Federico Engels

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Federico Engels
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Federico Engels, filósofo alemán, uno de los creadores del comunismo científico
NombreEngels, Friedrich
Nacimiento28 de noviembre de 1820
distrito de Barmen,
municipio de Wuppertal,
territorio de Renania del Norte-Westfalia,
Reino de Prusia Bandera de Prusia
Fallecimiento5 de agosto de 1895 (74 años)
ciudad de Londres, Bandera del Reino Unido Reino Unido
Causa de la muertecáncer
Nacionalidadalemana
Ocupaciónempresario, científico social, escritor, teórico político, filósofo
Conocido porDesarrollar el socialismo científico, el comunismo moderno y el marxismo (con Karl Marx), por contribuir a la teoría marxista de la alienación, a la teoría de la lucha de clases, y a la concepción materialista de la historia
Obras destacadasManifiesto del Partido Comunista
La ideología alemana
El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado,
El capital

Federico Engels (Renania del Norte-Westfalia, 28 de noviembre de 1820 - Londres, 5 de agosto de 1895) fue un filósofo y ensayista alemán. Dirigente y maestro del proletariado; fundó, en colaboración con Carlos Marx, la teoría marxista, la teoría del comunismo científico, la fílosofía del materialismo dialéctico e histórico.[1]

Permaneció algunos años en Inglaterra y allí entró en contacto con un movimiento obrero desarrollado, que desempeñó un enorme papel en la formación de sus ideas políticas, sociales y filosóficas, así como en su paso definitivo a las posiciones del materialismo y el comunismo proletario.[2]

Engels escribió para el periódico alemán La Gaceta del Rhin, donde formuló la idea de la revolución social; en la revista Anales franco-alemanes publicó el trabajo “Esbozo de una crítica de la economía política”, en el que por primera vez criticaba modo capitalista de producción y la economía política burguesa. Esta obra fue el primer experimento que sirvió para la economía comunista, lo que posteriormente desarrollo en el “AntiDühring”, basado en las investigaciones hechas por Carlos Marx, a quien había conocido en 1842.[3]

Síntesis biográfica

Nació en el distrito Barmen[4] de la ciudad de Wuppertal, 58 km al norte de Colonia, en el Reino de Prusia. Su padre era fabricante. En 1838, Engels, por motivos familiares, se vio obligado, antes de terminar el Liceo, a colocarse como dependiente en una casa de comercio de Barmen. Este trabajo no le impidió ocuparse de su capacitación científica y política. Siendo todavía alumno del liceo, Engels llegó a odiar la autocracia y la arbitrariedad de los funcionarios gubernamentales.

El estudio de la Filosofía lo llevó aún más lejos. En aquella época, en la filosofía alemana predominaba la doctrina de Hegel, de la que Engels se hizo partidario. A pesar de que el propio Hegel era admirador del Estado autocrático prusiano, a cuyo servicio se hallaba en calidad de profesor de la Universidad de Berlín, la doctrina de Hegel era revolucionaria. La fe de Hegel en la razón humana y en los derechos de esta y la tesis fundamental de la filosofía hegeliana, según la cual en el mundo transcurre un proceso constante de cambio y desarrollo, indujeron a los discípulos del profesor berlinés que no querían resignarse a la realidad a la idea de que también la lucha contra la realidad, la lucha contra la injusticia existente y el mal reinante tiene sus raíces en la ley universal del desarrollo perpetuo.

La filosofía de Hegel llevó a Engels a preguntarse:

Si todo en el mundo se desarrolla, si unas instituciones sustituyen a otras, ¿por qué han de perdurar eternamente la autocracia del rey prusiano o del zar ruso, el enriquecimiento de una minoría insignificante a expensas de la enorme mayoría, el dominio de la burguesía sobre el pueblo?

La filosofía de Hegel hablaba del desarrollo del espíritu y de las ideas: era una filosofía idealista. Del desarrollo del espíritu deducía el desarrollo de la naturaleza, el del hombre y el de las relaciones entre los hombres, el de las relaciones sociales.

Marx y Engels, conservando la idea de Hegel del perpetuo proceso de desarrollo, rechazaron su preconcebida concepción idealista; analizando la vida real, vieron que no es el desarrollo del espíritu lo que explica el desarrollo de la naturaleza, sino, a la inversa, que el espíritu tiene su explicación en la naturaleza, en la materia. Contrariamente a Hegel y otros hegelianos, Marx y Engels eran materialistas. Enfocando el mundo y la humanidad desde el punto de vista materialista, vieron que, lo mismo que todos los fenómenos de la naturaleza tienen por base causas materiales, así también el desarrollo de la sociedad humana está condicionado por el desarrollo de las fuerzas materiales, las fuerzas productivas.

Del desarrollo de las fuerzas productivas dependen las relaciones en que se colocan los hombres entre sí en el proceso de producción de los objetos indispensables para la satisfacción de las necesidades humanas. Y en dichas relaciones está la clave que permite explicar todos los fenómenos de a vida social, los anhelos del hombre, sus ideas y sus leyes. El desarrollo de las fuerzas productivas crea las relaciones sociales, que se basan en la propiedad privada; pero también cómo este mismo desarrollo de las fuerzas productivas despoja de la propiedad a la mayoría de los hombres para concentrarla en manos de una insignificante minoría; destruye la propiedad, base del régimen social contemporáneo, y tiende al mismo fin que se han planteado los socialistas. Estos solo deben comprender cuál es la fuerza social que por su situación en la sociedad contemporánea está interesada en la realización del socialismo e inculcar a esta fuerza la conciencia de sus intereses y de su misión histórica. Esta fuerza era el proletariado.[1]

Vida en Londres

Engels lo conoció en Inglaterra, en el centro de la industria inglesa, en Mánchester, adonde se trasladó en 1842, como empleado de una firma comercial de la que su padre era uno de los accionistas. Allí Engels no se limitó a permanecer en la oficina de la fábrica, sino que anduvo por los barrios inmundos en los que se albergaban los obreros y comprobó con sus propios ojos la miseria y las calamidades que los azotaban. No conformándose con sus propias observaciones, Engels leyó todo lo que se había escrito hasta entonces sobre la situación de la clase obrera inglesa y estudió minuciosamente todos los documentos oficiales que estaban a su alcance. Como resultado de sus observaciones y estudios apareció en 1845 su libro La situación de la clase obrera en Inglaterra.

Con anterioridad a Engels ―fueron muchos los que describieron los padecimientos del proletariado e indicaron la necesidad de ayudar a este―, pero Engels fue el primero en afirmar que el proletariado no sólo constituye una clase que sufre, sino que precisamente la miserable situación económica en que se encuentra lo impulsa inconteniblemente hacia adelante y lo obliga a luchar por su emancipación definitiva. Y el proletariado en lucha se ayudará a sí mismo. El movimiento político de la clase obrera llevará ineludiblemente a los trabajadores a la conciencia de que no les queda otra salida que el socialismo.

Estas ideas fueron expuestas en un libro escrito con amenidad, lleno de los cuadros más auténticos y patéticos en los que se mostraban las calamidades del proletariado inglés.

Este libro constituía una terrible acusación contra el Capitalismo y la burguesía. La impresión que produjo fue muy grande. En todas partes comenzaron a citar la obra de Engels como el cuadro que mejor representaba la situación del proletariado contemporáneo. Y en efecto, ni antes de 1845 ni después apareció una descripción tan brillante y veraz de las calamidades sufridas por la clase obrera.[1]

Pensamiento socialista

Engels se hizo socialista estando ya en Inglaterra. En la ciudad de Manchester se puso en contacto con los militantes del movimiento obrero inglés existente en aquel entonces y empezó a colaborar en las publicaciones socialistas inglesas. En 1844, al pasar por París de regreso a Alemania, conoció a Marx, con quien ya mantenía correspondencia. Estando en París, Marx, bajo la influencia de los socialistas franceses y de la vida en Francia, también se hizo socialista. En la capital de Francia los dos amigos escribieron juntos su obra La sagrada familia o Crítica de la crítica crítica. Esta obra, escrita en su mayor parte por Marx y que apareció un año antes de La situación de la clase obrera en Inglaterra, contiene las bases del Socialismo revolucionario-materialista.

En nombre de la verdadera personalidad humana, la del obrero, pisoteado por las clases dominantes y por el Estado, Marx y Engels exigían no la contemplación, sino la lucha por un orden social, mejor. Y veían, naturalmente, que la fuerza capaz de librar esta lucha, en la que estaba interesada, era el proletariado. Ya antes de la aparición de La sagrada familia, Engels había publicado en la revista Anales franco-alemanes, editada por Marx y Ruge, su Estudio crítico sobre la Economía política, en el que analizaba desde el punto de vista socialista los fenómenos básicos del régimen económico, como consecuencia inevitable de la dominación de la propiedad privada. La relación con Engels contribuyó sin duda a que Marx se decidiera a ocuparse del estudio de la Economía Política, ciencia en la que sus obras produjeron toda una revolución.

Desde 1845 a 1847 Engels vivió en Bruselas y en París, alternando los estudios científicos con las actividades prácticas entre los obreros alemanes residentes en dichas ciudades. Allí Engels y Marx se relacionaron con una asociación clandestina alemana, la Liga de los Comunistas, que les encargó que expusiesen los principios fundamentales del Socialismo elaborado por ellos. Así surgió el famoso Manifiesto del Partido Comunista de Marx y Engels, que vio la luz en el año 1848.[1]

Liga de los comunistas

Primera organización comunista internacional del proletariado, fundada en 1847 en Londres por Marx y Engels. El lema de la Liga de los Comunistas fue ¡“Proletarios de todos los países, uníos! Y su programa, el Manifiesto del Partido comunista escrito por Carlos Marx y Federico Engels. La Liga de los Comunistas actuó sobre la base de los principios del comunismo científico y predecesora de la Primera Internacional.

La revolución de 1848, que estalló primero en Francia y se extendió después a otros países de la Europa Occidental, permitió a Marx y Engels regresar a su patria. Allí, en la Prusia renana, asumieron la dirección de la Nueva Gaceta del Rin, periódico democrático que aparecía en la ciudad de Colonia. Los dos amigos constituían el alma de todas las tendencias democráticas revolucionarias de la Prusia renana. Ellos defendieron hasta la última posibilidad los intereses del pueblo y de la libertad contra las fuerzas reaccionarias. Las fuerzas reaccionarias vencieron, la Nueva Gaceta del Rin fue suspendida, y Marx, que mientras se hallaba en la emigración había sido privado de los derechos de súbdito prusiano, fue expulsado del país; en cuanto a Engels, después de participar en la insurrección armada del pueblo huyó a Londres, a través de Suiza, una vez derrotados los insurgentes.

A Londres vino a establecerse también Marx. Engels no tardó en colocarse de nuevo en la misma casa de comercio de Mánchester, de la que había sido empleado en la década de 1840, Y más tarde se hizo socio suyo. Hasta 1870, Engels vivió en Mánchester y Marx, en Londres, lo que no fue óbice para que siguieran manteniendo correspondencia casi a diario. En esta correspondencia los dos amigos intercambiaban sus ideas y conocimientos, continuando la elaboración en común de la doctrina del socialismo científico.[1]

Última década de vida

Tras la muerte de Marx en 1883, Engels se convirtió en el líder indiscutido de la socialdemocracia alemana, de la segunda Internacional y del socialismo mundial, salvaguardando lo esencial de la ideología marxista, a la que él mismo había aportado matices relativos a la desaparición futura del Estado, a la dialéctica y a las complejas relaciones entre la infraestructura económica y las superestructuras políticas, jurídicas y culturales.

Marx se dio a la tarea de terminar la obra cumbre del marxismo, El capital, que había dejado inconclusa. El viejo filósofo alemán siguió siendo el consejero y dirigente de los socialistas europeos. A él acudían en busca de consejos y directivas tanto los socialistas alemanes, cuyas fuerzas, a pesar de las persecuciones gubernamentales, iban constante y rápidamente en aumento, como los representantes de países más atrasados, que se veían en el trance de meditar y medir con toda cautela sus primeros pasos. Todos ellos aprovechaban el riquísimo tesoro de conocimientos y experiencias del viejo Engels.[1]

Muerte

No obstante, en los últimos años de su vida se alejó de sus primitivas concepciones revolucionarias y abrió la puerta a un socialismo más reformista, vía que seguiría después de la muerte de Engels su colaborador Eduard Bernstein y que acabaría por imponerse entre los socialdemócratas. El 5 de agosto de 1895 falleció en Londres, a los 74 años.

Trabajo intelectual

En 1870, Engels se trasladó a Londres y hasta 1883, año en que murió Marx, continuaron su vida intelectual conjunta, una vida llena de intensísimo trabajo. Su resultado fue, por parte de Marx, El Capital, la obra más grande sobre Economía política de la Historia, y, por parte de Engels, toda una serie de obras grandes y pequeñas.

Marx trabajó en el análisis de los complejos fenómenos de la economía capitalista. Engels, en sus trabajos, escritos en un lenguaje muy ameno, muchas veces en forma de polémica, enfocó los problemas científicos más generales y los diversos fenómenos del pasado y de su entorno en el sentido de la concepción materialista de la historia y de la doctrina económica de Marx.

Amistad con Marx

En una ocasión escribió Engels a un viejo amigo:

Al lado de Marx me correspondió el papel de segundo violín.

Su cariño hacia Marx mientras este vivió y su veneración a la memoria del amigo muerto fueron infinitos. Engels, el luchador austero y pensador profundo, era hombre de una gran ternura. Después del movimiento de 1848, Marx y Engels, en el exilio, no se dedicaron únicamente a la labor científica. Marx creó en 1864 la Asociación Internacional de los Trabajadores, que dirigió durante todo un decenio. También Engels participó activamente en sus tareas. La actividad de esta Asociación Internacional que, de acuerdo con las ideas de Marx, unía a los proletarios de todos los países, tuvo una enorme importancia para el desarrollo del movimiento obrero. Pero, incluso después de haber sido disuelta dicha asociación, en la década de 1870, el papel de Marx y de Engels como unificadores de la clase obrera no cesó. Su importancia como dirigentes espirituales del movimiento obrero seguía creciendo constantemente, porque el propio movimiento continuaba desarrollándose sin cesar.

Asociación Internacional de los Trabajadores

Primera asociación internacional del proletariado fundada en 1864. Su creación y actividad están enlazadas, con los nombres de Carlos Marx y Federico Engels, quienes sometieron a una crítica las opiniones reformistas y sectarias (proudhonismo, llasalleanismo, bakunismo) la cual tuvo por su resultado la victoria de los principios del comunismo científico.

Obra científica

En solitario

  • La situación de la clase obrera en Inglaterra (1845)
  • Anti-Dühring (1878)
  • Del socialismo utópico al socialismo científico (1880)
  • El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado
  • Dialéctica de la naturaleza (1925)
  • Ludwig Feuerbach y el fin de la Filosofía Clásica Alemana

En colaboración con Carl Marx

  • La sagrada familia o crítica de la crítica crítica (1844)
  • Manifiesto del Partido Comunista
  • El capital

Fuentes