43-44.

En algunas diócesis hay laicos que han sido preparados para el ministerio de liberación (no exorcismo) bajo la dirección de un sacerdote. La liberación es oración para liberar de la opresión del demonio pero sin utilizar el rito de exorcismo. Nadie debe ejercer este ministerio sin autorización de la Iglesia.

Su etimología hace referencia al rito pagano de “echar malos espíritus apelando a ritos mágicos y otros encantamientos”; el vocablo proviene del griego exorkistes, que alude al empleo de fórmulas de conjura para expulsar demonios, y aparece sólo una vez en la Biblia (Hch. 19:13).

Es por este motivo que podemos afirmar que Cristo no fue exorcista, puesto que nunca realizó un ritual para expulsar demonios sino que lo logró gracias a la palabra, según Mateo 8:16: "con la palabra, Jesús echó fuera a los demonios", gracias al Espíritu de Dios.

El poder de Jesús para dominar espíritus se refleja en el Evangelio de Marcos, en el pasaje del hombre poseído que se encuentra en una sinagoga. Jesús dice al demonio: "¡Cállate, y sal de él!" (Mr. 1:25). Además, pide a un grupo de demonios a quienes llama “Legión” que suelten el cuerpo de un hombre y tomen posesión de un grupo de cerdos (Mr. 5:13). Cristo lo logra con un sencillo mandamiento, que aparece en Marcos 9:25: "Espíritu sordo y mudo, yo te ordeno que salgas de él y no vuelvas a entrar en él".

El exorcismo necesita de una ceremonia para que el demonio se aleje de la persona a la que atormenta. Este recurso existió en la Antigua Grecia, en Roma y especialmente en la Edad Media europea. En Hechos 19:13 se habla de los judíos ambulantes que practicaban exorcismos para obtener rédito económico. Tampoco los discípulos echaron demonios apelando a exorcismos, sino que lo hicieron en nombre de Jesús (Mr. 16:17).

La práctica del exorcismo ha sido popularizada en películas como "El Agüero" y "El Exorcista" así como en varias novelas, donde se afirma que los sacerdotes católicos pueden exorcizar a personas poseídas por demonios y sanar a los enfermos. Sin embargo, la expulsión de demonios tal como Jesús enseñó a sus apóstoles es aquella que requiere de fe, ayuno y oración.

El rito del exorcismo

El método convencional de exorcismo es similar a la ceremonia expresada en el Rituale Romanum durante la Edad Media, que data aproximadamente del año 1620. Este rito es utilizado por la Iglesia Católica Romana desde el siglo XVII hasta nuestros días. Se trata de un conjunto de oraciones y lecturas de pasajes destinados a someter al espíritu maligno y a obligarlo a que se aparte de la atormentada víctima.

El protocolo indica que el sacerdote debe vestirse con una túnica color púrpura y comenzar la ceremonia recitando una oración seguida por la lectura del Salmo Nro. 4 y la exhortación a la Gracia de Dios contra el demonio. Después se recita un pasaje de Juan 1 y de Marcos 16.

Luego, el oficiante debe repetir las siguientes palabras: "Te exorcizo, muy vil espíritu, mismísima encarnación de nuestro enemigo, espectro entero, toda la legión, en el nombre de Cristo, sal y huye de esta criatura de Dios. Él mismo te manda, el que manda al mar, los vientos y la tempestad. Escucha y teme, Oh Satanás, enemigo de la fe, adversario de la raza humana, productor de la muerte, ladrón de la vida, destructor de la justicia, raíz de los males". (Extraído de R.H. Robbins, La Enciclopedia de la Hechicería y la Demonología, Pág. 186).

Por último, el cura ofrece otro ruego: "Te conjuro, a ti, Oh serpiente, por el juez de la vida y la muerte, por tu hacedor y hacedor del mundo. No resistas, ni te demores en huir de este hombre”. Es preciso repetir muchas veces estas frases hasta obtener el resultado deseado.

Principales criterios para el correcto discernimiento de posesión diabólica según el nuevo ritual

Habiendo sido descartada una anomalía psíquica, ya sea patológica o paranormal, suelen considerarse signos de posesión diabólica: La aversión vehemente hacia Dios, la Virgen, los Santos, la cruz y las imágenes sagradas. Además, dependiendo del fin bueno o dañino para el cual las emplea, se podrá discernir si las siguientes producciones de la persona investigada, son dones de Dios, o signos de posesión:

El hablar con muchas palabras de lenguas desconocidas o entenderlas.

Hacer presentes cosas distantes o escondidas.

Demostrar más fuerzas de lo normal.

Para la práctica del exorcismo es necesaria la autorización del obispo, que puede ser concedida vez por vez para cada caso específico o de manera general y permanente al sacerdote que ejerce el ministerio de exorcista en la diócesis.

Los Sacerdotes de la Iglesia Católica para la realización del exorcismo lo hacen bajo lo estipulado en el Rituale Romanum. Actualmente se debería utilizar la versión aprobada por el Sumo Pontífice en enero de 1999.

Entre los más destacados exorcistas católicos contemporáneos se destacan Gabriele Amorth y José Antonio Fortea Cucurull.

Fuentes