Felipe I de Castilla

Para otros usos de este término, véase Felipe I (desambiguación) y Felipe IV (desambiguación).
Felipe I de Castilla y IV de Borgoña
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Rey de Castilla y Duque titular de Borgoña
Felipe I de Castilla.jpg

12 de julio de 1506 - 25 de septiembre de 1506
Predecesor Juana I
Sucesor Juana I

27 de marzo de 148225 de septiembre de 1506
Predecesor María I
Sucesor Carlos I

Nacimiento 22 de julio de 1478
Brujas, Bandera de Bélgica Bélgica
Fallecimiento 25 de septiembre de 1506
Burgos, Bandera de España España
Entierro Capilla Real de Granada
Heredero Carlos I de España
Cónyuge/s Juana I de Castilla
Descendencia Leonor de Austria
Carlos I de España
Isabel de Austria
Fernando I de Habsburgo
María de Austria
Catalina de Austria
Casa Real Casa de Trastámara
Padre Maximiliano I de Habsburgo
Madre María de Borgoña


Felipe I de Castilla o Felipe I el Hermoso fue rey de Castilla, primero de la Casa de Habsburgo (Brujas, Flandes, 1478 - Burgos, 1506). Felipe I también fue Duque de Borgoña con el título de Felipe IV, Güeldres, Brabante, Limburgo, Lothier y Luxemburgo, conde de Flandes, Charolais, Habsburgo, Zutphen, Henao, Holanda, Zelanda, Tirol y Artois, marqués de Namur y señor de Amberes, Salins y Malinas.

El apelativo de el hermoso se lo dio el rey Luís XII de Francia en 1501, cuando recibió a Felipe y Juana en Blois camino de la coronación en Castilla; la exclamación de Luís XII al verle fue vemos aquí a un hermoso príncipe, que le quedaría como una seña de identidad en la historia.

Síntesis biográfica

Primeros años

Felipe nace el 22 de julio de 1478 en Brujas, Flandes (región de Europa ubicada entre Escalda y el mar del Norte, con terrenos en Francia, Bélgica y Holanda), fruto del matrimonio entre el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Maximiliano I de Austria y María de Borgoña.

El 27 de marzo de 1482 era proclamado Duque titular de Borgoña desempeñándose como soberano de los Países Bajos entre 1482 y 1506.

Matrimonio con Juana I de Castilla

Su padre, el emperador Maximiliano I de Austria pactó su matrimonio con Juana I, la hija de los Reyes Católicos, en el marco de la Liga Santa que unió a la monarquía castellano-aragonesa con el Imperio, Inglaterra, Nápoles, Génova y Milán contra las pretensiones hegemónicas de Francia en Italia.

Es así como con 16 años Juana es enviada por sus padres a Flandes donde conoce al archiduque Felipe, conocido por el sobrenombre de El Hermoso, que en ese entonces tenía 18 años y al cual su cuna le confirió innumerables títulos nobiliarios. Según narra la historia, cuando estos jóvenes se encontraron estalló en ellos el deseo, buscaron un sacerdote e inmediatamente se casaron, consumando así su boda el 12 de octubre de 1496[1], la misma tarde en que se conocieron.

Poco tiempo después del casamiento su esposa queda embarazada, naciendo el 24 de noviembre de 1498 una niña a la que se puso el nombre de Leonor. Según la opinión mas extendida, este embarazo fue el detonante para el cambio de actitud experimentado por Felipe, que vuelve a sus devaneos amorosos con las damas de la corte, de ahí los enfrentamientos con su mujer que no aceptaba la infidelidad.

El 24 de febrero de 1500, Juana se hallaba en una fiesta palaciega en el Castillo de Gante, de repente la archiduquesa se encontró de pronto acosada por los dolores propios de una parturienta y apenas le dio tiempo a retirarse de la fiesta, dando a luz sin mayores esfuerzos a su segundo hijo: el futuro emperador Carlos V y I de España. Se cuenta que el niño nació en los lavabos del palacio y que ella mismo le cortó el cordón umbilical. Al año siguiente, el 18 de julio de 1501, en Bruselas, nació la tercera hija de Felipe y Juana, llamada Isabel en honor a su abuela materna, Isabel la Católica.

Sucesor al Trono castellano

Felipe de Habsburgo y Juana de Trastámara aprox. 1498. Museo d´Art Ancien, Bruselas.

Muertos los hermanos de Juana: Juan (1497) e Isabel (1498), así como el hijo de ésta, el infante portugués Miguel (1500), Juana se convirtió en heredera de Castilla y Aragón, siendo jurada junto a su esposo Felipe por las cortes en Toledo el 22 de mayo de 1502 como sucesores al Trono castellano.

Las relaciones de Felipe con su suegro Fernando fueron malas, sobre todo desde que éste desautorizó las concesiones que Felipe había hecho a los franceses al negociar el Tratado de Lyon (1503). El 26 de noviembre de 1504 fallecia la reina Isabel, hecho que convertía automáticamente a Juana en Reina de Castilla por lo que Fernando proclamo a los duques de Borgoña (título que hasta entonces habían ostentado Felipe y Juana) reyes de Castilla, manteniéndose él como regente mientras los reyes se hallaran en Flandes. Felipe el Hermoso ya no era sólo conde de Flandes y archiduque de Autria, a partir de entonces sería considerado Rey Consorte de Castilla. Pero la incapacidad de la nueva soberana española para gobernar, daba más protagonismo a Felipe, de hecho, se podía decir que era el auténtico monarca de los reinos castellanos.

La reina Isabel, murió con una gran angustia en el pecho, le preocupaba el problema sucesorio que dejaba su muerte. No quería que fuera Felipe, su yerno, sino Fernando, su marido, el que gobernara, para que Juana se dejara llevar por los consejos de su padre. Fernando el Católico ocuparía la Regencia Castilla como Gobernador del Reino, en nombre de Juana, hasta que su nieto Carlos cumpliera veinte años. Pero eel archiduque Felipe no estaba por la labor de renunciar al poder y en la concordia de Salamanca (1505) se acordó el gobierno conjunto de Felipe, Fernando el Católico y la propia Juana.

Regreso a España

El 7 de enero de 1506, la flota flamenca, con los nuevos Reyes de Castilla, embarcó rumbo a España. Dejaron atrás cuatro de sus hijos: Leonor, Carlos, Isabel y María. El otro infante, Fernando, esperaba a sus padres en tierras castellanas. Después de una travesía marítima complicada y arriesgada, permaneciendo en Inglaterra durante tres largos meses, llegaron finalmente el 26 de abril a La Coruña. La llegada de los reyes provocó el definitivo enfrentamiento entre Felipe (apoyado por la nobleza castellana) y Fernando, Juana apoyo a su marido para hacerse con la regencia. Fernando abandonó Castilla y dejó libre el camino a su yerno. Felipe fue proclamado entonces Rey de Castilla en las Cortes de Valladolid con el nombre de Felipe I.

Rey de Castilla

La coronación de Felipe el Hermoso como monarca de Castilla ocurrió el 7 de septiembre de 1506. Días de triunfo, de brillo cortesano, de celebración de la victoria sobre Fernando el católico. El nuevo Rey eran un joven de veintiocho años, tenía a su merced a la reina Juana y a su favor lo más ilustre la nobleza y del clero castellanos. Parecía que todo iba bien encauzado, se presagiaba un largo reinado y un futuro próspero para Castilla.

Inesperadamente todos aquellos gloriosos planes se vinieron abajo. En los primeros días del mes de septiembre de 1506 don Felipe jugaba un partido de pelota con sus más allegados en Burgos. Después de practicar deporte, bebió agua helada, por lo que al día siguiente se sintió con fiebre. Ante esa trágica noticia, Juana se monstró como una mujer de carácter, capaz de afrontar lo irremediable:

Mientras estuvo enfermo (Felipe), la Reina no se separó de su lado. Presa de profundo dolor, no derramó jamás ni una sóla lágrima.
Felipe y Juana comparten el sepulcro en la Capilla real de Granada

Felipe nunca se curó y el día 25 de septiembre de 1506 fallecía. Sobre la muerte de Felipe, la historia ha hecho múltiples versiones y en aquel momento circuló por las cortes europeas la palabra veneno; se manejó que fue la propia Juana la que lo envenenó por celos, ya que poco antes de la muerte de su marido esta mujer había hecho tapizar de negro sus aposentos y se paseaba por ellos vestida de luto de pies a cabeza.[2]

El rey sería enterrado en un principio en la Cartuja de Miraflores estando Juana de acuerdo con la decisión. Pero al recordar Juana el deseo de Felipe de ser enterrado en Granada, ordenó que fuera desenterrado y sacado de la Cartuja. Todo ello en pleno invierno. En ese momento la reina no dudó en trasladar el cuerpo de su esposo, desde Burgos hasta Granada (excepto su corazón que deseaba que se mandase a Bruselas, como así se hizo).

Sucesor

A su muerte, el cardenal Cisneros asumió su primera regencia del Reino de Castilla, esperando la llegada del rey Fernando. Su primogénito, Carlos, se encontraría con una herencia grandiosa: los reinos de sus cuatro abuelos, que lo convertirían en uno de los más importantes monarcas que han existido.

Descendientes

Del matrimonio de Felipe y Juana nacieron 6 hijos:

Predecesor:
María de Borgoña
Duque titular de Borgoña
1482-1506
Sucesor:
Carlos I de España
Predecesor:
Juana I
Rey de Castilla
1506
Sucesor:
Juana I

Referencias

  1. Juana I de Castilla, "Loca de amor": Primera Parte. Consultado el 14 de abril de 2011.
  2. Artículo publicado en la Revista Bohemia bajo el título «Juana la loca». Consultado el 14 de abril de 2011.

Fuente