Giaquinto

Corrado
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NombreCorrado Giaquinto
Nacimiento18 de febrero de 1703
Molfetta, Bandera de Italia Italia
Fallecimiento1765
Nápoles, Bandera de Francia Francia
Obras destacadasDeath of Adonis, La Coronación de espinas, óleo sobre lienzo, Cristo camino del Calvario, Pentecostés, óleo sobre lienzo, La Flagelación de Cristo, La Adoración de los pastores, La Trinidad, Cristo ante Pilatos en el Pretorio.

Corrado Giaquinto: Fue un pintor italiano del rococó. Artista de fecunda producción pictórica al óleo. Considerado el máximo representante de la pintura rococó en la Roma de la primera mitad del siglo XVIII.

Síntesis biográfica

Nació en Apulia en 1703, Molfetta, al norte de Bari, país de Italia. Estudia con Saverio Porta hasta 1719 y en 1721 se traslada a Nápoles, donde trabaja bajo la tutela de Nicola María Rossi, seguidor de Francesco Solimena, cuya obra le deja una huella innegable. En 1727 se traslada a Roma, donde modifica su estilo napolitano en favor de un rococó de mayor clasicismo, bajo la influencia de Sebastiano Conca, brindando su colaboración en la bóveda de Santa Cecilia, en el Trastevere.

A partir de 1731 realiza su primer importante encargo, el ciclo de frescos para la iglesia de San Nicolás de los Loreneses. Giaquinto recibe en 1733 y en 1735 encargos para pintar en los palacios reales de Turín, donde conoce la obra de diferentes escuelas europeas, entre ellas las pinturas de Carle van Loo, Francesco de Mura y el conocido pintor Giovanni Battista Crosato. Nuevamente en Roma, trabaja a comienzos de la década de 1740 en las iglesias de San Juan Calabita y de la Santa Cruz en Jerusalén, creando la obra del rococó romano por antonomasia.

Comienza una etapa de gran actividad artística, en la que asienta su exquisitez paulatinamente sobre un clasicismo más sólido, rindiendo homenaje al último maestro del barroco romano, Carlo Maratta. Seguidamente es admitido en la Academia de San Lucas en 1740, donde supervisa además el trabajo de los estudiantes españoles que iban pensionados a Roma.

En el 1750 recibe el encargo del español Fernando VI para realizar la gran composición La Trinidad en la iglesia de la Santa Trinidad, proyecto en el que participa su discípulo Antonio González Velázquez. La gran tela del Nacimiento de la Virgen de la catedral de Pisa fue la última obra realizada durante su estadía en este país. Llega a España en 1753, donde se necesitaba de un nuevo pintor que terminara las obras de decoración de los diversos palacios de la corte. Giaquinto viaja acompañado de los discípulos Nicola Porta y José del Castillo. Se detiene en Zaragoza para ver el fresco que llevaba a cabo su antiguo discípulo, Antonio González Velázquez, que le había precedido en su viaje a España para pintar la Santa Capilla de la basílica del Pilar y director artístico de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara.

Entre sus obras hechas en España, cabe destacar:

  • Los frescos del palacio Real de Madrid
  • Los cuadros de altar para las Salesas Reales (San Francisco de Sales
  • Santa Juana de Chantal)
  • Los retratos (Farinelli).

Entre sus primeros proyectos en Madrid se encuentran los

  • Trabajos de restauración del fresco de Luca Giordano del Casón del Buen Retiro
  • La conclusión de la decoración del comedor de gala del Palacio Real de Aranjuez
  • La ejecución de la cúpula de la capilla del Palacio Nuevo, 1756.

La obra de mayor envergadura artística la lleva a cabo en los proyectos decorativos del Palacio Real, donde es el responsable del diseño de estucos, esculturas y de los proyectos de pintura.

Obra clave es el fresco que realiza en la escalera principal, Triunfo de la Religión y de la Iglesia, y la composición pintada enfrente sobre el acceso al corredor, Camón, sobre Hércules arrancando las columnas y Cosmografía.

En las composiciones de las columnas de la sala, que corresponden en el primer planteamiento a la escalera principal, derrocha el máximo esplendor: Nacimiento del Sol, boceto que guarda el Museo del Prado y la Alegoría de la Majestad de España. Aparte de los asuntos alegóricos, realiza además escenas de batallas, como La batalla de Clavijo, echa en el platillo de la bóveda de ingreso a la capilla del Palacio Nuevo. Sobre la pintura religiosa deja constancia de un conjunto de ocho lienzos que realiza para el reclinatorio del rey del palacio del Buen Retiro, entre ellos La Oración del Huerto.

Estando ya de salud delicada, solicita en 1762 a Carlos III licencia para marchar a Nápoles a descansar. En 1763 sufre un ataque de apoplejía, debido a lo cual ya no regresará a España. Muere en Nápoles en el año 1766.

Su estilo

El arte de Giaquinto constituye, de cierta manera, una continuación del de Giordano, con un gusto compositivo y una gran sutilezas que hacen de él uno de los artistas más brillantes del rococó romano y napolitano. Realizó un fresco destinado a la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén de Roma, pintando a Moisés rompiendo una roca. Esta composición, pintada en 1750 y hoy en día desaparecida, nos es conocida por un proyecto conservado en la Gallería Nacional de Londres.

El retrato del castrato Farinelli, conservado en el conservatorio de Bolonia, es igualmente una de sus obras maestras. Realizó los frescos de la iglesia romana de San Nicolás de los Loreneses. Trabajó en el siglo XVIII, en el Alto Barroco que había evolucionado hacia las tendencias decorativas e ilusionistas del barroco decorativo.

Este estilo se trabajaba normalmente al fresco, para decorar grandiosamente los interiores de los más importantes palacios e iglesias de la ciudad. Se estableció en Nápoles, donde existía una gran cantidad de pintores. Allí trabajó Ribera y de allí nos vino uno de nuestros reyes más importantes, Carlos III. A esta relación secular debemos la presencia de varios lienzos de Giaquinto en las colecciones reales de España, que hoy se exhiben en el Museo del Prado.

Además de los temas religiosos, que tenían un mercado asegurado, Corrado cultivó con afición a la mitología y la alegoría, lo cual responde a la renovación intelectual que se producía en esa época en Europa y que desembocaría en la Ilustración. Las alegorías son figuras normalmente representativas de alguna virtud moral o política, como en su cuadro la Paz y la Justicia. Sus temas mitológicos pueden aparentar algo superficial; sin embargo, el cultivo de un estilo rococó delicado no le aparta de un sentimiento profundo extraído tal vez de su origen formativo napolitano.

Obras

El nacimiento del Sol y el triunfo de Baco

Formado con Solimena y Conca, plantea una peculiar lectura del rococó. Su facilidad de colores y su magnífico control de las dimensiones le hicieron versátil en los géneros que cultivó, de los grandes frescos a los bocetos para tapices o las pequeñas composiciones.

Su influencia en Goya se considera muy importante, un boceto preparatorio para uno de los techos del Palacio Real Nuevo, concretamente para la Sala de Columnas. Con extraordinarios recursos compositivos y técnicos y un bellísimo y brillante colorido.

El Sol aparece sobre un trono de nubes, tirado por cuatro caballos blancos, sosteniendo una antorcha encendida. En niveles inferiores están representados las figuras de la Aurora, Galatea y Diana y las Estaciones, Céfiro, Baco, Ceres, Venus y Vulcano.

La justicia y la paz. 1759

Este bello cuadro, que se piensa que sea una de las primeras obras que hizo Giaquinto en España, fue pintado para el Palacio Real de Madrid. Con elegante y estudiada composición, nos muestra el cuadro a las dos figuras alegóricas de Cesare Ripa. La Paz lleva la cornucopia llena de frutos, símbolo de la abundancia en los tiempos de paz y una rama de olivo, símbolo del apaciguamiento, etc. La Justicia, coronada, lleva un bastón en su mano, y tiene a sus pies el fuste de columna, la balanza y el hacha de líctor. En el ángulo inferior izquierdo está la Guerra vencida.

El triunfo de San Juan de Dios

Corrado Giaquinto llegó a la corte en el momento en el que se terminaba el Palacio Real y la ocasión le brindó la oportunidad de sumarse a la empresa. Pintó en la escalera de honor La Religión y la Iglesia y España que les ofrece los dones de sus reinos; en el salón de columnas, El Nacimiento del Sol y el Templo de Baco y en la Capilla diversos temas. Amplió su producción a temas alegóricos, mitológicos, religiosos, etcétera.

La oración del huerto

Giaquinto, formado con Solimena conlleva al barroco de su maestro hasta los fines del rococó, con pinceladas sueltas que recuerda la pintura de Francois Boucher. Este lienzo que contemplamos pertenece a una serie de telas dedicadas a la vida de Jesucristo que aparecen documentadas en el inventario del Palacio del Buen Retiro en 1772, ubicándose en el Oratorio del Rey. En ella observamos a Cristo y el ángel en primer plano y en la zona baja los apóstoles dormitando, mientras que en la zona trasera contemplamos el grupo de soldados con las antorchas.

Paisaje con cascada y cazadores

Además de pintar escenas mitológicas y alegóricas, también se vio influenciado por la poderosa escuela de los paisajistas romanos que trabajaban en la órbita marcada por la obra de Claudio de Lorena y Nicolás Poussin. Este Paisaje con cascada es un excelente ejemplo de esta pintura naturalista, empleando una pincelada suelta. Las figurillas animan la composición paisajística en la que la luz se convierte en otro de los protagonistas de la escena.

Otras obras de interés

  • El sacrificio de Ifigenia, óleo sobre lienzo, 1759-1760.
  • La batalla de Clavijo, óleo sobre lienzo, 1754-1757.
  • El Descendimiento, óleo sobre lienzo.
  • San Lorenzo en la Gloria, óleo sobre lienzo, 1754-1757.
  • Santa Faz, óleo sobre lienzo.
  • La Coronación de espinas.
  • Cristo camino del Calvario.
  • Pentecostés, óleo sobre lienzo.
  • La Flagelación de Cristo.
  • La Adoración de los pastores.
  • La Trinidad, óleo sobre lienzo.
  • Cristo ante Pilatos en el Pretorio.
  • La Resurrección de Cristo / Dormición y Coronación de la Virgen
  • El Paraíso (boceto), óleo sobre lienzo, 1754-1757.
  • La Trinidad y santos, óleo sobre lienzo, 1754-1757.
  • La Santísima Trinidad, óleo sobre lienzo, 1753.
  • El corazón de Jesús, óleo sobre lienzo.
  • Santa Catalina, clarión y sanguina sobre papel agarbanzado, 1760-1762.
  • La misa de san Gregorio, aguada sepia, pluma y trazos de lápiz sobre papel blanco.
  • San José presentado por la Virgen a la Trinidad, aguada sepia, lápiz negro y pluma sobre papel agarbanzado, 1735-1739.
  • Virgen con el Niño / Carta en italiano, clarión y lápiz negro sobre papel marrón.
  • Alegoría de la Religión, aguada gris y pluma sepia sobre papel agarbanzado.
  • Santo semiarrodillado con los brazos abiertos, lápiz sobre papel verjurado.

Galería

Fuentes

  • Artículo Giaquinto, Corrado. Disponible en: “www.museodelprado.es”. Consultado el 6 de Octubre del 2014