Georg Friedrich Grotefend

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Profesor de alemán y lenguaje erudito que hizo la primera brecha importante en el desciframiento de la Escritura cuneiforme
NombreGeorg Friedrich Grotefend
Nacimiento9 de junio de 1775
Münden, Bandera de Alemania Alemania
Fallecimiento15 de diciembre de 1853
Hannover, Bandera de Alemania Alemania
EducaciónFilología
Alma materUniversidad de Göttingen
OcupaciónFilólogo

Georg Friedrich Grotefend. Profesor de alemán y lenguaje erudito que hizo la primera brecha importante en el desciframiento de la Escritura cuneiforme.

Síntesis biográfica

Nace el 9 de junio de 1775 en Münden, Alemania.

Trayectoria

Cursó estudios de Filología en la universidad de Göttingen y en 1797 empezó a impartir clases como maestro auxiliar en el Liceo de la misma ciudad; en 1803, gracias a la publicación de un excelente trabajo, fue nombrado pro-rector del Liceo de Frankfurt y posteriormente co-rector; en 1817 fundó una sociedad de filología dedicada al estudio de su lengua, el alemán; en 1821 fue nombrado director del Liceo de Hannover, puesto que ocupó hasta su jubilación en 1849, como correspondía a un funcionario oficial.

A pesar de llevar una vida aparentemente ordenada, tranquila, moderada y libre de extravagancias, Grotefend cometió también alguna locura que la historia debe agradecerle: a los veintisiete años de edad, hallándose en un pub con un amigo y tras haber bebido algo de más, tuvo la idea de hacer una apuesta verdaderamente absurda. Se comprometió a hallar la clave para descifrar la escritura cuneiforme de los antiguos persas.

Lo único que tenía a su disposición eran algunas malas copias de inscripciones halladas en la antigua ciudad de Persépolis. Pero afrontó el problema con despreocupación juvenil y, gracias a su extraordinario ingenio, logró lo que los mejores especialistas de la época habían considerado imposible. Y así, no cabe decirlo, ganó la apuesta.

En 1802, apenas un año después, presentaba a la Academia de Ciencias de Göttingen los primeros resultados de sus investigaciones: Artículos para la interpretación de la escritura cuneiforme persepolitana. Unos trabajos que hoy todavía destacan entre la ingente cantidad de trabajos filológicos de la época y posteriores.

Muerte

Los trabajos de Grotefend en este campo fueron rechazados por la comunidad científica durante su vida y murió sin recibir el debido reconocimiento por ellos, falleció el 15 de diciembre de 1853.

Desciframiento de la Escritura Cuneiforme

Desciframiento de uno de los textos que usó Grotefend

Para descifrar la escritura cuneiforme Grotefend hubo de realizar diversas comparaciones.Las inscripciones de Persépolis revelaban características muy diversas. En algunas placas había tres tipos diferentes de escritura, paralela, en tres columnas claramente separadas. Sobre la historia de los antiguos persas y los reyes de Persépolis se sabía bastante; por lo tanto, el joven humanista Grotefend estaba bien enterado de lo que dejaron escrito los autores griegos.

Se sabía que Ciro, hacia el año 540 a. de J. C, venció a los babilonios y fundó el primer gran Imperio Persa, determinando así la deca­dencia de Babilonia.Parecía lógico, pues, que por lo menos una de aquellas inscripciones estuviera escrita en el idioma de los conquistadores. Cabía otra hipótesis también, y es que con proba­bilidad la columna de en medio, por la tendencia general a colocar lo más importante en el centro, fuese la escrita en el antiguo idioma persa.

Además, a cuantos examinaban la escritura les había llamado la atención un grupo de signos que se repetían con mucha frecuencia. Por lo que se sospechaba que el grupo de signos podría significar la palabra «rey»,[...] Empezó comprobando que los signos cuneiformes eran escrituras y no un adorno. Luego, por falta completa de toda forma redonda, dedujo que no era un procedimiento apto para la «escritura», sino que valía sólo para el grabado en materia sólida. [...] Luego demostró Grotefend que las cuñas tendían preferente­mente hacia cuatro direcciones, pero siempre de tal modo que la dirección principal era de arriba abajo o de izquierda a derecha. [...]

Al mismo tiempo, dedujo que la escritura debía leerse de iz­quierda a derecha — cosa que sólo al hombre occidental le parece lógico —, pues los idiomas orientales — árabe, hebreo —, por ejem­plo, se escriben de derecha a izquierda.

Si ello era justó en el sentido literal, la primera palabra tenía que corresponder al nombre rey; luego debía seguir una cuña oblicua, que separaba las palabras; después tenían que seguir dos palabras, una de las cuales debería ser la palabra «rey», y ésta se hallaría muy repetida en la primera parte de la inscripción. [...] Comprobó y descubrió que sus hipótesis eran exac­tas. No, esto es decir demasiado. Ciertamente, él halló varias veces el orden de las palabras tal como había calculado, y también halló la palabra que debía decir «rey». [...]

En la mente de Grotefend las ideas brotaron a borbotones.Si­guiendo su teoría, esto sólo podía significar que todos los monu­mentos cuyas copias tenía delante estaban inspirados solamente por dos reyes. Y lo más probable era que, como en algunas de las planchas tales reyes aparecían citados uno después del otro, debería tratarse de padre e hijo. Si los nombres aparecían separados, detrás del nombre de uno se hallaba el signo de rey, pero detrás del nombre del segundo, no. Por lo tanto, siguiendo tal teoría, debía tratarse de la dis­posición esquemática siguiente: «X, rey, hijo de Z Y, rey, hijo de X, rey...»

Trascendencia de los descubrimientos de Grotefend

Los descubrimientos de Grotefend fueron seguidos de algunas correcciones que mejoraron el conocimiento del cuneiforme hasta lograr su total desciframiento unos 30 años después. Entre otras cosas, se comprobó que combinaba signos fonéticos y silábicos.

Investigaciones posteriores revelaron que la forma correcta para Darío debía ser Daryavush, y no Darheush. Lo mismo ocurrió con Histaspes, cuya forma persa correcta se comprobó que era Vyshtasp, en vez de Goshtasp. De modo que de los 13 signos que desveló Grotefend, cuatro de ellos resultaron erróneos.

Veáse también

Fuentes