Fiesta Religiosa de Yemayá en Abreus

Fiesta Religiosa de Yemayá en Abreus
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Yemayá.jpg
TipoCultural
FechaSe celebra anualmente 18 de mayo
PaísBandera de Cuba Cuba
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Fiesta Religiosa de Yemayá en Abreus. La fiesta religiosa de Yemayá en Abreus se centra en la descripción e interpretación de una fiesta popular religiosa dedicada al culto de Yemayá, en el barrio Seborucal del Municipio de Abreus en la provincia de Cienfuegos, legada por antiguos esclavos de los ingenios de la zona, traídos a Cuba fundamentalmente durante la economía de plantación del siglo XIX, y que muestra singularidad con respecto al panteón yoruba y arará de la provincia.

Cultura tradicional

Se identifica como una neo-expresión de la cultura tradicional popular de la localidad, la cual trasciende hacia el espacio regional por su elevado nivel de autenticidad, identidad, unicidad y su complejidad sociocultural.

La fiesta se inicia el 18 de mayo, a partir de los preparativos para el resto de las ceremonias del 19 y 20. El día 19 la festividad es puramente religiosa, el día 20 de mayo es el más importante y significativo su alto nivel religioso, la fuerza y la jerarquía que alcanza el homenaje y la liturgia, así como las expresiones religiosas a lo sobrenatural.

Plano religioso

Después de varias décadas de positivismo provocados por la importación de modelos errados del ateísmo mal llamado Científico que filtró casi todo análisis sobre este muy complejo fenómeno. La coyuntura de la crisis finisecular en Cuba redimensionó todo los espacios de la cotidianeidad del cubano y en el plano religioso fue significativo el desempeño de los sistemas religiosos, esencialmente como parte de su participación e incidencia social en todas las direcciones y como reguladores del comportamiento social de sus actores.

El estudio de las expresiones religiosas además de satisfacer una necesidad cognitiva a escala social, contribuye en la práctica a eliminar incomprensiones y prejuicios que rodean el fenómeno religioso, además que permite adquirir un mayor conocimiento acerca de nuestras raíces y nuestra cultura popular tradicional, como expresión que nos identifica.

En medio de condiciones favorables para el análisis desprejuiciado de la religión y el fenómeno religioso en su conjunto se inserta la interpretación de las expresiones socioculturales de una fiesta religiosa afrocubana dedicada a Yemayá, que se realiza en un pequeño barrio Seborucal del municipio de Abreus, seno de innumerables expresiones y manifestaciones religiosas de la cultura afrocubana, legada por antiguos esclavos de los ingenios de la zona, traídos a Cuba durante la economía de plantación capitalista.

Festividad

Fiesta de Yemayá o Ceremonia del Jagüey denominación dada por la comunidad a dicho acontecimiento, implica una de las regularidades principales del complejo religioso Ocha-Ifá, el vínculo de lo sobrenatural con los elementos de la naturaleza, una de las esencias de la santería cubana.

La fiesta se realiza de forma tradicional desde sus inicios en la Sociedad San Antonio y La Virgen de Regla de la Fundación Arará Lucumí, la cual fue fundada por Micaela Valdéz, más conocida como Mamá-mica, en el barrio Seborucal alrededor del año 1908, quien durante 51 años de su vida la presidió. Al morir, su comadre Justa toma su lugar, y actualmente, después del fallecimiento de la misma, se encuentra a cargo su hija Mercedes Terry.

La festividad tiene un tiempo de duración de tres días, tradición mantenida de esta forma desde sus inicios, su estructura se divide en: Ceremonia del Jagüe y propiamente dicha y Fiesta de Bembé; a partir de un eclecticismo donde se pueden observar manifestaciones arará en los vocablos utilizados como: plaza, ajiaco, ente otros.

La fiesta se inicia el 18 de mayo, en este momento la actividad principal se realza a partir de los preparativos para el resto de las ceremonias del 19 de Mayo y 20 de Mayo. El día 19 la festividad es puramente religiosa, se inicia en horas tempranas de la mañana, después de la Ceremonia del Ilú, ceremonia del sol, el espacio destinado para la misma es el Igbdú, el cual se encuentra separado de la casa, hacia la parte posterior del patio.

La matanza se realiza según el rito Yoruba y es dirigida por un Obbá, conocido con el nombre de Rafael Herrera. Esta matanza se les hace a los santos de Micaela, los cuales fueron trasladados desde donde estuviera la antigua sociedad, hasta este local. Este día se reune toda la familia, se hace el sacrificio de animales, se le hace el cumplimiento a la prenda y se le da comida a Yemayá, que siempre come puerca hembra señorita, según la tradición de Micaela.

El día 20 es el más importante y significativo de la ceremonia por; su alto nivel religioso, la fuerza y la jerarquía que alcanza el homenaje y la liturgia, así como las expresiones religiosas a lo sobrenatural. Los altos niveles de socialización y sociabilidad que adquiere en el pueblo. La diversidad de géneros y razas que participan. Los elevados niveles de homenaje y celebridad que alcanza. Y el incentivo, los anhelos, las motivaciones y el crecimiento de narraciones individuales y grupales para legitimizar la fiesta.

Las formas de homenaje desde las representaciones socioculturales del culto son:

  1. La denominada Trono - Plaza.
  2. El Altar.

El altar es de una sola plaza, donde prevalecen las imágenes confeccionadas a mano y en materiales como el yeso, madera, etc. predominando las deidades de: Ochún, Yemayá representada en color negro, Oggún, Changó con los Ibeyis, Babalú Ayé, Elegguá, todos policromados y vestidos de acuerdo con los colores sígnicos de cada orisha, y además poseen sus atributos.

Dentro de las características que peculiarizan a la festividad, se encuentra la confección de las plazas, espacio denominado para homenajear a Yemayá. En la observación y entrevistas a los practicantes pudimos constatar la enunciación de una estructura en dos partes: trono y plaza, propiamente dicha.

El trono está compuesto por dos elementos esenciales: plantas y pañuelos, lo que indica la fuerte expresión Arará, entre la naturaleza y los orishas. Se confecciona en una esquina del segundo cuarto, y el árbol que emplean tradicionalmente es el Euforia Congana de las familias sapindáceas, conocido popularmente como, mamoncillo, y buscan la representación de una planta frondosa, tupida, para simular el bosque.

La plaza está constituida por una estera de flor de agua tejida y cocida. En la parte más cercana a los orishas se encuentran ubicados los frutos, los cuales se imbrican con dulces.

En la parte anterior de la estera se encuentra ubicada una jícara adornada con un pañuelo de color azul como símbolo de Yemayá, y donde se deposita la ofrenda en dinero a la deidad, el cual al decir de los practicantes y familia religiosa, se emplea en el bienestar de la casa de Ilé – Ocha. Hacia la derecha, el aggogó (campanita), atributo de los orishas para comunicarse entre el devoto y el orisha.

Una particularidad en la organización de esta parte de la fiesta, es la incorporación de elementos del espiritismo al proceso que se desarrolla, que se expresa fundamentalmente en dos elementos distintivos: las muñecas vestidas que representan a los Orishas Yemayá y Oyá Yansa, esta última diosa del cementerio, de los muertos, así como las mesas espirituales, donde se implican atributos del espiritismo propiamente dicho.

Peculiaridades

Cuentan: Respecto a la designación de la fiesta, Plácido Abreus, más conocido como Pachichi, comenta: ‘’Bueno, desde siempre todo el mundo de por aquí le ha dicho Fiesta de Yemayá porque la fiesta es para ella, para homenajearla y pedirle cosas buenas, y también Ceremonia del Jagüey, porque allí donde estaba la laguna, había un jagüey grande y frondoso, que según dicen, era el que la custodiaba.

Rafael Herrera afirma: Este día yo llego temprano, y en realidad nos reunimos toda la familia en el momento en que se va a hacer la matanza, se hace el sacrificio de animales y eso, se le hace el cumplimiento a la prenda y le damos comida a Yemayá, que siempre Yemayá, esta Yemayá, come puerca hembra señorita, según la tradición de Micaela y así mismo lo seguimos haciendo.

Según Mercedes Terry: El día 20 por la mañana es cuando se hace el trono, cuando se pone la plaza, es cuando van llegando todas las amistades, los ahijados, los aleyos, porque aquí participa todo el que quiera, esto es para todo el mundo, también las personas van entregando lo que es las ofrendas para poner en la plaza a lo que es la parte de la prenda, y entonces se pone ahí.

Mercedes Terry: Lo que se ve arriba es el trono de homenaje de Oggún y Yemayá, donde están los pañuelos que significan los colores de cada santo y los gajos de la mata de mamoncillo, a Oggún lo ponemos siempre debajo de las hierbas, Oggún está bajo su monte, y a Yemayá la ponemos a la derecha de este, no tan debajo de las hojas.

Ceremonia del Jagüey

La Ceremonia del Jagüey es el punto culminante de la ceremonia ritual popularmente conocida además como El rito de la Madre Agua, la cual constituye una especie de marcha o peregrinación desde la casa Ilé – Ocha de Mercedes, hasta un lugar secularmente escogido por la familia religiosa de Micaela, para rendir tributo a Yemayá. La marcha se inicia tras la llegada de los tambores y es dirigida por Mercedes durante todo el trayecto.

Se inicia a la caída del sol como exigencia de este tipo de ceremonia, y la estructura depende de las ofrendas y ritos que exige dicho culto a Yemayá. El recorrido se realiza a través de la calle principal del barrio, va acompañado de toques, cantos dedicados a Yemayá y San Antonio y bailes. Los vecinos van homenajeando en la medida en que van pasando las ofrendas y se realiza derramando agua hacia la calle.

El rito se realiza en el fondo de una concavidad de piedras cacáreas donde existió la sagrada laguna, y consta de tres partes esenciales:

1ra Parte: Rito de homenaje al lugar y veneraciones realizadas por el Obbá.

2da Parte: Ofrendas del tributo: colocación de la parihuela, llenado de la misma con las comidas de ofrendas y rompimiento del coco; culmina con un rezo de Mercedes que indica el éxito de la ceremonia.

3ra Parte: Inicio del toque a Yemayá y brindis entre los practicantes de la festividad con el vino llevado desde la casa de Ilé – Ocha, como parte de la ofrenda. Al respecto de las partes principales de la ejecución de la ceremonia.

Posteriormente el Obbá recoge el tren de cocina y servicio utilizado y comienza el regreso de la marcha, ya casi bajo la lluvia, seguido de los tambores y participantes, bailando al compás del canto anteriormente referenciado.

Estructura jocosa o festiva de la ceremonia

Se inicia con la comida a los participantes en la actividad, la cual se reparte indistintamente entre los miembros de la familia, practicantes y aleyos. Integrantes de la familia, preferentemente mujeres, son las encargadas de dichas actividades, bajo la orientación de Mercedes y Rafael.

Se reinicia a las ocho de la noche con la Fiesta de Bembé. La fiesta se realiza en la sala de la casa y se inició con los toques del tambor mayor. La estructura percusionista empleada pertenece al complejo denominado de cáñamo, de caja, o de bembé, compuesto por un tambor caja, un tambor umelé, un tambor casuela y una tumbadora, considerados por los practicantes como tambores de fundamento.

La congregación de consagrados se va produciendo paulatinamente a partir del llamado del Apwón, quien inicia el Orun con canto a Elegguá Laroye y se homenajea inicialmente a los guerreros, posteriormente a los santos de asiento, y culmina con un homenaje a Yemayá Asesú y a Oggún. Los toques culminaron con Elegguá y el ritual de las cuatro esquinas.

Al culminar la fiesta, Mercedes se dirige hacia la plaza y comienza a distribuir de forma equitativa las ofrendas.

Expresión sociocultural

La familia religiosa surgida a partir de Micaela Valdéz es la iniciadora da la Fiesta de Yemayá o Ceremonia del Jagüey, la cual ha trascendido a partir de la implementación de normas, conductas, hábitos, devociones, funciones rituales, reproducciones religiosas y socioculturales que han favorecido la transmisión de generación en generación de dicha festividad, la cual nuclea, involucra, implementa y reafirma a la familia, sus valores simbólicos y litúrgicos.

La Fiesta de Yemayá o Ceremonia del Jagüey constituye una expresión sociocultural por poseer ceremonias, ritos, homenajes, cultos, sacramentos, sacrificios y liturgias, las cuales se desarrollan en un proceso de interacción sociocultural que se centra en la actividad de las prácticas simbólicas de la familia religiosa de Mercedes Ferry, del municipio de Abreus, caracterizada por un profundo proceso transculturador de la cultura Yoruba y Arará.

La festividad de Yemayá se caracteriza por una parte ritual consistente en la matanza, la elaboración de los platos, de las plazas y tronos, la marcha y Ceremonia del Jagüey, y la Fiesta de Bembé, donde predominan los toques, bailes y bebidas. Su estructura está dividida en dos partes, una ritual y una jocosa.

Las comidas, ofrendas y los cantos empleados durante todo el proceso ceremonial, son producciones socioculturales locales y triviales extraídas de las cotidianidades, las cuales expresan un significado sígnico y simbólico en el culto.

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