Francisco María González Quijano


Francisco Maria González Quijano
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NombreFrancisco Maria González Quijano
Nacimiento17 de septiembre de 1868
San Antonio de las Vueltas,Camajuaní, Villa Clara, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento14 de abril de 1926
Ciudad de La Habana, Bandera de Cuba Cuba

Francisco Maria González Quijano. Fue uno de los fundadores del Partido Revolucionario Cubano, destacado por su trayectoria revolucionaria, digno ejemplo cívico de honradez, integridad y desinterés, un valeroso defensor y divulgador de las ideas políticas más justas.

Síntesis biográfica

Nació en Vueltas, Camajuaní, Villa Clara, el 17 de septiembre de 1868.

Integración revolucionaria

A los siete años de edad su familia se trasladó a la ciudad de Sagua la Grande, donde se educó y realizó sus primeras actividades revolucionarias por la causa de Cuba. Allí fundó en el año 1888 un periódico “avanzado y cubanísimo” denominado “La Voz del Pueblo” que pronto se convirtió en el heraldo de las ideas separatistas en aquella zona de la provincia villaclareña. La persecución de que fue objeto lo obligó a emigrar a los Estados Unidos, en cuyo país se une, como miembro activo de la conspiración liderada por José Martí.

Fue uno de los fundadores del Partido Revolucionario Cubano y presidente del club “Liga Patriótica Cubana” de Cayo Hueso, derecho por el cual forma parte de la Cámara Local de Presientes, constituida el 25 de marzo de 1892 en esa localidad.

Un 5 de enero del mismo año, había sido elegido como secretario de la Comisión Recomendadota de las Bases y los Estatutos del Partido Revolucionario Cubano, misión que desempeñó con reconocida suficiencia y responsabilidad. Fue un hombre de amplia cultura, difusor y promotor de los conocimientos entre los trabajadores cubanos en la emigración.

Sus habilidades en la taquigrafía hicieron posible que hoy podamos conocer los discursos martianos “Con todos y para el bien de todos” y “Los Pinos Nuevos” pronunciados por Martí, respectivamente los días 26 y 27 de noviembre de 1891 en Tampa. En cartas, artículos y referencias martianas, José Martí reconoce y lo valora como un digno ejemplo cívico de honradez, integridad y desinterés, como un valeroso defensor y divulgador de las ideas políticas mas justas, como un excelente orador apasionado por su patria, como un difusor cultural que lleva a los trabajadores los mensajes culturales de Martí, el 23 de marzo de 1892, está presente el papel personal que debía jugar “González”, para enfrentar los problemas del divisionismo político en el Cayo, y la premura con que debía actuar cuando ya apremiaba la proclamación del Partido y era necesario que todos los club, unánimemente, hubieran aceptado y aprobado las Bases y los Estatutos, y se constituyera el cuerpo de consejo, ya que Francisco María González, hacía las veces de un “delegado” territorial en esa compleja región de la Florida.

Labor en el Partido Revolucionario Cubano

Fue un celoso colaborador del Partido Revolucionario Cubano hasta su disolución el primero de enero de 1899. Muestra de ello es que hacia 1893 era vocal del nuevo club “Santa Maria del Rosario”, a la misma vez que seguía presidiendo el club “Liga Patriótica Cubana”, y en aquel aportaba todo el caudal de sus conocimientos ya que dicho club tenía una formación patriótica a una sociedad de instrucción: el propio Martí le define: “Es un club de patria, y de veras lo es, porque no está solo el nombre, sino la necesidad de lee y escribir, por donde vive o muere la patria. Los que no saben van al club, con su corazón agradecido; y por el tanto que pagan por semana al tesoro de la libertad, los maestros generosos le dan letra le dan dibujo, le dan libre”.

En 1898 lo encontramos militando en tres clubes diferentes, sin dejar sus responsabilidades en los anteriores, son estos el “Bartolomé Masó”, el “Juan D. Barrios” y el “Serafín Sánchez” ya que el Partido no excluía la posibilidad de ser miembro de varios clubes a un mismo tiempo. Cuando cesó la dominación española regresó a la patria, afilándose a la política del Partido Liberal, dentro del cual ocupó cargos importantes y como creador fue respetado por el favor del pueblo, a la misma vez que repudiado por la oligarquía que lo utilizaba en la propaganda e el sacrificio pero lo olvidaba a la hora de la recompensa. Fue un oponente de la llamada política “alimenticia”.

Clubes revolucionarios

Desde junio de 1888 con la creación del club “Los independientes” de Nueva York (donde estaba registrado como miembro desfila José Martí), comienzan a estarse algunas organizaciones revolucionarías previas a la fundación del PRC, que a pesar de sus diferencias entre si, tenían en común la finalidad de contribuir de alguna manera al derrocamiento del colonialismo español imperante en la isla, pero para lograr e acercamiento y la unidad de estas asociaciones distintas y ubicadas en ciudades diferentes, Martí tuvo que batir, estratégicamente las barreras del divisionismo las contradicciones internas, la persecución colonialista y las viejas rencillas que persistían entre los emigrados cubano, por lo tanto: “Tenía Martí, que lograr la unidad de lo disperso, hacer que la labor disgregada viniera a ser una, como era el anhelo de los que conspiraban dentro de Cuba y los que querían brindar su ayuda desde el exterior. Pero no solo eso, sino que por otra parte cada una de las agrupaciones existentes a fines de 1891 guardaban diferencias entre si en su estructura procedimientos, reglamentos y fines tácticos. Es decir que la tarea de unir a lo disperso implicaba el logro de la coincidencia de lo diverso”.

En estos afanes de unir lo disperso y lo diverso, es donde podemos apreciar y valorar la labor que en virtud de estos fines realizara Francisco Maria González como colaborador directo de José Martí, particularmente, en la zona de Cayo Hueso. Y si se tiene en cuenta las características específicas de esta región en cuanto al activismo de los emigrados, su figura adquiere entonces una dimensión mayor.

El 16 de noviembre de 1891, Martí es invitado por Néstor L Carbonell presidente del club Ignacio Agramonte de Tampa para tomar parte de una velada artística-literaria en beneficio de la asociación y llega a esa ciudad el día 25 a medianoche, donde lo esperaba una entusiasta multitud de revolucionarios cubanos.

En esos días de intenso trabajo, Martí pronuncia los discursos “Con todos y para el bien de todos” el 26 de noviembre de 1891, y “Los Pinos Nuevos”, el día siguiente, conmemorando los 20 años del fusilamiento de los ocho estudiantes de medicina en La Habana.

Estos discursos llegaron a nuestros días, precisamente, porque fueron tomados taquigráficamente por Francisco Maria González y como son dos bellos ejemplos de la labor de José Martí y constituyen piezas magistrales en forma y contenido.

El éxito del activismo revolucionario en Tampa y el desbordante entusiasmo causado por la presencia de Martí allí, motivó a los patriotas de Cayo Hueso a organizar un evento del mismo tipo, y el joven guerrero Ángel Peláez promovió la idea de invitar a Martí para desarrollar “un programa” de contenido similar. Pero hay que tener en cuenta que en Cayo Hueso la situación era más compleja que en Tampa porque: No se había aunado las fuerzas con propósitos comunes, algunos veteranos del 68 no tenían un gran interés en el objetivo propuesto.

Y la figura de Martí no era vista en la dimensión que realmente tenía. Algunos lo consideraban solo como un intelectual afanoso pero no como un líder político. Martí llega a Cayo Hueso el 25 de diciembre de 1891 junto a representantes de los clubes tampeños que venían con propósitos unitarios ya que era imprescindible lograr el apoyo de la mayoría y neutralizar a los que trataban de detener el proceso. Entre otras actividades Martí se entrevistó (los días 2 y 3 de enero de 1892) con los dirigentes de la Convención Cubana

Los directivos de Convención Cubana le explicaron las características del activismo, político, local y sus proyectos sobre la organización conjunta de la emigración y Martí respetando los modos locales persuadió de la necesidad de centralizar la dirección general para el objetivo común: promover la liberación de las Antillas esclavas. Quedó definido y listo el acuerdo para la redacción final de las bases y los estatutos del PRC no obstante, continuaron existiendo problemas hasta más allá de la misma fundación del partido ya que: Los directivos de la Convención Cubana no pusieron en conocimiento de Martí las actividades conspirativas que siguieron gestándose a sus espaldas y confiaban mas que en sus propios planes que en la nueva organización.

Apremiaban las acciones unitarias había que aprovechar el alto espíritu patriótico de aquella jornada y el 4 de enero expuso Martí públicamente su proyecto ante los emigrados más puros. El día 5 de enero se amplió el auditorio en el hotel “Duval”, con otras personalidades no incluidas en las organizaciones y los emigrantes tampeños que acompañaban a Martí y allí se aprobaban las bases y los estatutos del PRC y se acordó que los presidentes de las agrupaciones someterían ambos documentos a la consideración y aprobación de sus asociados.

En estas funciones fue decisiva la labor de Francisco Maria González Quijado que asistió a esa reunión como presidente del club “Liga Patriótica Cubana” de Cayo Hueso y en esa importante asamblea fue elegido como secretario de la Comisión Recomendadota de las Bases y los Estatutos del Partido. Otro golpe estratégico de Martí para consolidad la unidad “cuya misión era proponer a los clubes de todas las localidades de la emigración los documentos para su estudio y aprobación; como presidente de la misma fue elegido el propio José Martí y como secretario Francisco Maria González”

Fallecimiento

Falleció en Ciudad de La Habana el 14 de abril de 1926.

Fuentes

  • Martel Gil, Vladimir. Apuntes bibliográficos de Francisco María González. Trabajo presentado en el X Forum de Ciencia y Técnica. Sectorial de Educación de Vueltas, Camajuaní.