Fitzhugh Lee

Fitzhugh Lee
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Militar y político estadounidense
Gobernador de La Habana
1 de enero de 1899 - 15 de noviembre de 1900
Cónsul general de Estados Unidos en La Habana
1896 - Abril de 1898
Gobernador del Estado de Virginia
1886 - 1890
Datos Personales
NombreWilliam Henry Fitzhugh Lee
Nacimiento19 de noviembre de 1835
Virginia, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Fallecimiento28 de abril de 1905
Washington, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Causa de la muerteNatural
EducaciónMilitar
Alma materAcademia Militar de West Point, New York.
OcupaciónMilitar, Político y Diplomático.
Partido políticoDemócrata
CónyugeEllen Fowle Lee
PadreSidney Smith Lee.
MadreAnn Maria Mason Lee.

Fitzhugh Lee. Militar y político estadounidense. Gobernador y Cónsul General de Estados Unidos en La Habana.

Síntesis biográfica

Nació el 19 de Noviembre de 1835, en Clermont, cerca de Alexandria, Virginia. Sus padres fueron Sidney Smith Lee (hermano mayor de Robert E. Lee y oficial en la Marina de los Estados Unidos) y Ann Maria Mason Lee. Estudió en la Academia Militar de West Point, New York entre los años 1852 y 1856. Fue considerado uno de los peores alumnos de su clase por sus repetidas violaciones de las normas de conducta para los cadetes.


Trayectoria militar

Posterior a su graduación, sirvió dos años y medio como oficial de caballería en Texas, donde adquirió experiencia en las continuas campañas contra los indios Comanches, resultando seriamente herido el 19 de mayo de 1859, en el territorio que en la actualidad es Oklahoma. En 1860 fue designado instructor asistente de tácticas de caballería en West Point, pero apenas seis meses después, como muchos otros oficiales de los estados del sur (incluyendo a su famoso tío, Robert E. Lee) solicitó la renuncia a su puesto y grados militares el 21 de mayo de 1861 cuando el estado de Virginia se separó de la Union. Seis semanas más tarde es aceptado en el ejército de los Estados Confederados de America.


Carrera como militar confederado

Cuando comenzó la Guerra Civil de su país, en 1861, era primer teniente del ejército confederado y terminó la misma con los grados de mayor general. Dio inicio a su carrera Confederada como oficial del estado mayor y el 21 de julio de 1861 participó en la primera batalla de Manassas. Poco tiempo después, el 30 de septiembre, cuando su amigo el teniente coronel J. E. B. Stuart fue nombrado comandante de todas las fuerzas montadas de los Confederados, Lee fue ascendido a teniente coronel y luego a coronel del famoso 1er Regimiento de Caballería de Virginia, que bajo su mando participo en varios combates como el asalto al rio Chickahominy entre los dias 12 y 15 de junio de 1862. Por su comportamiento en esa expedición, fue ascendido a brigadier general al mes siguiente.

A finales de julio, y ya al mando de una brigada participó en la segunda batalla de Manassas (1862), en Antietam (1862), Fredericksburg (1862), Hartwood Church (1863), y en Kelly's Ford (1863).

En Chancellorsville el 2 de mayo de 1863, sus exploradores comprobaron que el flanco derecho de las fuerzas de Joseph Hooker, del Ejército de Potomac no estaban bien defendidas. Lee personalmente condujo a sus hombres y a los del general Thomas J. "Stonewall" Jackson hasta una posición de ataque en la que derrotaron a las tropas de Hooker y decidieron la batalla.

Fitz Lee fue siempre reconocido por su jovialidad y alegría de vivir y por apreciar la amistad por encima incluso de intereses de grupo, así llegó a tener amigos en ambos lados del conflicto. No obstante también tuvo serios conflictos con otros oficiales confederados, tal es el caso de Wade Hampton, de Carolina del Sur, el oficial de más alto rango subordinado a Stuart. Ambos mantenían una relación contenciosa que llegó a afectar acciones conjuntas de las fuerzas de caballería que dirigían en los dos años en que se vieron obligados a trabajar unidos.

Durante la Campaña de Gettysburg (1863) Fitz Lee acompañó a Stuart en su controversial paseo de los ocho días alrededor del Ejército de Potomac, el cuál privó a Robert E. Lee de un apoyo a la exploración que tuviera suficiente movilidad durante su invasión a Pensilvania. El 3 de julio de 1863, el tercer día en Gettysburg, los hombres de Lee atacaron repetidamente a la caballería de la Unión, comandada por David M. Gregg y George A. Custer, pero sin decisivos resultados. Cuando el ejército abandonó Pennsylvania y regresó a Virginia, el general Fitz Lee se encargó de manera efectiva de proteger su retaguardia y flancos.

Fitzhugh Lee como General Confederado


En el otoño de 1863, cuando Stuart aumentó las tropas a su mando, tanto Lee como Hampton fueron ascendidos a Mayor General y les fueron subordinadas sendas divisiones. Al morir Stuart por las heridas recibidas en mayo de 1864, ambos esperaban ocupar su jefatura pero Robert E. Lee, temiendo una escisión en sus tropas que pudiera debilitar la moral combativa, oficialmente no nombró un sustituto para Stuart. Cuando ambos generales operaban de manera independiente, cada uno se reportaba directamente al cuartel general del ejército, cuando debían operar en conjunto, Hampton comandaba por ser el de más edad.

En ocasiones Lee parecía abusar de la independencia que se le había concedido. En Trevilian Station, Virginia, el 11 de junio de 1864, su división llegó demorada para unirse a las tropas de Hampton en un ataque coordinado por ambos flancos contra la caballería de la Unión, comandada por Philip H. Sheridan. Lee nunca explicó las razones de su error a la hora de completar el cuidadosamente planificado ataque, el que estuvo a punto de costarle a los Confederados la batalla. Algunos de los subordinados de Hampton llegaron a afirmar que su tardanza había sido deliberada, aunque Hampton declinó hacer comentarios al respecto.

Este incómodo arreglo perduró hasta agosto de 1864, cuando Lee fue transferido para el Valle de Shenandoah a servir bajo las órdenes de Jubal A. Early. Tras esta transferencia, organizada por Robert E. Lee, se anunció a Hampton como el sucesor de Stuart.

A las órdenes de Early, Lee tomó parte en varias combates hasta que fue seriamente herido en la tercera batalla de Winchester el 19 de septiembre. Tras varios meses de convalecencia, se reincorporó a las fuerzas de Early, hasta febrero de 1865 en que regresó al Ejército del Norte de Virginia para tomar parte de las últimas etapas del sitio de Petersburg.

Con la transferencia de Hampton para Carolina del Sur, Lee encabezó las fuerzas de caballería hasta el final de la guerra. A pesar de sus denodados esfuerzos, no pudo superar las ya conocidas deficiencias de esta arma a la hora de garantizar las monturas, forraje, equipamiento, armamento y municiones. Durante la Campaña de Appomattox (1865) sus tropas lucharon tenazmente pero fueron fuertemente castigadas por las mejor equipadas tropas de Sheridan.

Cuando el ejército Confederado depuso sus armas en Palacio de Justicia de Appomattox, Lee se negó a rendirse y a la cabeza de una pequeña fuerza, se escurrió sobre los flancos de las tropas unionistas y se desplazó hasta Lynchburg, Virginia. Tres días después, dándose cuenta de lo inútil de continuar la resistencia, regresó a Appomattox y se entregó. En sentido general Lee no fue un estratega innovador ni astuto, pero logró alcanzar un moderado éxito durante su servicio con los Confederados.

Después de la guerra civil

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Su esposa Ellen Bernard Fowle


Después de finalizada la guerra, Lee trató de comenzar una nueva vida como un modelo de agricultor en el Condado Stafford. Estos esfuerzos se vieron amenazados al ser acusado de traición ante un Gran Jurado Federal, junto a su tío y sus primos (también ex – generales confederados) George Washington Curtis Lee y William Henry Fitzhugh ("Rooney") Lee; y otros treinta y tres civiles y militares confederados.

Por la inexistencia de elementos incriminatorias y con muchas pruebas irrefutables a su favor, la acusasion fué retirada en febrero de 1869 y adicionalmente Lee aseguró el perdón del gobierno federal por sus servicios confederados. Con la ayuda de sus cinco hermanos, gradualmente expandió los intereses comerciales de la familia, hasta incluir un molino, un muelle pesquero y un criadero de caballos. En abril de 1871, el joven de treinta y cinco años de edad Fitshugh Lee, se casó con Ellen Bernard Fowle de diez y ocho años y natural de Alexandria. De esa unión nacieron siete hijos, cinco de los cuales llegaron a la madurez. Como correspondía a la filiación militar de sus antecesores, los dos varones sirvieron en el 7mo Cuerpo de Caballería de los Estados Unidos y las hembras se casaron con oficiales del regimiento de sus hermanos.


Trayectoria política

Gobernador

Para 1875, con una situación económicamente estable a partir de una herencia recibida, dedicó más tiempo a realizar pasatiempos favoritos y además de sus esfuerzos en la labranza de la tierra, Lee se dedicó a escribir algunos artículos y libros sobre su servicio en la guerra. Por esa época también comenzaron sus incursiones en la política, desarrollando importantes habilidades en ese campo. Carente de cualquier jactancia, de mente ágil y con un excelente sentido del humor, aquel soldado que estaba por encima de la media se convirtió en un aún mejor político. Esa inusual mezcla de habilidades le sirvió muy bien para abrirse camino.

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Propaganda de su campaña para Gobernador

Durante algún tiempo había servido en varias organizaciones cívicas, y en 1874 trató infructuosamente de ganar un asiento en la Asamblea General de Virginia. Tres años más tarde, volvió a fracasar, esta vez en el intento de ganar la nominación del Partido Conservador (una fusión entre demócratas y moderados) para Gobernador de Virginia. En 1885, luego de una fuerte campaña promocional a través de todo el estado que incrementó grandemente su popularidad, logró ganar, no solo la nominación del Partido Demócrata, sino también las elecciones generales, gobernando el estado de Virginia entre 1886 y 1890. Su período de gobierno no se caracterizó por grandes éxitos, reformas o innovaciones. Quizás su mayor logro habrá sido establecer las bases para resolver las deudas pendientes de la guerra civil, las que excedían los cincuenta millones de dólares, a partir de aceptar que era imposible para el estado, solamente a partir de los ingresos estaduales consiguiera los fondos necesarios, y en función de eso se empeñó en conseguir un acuerdo entre la Asamblea General y un consejo que representaba los intereses de inversores extranjeros y otros tenedores de Bonos. Sus esfuerzos no dieron resultado inmediato pero forzaron a la Asamblea a establecer una Comisión Conjunta que más tarde permitió alcanzar acuerdos aceptables.


El Gobernador Lee promovió varios controvertidos programas muy provechosos para el estado, no todos los cuales recibieron el apoyo de los líderes de su partido. Sacudiendo las tradiciones demócratas, se esforzó por incrementar los fondos destinados a las escuelas públicas de Virginia. Recibió duras críticas por buscar apoyo para la educación estatal en los fondos federales, incluso alguno que pretendía beneficiar a estudiantes afro americanos, también apoyó un proyecto de ley para incrementar los fondos para instituciones de enseñanza superior, para mejorar la milicia estatal, para reformar el sistema penal en Virginia, para expandir los servicios estatales a los agricultores, y para promover intereses industriales, especialmente promoviendo el desarrollo de los ferrocarriles. Aunque en ocasiones asumió posturas que fueron muy discutidas, su popularidad nunca menguó. Cuando dejó su oficina el 1 de enero de 1890, el periódico “Richmond Dispatch” declaró que "Virginia nunca había tenido un Gobernador que fuera más amado y que tratara de manera más concienzuda de cumplir con sus obligaciones." Al finalizar su mandato, por algún tiempo trabajó con compañías que promovían el potencial industrial de Virginia Occidental. En 1893 intentó alcanzar la nominación por el partido Demócrata al Senado de los Estados Unidos, pero al final perdió con Thomas Staples Martin. La dolorosa derrota puso fin a sus intentos de alcanzar un cargo público. Al año siguiente escribió su libro más logrado, una biografía de su tío Robert E. Lee, la que se convirtió en una muy importante fuente de información sobre el entorno familiar y la carrera militar del general jefe de los confederados.

A principios de 1895 fue nombrado recaudador de impuestos en Virginia Occidental.

Cónsul en La Habana

El 10 de abril de 1896 el presidente de los Estados Unidos Grover Cleveland, lo nombró cónsul general de los Estados Unidos en La Habana, en medio de diferendos diplomáticos con España e Inglaterra y bajo duras críticas del Congreso.

Este era un puesto en el que se pondrían a prueba sus dotes de diplomático y sus sentimientos y valores personales. Por un lado estaba la intención manifiesta de los Estados Unidos de anexarse la isla, y a esos intereses se debía su trabajo, y por otra parte Lee no simpatizaba con los métodos que aplicaba la administración española de la isla, sobre todo con el Capitán General Weyler, a quién describiera como un tirano, al tiempo que brindó algún apoyo a los cubanos en su afán por separarse de España, un poco por simpatía con la causa cubana y otro porque consideraba que una Cuba libre sería un mejor socio comercial de los Estados Unidos que la Cuba española.

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Fitzhugh Lee como cónsul en La Habana


Fitzhugh Lee, arrivó a Cuba en junio, momento en que la isla estaba destrozada por la guerra y la pobreza masiva. Tres semanas más tarde informaba al Departamento de Estado que los rebeldes cubanos no tenían la fortaleza suficiente para arrojar a los españoles fuera de Cuba, pero los españoles tampoco eran capaces de aplastar la rebelión. En ese momento la situación militar en Cuba era muy complicada. Los mambises, a pesar de estar sin suficientes pertrechos, ropas y alimentos, dirigidos por Antonio Maceo y Máximo Gómez, controlaban el campo cubano; quedando sólo bajo control colonial las zonas fortificadas y las principales poblaciones, y Weyler implantó la política de reconcentrar a la población rural en las poblaciones fortificadas, pretendiendo aislar a los rebeldes y dejarlos sin suministros. Esta política empeoró la economía del país y provocó la muerte por hambre y desnutrición de alrededor de 250 000 cubanos, e hizo radicalizar aún más el independentismo y el odio hacia el dominio colonial. Desde 1895 en los Estados Unidos los magnates de la prensa William Hearst, dueño del Diario de Nueva York y Joseph Pulitzer del New York World comenzaron una competencia entre sus periódicos, dedicándose a publicar artículos sensacionalistas sobre cualquier tema escandaloso. A partir de la real situación de crisis existente y de las declaraciones, entre otros, del cónsul Lee sobre el conflicto entre los mambises y las tropas españolas, pronto este tema se convirtió en el eje de la competencia mediática, publicándose sobre los desmanes de la reconcentración y la crisis humanitaria en Cuba, para lo cual se enviaron corresponsales a Cuba, y estos si no eran capaces de obtener informes fiables, se inventaban historias con informantes de dudosa procedencia. En medio de esta situación el cónsul Lee dedicó serios esfuerzos a brindar ayuda a las victimas de la reconcentración, llegando a conseguir fondos del Congreso de los Estados Unidos para repartir alimentos y otros suministros a los reconcentrados no solo en las cercanías de la capital sino por todo el país, y también coordinó la participación de la Asociación de la Cruz Roja (encabezado su trabajo en Cuba por Miss Clara Barton). Todo ese trabajo humanitario y de reconocimiento realizado por casi todo el país, le convirtieron en una de las fuentes citadas con más frecuencia en la prensa norteamericana (con informaciones verídicas o no) lo que le convirtió en una figura muy popular y conocida en su país.

Mientras tanto el apoyo que brindaba el cónsul Lee a los civiles cubanos y su ejército libertador, así como la vigorosa defensa que llevó a cabo de los intereses comerciales de su país en la isla y de los ciudadanos estadounidenses (sobre todo de aquellos detenidos por conspirar contra el gobierno español, como fue el caso de un miembro de la tripulación del navío “Competidor” y del Dr. Ricardo Ruiz de Ugarrio y Salvador, un ciudadano americano por naturalización).), todo lo que hizo que España solicitara al gobierno estadounidense su retiro como diplomático. Realmente algunas de sus acciones resultaban embarazosas para el Presidente y el Departamento de Estado, pero a causa de la gran popularidad que habían alcanzado en los Estados Unidos las acciones de Lee, muy promocionadas por la amplia campaña desarrollada por la prensa amarilla, evitó su remoción, y adicionalmente, el sucesor republicano de Cleveland, William McKinley, apoyó su actuación.

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Su alta popularidad fue usada en la promoción de productos como cajas de tabaco


En octubre de 1897 fue retirado Weyler de Cuba y sustituido por Blanco enviado en un último intento por conservar Cuba y con la misión de instrumentar un sistema autonómico. Sin embargo ya era demasiado tarde, el gobierno de los Estados Unidos, viendo la posibilidad de que el ejército libertador lograra derrocar finalmente al español, y con ello perder la posibilidad

de controlar la isla, se decide a preparar la intervención militar que decidiría el desenlace del conflicto cubano–español. 

En diciembre de 1897 aumentó la inestabilidad en Cuba y sobre todo en La Habana y el cónsul manifestaba en sus comunicaciones su preocupación sobre todo la seguridad de los ciudadanos estadounidenses en Cuba, lo que lo llevaba a exagerar la amenaza que sentía. Lee pidió al gobierno de Estados Unidos que enviara un barco de guerra a Cayo Hueso, listo para intervenir en caso de que la violencia se desbordara y el día 15 de ese mes, el Acorazado Maine llegó a la Florida con el capitán Sigsbee, al mando del barco, en permanente comunicación con la oficina del cónsul general en La Habana. A principios de enero, pareció que la situación se pondría peor y Lee solicitó el envió del barco, aunque casi de inmediato, sintiendo que había sobreestimado el peligro dio la contraorden.

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El Presidente de los Estados Unidos William McKinley


No obstante, el Presidente McKinley y el Secretario Naval John Long, enviaron sorpresivamente al Maine a La Habana, más bien en una maniobra intimidatoria y de provocación hacia España, la que había suspendido unilateralmente las hostilidades con los cubanos tratando de impedir la intervención directa de los Estados Unidos. El 25 de enero de 1898, el Maine entraba en el puerto de La Habana, no obstante, a pesar de lo inoportuno de la visita y del frío recibimiento por parte de las autoridades españolas, la ciudad permanecía tranquila y expectante y parecía que la situación estaba perfectamente controlada.

Mientras tanto la escalada de las campañas de desprestigio en la prensa era cada vez mayor, insistiendo en la valentía de los héroes cubanos, esforzados libertadores que luchaban por liberarse del yugo de un gobierno tiránico, corrupto, analfabeto y caótico. Aunque todas estas historias alimentaron en gran medida la animosidad del pueblo estadounidense hacia los españoles, no eran aún suficientes para provocar una guerra directa y la posterior anexión estadounidense de las colonias españolas en el Caribe y Asia. El 15 de febrero de 1898, el Maine voló por los aires por una explosión, falleciendo 254 marineros y 2 oficiales de sus 355 tripulantes. Sería el sensacionalismo posterior al hundimiento del USS Maine el que habría de realizar esta tarea.

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El acorazado Maine entrando en la bahía de La Habana.


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Lee en la época del hundimiento del Maine


Sin esperar por una investigación, Hearst publicaba dias después: «El Maine partido por la mitad por un artefacto infernal secreto del enemigo». Este y otros artículos posteriores fueron repetidos por todo el país, culpando a los militares españoles de su destrucción. Esta mentira tocó la fibra sensible del pueblo estadounidense agitando la opinión pública hasta el punto de provocar un frenesí entre la población, que en su gran mayoría quería atacar inmediatamente a España. A pesar de esta campaña, Lee aconsejó a su gobierno sin éxito evitar el camino a la guerra. Finalmente el efecto del periodismo amarillo prevaleció, y los soldados estadounidenses fueron enviados a Cuba. Fue parte del ultimo grupo de estadounidenses en ser evacuado el 9 de abril, justo antes de iniciarse el bloqueo naval a Cuba y que se declarara la guerra a España.

La Guerra Hispano – Cubano – Americana

A su regreso a los Estados Unidos, fue recibido como un héroe y nombrado mayor general de los voluntarios y asignado al VII Cuerpo del Ejercito. Este nombramiento fue una jugada política de McKinley al colocar un par de bien conocidos ex-generales confederados en puestos clave para unificar a la nación (Joe Wheeler fue el otro). El VII Cuerpo se preparó seriamente, sus habilidades logisticas y de planeamiento, así como su experiencia militar previa le facilitaron organizar sus tropas de la mejor manera posible; sin los problemas que afectaron a muchos de los otros cuerpos de ejército en operaciones, aunque no llegó a combatir, porque aún estaba en los campos de entrenamiento organizandose cuando terminaron los combates con la derrota española, más rapido de lo que nadie había pensado.

Más tarde en el mes de septiembre desembarcó en la isla, manteniéndose en los alrededores de La Habana mientras se organizaba la salida de los tropas españolas.


Gobernador de La Habana

Tras la derrota de España, fue designado gobernador de La Habana en enero de 1899.

Se retiró de las armas en 1901 con el grado de brigadier general de voluntarios.

Muerte

Falleció el 28 de abril de 1905, durante un viaje de negocios a Washington D.C.. Se le rindieron honras fúnebres y fue enterrado en el Cementerio Hollywood, en Richmond, Virginia, con el uniforme del Ejército Federal de los Estados Unidos (U.S. Army). Se dice que esta circunstancia provocó el malestar de sus antiguos compañeros de armas quienes llegaron a comentar: "¡Qué pensará el general Stonewall cuando Fitz se le cruce en el cielo llevando eso!"

Tumba de Fitzhugh Lee en el Cementerio Hollywood, en Richmond, Virginia


Fuentes

  • Edward G. Longacre. Fitz Lee: A Military Biography of Major General Fitzhugh Lee, C.S.A. Cambridge, Massachusetts: Da Capo Press, 2004.
  • Harry W. Readnor. General Fitzhugh Lee, 1835–1905: A Biographical Study. Tesis de Grado. Charlottesville: Universidad de Virginia, 1971.
  • Willis F. Johnson. The History of Cuba. Nueva York, B. F. BUCK & COMPANY, INC.,1920. VOLUME FOUR.