Expedición Dauntless

Expedición Dauntless
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Fecha:28 de noviembre de 1897
Descripción:
Expedición cubana que debió haber desembarcado el 27 de noviembre por faro de Lucrecia, pero cerca de él se encontraba el crucero Reina Regente y en Cayo Confites estaban anclados tres cañoneros, por lo que el desembarco no se podía efectuar. El vapor salió nuevamente mar afuera y el 28 de noviembre de 1897 regresó para llevar a cabo el desembarco por la Ensenada de Río Seco. Traía consigo bastante medicamentos.

Expedición del vapor Dauntless. El objetivo de las expediciones era apoyar al Ejército Libertador y realmente el año 1897 y parte de 1898 fueron de prueba para los mambises, la situación era muy difícil por la propagación de enfermedades que depauperaban las fuerzas.

Sufrían la carencia de alimentos y medicinas pues las traídas por Roloff, unos meses antes en la expedición Laurada, ya se habían agotado al igual que las municiones. Por lo que se hizo necesaria la llegada de una nueva expedición por la costa Norte de Oriente para aliviar la situación existente.

Historia

En la guerra del 95 la extensión de la lucha armada a todo el país provocó la introducción de armas por cualquier región del mismo. Siempre procuraron acercarlas a las zonas donde se efectuaban las acciones militares más enconadas del Ejército Libertador, ya que con los desembarcos expedicionarios trataron de apoyar determinadas acciones y campañas militares con armas, municiones y hombres. Por Banes desembarcaron varias, entre ellas la del vapor Dauntless, el 28 de noviembre de 1897.

Banes era una zona conocida por los capitanes de barcos norteamericanos, debido al tráfico comercial que se produjo a partir de 1888, por el proceso de exportación del banano hacía los Estados Unidos desarrollado por los Dumois y sociedad.

Unido a que con la destrucción del poblado por la tea mambisa, se produjo un gran descenso poblacional, teniendo en cuenta que solo se quedaron aquellos que se habían incorporado a la gesta independentista. Los caminos también fueron destruidos, aunque no existían muchos. Se conoce uno desde la zona norte muy cerca de la ensenada de Río Seco hasta Banes.

Existió otro desde el poblado hasta el Embarcadero, construido para la transportación del banano que se exportaba. Además se conoce la existencia de pequeños carreteros que permitían la comunicación de Samá, Bijarú y Mulas. Las fuerzas españolas que operaban en el poblado no eran muy numerosas, sólo quedó una guarnición de 50 hombres en el fuerte del Embarcadero.

Preparativos

Aunque desde muy temprano en la inmigración se valoraron las posibilidades de éxito que podía tener una expedición que desembarcara por esta zona ya que el 20 de enero de 1896, el oficial mambí Remigio Marrero le escribió a Enrique Dumois para comunicarle que “el Capitán Andrés Marrero, mi hijo queda con fuerzas por Bijarú, hasta mi regreso cualquier noticia de expedición pásele aviso que el queda con instrucciones”; indudablemente, las condiciones en que quedó Banes después del incendio fue un factor muy importante y decisivo que pudo permitir el éxito de los desembarco pues el poblado quedó casi totalmente bajo control mambí, marco propicio para que se llevaran a cabo en Banes acciones de gran envergadura.

Objetivo

Además el objetivo de las expediciones era apoyar al Ejército Libertador y realmente el año 1897 y parte de 1898 fueron de prueba para los mambises, la situación era muy difícil por la propagación de enfermedades que depauperaban las fuerzas. Sufrían la carencia de alimentos y medicinas pues las traídas por Roloff, unos meses antes en la expedición Laurada, ya se habían agotado al igual que las municiones. Por lo que se hizo necesaria la llegada de una nueva expedición por la costa Norte de Oriente para aliviar la situación existente.

Dirige

El capitán Luis Rodolfo Miranda, que se encontraba en Estados Unidos recuperándose de una fiebre palúdica, una vez curado debía regresar a los campos cubanos lo antes posible. Es por eso que fue llamado para que a su regreso dirigiera la expedición del Dauntless.

Expedición

La salida de Estados Unidos se tenía que hacer con la mayor discreción posible por lo que Luis Rodolfo fue desde Nueva York hasta Jacksonville acompañado por el Doctor Américo Feria, allí se encontró con un grupo de expedicionarios, el 21 de noviembre se reunió con el otro grupo en Way Cross, que iba dirigido por el Dr. Antonio Echevarria.

Se trasladaron en tren hasta Savannah, se bajaron a una milla de la costa y continuaron a pie hasta llegar en la madrugada a un muelle donde tomaron un remolcador que los llevó al Dauntless. El jefe de tierra sería el Capitán Luis Rodolfo y el de mar el General Emilio Núñez.

Los pertrechos de guerra se encontraban en la boleta Silver Hell, con la que se reunieron el día 24 en la isla Concepción (Bahamas). El 25 recogieron en cayo Albor los botes que utilizaría para el alijo de la expedición.

Desembarco

Finalmente el 26 partieron hacia Cuba y ya el 27 se encontraban frente al faro de Lucrecia, pero cerca de él se encontraba el crucero Reina Regente y en Cayo Confites estaban anclados tres cañoneros, por lo que el desembarco no se podía efectuar esa noche.

El vapor salió nuevamente mar afuera y al día siguiente, el 28 de noviembre de 1897 regresó para llevar a cabo el desembarco por la Ensenada de Río Seco, entre el faro de Lucrecia y Samá, en el lugar conocido por Playa larga.

Gracias a esta expedición los cubanos recibieron un valioso cargamento de medicinas, fundamentalmente quinina, que era muy necesaria y salvó de la muerte a numerosos patriotas que yacían postrados y casi sin esperanzas de curarse.

El contingente expedicionario lo componían 27 hombres que engrosaron las filas del ejército Libertador, entre ellos el futuro escritor, Carlos Loveira, quien luego en su libro Generales y Doctores, narra sus peripecias como expedicionario del Dauntless.

En el lugar por donde desembarcaron no había nadie pero corrían un inminente peligro por la existencia de un camino junto a la playa, por lo que una vez efectuado el alijo de expedición enviaron emisarios para buscar auxilio porque no debían permanecer allí durante mucho tiempo. Al día siguiente llegó el sargento Antonio Ramírez y un poco después el Comandante Bruno Mariño.

Véase Además

Fuente

  • M. Sc. Yurisay Pérez Nakao. Historiadora de Banes.