Ferrocarril en Baracoa

Ferrocarril en Baracoa
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Ferrocarril en Baracoa. Cuba, fue uno de los primeros países en el mundo en poseer ferrocarril, hoy día cuenta con más de 9300 km (5800 millas) de líneas férreas y es la única isla del Caribe que lo tiene hasta ahora.

Generalidades

Cuba se convertía así en el séptimo país en el mundo en poseer este medio de transporte. El primer servicio de ferrocarril lo había logrado Inglaterra en 1825, luego le siguieron Estados Unidos, Francia, Alemania, Bélgica y Rusia.

El primer tren salió a las 8 de la mañana de aquel día, bajo una lluvia torrencial que había estado cayendo durante la madrugada. Fueron 70 los primeros viajeros del ferrocarril cubano. El precio de la primera clase fue de 20 reales, los de tercera 5. El segundo viaje partió a las 2 de la tarde con iguales condiciones.

Ferrocarril Baracoa

Pero esta vez se rompería el mito de la fatalidad geográfica y el olvido de la cenicienta de Cuba, el ferrocarril llegó a Baracoa. La línea de ferrocarril que partía desde Consolación hasta la Bahía de Mata fue construida por los americanos, todas las tierras desde Consolación hasta la localidad de Mata se encontraban sembrada de plátano fruta.

Garaje de la locomotora

La locomotora arrastraba 15 o 16 coches, todo el producto era trasladado como destino final hasta los EUA en unos barcos denominados Halcones, los almacenes principales se encontraban en Consolación, los coches entraban hasta ellos y ahí se llenaban.

Los productos eran llevados a dicho almacén por árreas de mulos o unas carretas de bueyes que llevaban el nombre de Catapila, las fincas además eran custodiadas por jinetes a caballo tanto así que la empresa destinó un establo y obreros para el cuidado de caballos.

Los americanos tenían todo bien concebido pero jamás contaron con que su maquinista profesional a los dos meses enfermara y tuviera que regresar de inmediato a los Estados Unidos.

Pepín Balga

Tras citada ausencia le era más económico a la empresa tratar de encontrar a un posible maquinista en la zo

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na que volver a contratar a alguien en los Estados Unidos pero se les presentaba otra situación aún en el país, tal profesión era difícil encontrarla así que se las ingenió para encontrar a alguien.

Asignándole la tarea a uno de sus más eficaces trabajadores quien fuera entonces mecánico de la locomotora el señor Eulogio Maturel quien expresó: "Sé quien es el único capaz de echar andar ese hierro, Pepín Balga, es el mejor de todo este contorno, inventa y hace lo que sea". Fue así como el señor José Angel Balga sería el maquinista de siempre de la locomotora baracoense.

Desaparece la vía

Fueron aquellos días gloriosos no solo para la economía baracoense sino para cada trabajador y cada ope

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rario de aquel ferrocarril de ensueño, ver pasar por nuestros campos aquella máquina, ya era un símbolo de crecimiento de empleo, aun el hijo de Balga conductor de esta maquinaria, recuerda con orgullo cuando montaba con su padre en los recorridos del día.

Los vestigios de esos recuerdos que narra son casi inexistentes. Allí sólo sobreviven algunas señales, así como parte de la vía. Entre la Bahía de Mata y la localidad de Consolación únicamente queda en pie parte de la locomotora y vagones en Mata.

La línea férrea, las señales, y otras partes del ferrocarril han ido desapareciendo con los años, aunque es fácil encontrarlos cerca en los patios de las viviendas de la localidad. Los mismos pobladores reconocen que los rieles y otras partes de la locomotara han sido extraídos y vendidos incluso hasta para materia prima.

Perduran las esperanzas

Pese a los intentos de muchos interesados en rescatar la máquina del deterioro avanzado, sigue siendo presa de la corrosión.
Pese a que en Baracoa ha ido desapareciendo la infraestructura del ferrocarril, no se desvanecen las esperanzas. El Interés de recopilar cada resto de este y mantener en algún sitio seguro la exhibición de aquello que simbolizó la única época de oro que vivió Baracoa.

El señor Pepín Balga como citan fuentes vivientes de la época vivió en su juventud los buenos y malos momentos del ferrocarril y aún sus hijos anhelan verlo de nuevo aunque sea en exhibición.

En la entrevista concebida por ellos relatan hechos como la de cierta vez que Pepín tuvo que detener la máquina porque a lo lejos divisó un bulto pequeño pero blanco, aquello le llamó la atención y luego de detener la marcha y acercarse al bulto era un niño de meses lanzado a la suerte de las pesadas líneas de la locomotora, quién sabe en aquellos tiempos los motivos que tendría alguien para cometer tremenda barbarie, lo cierto es que el locomotorista tras la desesperación logró dejarle el niño a unos conocidos suyos para que localizaran a familiares del mismo, hoy dia Balga (hijo) lamenta que su padre no se quedará con aquel aventurado desconocido y más lamenta que jamás volvieron a saber de él.

Otras de las historias trágicas del señor Pepín Balga fue cuando por coincidencia y sin previo aviso se les vino encima ‘’la Chispa’’, procedente de Mata cuando el cubría la ruta inversa Consolación - Mata, no dio tiempo a nada a pesar del freno no se pudo impedir el impacto de ambos, en dicho accidente perdió la pierna el mecánico Eulogio Maturel, quién no solo fue el mecánico sino uno de sus mejores amigos.

Otros aparatos en el mercado bananero baracoense

Teleférico y

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Eleveto, equipo conocido en el argot mecánico como "Transportador Teleférico", transporta cargas aéreas pudiendo ser minerales, personas, etc. Son muy útiles cuando se trata de obstáculos como farallones, ríos y montañas. Es bueno destacar que las inversiones no son tan costosas. La Felton Bay Mining Companny montó un equipo similar pero de mayor capacidad en los altos de Pinares de Mayarí en la primera década del Siglo XX para la extracción de mineral laterítico.

En el caso del Eleveto se comportaba de la misma manera, por un cable bajaban las viandas y por el otro subían agua, carbón de piedra, entre otras cosas. Igual existió la Barcasa, era un flotador de Madera preparado para cargar toneladas del banano y trasladarlo por todo el río del Güirito hasta la Bahía de Mata, asi se aprovechaba la ausencia de la locomotora y se embarcaba la mercancia por diferentes vías.

Fuentes

  • Investigación del instructor Leoeldis Silot Leyva
  • Investigación del promotor cultural de la zona, Elmer Núñez
  • Testimonio de familiares