Expedición Florida

Expedición Florida
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Fecha:26 de mayo de 1898
Descripción:
La expedición tenia como objetivo principal fortalecer las tropas del Mayor General Calixto García, en Oriente, previendo la entrada de las tropas norteamericanas en el escenario bélico.

Expedición Florida. Tenia como objetivo principal fortalecer las tropas del Mayor General Calixto García, en Oriente, previendo la entrada de las tropas norteamericanas en el escenario bélico.

El 24 de enero de 1898 el secretario de Guerra del Consejo de Gobierno elevó a sus superiores un proyecto militar en el que fundamentaba el fortalecimiento de la Revolución en la provincia Matanzas, mediante una vigorosa expedición que desembarcaría al sur de esa provincia. Las fuerzas mambisas en dicha zona se encontraban diezmadas por las fiebres y la escasez de alimentos, por lo que era necesario el envío de refuerzos.

Una vez aprobado el proyecto enviaron al extranjero al General José Lacret Morlot, para que fuera quien dirigiera la expedición por el conocimiento que tenía de la zona señalada para el desembarco. Además esto ya había sido estudiado desde 1896 por Maceo con ayuda del propio Lacret.

Osbtáculos

Para el cumplimiento de esta misión el jefe mambí tendría que enfrentar grandes obstáculos pues el fortalecimiento y los importantes triunfos alcanzados por el ejército Mambí, evidenciaba desde 1897 que España no podía sostener por un tiempo prolongado la guerra contra Cuba, situación que fue aprovechada por Estados Unidos. El gobierno norteamericano comenzó a dar pasos más firmes con vistas a la intervención y como parte de su política de la "fruta madura", aprobó la Resolución Conjunta, el 20 de abril de 1898, que era una verdadera declaración de hostilidades al gobierno español. De esta forma se iniciaba la Guerra hispano-cubano-norteamericana.

Resolución Conjunta

Después de múltiples gestiones de todo tipo, en las que los representantes cubanos en el exterior no fueron ajenos, tanto la Cámara de Representantes como el Senado aprobaron, el 20 de abril, la Resolución Conjunta, importante documento que reconocía, en su primer artículo, la independencia de Cuba. Planteaba además que se pidiera o se obtuviera por las armas, que el gobierno de España abandonase a Cuba. Declaraba al mundo que los Estados Unidos, una vez pacificada, devolverían la Isla a sus legítimos dueños, los cubanos, sin interés de anexársela. Para el futuro mediato, tal Resolución serviría de valladar a los intereses expansionistas de los Estados Unidos.

Muy complejos fueron los móviles del cambio de actitud norteamericana en la cuestión de Cuba y la determinación de hacer la guerra a España. No fue la misma causa la que movió a los distintos agentes o actores que intervinieron en ese cambio y esa determinación. El pueblo norteamericano pidió la guerra por compasión y admiración hacia los cubanos, y luego de la voladura del Maine, por responder a lo que consideraba una agresión de España.

El gobierno, en cambio, actuó con el calculado propósito de poner fin a una situación perjudicial al comercio exterior y a las inversiones de sus ciudadanos en Cuba; aprovechando la debilidad de los contendientes para dar al mundo una demostración de poderío y para establecer en la Isla un gobierno estrechamente vinculado a los Estados Unidos.

En el Congreso, donde ambas tendencias, la popular y la oficial, tenían representación y chocaron, acabó por llegarse a una conciliación de las mismas. Producto de ese concierto de ideas, sentimientos y opiniones fue aprobada la Resolución Conjunta. La cual fue presentada al Gobierno español, el 21 de abril, como ultimátum y quedaron rotas las relaciones diplomáticas entre España y Estados Unidos. Horas después, la escuadra norteamericana al mando del Almirante William Th. Sampson bloqueaba varios puertos de Cuba, y el Presidente McKinley llamaba a las armas a 125 000 voluntarios, que rápidamente ascendieron a 200 000. Comenzó el cañoneo de puertos cubanos, preparando condiciones para la llegada del ejército invasor, y también se bombardeó a San Juan de Puerto Rico. Al mismo tiempo, otra escuadra yanqui entraba en la bahía de Manila (Filipinas), hundiendo a los barcos españoles allí anclados.

Para su guerra en Cuba, EE.UU. decidió iniciar la invasión por Oriente, la provincia en que los cubanos tenían un dominio casi total.

Dirige la expedición

Esta expedición estuvo dirigida por el General José Lacret Morlot, como jefe de tierra y el General Julio Sanguily, como jefe de mar, también los acompañó Joaquín Castillo Duany y el contingente expedicionario integrado por 400 cubanos aproximadamente; a los que se sumaba una sección especial del Ejército norteamericano, mandada por el Capitán Aureling Todd y el Teniente Wycliffe B. Grafton.

Muchos investigadores se preguntan que por qué si venían en esta expedición jefes de tanta experiencia como Sanguily y Castillo Duany, enviaron como jefe de tierra a Lacret, que no tenía tan buena reputación por indisciplinas cometidas en Matanzas. Quizás porque su presencia constituía un obstáculo para la dirección del Partido Revolucionario Cubano por el coqueteo que él había podido observar durante su estancia en el exterior, que existía entre el órgano de la Revolución y el gobierno norteamericano.

Preparativos

Desde que el jefe militar cubano arribó a Nueva York, a principios del mes de marzo de 1898, le informó a el delegado del Partido Revolucionario Cubano, en la emigración, la misión que le habían encomendado; pero los planes del imperialismo norteamericano y las veleidades y compromisos preestablecidos de Tomás Estrada Palma, harían fracasar la misión del General Lacret, pasaron varias semanas y no se veían preparativos de expedición, por lo que este intentó regresar a Cuba, pero fracasó y unos días después el Partido Revolucionario Cubano lo nombró jefe de las fuerzas expedicionarias concentradas en Tampa. Era evidente que el Delegado estaba demorando los preparativos de la expedición, hasta que el gobierno norteamericano hiciera pública su política de "aliado" del pueblo cubano.

Es por eso que Lacret no fue llamado hasta inicios de mayo, comenzando entonces los preparativos para la expedición. Los expedicionarios estuvieron acuartelados desde el 4 de mayo hasta el 17, en el Céspedes Hall. El 21 salieron de Tampa con dirección hacia Cuba, a bordo del transportador militar Florida y custodiados por el buque de guerra Osceola, cruzaron próximos a las aguas de Bermudas, Nassau y Bahamas.

A pesar de que la misión del General Lacret iba a ser cumplida, él no estaba satisfecho, por la demora que había tenido la expedición. Motivo por el cual Emilio Núñez le escribe a Tomás Estrada Palma, el 23 de mayo, comunicándole: "... en los últimos momentos del embarque vi al General Lacret y puedo asegurarle que no estaba en el estado que debía estar un hombre que emprendería la tarea de llevar a Cuba una expedición”.

Desembarco

Ya no sería Matanzas, sino Banes, el destino de la misión de Lacret. Esta decisión él la conoció en alta mar, calificándola de engaño y protestó contra la actitud de Estrada Palma. No obstante, el desembarco se produjo el día 26 de mayo de 1898, por el puerto de Banes. Realmente ya las protestas eran en vano, la zona de desembarco había cambiado porque también habían cambiado los intereses de la dirección del Partido Revolucionario Cubano.

Objetivo

El objetivo principal era entonces fortalecer las tropas del Mayor General Calixto García, en Oriente, previendo la entrada de las tropas norteamericanas en el escenario bélico.

Cargamento

En cuanto arribaron a las costas cubanas, efectuaron el alijo de la carga y enviaron avisos al General Luis de Feria, comunicándole la llegada de la expedición. Al día siguiente recibieron el auxilio de las tropas del Comandante Bruno Mariño (practico de expediciones) y posteriormente de las fuerzas del General Feria, quienes se encargaron de la transportación hacia Bijarú de las armas y el parque, así como del resto de los útiles traídos. El cargamento consistía en: 25 mulos, 25 caballos con sus correspondientes equipos, 7 600 rifles Sprinfless, 1 400 000 tiros, 50 000 raciones, 50 cajas de ropa y zapatos, aparatos ortopédicos, vendajes e incluida en las raciones: azúcar, tocino, galletas, conservas de maíz y café, tarros de Wisky.

Cuando se produjo el desembarco de la expedición, el Mayor General Calixto García se encontraba en el poblado de Jiguaní para salir en marcha hacia la zona de Banes. El 6 de junio llegaron a Bijarú, donde estaban acampadas las fuerzas expedicionarias y recibió parte del cargamento pues ya el General Lacret, de manera inconsulta había repartido entre las familias de la zona los mulos, los caballos y casi la totalidad de las raciones de comida, dejándole solo 10 000 raciones.

Utilidad

Como el armamento si fue entregado íntegramente al General García, este lo utilizó no solo para fortalecer el equipo militar de las fuerzas cubanas en Oriente, sino también para organizar nuevos regimientos. Además le escribió al Coronel Armando Sánchez, jefe de la brigada de la Trocha, ordenándole que enviara a Mejias la mayor cantidad de gente desarmada para mandarle armamentos para la brigada de su mando y para el General en Jefe.

Véase Además

Fuente

  • M. Sc. Yurisay Pérez Nakao. Historiadora de Banes.