Flora Lauten

Flora Lauten
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NombreFlorentina M. Lauten Toyos
Nacimiento12 de febrero de 1942
Provincia La Habana, Bandera de Cuba Cuba
ResidenciaLa Habana
NacionalidadBandera de Cuba Cuba
CiudadaníaCubana
OcupaciónProfesora, actriz, dramaturga y directora de teatro
Conocido porFlora Lauten
TítuloProfesora Titular de Actuación y Dirección teatral de la Facultad de Artes Escénicas de la Universidad de Artes
Obras destacadasLos hermanos
Este sinsonte tiene dueño
El secreto de la mano
Ay señora mi vecina, se me murió la gallina!
Que se apaguen las chismosas!
¿Dónde está Marta?
De cómo algunos hombres perdieron el paraíso
Vaya mi pájaro preso
Premios(2005) Premio Nacional de Teatro, por su obra de toda una vida

Florentina M. Lauten Toyos. Es una destacada profesora, actriz y directora de teatro, cubana. Ex Miss Cuba 1960. Fundadora de Los doce, del Grupo Teatro Escambray, La Yaya y Teatro Buendía y de la Escuela Internacional de Teatro de América Latina y El Caribe.

Reconocida como una de las figuras esenciales de la escena cubana desde los años 50 del pasado siglo; merecedora, además, de uno de los dos Premios Nacionales de Teatro 2005, por su obra de toda una vida.

Proveniente del Teatro Estudio y del Grupo Teatro Escambray, se transformó en dramaturga, ante la ausencia de obras para su grupo. Los hermanos, Este sinsonte tiene dueño, El secreto de la mano, Ay señora mi vecina, se me murió la gallina!, Que se apaguen las chismosas!, ¿Dónde está Marta?, De cómo algunos hombres perdieron el paraíso, Vaya mi pájaro preso, y otras, son algunos de sus títulos que aseguran el repertorio del conjunto de La Yaya, en el que los actores se representan a sí mismos.[1]

La labor de Flora Lauten se ha extendido por variedad de géneros teatrales, prácticas de dirección diversas, métodos y estilos artísticos disímiles. Ha sido heredera de los guías del teatro cubano, y de figuras mundiales cuyos criterios estéticos ha conocido y practicado, como Stanislavski, Brecht, Grotowski, Viola Spolin, las prácticas de homologías y analogías del teatro colombiano, Barba, el bufo cubano y la actividad circense. Con lenguaje propio basado en préstamos, asimilaciones, fusiones, apropiaciones y aportaciones, Flora Lauten ha sido reconocida también como una de esas destacadas guías que fueron sus predecesoras. Su legado artístico, ético y espiritual como directora tiene sus fundamentos en la participación como actriz dentro de la vanguardia de grupos, movimientos, códigos de creación e instituciones relevantes. Su dramaturgia actoral radica en la apropiación de la complejidad que caracteriza a las acciones de la vida. Además de sus trabajos teatrales, nos ha legado su imagen hermosa y conmovedora en la segunda historia de Lucía, dirigida por Humberto Solás, y en la adaptación para la TV de Bodas de sangre, de Berta Martínez. Hoy por hoy, Flora Lauten representa uno de los paradigmas de la cultura escénica de la nación cubana e internacional.
Roberto Gacio,
Revista Tablas. Cuban Theater Digital Archive. Las diferentes pieles de Flora Lauten.

Síntesis biográfica

Nació en el 12 de febrero de 1942 en La Habana, Cuba. Para Flora Lauten todo comenzó muy temprano, como en los cuentos de la infancia. En la casa de sus padres, rodeada de primos, hacían su hermana y ella representaciones que empezaban con el Juego de las estatuas y luego se mezclaban con canciones, bailes y disfraces, o diálogos en los espejos de la sala. Después en los años 50, ya joven y aterrada, se presenta a una prueba para integrar el grupo Teatro Estudio y es cuando da sus primeros pasos como actriz. Para ella la antigua Academia de Teatro Estudio, no sólo fue uno de los grupos más importantes del país, sino el más trascendente que ha dado la escena cubana. En éste no únicamente enriqueció su carrera profesional, sino la manera de entender el proceso de actuación desde la investigación.

En 1960 participa en el concurso para elegir a la Miss Cuba, el jurado estaba integrado por los artistas plásticos Rita Longa, René Portocarrero y Alberto Díaz (Korda) y la seleccionaron entre muchas aspirantes. Como Miss Cuba recibió en su ciudad natal a la escritora francesa de moda Francoise Sagan (“Buenos días tristeza”, “Una cierta sonrisa”) y marchó a representar la belleza de su país en Miami, frente a todos los enemigos de la revolución cubana.

En esa ciudad trataron de vejarla, provocarla y que traicionara. Flora Lauten no ganó el concurso de Miss Universo, el jurado se lo otorgó a Miss Estados Unidos, una chica de Iowa, pero ella caminó su silueta de sirena, orgullosa con su bandera, por un auditorio hostil. A su regreso, a instancias del fallecido critico teatral Rine Leal, subió a las tablas y se convirtió en una de las mejores actrices cubanas de todos los tiempos, con estelares actuaciones, y allí completó toda su formación humana y artística. Crea en 1986 el Grupo Teatro Buendía con alumnos egresados del Instituto Superior de Arte; situó algunas puestas destacadas en este tiempo entre las que destacan “Lila, la mariposa”, “Las perlas de tu boca”, que clasificó entre las más sobresalientes del año, según la crítica local.

Teatro Escambray

Asumió también, otro gran reto junto a Sergio Corrieri: el Teatro Escambray, en el polo opuesto a las teorías de Grotowski. El nuevo grupo aspiraba y logró a desarrollar un trabajo estrechamente vinculado a las comunidades de la zona montañosa de El Escambray, en el centro del país, donde se localizaba una situación especial como legado de la llamada lucha contra bandidos de principios de los años sesenta.

Al llegar al grupo, escuela de prestigiosos artistas en las tablas de Cuba, la joven actriz encuentra numerosas respuestas sobre la manera de representar en la escena, temas contemporáneos, nacidos al calor de la más cotidiana realidad y que tenían la nobleza de reflejar toda la revolución cultural que se producía por aquel entonces en las zonas más enrevesadas. Al instante de la experiencia adquirida en el Teatro Escambray, creó un colectivo que seguía la misma línea de trabajo, en La Yaya, una comunidad de campesinos, precipitados a dejar sus tierras para convertirse en obreros. Es allí donde por primera vez comienza a dirigir, pues durante este proceso de transición los campesinos traducían sus problemas, sus preocupaciones en pequeños espectáculos de formato corto. Aquí comienzan sus inquietudes como dramaturga y directora.

La Yaya

En enero de 1973, se separó del Teatro Escambray y pasó a residir en La Yaya, un pueblo cercano del municipio de Mataguá. La comunidad estaba compuesta por ciento treinta y seis familias campesinas, que arrendaron sus tierras al plan lechero La Vitrina. El objetivo inmediato de Flora era continuar el trabajo con un conjunto infantil creado dos años antes, pero pronto los vecinos formaron un grupo teatral y comenzaron a montar obras, como resultado de las investigaciones sobre los problemas de la zona. A los tres meses del traslado de Flora a La Yaya, nacía un nuevo conjunto, integrado por solo diecisiete intérpretes, ninguno de los cuales tenía experiencia artística.[2]

"Como ya conocía a los vecinos de la Yaya -explica Flora-, pude detectar con facilidad a los más politizados, los más desinhibidos, los de más expresividad y los más entusiastas. En la primera selección, quedaron diecisiete, con los que comencé un trabajo técnico que se basaba en la solución de algunos problemas que contaban los actores: tensiones, falta de memoria, inhibiciones y escaso poder imaginativo. Las clases se iniciaban con un entretenimiento de voz y de relacjación, que ha continuado hasta hoy. Es interesante señalar que los actores más viejos no tuvieran dificultades al interpretar las primeras obras, pues les resultaba más fácil creer en situaciones del pasado, partiendo de sus vivencias y recuerdos (...) Durante las primeras reuniones del grupo, yo les explico y discuto con ellos el sentido que tiene la creación de un grupo de teatro en La Yaya, les leo la obra que vamos a montar, y acordamos el horario de ensayo: de siete a ocho (de la noche) para los compañeros que van a clases de superación obrera, y de ocho a diez para los que no asisten a las aulas (...) El 2 de mayo empezamos a ensayar".[3]

A través de un continuado trabajo, se logró crear un colectivo que fue una de las sorpresas del II Panorama de Teatro y Danza de 1975, ganando el premio al mejor texto cubano con La Vitrina, de Paz. Son campesinos que representan sus propios problemas, discuten y debaten la temática de las obras y se sienten orgullosos de su nueva condición de actores, que no los separa de su naturaleza campesina.[4]

La Yaya es un paso adelante en el trabajo del Escambray, pues son los propios campesinos los que actúan y encarnan los personajes, partiendo de su realidad, a la que ayudan a transformar. A partir de las investigaciones (sobre todo, las concernientes a la incorporación de la mujer al trabajo de las vaquerías) surgen los actos o juegos, piezas cortas en las que se plantean los problemas de forma directa, y se estimula su corrección por medio del debate.[5]

Grupo Cubana de Acero

A su trabajo se integra también en la década de los 80 el grupo Cubana de Acero, otra experiencia en que se sumerge Flora Lauten. Toma parte en el montaje de la obra “Huelga”, de Albio Paz, como actriz y asistente del director colombiano Santiago García. Su desempeño actoral le vale premio en el Festival de Teatro de La Habana, en 1982. Formó parte del equipo de pedagogos del Tercer Taller Internacional, auspiciado por la Escuela Internacional de Teatro de América Latina y el Caribe, con sede en La Habana.

Labor Pedagógica

Su labor pedagógica en el Instituto Superior de Arte (ISA); implicó para ella hacerse maestra con una base más rigurosa, menos empírica. El hecho de trabajar por primera vez

Flora Lauten

con una generación tan joven le impuso un reto. Era cuestionarse diversos puntos de vistas y sentidos durante el intercambio con sus alumnos.

Fue maestra de actores y actrices que enriquecieron ampliamente el quehacer cultural cubano, entre ellos destacan, Antonia Fernández, Orisel Gaspar, José Antonio Alonso, Esther Cardoso Villanueva, Nelda Castillo, Indira Valdés, Alejandro Alfonzo, Viena González, Ivanesa Cabrera, Felix Antequera, Liliam Vega, Montse Duany, entre muchos otros. En sus clases se creó el primer taller intercultural del ISA en el que coincidían músicos, pintores, dramaturgos, un equipo necesitado de intercambiar, de dialogar. Flora opina que esta integración con los jóvenes es la que le ha permitido sentirse viva y joven.

El carácter renovador y la calidad de sus actuaciones, talleres y puestas en escena en las dos últimas décadas se manifiestan en “La cándida Eréndira”, “Otra tempestad”, “La vida en rosa”, y “Bacantes”, entre otras), piezas que obtuvieron numerosos premios y reconocimientos del público y la crítica especializada en América Latina, Europa, Norteamérica, Asia, África y Australia.

Ha impartido talleres sobre entrenamiento del actor, máscaras, improvisación y técnicas de montaje en numerosos países e instituciones culturales. Como actriz pertenece al método Stanislavski, que aprendió en el grupo Teatro Estudio, el primero que lo introdujo en el país, y admiró a la profesora Ernestina Linares, a la que tenía como su ideal interpretativo.

La actuación para ella ha sido vida, esencia y renovación. La posibilidad de investigar y conocer quién es y quiénes son los que la rodean. Investigar su historia, su cultura, la vida de su familia, su tiempo, los objetos, los sonidos, los olores, los rostros y las voces que ha conocido. Desde su Teatro Buendía prosigue su labor de magisterio exquisito y de sus ojos de un azul extraño y hermoso todavía se irradia convicción y una belleza de Miss Universo. En el año 2005 le fue otorgado el Premio Nacional de Teatro, por la obra de toda una vida.

Teatro Buendía

“Buendía” para Flora es escuela, laboratorio, semilla que le prolonga y le mantiene joven, inquieta, transgresora. No le interesa un lugar o un grupo donde no haya contradicciones, paradojas, dificultades que vencer. Para ella esas contradicciones, ausencias y presencias, renovaciones, cambios, son los que mantienen vivos. Obligan a buscar soluciones nuevas, a reinventar continuamente la historia. Hay que sembrar una y otra vez, a sabiendas de que la cosecha puede ser sorprendente. Esa sorpresa es lo que busca en el teatro y en la vida.
Desde su fundación, “Buendía” ha desarrollado dos líneas de trabajo: la producción de espectáculos y un centro permanente de investigaciones sobre las tradiciones culturales en América Latina y el Caribe, los medios expresivos del actor y la renovación de los lenguajes escénicos. El estudio de las relaciones entre la música, la danza y la interpretación, así

Bacantes, Festival de Teatro de Camagüey, 2000

como la formulación de nuevas formas de escritura escénica y dramaturgia del espectáculo han consolidado el prestigio internacional de la compañía.
En las versiones actuales de Teatro Buendía, que fundó en 1985 con graduados del ISA (Instituto Superior de Arte), colabora con Raquel Carrió en la escritura de un texto que es el punto de partida para el montaje el espectáculo. Así, tanto el de “Otra tempestad” (1997), como el de “Bacantes” (2001), han sido publicados.

Algunos espectáculos dirigidos

  • “La emboscada”
  • “El lazarillo de Tormes”
  • "La juguetería"
  • “El pequeño príncipe”
  • “Electra Garrigó”
  • “Lila, la mariposa”
  • “Las perlas de tu boca”
  • “La increíble y triste historia de la cándida Eréndida y su abuela desalmada”
  • “Otra tempestad”
  • “La vida en rosa”
  • “Bacantes”
  • “Charenton”
  • “La balada de Woyzeck”
  • “La visita de la vieja dama”

Textos de su autoría

  • “Los hermanos”
  • “Para hablar, no hay que tener palabras finas”
  • “Vaya mi pájaro preso”
  • “Tres ejemplos de juegos”
  • “¿Dónde está Marta?”
  • “Este sinsonte tiene dueño”
  • “Que se apaguen las chismosas”
  • “De cómo algunos hombres perdieron el paraíso”
  • “Las perlas de tu boca”
  • “Otra tempestad” (en colaboración con Raquel Carrió)
  • “Bacantes” (en colaboración con Raquel Carrió)

Enlaces externos

Referencias

  1. Leal, Rine. Breve historia del teatro cubano. Editorial Félix Varela. La Habana, 2006, p. 108 ISBN 959-258-690-X
  2. Leal, Rine. Breve historia del teatro cubano. Editorial Félix Varela. La Habana, 2006, p. 107 ISBN 959-258-690-X
  3. Íbidem
  4. Leal, Rine. Breve historia del teatro cubano. Editorial Félix Varela. La Habana, 2006, p. 107-108 ISBN 959-258-690-X
  5. Íbidem

Fuentes

https://studylib.es/doc/8330505/tablas-03-10-corregido.pmd---cuban-theater-digital-archive Cuban theater digital archive]