Federico Proaño Márquez

Federico
Información sobre la plantilla
112.jpg
Escritor y periodista
NombreFederico Proaño Márquez
Nacimiento4 de Marzo de 1848
Cuenca, Bandera de Ecuador Ecuador
Fallecimiento22 de mayo de 1894
Quezaltenango, Bandera de Guatemala Guatemala
Causa de la muerteInfarto
ResidenciaSan Salvador
NacionalidadEcuatoriano
CiudadaníaEcuatoriano
OcupaciónEscritor y periodista
TítuloDoctor Honoris Causa
PadresDr. José Camilo Proaño y Teresa Márquez
FamiliaresDr. Pío Márquez

Federico Proaño Márquez. Vivió para el periodismo, fue periodista de profesión. En los veinte años que fueron desde 1874 hasta 1894 fundó y mantuvo con diversas suertes ocho periódicos en cinco países diferentes, sufriendo cuatro destierros, sin que jamás se le hubiere conocido acción violenta ni furibunda crítica, sino una hermosa retórica llena de lógicas apreciaciones.

Síntesis biográfica

Nació en Cuenca, Ecuador el 4 de marzo de 1848, a las diez y media de la noche, en una casa cerca de la Cruz del Vado a orillas del río Tomebamba y fueron sus padres el Dr. José Camilo Proaño, médico-militar quiteño, y Teresa Márquez, digna y hermosa joven, a quien conocí a los cinco meses de llegado a Cuenca, de quien no se había dicho nada antes y su reputación estaba ilesa. Y no hubo matrimonio solo por el machismo del militar y las diferencias sociales y económicas. Ella trabajó duro para que su único hijo sobresaliera y la llamaron peyorativamente "La Planchadora".

Estudios realizados

Estudió la primaria en una escuela particular contigua a la casa de sus abuelos. Dos de sus tíos, sacerdote el primero y abogado el segundo, acordaron hacerse cargo de su educación. Después ingresó interno al Colegio Seminario, permaneciendo hasta 1865 como el mejor alumno del plantel. Sus superiores Luis Cordero, Antonio Aguilar, Miguel León Garrido y José Antonio Márquez le premiaron con el cargo de Bibliotecario para que se ayudara en sus gastos.

Trayectoria

El 1 de enero de 1868 tomó la palabra en representación de los estudiantes en el acto inaugural de la Junta Universitaria de Cuenca y el 28 de noviembre fundó con Luis Cordero la Sociedad de "La Esperanza" que Proaño presidió y Cordero dirigió. Primero sacó Proaño dos periodiquitos escritos a mano "La Esperanza" y "El Crisol." Luego redactaron una revista que llegó al décimo número con prosa y poesía de juventud. Proaño escribió prosa satírica con su maestro Cordero y entre los poetas comenzaron a descollar Miguel Moreno, Honorato Vásquez, Carlos Joaquín Córdova, Tomás Rendón y Julio Matovelle entre los mejores, Antonio Marchán García y Manuel Salcedo entre los ramplones. También formó parte de la Sociedad Conservadora del Azuay que luchó por el triunfo de la candidatura del Dr. Gabriel García Moreno a la presidencia de la República, frente a la del liberal Dr. Francisco X. Aguirre Abad. Mas, a la postre, el primero dio un golpe de estado viéndose perdido y se hizo del poder.

Su protector y tío abuelo el sacerdote Dr. Pío Márquez le pidió que abrace la carrera religiosa y más por complacerle, debido a la gratitud que le tenía, que por vocación verdadera, así lo hizo. El 22 de septiembre de 1869 fue designado Director de la Segunda Escuela Auxiliar de Niñas donde trabajaba de profesora Antonia Arteaga Carrión. En 1870 tomó la palabra en los solemnes funerales del Rector de la Universidad Benigno Malo Valdivieso. El 71 continuó colaborando en "La Aurora", comenzó estudios de Botánica, luego de Medicina y finalmente se decidió por los de Jurisprudencia, dado el atraso de las otras ciencias en Cuenca.

El 73 surgió el amor en su pecho, se acercó a la señorita Arteaga y la pidió en matrimonio, pero fue rechazado por la familia de ella debido a su nacimiento ilegítimo, pobreza y condición de Clérigo de Ordenes Menores. Decepcionado profundamente y herido en sus más nobles sentimientos viajó a Guayaquil a pesar de los ruegos de su madre. En Naranjal le esperaban sus amigos Emilio Arévalo y Francisco de Paula Correa, votó la sotana y con ellos visitó la "Sociedad Literaria de Instrucción Mutua" donde se conoció con el joven Miguel Valverde y otros libres pensadores, fundando el 9 de octubre un semanario titulado "La Nueva Era", que como su nombre lo indicaba era un augurio de mejores tiempos, pero solo colaboró en él hasta el 22 de septiembre de 1874, en que anunció su separación pues quería dedicarse a la preparación de su Licenciatura en Derecho.

Justamente entonces apareció en "La Nueva Era" un artículo denominado "Correspondencia Importante" que el gobierno tiránico de García Moreno calificó de sedicioso. El 4 de noviembre, por orden del Gobernador del Guayas, el tonto y servil de José Ramón de Sucre y Lavayen, fueron apresados Valverde y Proaño y trasladados al Cuartel de Artillería, donde gozaban de cierta libertad al punto que podía salir por las noches a visitar a su madre que había arribado de Cuenca, muy preocupada por el suceso, pero no faltó quien denunciara tal hecho y los trasladaron a la insalubre Cárcel Pública. Entonces suscribieron una protesta que no pudieron editar porque las imprentas se negaron a tomar parte en el asunto. Iniciada como estaba la causa criminal por sedición, el Juez resolvió que el artículo materia de la acusación no tenía nada de sedicioso. Apeló el Gobernador y la Corte Superior confirmó el fallo. Una nueva excitativa de la autoridad, esta vez al Agente Fiscal, motivó que este indicara que "Las expresiones contenidas en el artículo son varias exclamaciones, insuficientes para constituir un delito claro y bien defino.

Mientras tanto, el 28 de enero de 1875, fueron trasladados al cuartel de policía de Quito por orden del tirano, que se tiraba de los cabellos por conocer quien era el autor del tan debatido artículo y como caballerosamente Valverde y Proaño se negaran a ello, fueron desterrados el 15 de febrero, por la vía Napo, al Perú. La salida de la capital fue aparatosa y en medio de numeroso público, tras padecer noventa y cinco días de prisión. La condena no podía ser más injusta, pues siendo inocentes de todo delito se les hacía sufrir las penurias de un viaje tan largo y peligroso. Entonces iniciaron la aventura, bajaron por Baños al Pastaza y por Papallacta siguieron a la misión jesuíta de Archidona, donde descansaron algunos días para proseguir hasta las riberas del río Napo.

Semanas después, sufriendo toda clase de vicisitudes, arribaron al sitio Callaposa, último rincón de la Patria en esos tiempos. Valverde se bajó del caballo con dignidad, no así Proaño que rogaba a los guardias que no les dejaran en esas inmensidades, a la espera de una muerte segura. Ya solos, comenzaron a caminar y felizmente se toparon de buenas a primeras con una culebra boa tan grande, que hubiera podido tragarlos. Por eso se regresaron por el camino recorrido y se sentaron a esperar el auxilio de la providencia, que llegó en la persona del agricultor de la región Manuel Jara, que los tuvo dos días maravillosos en su casa y luego los mandó en canoa a Iquitos, donde arribaron el 3 de abril.

De Iquitos partieron en canoa a Balsapuerto, lugar desamparado donde les atacaron las niguas y a pie por la selva profunda, pasando penurias sin cuento, enfermos de paludismo y hasta descalzados, tuvieron que seguir. En el trayecto murió un capitán de apellido Baso que les acompañaba y Proaño empezó a sufrir de fiebres altísimas, finalmente arribaron a Moyobamba, descansaron veintitrés días y con dos ecuatorianos más avanzaron a Cajamarca y de allí al puerto de Pacasmayo. En junio estaban en Lima.

Para ganarse la vida Proaño empezó a colaborar en "El Peruano" con una serie de artículos humorísticos sobre las calles que fueron muy bien recibidos. Casi enseguida se enteraron de la horrorosa muerte de García Moreno y de la cencerrada con que Guayaquil castigó al exgobernador Sucre. Nuevamente en el puerto principal apoyaron decisivamente la candidatura del Dr. Antonio Borrero a la Presidencia de la República, por haber sido el autor del famoso artículo que tantas desventuras les había ocasionado y porque creían firmemente que era un liberal moderado. El 17 de octubre fueron las elecciones y triunfó Borrero. Para felicitarlo viajó Proaño a Cuenca, invitándole a visitar Guayaquil. Con tal oportunidad fue designado socio honorario de "El Liceo de la Juventud" y tomó la palabra en una velada literaria dedicada a Borrero, que al ocupar el poder le ofreció el cargo de redactor del periódico oficial que se editaba en Quito, cargo que Proaño no aceptó.

Encolerizado Borrero con "el desaire", escribió a un amigo... "hombres insignificantes por su posición política y social como Proaño y Valverde, etc. causan inquietud y malestar en Guayaquil" porque Valverde había iniciado una ruda campaña desde "El Convencional". Al ocurrir el asesinato del tirano el 6 de agosto de 1875 Sucre quedó sin empleo, la juventud guayaquileña le preparó una “cencerrada”. Una noche le esperaron varios jóvenes en una esquina céntrica y le cayeron a golpes, dejándole en el suelo, todo aturdido, duramente aporreado y con las ropas desgajadas.

Proaño, en cambio, había aceptado la secretaría de la Municipalidad y se encontraba alejado de la política, haciendo amistades y circulando entre los periodistas y literatos del puerto. Así fue como trató a Eloy Alfaro y cuando el General Ignacio de Veintemilla se insurreccionó en 1876, le apoyó en principio, con otros liberales, pero pronto se decepcionaron del gobierno personalista del nuevo mandatario.

En marzo de 1877 fundó "The Times", periódico de formato diminuto en solo 4 páginas que imprimía en los talleres de "El Comercio" que Veintemilla hizo comprar para que cesara dicha publicación; sin embargo, Proaño se había quedado con un artículo de Juan Montalvo titulado "Las Catacumbas" que en mayo apareció bajo su firma de responsabilidad en "'Los Andes" y por ello fue nuevamente expulsado del país.

El 6 de julio de 1877 viajó en barco a Lima, cómodamente y sin escoltas, pues había terminado la época del depurado sadismo garciano. El 78 colaboró en "La Candela" periodiquito guayaquileño de oposición a Veintemilla, que circuló durante el período de la Convención de ese año, en el que también escribieron Juan Montalvo, Juan Benigno Vela, Celiano Monge, David Montalvo y Aparicio Ortega.

Alfaro le llamó a Panamá y con su apoyo económico reapareció “The Times”. A una invitación de su amigo Joaquín Fernández pasó a Costa Rjca y en 1881 recibió una atenta esquela del Presidente del Salvador, Dr. Rafael Zaldívar, médico ilustrado, que le llevó de secretario privado, tal su buena fama en esos países.

Bajo su protección volvió a sacar "The Times" y luego "El Diario del Comercio" donde volvió popular su pseudónimo "Rico de Fe", anagrama de su nombre Federico. También defendió a Zaldívar desde el periódico gobiernista "La República" y presidió la Sociedad Literaria la Juventud.

El 13 de julio de 1881, en virtud de su labor cultural en ese país, la Universidad del Salvador le extendió el título de Doctor Honoris Causa y a poco nació su hija Bolivia Proaño, habida en una hermosa dama salvadoreña. Esta Bolivia casaría con Manuel Olmedo y dejó numerosa descendencia en el Salvador.

En 1883 fundó en el Salvador con Francisco Castañeda y Ramón Mayenga el "Diario del Comercio", iniciando el periodismo moderno en ese país. Entonces Alfaro inició la revolución contra Veintemilla, invadió la provincia de Esmeraldas, designó Gabinete y le nombró Ministro de Hacienda, llamándole a las armas. Proaño viajó a Manabí, se entrevistó con Alfaro y enterado que había sido reemplazado en ausencia, pasó a Cuenca a visitar a su madre y regresó a San Salvador donde tenía fijada su residencia.

Caído Veintemilla fue electo Diputado por Manabí a la Asamblea Nacional Constituyente pero no concurrió. En mayo del 84 publicó en San Salvador "Artículos Literarios" -colección que no vale un pito pero se vende a cuatro reales-, en la imprenta de F. Sagrini, que la crítica acogió como obra maestra del ensayo. Alfaro aprovechó el momento para solicitarle que intercediera ante los gobiernos de Nicaragua y El Salvador, para que ayuden a la implantación del liberalismo en el Ecuador consiguiendo que ambos gobiernos subministren los fondos necesarios para la adquisición del vapor "Alajuela".

En 1885 cayó el régimen de Zaldívar y Proaño emigró a Costa Rica. En San José fundó los periódicos "El Maestro", "Otro Diario" y "La Escoba" sucesivamente, hasta que el 5 de diciembre de 1886 fue expulsado por el Presidente Dr. Bernardo Soto. Entonces siguió a Guatemala, que gobernaba por esos días el general Manuel Lizandro Varillas, quien le recibió afectuosamente. Fue redactor principal de "El Diario de Centroamérica" con Rubén Darío, Manuel Arzú Saborio y Nicolás Augusto González y con ellos fundó "La Noticia" que circulaba hasta 1892, al finalizar la presidencia de Varillas.


Ese año radicó en Quetzaltenango, pequeña pero culta ciudad de Guatemala y fundó "El Diario de Occidente." Meses después, mientras caminaba tranquilamente por una de sus calles, sufrió un repentino desvanecimiento ocasionado por un infarto y llevado a su casa por el Dr. Enecón Mora, fue cuidado y acompañado por varios amigos pero falleció el 22 de mayo de 1894, de solo 46 años de edad. Su partida de defunción dice oficio escritor, religión ninguna, no testó, era originario de la República del Ecuador y residente en esta ciudad.

El sepelio constituyó todo un acontecimiento por la cantidad de público que asistió. Tomó la palabra el Lic. Mazariegos y en la lápida se gravó únicamente su pseudónimo "Rico de Fé". De él se dijo entonces"…el rostro de Federico Proaño, que siempre vimos lleno de suaves efluvios de jovialidad y alegría…!

Parte de sus restos fueron repatriados a Cuenca en 1933. Existe su biografía escrita por Víctor Manuel Albornoz titulada "Federico Proaño, galeote del destino", premiada en el concurso organizado por el Núcleo del Azuay de la Casa de la Cultura en 1952 y publicada en Cuenca ese mismo año.

Sobre su estilo: "Escribe sin afectación, un primor de llaneza y un encanto de sencillez que pasman.." y en otras descripciones la misma biografía anota: “Fue tímido, delgado, trigueño, de estatura pequeña, nariz grande y aguileña, amplísimos mostachos, labio inferior salido y firme”.

De ropaje modesto, una corbata de grandes pliegues cubre invariablemente la almidonada pechera. En el anular ostenta bella sortija que representa a Saturno….Lleva siempre en el bolsillo, guardada cuidadosamente en su estuche, una pluma de oro en forma de hoz…. Su conversación afable, llena de colorido, desbordante de chistes, solo la interrumpe de rato en rato para aspirar goloso el humo del cigarro que nunca le falta... Su palabra seduce, avasalla….Poseyó amplios y modernos conocimientos en materias hacendarias que le granjearon fama de notable economista. En 1896 sus amigos guayaquileños publicaron una recopilación de sus "Artículos Literarios" en 19l páginas.

Muerte

Falleció el 22 de mayo de 1894 en Quezaltenango, Guatemala.

Enlaces externos