Fertilidad

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Concepto:La fertilidad es la capacidad de un animal, planta o terreno de producir o sustentar una progenie numerosa. En los animales, incluido el hombre, es el resultado de la interacción de numerosos factores, tanto biológicos —la edad, el estado de salud, el funcionamiento del sistema endocrino— como culturales —las prescripciones respecto al sexo y el matrimonio, la división sexual del trabajo, el tipo y ritmo de ocupación—, que la hacen variar espectacularmente entre situaciones distintas. En el sentido horticultural, es una medida de la riqueza nutricional del suelo.

Fertilidad. es la capacidad de un animal, planta o terreno de producir o sustentar una progenie numerosa.

Introducción

La fertilidad es la capacidad de un animal, planta o terreno de producir o sustentar una progenie numerosa. En los animales, incluido el hombre, es el resultado de la interacción de numerosos factores, tanto biológicos —la edad, el estado de salud, el funcionamiento del sistema endocrino— como culturales —las prescripciones respecto al sexo y el matrimonio, la división sexual del trabajo, el tipo y ritmo de ocupación—, que la hacen variar espectacularmente entre situaciones distintas. En el sentido horticultural, es una medida de la riqueza nutricional del suelo.

La fertilidad humana ha sido históricamente una cuestión culturalmente significativa. Al ser los hijos una fuente crucial de mano de obra en sociedades agrarias o de economía de subsistencia, la capacidad de ofrecer al núcleo familiar una proble numerosa era un rasgo muy valorado en las mujeres, y en muchas tradiciones el marido estaba autorizado a anular el matrimonio con una esposa infértil. La infertilidad masculina, de frecuencia similar, permaneció mucho tiempo desconocida, atribuyéndose sólo a las mujeres la responsabilidad de la reproducción, como parte del régimen patriarcal de Occidente.

En sociología, la tasa de fertilidad —medida como el número de hijos por mujer— se ha usado como estimador fiable para el crecimiento vegetativo de la población.

Preservación de la fertilidad

En el caso de enfermos de patologías graves (como el cáncer) que son sometidos a tratamientos agresivos para conseguir la remisión de la enfermedad (radioterapia, quimioterapia), un efecto secundario frecuente es la pérdida de la capacidad reproductora, debido a la destrucción de los tejidos productores de gametos, espermatozoides u óvulos. Por ello, una preocupación creciente en estos pacientes es la posibilidad de preservar su fertilidad, para mantener su capacidad reproductora después de superada la enfermedad. En el caso masculino, la solución más sencilla es la criopreservación de espermatozoides, una técnica perfectamente desarrollada, y que permite al paciente mantener la capacidad reproductora, aunque recurriendo a técnicas de reproducción asistida. En el caso femenino, la situación es más compleja, debido a la menor tasa de producción de óvulos por ciclo, a la dificultad de su extracción y a la mayor complicación en las técnicas de criopreservación. En las últimas décadas la incidencia de cáncer ha aumentado, pero paralelamente la tasa de supervivencia ha mejorado mucho: por ejemplo, en los últimos 25 años, la tasa de supervivencia relativa de 5 años para todos los tipos de cáncer ha pasado del 56% al 64% en pacientes femeninos, por lo que las necesidades de preservación de fertilidad también aumentan. El cáncer de mama es el tumor más frecuente en las mujeres occidentales (representa el 30% de todos los tumores y el 20% de las muertes relacionadas con cáncer), mientras que la enfermedad de Hodgkin (HD) es el tumor sólido más frecuente en adolescentes. Por esta razón, las pacientes de estos dos tipos de cáncer son posiblemente las que con mayor probabilidad recurran a técnicas de preservación de fertilidad.

Las opciones de preservación de fertilidad para las mujeres son las siguientes: Criopreservación de embriones: para ello es necesario obtener óvulos de la mujer, fecundarlos mediante fertilización in vitro y congelar los embriones para su posterior implantación en el útero de la mujer; en este caso, o bien la mujer dispone de pareja estable o bien se debe recurrir a un donante anónimo, lo cual puede suponer un inconveniente. Este es el método utilizado con mayor frecuencia, con una tasa de éxito del 40%.

Criopreservación de tejido ovárico: extraer y congelar tejido ovárico de la mujer para reimplantarlo después del tratamiento contra el cáncer; en este caso las principales complicaciones potenciales son el procedimiento de criopreservación (que no parece ser el factor limitante), y el riesgo de daño isquémico, aunque se están desarrollando con éxito técnicas para disminuir dichas complicaciones. En cuanto al desarrollo, los investigadores están aún trabajando en la mejor manera de conectar el tejido ovárico implantado al riego sanguíneo, aunque ya han nacido algunos niños utilizando esta técnica, que es la más prometedora en el caso de niñas de corta edad con problemas de fertilidad.

Supresión ovárica: tratamientos hormonales para proteger el tejido ovárico durante la quimo o radioterapia. Transposición de ovarios: reposicionamiento de los ovarios mediante cirugía, para alejarlos de la zona de exposición a la radioterapia.

Cirugía ginecológica conservadora: por ejemplo retirada del cérvix mediante cirugía, pero mantenimiento del útero. Una última técnica que se ha desarrollado es la vitrificación de ovocitos, que puede utilizarse en situaciones clínicas en las que otras opciones no son viables. Aunque cientos de niños han nacido tras la congelación de óvulos, la tasa de éxito en la actualidad es de alrededor del 3%. Sin embargo, se espera que esta tasa mejorara considerablemente en los próximos años. La elección entre las diferentes opciones depende de varios parámetros: el tipo y el momento en el que debe comenzar la terapia contra el cáncer, el tipo de cáncer, la edad de la paciente y la situación de pareja de la paciente.

Hechos acerca de la fertilidad

  1. La ovulación (la liberación de uno o más óvulos de un ovario) ocurre dentro de un período de 24 horas y un solo día durante el ciclo menstrual.
  2. El primer día de sangrado menstrual es el primer día del ciclo.
  3. El intervalo de tiempo entre el primer día del ciclo y la ovulación puede variar.
  4. El intervalo de tiempo entre la ovulación y el inicio de la siguiente menstruación es de alrededor de 2 semanas.
  5. La ovulación ocurrirá tempranamente en un ciclo corto y se retrasará en un ciclo largo.
  6. La observación del síntoma del moco cervicaldía por día brinda información a la mujer acerca de su estado de infertilidad o potencial fertilidad.
  7. Los patrones de fertilidad e infertilidad anteriores a la ovulación varían de mujer a mujer.
  8. Una vez que el óvulo es liberado del ovario, vive durante 12 a 24 horas, excepto que sea fertilizado.
  9. Las células espermáticas necesitan un moco cervical apropiado para sobrevivir y alcanzar el óvulo en las Trompas de Falopio.
  10. Los espermatozoides pueden vivir durante 3 a 5 días en dicho moco cervical adecuado. En las fases infértiles, los espermatozoides sobreviven en la vagina sólo por una o dos horas.

Edad y fertilidad

Una de cada cuatro parejas en edad reproductiva tiene problemas de fertilidad, esto está relacionado con muchos factores, pero uno de los más importantes es la edad de la mujer. Se ha comprobado que la fertilidad de las mujeres declina con la edad, y después de los treinta y cinco años la probabilidad de embarazarse espontáneamente es sólo 15 % cada mes. Esta situación es peor después de los 40 años, cuando esta probabilidad disminuye a menos de un 10%. Antes de nacer una mujer cuenta con cuatro millones de óvulos, pero al nacer sólo le quedan unos 400 mil. Luego de la pubertad, la mujer ovula normalmente un solo óvulo cada 28 días. Aunque, la cantidad de óvulos de una mujer excede la cantidad de óvulos que necesitaría en toda su vida, una mujer de 35 años tiene óvulos de 35 años y la calidad de los óvulos va a disminuir progresivamente con la edad. Esta situación es diferente en los hombres, ya que ellos producen espermatozoides nuevos durante toda su vida. Afortunadamente, cuando la mujer es menor de 40 años, entre un 20% y 60 % de las parejas con problemas de fertilidad logra embarazarse mediante Reproducción Asistida al primer intento. Con el cambio del rol de la mujer en la sociedad, a través de los años, se ha venido observando que la mujer profesional pospone el embarazo, pero no debería posponerlo más allá de los 35 años, edad en que la calidad de los óvulos comienza a decaer. Si una mujer menor de 35 años ha estado tratando de embarazarse durante un año, y no lo ha logrado debe buscar la ayuda de un especialista en fertilidad para que investigue las causas del problema, y determine qué técnica de reproducción asistida es la más adecuada para su caso. Las mujeres de 38 años o más, se les debe dar la oportunidad de empezar de una vez con Técnicas Avanzadas (Fecundación in vitro, ICSI, Blastocistos), que aunque son más costosas, son más eficientes que Relaciones Dirigidas e Inseminación Artificial.

Además de la edad, otros factores pueden ser la causa del problema. Si, independientemente de la edad, la pareja presenta alguno de los siguientes problemas debe acudir cuanto antes a un especialista en Fertilidad:

  • Obstrucción Tubárica.
  • Baja Concentración Espermática.
  • Baja Movilidad espermática o morfología espermática alterada.
  • Endometriosis.
  • Disfunción Ovulatoria.
  • Factor inmunológico.
  • Causa desconocida.

Los especialistas en fertilidad se encuentran en los centros acreditados por la Red Latinoamericana de Reproducción ASISTIDA, que es un organismo creado para:

  • Supervisar los laboratorios de Fertilidad de la región.
  • Revisar las credenciales de los profesionales que ejercen la especialidad.
  • Registrar los datos de los procedimientos de reproducción asistida.
  • Garantizar que los centros de Fertilidad acreditados por la red cumplan con la eficiencia y las normas de control de calidad requeridas para la ejecución de procedimientos de Reproducción Asistida.
  • La Red inspecciona los centros de fertilidad de la región periódicamente, para evaluarlos y asegurarse que cumplan con las normas internacionales de control de calidad y eficiencia, pudiendo decidir no renovar la acreditación de un centro si éste ha dejado de cumplir con las normas internacionales. La última inspección de la Red se realizó en Marzo de este año, y las unidades acreditadas cuentan con un certificado que el paciente puede exigir ver, antes de

iniciar un tratamiento.

Fuentes