Fransisco Correa de Arauxo

Fransisco Correa de Arauxo
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Iglesia de San Pedro en Lerma.jpg
Órgano de la iglesia de San Pedro en Lerma (Burgos), instrumento de la época que fue elegido para la grabación de la música de Fransisco Correa, realizada por Andrés Cea para el sello Lindoro
NombreFransisco Correa de Arauxo
Nacimiento7 de septiembre de 1584
Sevilla, Bandera de España España
Fallecimiento31 de octubre de 1654
Segovia, Bandera de España España
OcupaciónMúsico organista y compositor

Fransisco Correa de Arauxo. Organista y compositor español. Su obra Facultad orgánica, publicada en 1626, es uno de los más importantes testimonios de la música de tecla europea del siglo XVII.

Síntesis biográfica

Nace el 17 de septiembre de 1584 en Sevilla, en las inmediaciones de la actual calle Juan Rabadán. La profesión de su padre, botijero, señala su humilde extracción social. Nada conocemos de su primera formación musical, pero es indudable que supo impregnarse del ambiente cosmopolita de la ciudad.

Trayectoria musical

Se le nombra oficialmente organista de la iglesia del Salvador el 1 de septiembre de 1599 frente a su único opositor, Juan Picaporte.

A partir de 1613 firmará ya siempre como bachiller o licenciado. En 1613 oposita a la plaza de organista de la Catedral de Sevilla, pero sale perdedor frente a Francisco Pérez de Cabrera, antiguo discípulo y suplente de Peraza. En diciembre del mismo año se presenta a la oposición de Málaga, que pierde también.

En contrapartida, el órgano de San Salvador, instrumento indispensable para el ejercicio de su arte, es objeto de una importante remodelación en 1613, y un nuevo órgano para el coro se construye en 1621. Sobre estos instrumentos, y con el trasfondo de satisfacciones y fracasos, irá gestando Correa la edición de su Facultad orgánica. Publicada en 1626, esta colección de obras para órgano constituye uno de los corpus más importantes de la historia de la música española. Concebida inicialmente como obra pedagógica para la formación de organistas, las 69 piezas que contiene se organizan en cinco niveles de dificultad creciente, a través de los cuales el tañedor alcanzará, primero la eminencia, luego la excelencia en el arte del órgano.

La intención de seguir publicando salpica también las páginas de la Facultad orgánica. Anuncia un libro de versos para órgano y un tratado teórico de «casos morales de música», amén de otras publicaciones futuras.

A partir de 1630, Francisco Correa se verá inmerso en una vertiginosa sucesión de pleitos con su cabildo, reflejo tal vez de un antiguo malestar. Finalmente tuvo lugar la instrucción de una causa criminal contra Correa por el escándalo del 8 de septiembre de 1630: Y fue tanto el ruido que el susodicho causó y lo que el pueblo se alborotó y escandalizó que en gran rato de tiempo no se pudo proseguir con los oficios divinos». Acabó por ello en la cárcel arzobispal, circunstancia que desencadena, a su vez, un nuevo pleito por la posesión de las llaves del órgano.

La situación se va agravando de tal modo que en 1635 el cabildo de la colegial ya buscaba el modo legal de despedir al organista a quien de tan buena gana había favorecido años atrás.

En febrero de 1636, el cabildo de Jaén invita a Correa a hacerse cargo de su organistía vacante, sin oposición alguna. Se instala inmediatamente en Jaén, donde disfruta incluso de un salario más crecido que en Sevilla, lo que vino a significar un alivio sobre las enormes costas judiciales soportadas hasta entonces. Pero la estancia en Jaén no dura mucho. En 1640 es el cabildo de Segovia quien se interesa por sus «buenas partes de estudio y destreza» y Correa está dispuesto a acudir siempre que no se le someta a oposición frente a otros candidatos. Aceptada la condición, toma posesión de la plaza con el manifiesto beneplácito del cabildo segoviano.

Apenas un año más tarde, en 1641, llegan noticias desde la catedral de Sevilla: ha muerto Pérez de Cabrera, su competidor en la oposición de 1613, y se le invita a venir a opositar, ya que reconocen ahora que es «el más eminente que hoy se conoce en este arte». Después de pensarlo dos veces, Correa opta por no volver a Sevilla «por el riesgo en que se pondría de descrédito si perdiese con los que son sus discípulos». No en vano tiene ya 57 años y arrastra algunos sinsabores. Además, el magisterio de su Facultad orgánica ha debido dar para entonces buenos frutos.

Muerte

Muere en Segovia, el 31 de octubre de 1654.

Legado

Desgraciadamente, nada se conoce de lo compuesto por Correa después de 1626. Así, en el contexto de la música española de su tiempo, la Facultad orgánica se yergue como un imponente y solitario monumento.

Por su perfección formal y técnica, una de las cumbres de la música de tecla europea, contemporánea de Titelouze, Frescobaldi, Sweelinck, Bull o Scheidt. Por su profunda belleza e inusual lirismo, uno de los repertorios más frecuentados por organistas actuales de todo el mundo.

La importancia musical e histórica de Correa se basa en su tratado Facultad Orgánica, el cual fue editado en 1626 en Alcalá de Henares. La Facultad contiene 69, tabulaturas y arreglos de cantos litúrgicos, pero además una suma de indicaciones para la técnica y la interpretación del órgano que son un manifiesto de la práctica de la música de su tiempo.

Fuentes